El Blog de Acebedo

Un historiador japonés se sumerge en la vida de los aguadores asturianos que tenían las llaves de todo Madrid
Aguadores asturianos dibujados por Leonardo Alenza para el libro “Los españoles pintados por sí mismos, 1843-44”. Museo Municipal de Madrid. Pág. 59 y 61. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

Juan Jiménez Mancha, autor de un trabajo pionero sobre la emigración asturiana (Ver libro en PDF "Asturianos en Madrid") a Madrid, editado por el Muséu del Pueblu D'Asturies, subraya la enorme importancia social que tenían los asturianos que ejercían el oficio de aguador en la capital, con cierta fama de desaliño y gusto por la bebida, pero también de hombres honrados a carta cabal que podían entrar libremente a la mayoría de las casas, de las que tenían llave
Las fuentes eran los cuarteles generales de los aguadores, donde realizaban actividades como descansar, charlar o arreglar su calzado. «La fuente de Puerta Cerrada», de Francisco Lameyer, mediados del siglo XIX Bellas Artes (Revista del Círculo de Bellas Artes de Madrid), 1927. Hemeroteca Municipal de Madrid. Pág. 66. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

La Nueva España
Los asturianos copaban un oficio esencial en una capital sin agua en las casas hasta el siglo XIX:

"el 90% de los aguadores eran emigrantes de Asturias, la mayoría de ellos de Cabranes y Tineo, según un estudio del profesor asociado de Historia en la universidad japonesa de Rikkyo"

Dohino Hidenao es un joven historiador japonés, profesor asociado de la Universidad de Rikkyo, que está tan enamorado de España que no solo conoce el país a fondo si no que, en una suerte de romance cultural con la cultura vasca, se decidió a aprender euskera.

El hispanista Hidenao Dohino, a la izquierda, en unas jornadas celebradas en el Instituto Cervantes de Tokio. La Nueva España.

Hidenao ya es un reconocido hispanista que bucea en aspectos desconocidos de nuestra historia. En uno de sus trabajos ahonda en la emigración asturiana a Madrid en la época preindustrial, entre el siglo XVIII y principios del XIX.

"Viaja a aquel Madrid, una capital que casi era más asturiana y gallega por la elevada presencia de estos colectivos entre una población emigrante que representaba en una capital que, según un periódico de mediados del siglo XIX, apuntaba que «todos los días» entraban en Madrid de 1.000 a 1.500 gallegos y asturianos en un estado «realmente deplorable» y «en busca de trabajo»”

En la investigación que Hidenao hace de la emigración asturiana describe la particular importancia social que adquirieron los aguadores, un oficio copado por los asturianos y que, pese a ser uno de los oficios de la vileza, no estaba precisamente mal pagado. Más bien al contrario.

Aguadores de barrica en una de las fuentes reservadas al gremio en la villa de Madrid hacia 1850. Aguadores de Madrid fue un gremio que permaneció activo en la capital de España entre el siglo XV y comienzos del XX. Regulados por el correspondiente concejo de la ciudad, su trabajo, además de la venta ambulante de agua fresca, consistía en transportarla en barriles o grandes cántaros hasta los aljibes, cisternas, tinajas o cántaras de las viviendas que no disponían de pozo o fuente particular. (...). Saber más... WIKIPEDIA

La emigración, en la Asturias rural del siglo XVIII, formaba para del “ciclo de la vida y era una experiencia comunitaria compartida” que “a la postre se convirtió en una tradición o herencia inmarterial”, reflexiona Hidenao.

"Ese flujo constante de empleados no cualificados «sostenía la base económica madrileña» con oficios como aguadores, criados, mozos de carbón o mozos de tahona. Este hispanista japonés ha buceado en los testamentos y en las «declaraciones de pobreza» suscritos en el Real Hospital General y de la Pasión. A partir de esos testimonios personales ha perfilado el cuadro socio-laboral de los primeros asturianos en Madrid"

Costumbres de Madrid. Una fuente de vecindad' en La Ilustración Española y Americana (1870). WIKIPEDIA.

