Albino Suárez, en su casa de Pola de Laviana, con parte de los libros que ha publicado. FERNANDO RODRÍGUEZ. La Nueva España |
Hace algún tiempo, cierto profesor de la Universidad de Oviedo se despachaba a gusto en la prensa asegurando que los jóvenes españoles saben más de los sioux (tribu aborigen de Norteamérica) que de Felipe II. No es de extrañar porque España ha sido secularmente un país atrasado y, desde finales de los años treinta, empobrecido a causa de un tsunami cainita que la arrasó literalmente dando paso a un nuevo régimen. Sistema autocrático, que fomentó, entre otras actividades, el deporte con el pretendido motivo de narcotizar a la población. Fue el caso del fútbol personificado en Di Stefano y el ciclismo representado por Bahamontes; también alimentó ciertos programas radiofónicos con tintes melodramáticos, orientados, estos, al colectivo femenino, como la serie de "La segunda esposa" de Gautier Casaseca, o el "Consultorio de Elena Francis", especie de confesionario laico que iba dirigido a ciertas adolescentes desorientadas.