Cuando los romanos volvieron a Ujo |
Ilustración de Alfonso Zapico |
El Museo Arqueológico Provincial de Oviedo exhibe tres lápidas romanas
encontradas en el siglo XIX en la localidad mierense; ésta es su historia
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Ilustración de Alfonso Zapico |
En el Museo Arqueológico Provincial
de Oviedo se exhiben tres lápidas romanas encontradas en Ujo a finales del
siglo XIX. También sabemos que, en aquellos años, en el hogar de la casa
rectoral de la iglesia parroquial de Santa Eulalia se conservaba una cuarta con
la palabra ROMA, que está hoy en paradero desconocido. De ésta no conocemos más
datos, aunque es de suponer que hubiese aparecido en un lugar próximo a las
otras, que son el hallazgo histórico más relevante de nuestro Concejo y
constituyen además el conjunto epigráfico más importante de la romanización de
Asturias. Sus textos se han estudiado ya en algunas publicaciones
especializadas. En una está grabada una inscripción de carácter votivo que
encargó la pareja formada por Lucio Corona Severo y Octavia Procula. En las
otras dos aparece el mismo personaje, Gaio Sulpicio Africano, quien dedica la
primera al dios indígena Nimmedo Aseddiago y presenta en la segunda un
detallado historial de su antepasado Gaio Sulpicio Ursulo. Por cierto, que ésta
contiene algunos anacronismos en su texto y hay quien sostiene que el romano
mandó engordar el currículo de su pariente para resaltar así la importancia de
su familia.
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Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com). Texto original: Lucius / Corona S/everus m/iles leg(ionis) VII / Gem(in)ae |(centuria) Ve/tti et Octa/via Procula / v(otum) s(olverunt) l(ibentes) m(erito) Traducción: Lucio Corona Severo, soldado de la legión séptima gémina. Centuria Vettius (primer centurión) y Octavia Procula. Libremente y con agrado cumplieron su promesa. |
Los tres varones que figuran en el conjunto fueron militares: Lucio Corona Severo, hizo su servicio en la Legión VII Gemina; Gaio Sulpicio Ursulo, si hacemos caso de lo que figura en su inscripción, fue nada menos que prefecto de los Symmachiarii Astures en la Guerra Dácica; centurión de la Legión I Minerva Pia Fidelis; centurión de la Cohorte XII urbana; centurión de la Cohorte IIII pretoriana; primer abanderado de la Legión XVIII y prefecto de la Legión III Augusta. Y su pariente Gaio Sulpicio Africano, que quiso honrar su memoria, se llamaba así seguramente por los méritos que había hecho como soldado en aquel cálido y exótico territorio imperial. Llama la atención la presencia de esta colección en la Montaña Central, una zona que se supone menos romanizada que el resto de Asturias y donde las piezas epigráficas son contadas. La explicación está en la ubicación de Ujo, punto de encuentro para los caminos que venían desde la Meseta y donde se tuvo que vivir el proceso de asimilación cultural entre romanos y astures con mucha intensidad. Esta posición geográfica convirtió a la localidad en la entrada histórica a este territorio, una circunstancia de la que se dieron cuenta quienes bautizaron al lugar como Ustium u Ostium, palabra latina que puede traducirse como puerta. Pero, lo que me gustaría contarles hoy es cómo se encontraron las tres lápidas y por qué dejaron Mieres para llegar hasta Oviedo.
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Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com). Texto original: G(aio) Sulpicio Ursulo / praef(ecto) Symmachi/ariorum Asturum / belli Dacici ((centurioni)) leg(ionis) / I Minerviae P(iae) F(idelis) / ((centurioni)) coh(ortis) XII urba/nae ((centurioni)) coh(ortis) IIII / praetoriae p(rimo)p(ilo) / leg(ionis) XIIX praef(ecto) / leg(ionis) III Aug(ustae) / G(aius) Sulp(icius) Afr(icanus) pos(uit). Traducción: A Gayo Sulpicio Ursulo, prefecto de los Simmachiarios astures en la Guerra Dácica, centurión de la legión primera Minervia Augusta, centurión de la cohorte duodécima urbana, centurión de la cohorte cuarta pretoriana, centurión primipilo de la legión decimoctava, prefecto de la legión tercera Augusta. Gayo Sulpicio Africano se lo dedicó.
