Los amantes de San Andrés
Casimiro Fernández
Iglesias y María Asunción González Viesca se pegaron un tiro en la cabeza en
1913 ante las dificultades para contraer matrimonio |
Ilustración de Alfonso Zapico |
La Nueva España
Hace unos años, Quilino el de Polio me contó esta historia
de amor y muerte: la tragedia de dos jóvenes que prefirieron pasar unidos al
otro mundo en vez de vivir separados en éste. Quilino, paradigma de hombre
integro y solidario, es actualmente el mejor testigo de las luchas del siglo XX
en nuestras cuencas, pero a la vez guarda un sitio en su memoria para esos
otros acontecimientos que le transmitieron sus mayores y que no quiere que se
pierdan en el olvido. Uno de los protagonistas del drama fue un joven llamado
Casimiro, que en el momento del suceso contaba 26 años. Era hermano del abuelo
de Quilino y por eso en la familia siempre se guardó su recuerdo y el del
triste suceso que puso fin a su vida. Incluso su fotografía pudo sobrevivir al
paso del tiempo, pero faltaba encontrar la fecha del drama y, sobre todo,
ponerle nombre a la mujer que una mañana soleada, hace ya más de un siglo, unió
para siempre su sangre con la de su compañero.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
La búsqueda no fue fácil, ya que los suicidas no dejan
huella en los libros de la Iglesia y la casualidad quiso que la anotación del
juzgado se convirtiese en humo cuando el registro de aquella defunción se quemó
en la revolución de octubre de 1934. Finalmente, gracias a la labor que la familia Varela está
haciendo en su página elvalledeturón.net componiendo toda la genealogía de sus
vecinos y a que los hechos se recogieron en su día en una pequeña reseña de la
portada del diario El Noroeste, ahora podemos recomponer la historia de
aquellos amantes que nos lleva por sus circunstancias a las que inspiraron el
teatro de Federico García Lorca y también inevitablemente a la gran tragedia
Romeo y Julieta, de William Shakespeare. Solo que esta vez el destino quiso
cambiar la noble ciudad de Verona por el pequeño pueblo de San Andrés -o
Santandrés, si lo prefieren- de Turón. El 23 de marzo de 1913, dos novios sellaron para siempre su
relación, pero sus alianzas no fueron de oro, sino de plomo. Ella se disparó un
tiro de revolver y él la correspondió apretando el gatillo de su pistola. No
hubo explicación oficial y las familias tampoco dijeron nada sobre los motivos
de aquella acción sin vuelta atrás; apenas una pequeña nota escrita
apresuradamente que se encontró al lado del cuerpo de la mujer: "Me
suicido; no se culpe a nadie de mi muerte".
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Alguien comentó que unas palabras podían haber evitado las
muertes. Unas frases hechas para un ritual que nunca llegaron a pronunciarse y
que ella esperaba escuchar cada domingo en la misa de doce, hasta que la
impaciencia dio paso a la desesperación. Como un pequeño homenaje a su memoria,
ahora escribimos aquel pregón que debío decirse en 1913:
"Quieren contraer el Santo Sacramento del Matrimonio,
por palabras del presente, como manda la Santa Madre Iglesia y el Derecho
Canónico dispone: don Casimiro Fernández Iglesias, natural de Villandio e hijo
legítimo de don José Miguel Fernández y doña María Rosario Iglesias, con doña
María Asunción González Viesca, natural de San Andrés e hija legítima de don José
González y doña Leandra Viesca. Si alguna persona supiera algún impedimento por
el cual este matrimonio no pudiera celebrarse, tiene la obligación de
manifestarlo y de no hacerlo, quedaría bajo la pena de pecado mortal". El último domingo de sus vidas, ella tuvo el presentimiento
de que por fin se iba a hacer público el anuncio de su compromiso y pidió a
Casimiro que estuviese a su lado en la misa, pero otra vez el silencio del
sacerdote se clavó en su corazón; en esta ocasión para herirlo de muerte. Los dos abandonaron el templo en silencio y con la cabeza
baja para dirigirse carretera arriba hacia la cuesta de El Lago, donde vivía
Asunción; cuando llegaron, ella entró en la casa mientras él se sentó a
esperar, sentado en un muro frente al corredor de la vivienda que daba vista a
la carretera por la que apenas transitaban aún los vehículos de motor.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
El cronista de El Noroeste relató así lo que sucedió
después: "Asunción González Viesca, de 19 años, soltera, natural y vecina
de San Andrés, hallábase a la una de la tarde escribiendo, según referencia de
su familia, cuando la detonación de un tiro de revolver alarmó a una hermana de
la Asunción, quien apresuradamente corrió a la habitación de ésta, donde la
halló agonizante pues se había disparado un tiro en la cabeza. Momentos después entraban en la habitación un cuñado de la
suicida y don Casimiro Fernández Iglesias, novio de la Asunción, éste ante el
trágico cuadro que se presentaba a su vista sufrió un acceso de desesperación y
sin que nadie pudiera evitarlo se disparó un tiro atravesándose la cabeza,
quedando los dos jóvenes en estado agónico". Quilino conoce más detalles. Es cierto que Asunción estuvo
escribiendo en la habitación, seguramente la nota que se encontró junto a su
cadáver, pero cuando decidió poner fin a su existencia quiso hacerlo guardando
para siempre la imagen de su compañero y por ello se acercó al corredor y
dirigió la vista hacia él. Pero, como si hubiese adivinado lo que iba a
suceder, en el último momento, Casimiro también miró a la casa y pudo ver el
disparo y la sangre brotando como un clavel macabro en la sien de su amada. Entonces subió precipitadamente a la vivienda y al llegar a
la habitación se arrodilló para acariciar a la joven y arreglar su vestido,
luego sacó una pistola de su bolsillo y sin que nadie pudiese evitarlo también
apretó el gatillo. No murieron inmediatamente, aún hubo tiempo de avisar al
juez, quien se trasladó hasta San Andrés, aunque no pudo tomar declaración a
los heridos, que yacieron juntos, desangrándose en silencio hasta que dejaron
de existir a las siete de la tarde.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
Turón vivía aquel año un momento crucial en su historia.