Las estadísticas de los emigrantes procedentes del Obispado de Oviedo entre 1700 y 1800 indican que

╠ el 57,4% de ellos trabajaban como criados.
╠ La segunda ocupación mayoritaria, aunque en un porcentaje mucho menor, era la de aguadores.

Hideano apunta que, en aquella época, «la mayoría de los asturianos y gallegos que venían a Madrid se ocupaba en los oficios no cualificados y se encontraban en una situación miserable». Para salir de ese atolladero “era fundamental la ayuda mutua, sobre todo, entre familias y paisanos”, de ahí las redes de auxilio mutuo que tejieron entre ellos.

"Este hispanista que japonés calcula que en las tres primeras décadas del siglo XVIII el 13% de los asturianos que emigraban a Madrid ya tenían familia en la capital. Por ello, muchos vivían con sus familiares o en posadas «regentadas por asturianos»”.

«El aguador». Retrato realista del oficio realizado por Federico Guisasola, con un aguador de grandes zapatones posando en el descansillo de una escalera. La Ilustración Española y Americana, 24 de noviembre de 1872. Hemeroteca Municipal de Madrid. Pág. 76. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

Los aguadores eran, por así decirlo, el gran símbolo social de los emigrantes asturianos en la capital. Dohino Hidenao analizó «las licencias concedidas entre 1809 y 1838, donde el 89% de los 174 aguadores que había en Madrid eran asturianos». Incluso hace una clasificación por concejos. De los 155 aguadores asturianos, la mayoría procedían de:

╠ Cabranes (50)
╠ Tineo (42)

Incluso se repartían las zonas de Madrid según las comarcas de procedencia:

╠ los cabraneses acarreaban el agua de las fuentes de Galápagos, la red de San Luis y Santo Domingo,
╠ los tinetenses servían a las casas con el agua de las fuentes de Moros y Relatores.

La fuente de la Mariblanca, en la Puerta del Sol de Madrid, en 1836. Dibujo de John Lewis. Biblioteca Nacional. Pág. 79. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

La plaza de aguador de compraba, se traspasaba o se dejaba en herencia. El trabajo era duro, pero también estaba bien remunerado. El hispanista japonés cita estudios que han calculado que los ingresos de un aguador asturiano se situaban bastante por encima de otros oficios “viles” de la época.

"En 1757, los ingresos eran de 2.559 reales anuales mientras que la media de la población madrileña era «dosmilrealista», es decir, ingresaba unos 2.000 reales al año. Las claves de que los ingresos fueran mucho más elevados que en el resto de oficios están, explica Hidenao, estaba en que los aguadores eran una «hermandad cerrada» que monopolizaba el oficio y así podía controlar el mercado laboral y mantener altos los ingresos. Hacerse con una plaza de aguador podía llegar a costar más de 1.300 reales"

Juan Jiménez Mancha. La Nueva España

El primer gran estudio histórico que se dedicó a la presencia de los asturianos en los oficios populares de Madrid, de los siglos XVI al XX, es obra de Juan Jiménez Mancha, de 63 años, archivero bibliotecario que trabaja en la biblioteca municipal del Madrid. Su trabajo, titulado “Asturianos en Madrid”, fue editado por el Muséu del Pueblu D’Asturies y es pionero en analizar en profundidad la emigración asturiana a otras regiones de España. Jiménez Mancha, cuya vinculación con Asturias surgió a partir de unas amistades en Cangas del Narcea, explica que los aguadores eran una figura extraordinariamente popular e imprescindible en un Madrid sin conducciones de agua corriente a las casas.