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La primera en aparecer fue
la de Lucius Corona Severus, que volvió a la luz cuando se preparaban los
terrenos para prolongar por Ujo la vía del ferrocarril del Norte hasta Pajares,
en noviembre de 1870. Los obreros la hallaron casualmente al abrir el paso por
unos terrenos que pertenecían al propietario Pedro Armada Valdés. Don Pedro era un rico aristócrata que
llevaba el título de conde de Canalejas como regalo de su hermano Álvaro, al
que le sobraba nobleza, al menos en una de las acepciones de esta palabra, ya
que además de haber heredado esa dignidad era también el quinto marqués de San
Esteban del Mar del Natahoyo, y conde de Revillagigedo, por su matrimonio con
la condesa de éste título Doña Paciencia Fernández de Córdoba. En fin, no voy a
contarles ahora la evolución de esta familia, pero deben saber que entre sus
numerosas propiedades estaba el palacio de Figaredo, y si les digo además que
Pedro Armada se casó con Lorenza de Heredia, y de los Heredia era el palacio de
Villarejo, se harán una idea del poderío económico de este matrimonio.
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Foto: G.C.C.. Lapidas Romanas encontradas en Ujo. Museo Arqueológico de Asturias. (terraeantiqvae.com). Texto original: Nimmedo / Seddiago / G(aius!) Sulpicius / Africanus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) Traducción: A Nimmedo Seddiago, Gayo Sulpicio Africano, libremente y con agrado cumplió su promesa.
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La lápida de Lucius Corona Severus
fue cedida al Museo Provincial de Oviedo por doña Lorenza después la muerte de
su marido, y el 22 de septiembre de 1874 el erudito Eduardo Saavedra publicó
por primera vez su transcripción (aunque con bastantes errores) en un artículo
titulado "Recuerdos de un veterano" para el periódico ovetense El Eco
de Asturias. Poco después, en 1887, Ciriaco Miguel
Vigil en su Asturias, monumental, epigráfica y documental se refería a ella en
estos términos: «Este cipo o mojón, que se resguarda en el Museo provincial de
antigüedades, fue dedicado a la memoria de un soldado de la Legio VIIª Gémina y
parece remontarse al siglo I del Cristianismo. Está cincelado el letrero en
piedra de grano de color oscuro, y sus signos bastante deteriorados,
especialmente en las tres últimas líneas. Fue descubierto con motivo de una
excavación practicada en un castañedo propio de la casa del conde de Canalejas,
cerca de la Iglesia parroquial de Santa Eulalia de Ujo, en el Concejo de
Mieres, y donado al Museo por la señora doña Lorenza de Heredia, viuda del
señor don Pedro Armada Valdés». |
Ilustración de Alfonso Zapico |
Unos años más tarde, el 23 de julio
de 1919, al hacer otra excavación en un lugar próximo para abrir la calle
llamada la «Carreterona» o «Carretera de la Estación» se descubrieron las otras
dos inscripciones romanas: la de Nimmedo Aseddiago y la de Gaio Sulpicio
Ursulo, completando una colección que todavía aumentó con una última pieza
funeraria alto-medieval; la única que puede verse actualmente en el Concejo,
bien expuesta en el interior del templo de Ujo. Y aprovecho para recordarles
que ésta construcción es Monumento Histórico Artístico desde 1923 y ningún
mierense mínimamente interesado por estas cosas puede dejar de visitarla. Como
dije antes, las dos lápidas se guardan también en el Museo Arqueológico
Provincial, pero en este caso su salida de Mieres fue más polémica. En el
archivo municipal se conservan dos documentos de 1920, que nos lo cuentan. El
primero es una carta dirigida el 21 de mayo por el Consistorio a Aurelio del
Llano, que era en aquel momento Delegado Regio de Bellas Artes. En ella se le
aclara por qué no se ha contestado hasta ese momento a dos oficios que él había
mandado a Mieres aquel otoño interesándose por la adquisición de las piezas. Al
parecer, el motivo estaba en el error del famoso folclorista que dirigía sus
misivas a un ciudadano llamado Manuel Fernández Llaneza, equivocando el nombre
del alcalde Manuel Llaneza, con lo que iban a parar a una casa particular.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Una
vez aclarado el entuerto, también se le dice que el Ayuntamiento iba a tratar
en su próxima sesión este tema, y en una esquina de la misiva, escrita a mano,
aparece una nota interesante: «Por las lápidas pide el contratista de las obras
que las tiene 260 pesetas».
