Ilustración de Alfonso Zapico.
Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista
e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con
el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa
obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
La Nueva España
De los cinco días de plazo, el defensor utiliza menos de la mitad y el 21 de diciembre responde, planteando una defensa de la que, reproduciendo su párrafo inicial, puede sacarse una conclusión clara sobre el tono argumental: “De los delitos de Traición Militar y Rebelión, es acusado mi defendido; delitos que aparecen manifiestos y comprobados no solo por las manifestaciones del procesado, si no también por las de cuantas personas deponen en el sumario. El señor fiscal en sus conclusiones provisionales define acertadamente los delitos cometidos por mi defendido” (sic). Del resto, solo argumenta a favor del procesado un posible trastorno mental, sin mencionar detalladamente los indicios que hubiera podido alegar, solicitando la prueba de que sea reconocido por facultativos psiquiatras, para comprobar este extremo. A partir de aquí, el ejercicio de la defensa mantiene el mismo tono de laxitud. Fue notificada la negativa a la práctica de la prueba el día siguiente a la petición, a pesar de que existían numerosos testimonios e indicios de que el reo podría padecer un trastorno mental, tal como declaran en la causa numerosos testigos. El capitán Gerardo Albornoz, uno de los prisioneros en el instituto, además de afirmar que “sacó la impresión de que Vázquez no está en pleno uso de sus facultades”, señala que vio cómo no solo no maltrató a nadie, sino que con su intervención evitó la muerte de algunos prisioneros.
De los cinco días de plazo, el defensor utiliza menos de la mitad y el 21 de diciembre responde, planteando una defensa de la que, reproduciendo su párrafo inicial, puede sacarse una conclusión clara sobre el tono argumental: “De los delitos de Traición Militar y Rebelión, es acusado mi defendido; delitos que aparecen manifiestos y comprobados no solo por las manifestaciones del procesado, si no también por las de cuantas personas deponen en el sumario. El señor fiscal en sus conclusiones provisionales define acertadamente los delitos cometidos por mi defendido” (sic). Del resto, solo argumenta a favor del procesado un posible trastorno mental, sin mencionar detalladamente los indicios que hubiera podido alegar, solicitando la prueba de que sea reconocido por facultativos psiquiatras, para comprobar este extremo. A partir de aquí, el ejercicio de la defensa mantiene el mismo tono de laxitud. Fue notificada la negativa a la práctica de la prueba el día siguiente a la petición, a pesar de que existían numerosos testimonios e indicios de que el reo podría padecer un trastorno mental, tal como declaran en la causa numerosos testigos. El capitán Gerardo Albornoz, uno de los prisioneros en el instituto, además de afirmar que “sacó la impresión de que Vázquez no está en pleno uso de sus facultades”, señala que vio cómo no solo no maltrató a nadie, sino que con su intervención evitó la muerte de algunos prisioneros.