“Tenían mucha presencia en plazas principales de Madrid, estaban en fuentes de la Puerta del Sol, en Tirso de Molina, en Lavapiés. Realmente era una presencia muy grande en sus calles. Tenían, como ahora se dice, la oficina en la calle, junto a las cubas, donde echaban una cabezadita, jugaban a las cartas o, a veces, reñían…”

Aguadores en la fuente de La Cibeles, dibujo de Rouargue, Le Magasin Pittoresque, mayo de 1856. Hemeroteca Municipal de Madrid. Pág. 80. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

“Como rasgos peculiares de los aguadores se comentaba en la prensa del siglo XIX que a veces caían en riñas, que tenían un aspecto un poco descuidado y que se daban un poquito la bebida. Pero luego también hay que decir que tenían las llaves de las casas de Madrid, como luego las tuvieron los serenos, muchos de ellos también asturianos. Los aguadores tenían la confianza de las criadas, de la gente humilde que atendía las casas que lo que se llamaría luego la clase media. Ellos entraban y salían de las casas con sus llaves porque también al asturiano se le reconocía como gente muy legal, muy fiel. Era muy difícil que un asturiano te robara la casa”

Aguadores asturianos en Madrid. Asturias (Bellmunt y Canella, 1895). Pág. 87. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

Este investigador incide en la importancia que tenía el oficio de aguador en una capital sin red de agua corriente.

“En Madrid apenas había agua que llegaba a las casas. Por primera vez llega al centro de Madrid, y a una zona muy limitada, en 1858 con el canal de Isabel II. Es un error pensar que el agua llegó a todo Madrid. Llegó al centro, a la zona de San Bernardo y hasta la Plaza Mayor. Hasta bastante entrado el siglo XX sigue funcionando lo ir a la fuente a por agua. En esa situación, «los aguadores asturianos te hacían el servicio de cargar en unas cubas muy grandes y llevarte el agua a casa»”

«Zapatero remendón», óleo de José González Bande, 1855, en el que aparece un zapatero arreglando el zapato de un aguador sentado sobre la cuba. Museo Municipal de Madrid. Pág. 89. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

El oficio era esforzado. Juan Jiménez Mancha lo describe así:

“Muchas veces se piensa en los aguadores al por menor, de botijo. El aguador de verdad, el asturiano, era el aguador de cuba. Era un trabajo muy duro, las cubas pesaban mucho. Las llevaban al hombro y los aguadores se reforzaban con una almohadilla en los hombros para no fastidiar los huesos. Al día hacían muchos viajes para suministrar a veinte o treinta casas…”, apunta este investigador.

Aguadores charlando. La Gran Vía, 1 de octubre de 1893. Hemeroteca Municipal de Madrid. Pág. 101. FUENTE: PDF “Asturianos en Madrid” editado por Muséu del Pueblu D'Asturies.

FUENTE: EDUARDO LAGAR. Publicado por La Nueva España el 23-10-2024. Ver enlace.

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ARTÍCULO RELACIONADO.

╠ Los "hijos de Pelayo" y el levantamiento contra Napoleón. Ver enlace.

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AUTORES.

Eduardo Lagar (Oviedo, 1970), periodista y escritor. Lagar es autor de las novelas "El Tesoro" y "Tomasín, en lugares salvajes", además de los libros "Sinécdoque" y "Asturias, el salto del siglo". También ha presentado trabajos como artista plástico. Fuente: La Nueva España.

La Nueva España es el periódico más difundido en el Principado de Asturias y el noveno de información general en España. Se define a sí mismo como un "diario independiente de Asturias", de tendencia liberal moderada. Se publica en Oviedo desde 1936 y es editado por la empresa Editorial Prensa Ibérica. La redacción se encuentra en Oviedo y publica a diario seis ediciones locales que cubren el Principado de Asturias: la general y las específicas para Oviedo, Gijón, Avilés, las cuencas mineras, el Occidente y el Oriente de Asturias. Es el más importante en cuanto a tirada según la OJD de todos los periódicos asturianos: tuvo una difusión media de 57 396 ejemplares julio 2009/junio 2010 y de 91 626 durante los domingos del periodo julio 2006/junio 2007. Su director es desde 2019 Gonzalo Martínez Peón, quién sucedió a Ángeles Rivero. (...). Saber más... WIKIPEDIA.

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