En efecto, el Consistorio mierense
decidió tomar parte en este asunto nombrando una Comisión encargada de
practicar las diligencias necesarias para la adquisición de las piezas e hizo
responsable de la misma al arquitecto municipal José Avelino Díaz y
Fernández-Omaña. El otro documento del archivo es el informe que éste presentó
el 16 de septiembre de aquel año dando cuenta del fracaso de su misión y que
les resumo a continuación. En primer lugar, el comisionado fue hasta Ujo para
saber donde se encontraban las lápidas y desde allí le dirigieron hasta Oviedo.
Ya en la capital «después de larga peregrinación vino en conocimiento de que
las piedras históricas estaban depositadas en una casa, cuyos moradores le
manifestaron no podían enseñarlas, según orden que habían recibido del
contratista de las obras del ferrocarril del Norte, en Ujo, que las había
hallado».
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Al ver el cariz que tomaba el asunto, don José Avelino se propuso
localizar a dicho contratista y en la Estación del Norte le comunicaron que
había trasladado su residencia a León. Tras conseguir su dirección, le escribió
pidiéndole una cita para poder ver las piedras y, después de esperar casi un
mes, recibió la contestación de que en aquel momento el único que podía
disponer de ellas ya era Aurelio del Llano. Al día siguiente de recibir la
noticia, el arquitecto municipal, volvió a Oviedo para entrevistarse con don
Aurelio y éste le manifestó que «en vista de lo que el Ayuntamiento de Mieres
había tardado en actuar, él, reuniendo dinero que facilitaron varios amantes
del Arte, adquirió la propiedad de las mencionadas lápidas históricas y las
donó al Museo Provincial Arqueológico, no pudiendo por lo tanto ser adquiridas
por el Ayuntamiento». Seguramente, aunque se hubiese logrado en aquel momento
que las inscripciones de Ujo se hubiesen quedado en el Concejo, a estas horas
estarían de igual forma en el Museo de Oviedo, pero lo que no tiene un pase es
que con la importancia que se le viene dando en estos últimos años a la vía y
el campamento de La Carisa como dinamizador del turismo cultural en la Montaña
Central, no tengamos aquí una buenas copias, con sus correspondientes paneles
explicativos para poder entretener un rato a los visitantes.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE: ERNESTO BURGOS, HISTORIADOR. Publicado por La Nueva España el 13-03-2012. ver enlace.
Ernesto
Burgos Fernández (historiador). Nació
en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Historiador, columnista y biógrafo,
éstas son algunas de las facetas de un Ernesto Burgos que rescata con talento
personajes y anécdotas de nuestra historia. Un notorio investigador y gran
divulgador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo
(1979). Diploma de Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La
romanización en las cuencas mineras del sur de Asturias» 2006). Profesor de
Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos «Juan de Herrera»
(Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia),
«Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año
2016 el reconocido historiador mierense fue distinguido con el reconocido
galardón anual de “Mierense del año”. Secretario General de Izquierda
Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III
República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de
Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos» (Conocimiento del
Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la revista de Ciencias
Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la cultura y la historia
de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios cursos sobre el
patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido ponencias sobre su
temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe desinteresadamente
artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos locales (Esquisa,
Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El Carbón, Por tierras
del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas de Santa Bárbara
(2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa Cruz (2011).
Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda Republicana en
Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y
actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Biógrafo de los
revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas de Grossi». 2009) y Jesús
Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra 2010), también ha prologado a
varios autores asturianos. Colaborador del diario asturiano La Nueva España,
donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las Cuencas» (1998-2000); «100
años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los personajes de nuestra
historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene ininterrumpidamente la
página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE:
Alfonso
Zapico (Blimea, Asturias,
1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año
2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula
Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros
educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza
ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad,
editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales
asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…). Se
estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga,
La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado
directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de
lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto
conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida
de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del
Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce
(Astiberri, 2011). Vive en la localidad francesa de Angouléme,
donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias
natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y
ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de cuatro
tomos. Esta magnífica obra es un auténtico tesoro de la novela
gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los
que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de
carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos
tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la
Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". En un
paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de La balada del norte, Zapico
completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), para mostrar de nuevo su faceta
como reportero gráfico al poner el micro al diálogo entre el político Eduardo
Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus libros han sido traducidos al inglés,
francés, alemán o polaco. (…). Foto Wikipedia - Twitter
El blog de Acebedo (Antología de
Historia). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender
el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para
entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad
en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la
historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra
tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este
blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada
historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829
– 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber
nacío nella”
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NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
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