Desde que en 1890 un grupo de industriales vascos se había hecho con los ricos
yacimientos de carbón de la zona para fundar la empresa Hulleras de Turón, el
valle estaba atrayendo a centenares de familias de toda España que buscaban
trabajo en sus minas. En 1913 concluyó en el paraje de La Rabaldana la
profundización del pozo Santa Bárbara, que acabaría convirtiéndose en uno de
los más emblemáticos de la Montaña Central y a la vez se multiplicaba la
construcción de viviendas obreras que cambiaban apresuradamente la existencia
campesina por la vida proletaria. Todos los vecinos, los naturales del valle y
los recién llegados, acompañaron al día siguiente al cortejo fúnebre
sobrecogidos por el suceso; la prensa contó que 1.300 almas habían seguido a
los dos féretros hasta el cementerio en una manifestación de duelo como pocas
veces se había visto. Según parece, los dos suicidas eran de diferente clase
social y esta pudo ser la razón que impidió que su relación llegase a buen
puerto por la oposición de los tíos de ella, de una familia más acomodada que
la de él. Casimiro era minero. El tercer hijo de un sastre, forzado a
aquel trabajo por una cojera que le impedía otras labores y que se esforzaba
cada día con su mujer por llevar el pan a un hogar con seis hijos.
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Ilustración de Alfonso Zapico |
El primero
se llamaba Ramón y acabó alcanzando cierta fama en Argentina como médico
naturista; luego vino Teresa y, después de Casimiro, José (el abuelo de
Quilino); otro varón llamado Jesús y, ya en 1893, María Herminia, quien debió
de morir muy pronto ya que en la familia no se sabe nada de su existencia. Para conocer algo sobre Asunción tenemos que volver a
elvalledeturón.net y de sus datos deducimos que, según una costumbre muy
extendida en la época, pudo haber heredado su nombre de otra hermana nacida dos
años antes, que seguramente falleció prematuramente; también tuvo otro hermano
llamado Maximino y dos hermanas más. Una fue Bernarda, quien en el momento de
los suicidios estaba casada con Manuel Suarez González, el cuñado citado por El
Noroeste como testigo de los hechos. La otra María de La Visitación, quien
quiso que no se olvidase el nombre de Asunción y bautizó como ella a la hija
que tuvo el 27 de febrero de 1915. Nosotros también queremos honrar hoy la memoria de dos
amantes cuya muerte conmovió en su día al valle de Turón. Ojalá hayan
encontrado la paz que quisieron buscar juntos aquel primer domingo de
primavera.'
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Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR. Publicado por La Nueva España el 24-01-2017. Ver enlace. _________________________________________________________________________
AUTORES.
Ernesto
Burgos Fernández (historiador). Nació
en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Historiador, columnista y biógrafo,
éstas son algunas de las facetas de un Ernesto Burgos que rescata con talento
personajes y anécdotas de nuestra historia. Un notorio investigador y gran
divulgador. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo
(1979). Diploma de Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La
romanización en las cuencas mineras del sur de Asturias» 2006). Profesor de
Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos «Juan de Herrera»
(Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia),
«Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año
2016 el reconocido historiador mierense fue distinguido con el reconocido
galardón anual de “Mierense del año”. Secretario General de Izquierda
Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III
República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de
Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos» (Conocimiento del
Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la revista de Ciencias
Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la cultura y la historia
de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios cursos sobre el
patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido ponencias sobre su
temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe desinteresadamente
artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos locales (Esquisa,
Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El Carbón, Por tierras
del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas de Santa Bárbara
(2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa Cruz (2011).
Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda Republicana en
Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III República (P3R) y
actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de Asturias. Biógrafo de los
revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas de Grossi». 2009) y Jesús
Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra 2010), también ha prologado a
varios autores asturianos. Colaborador del diario asturiano La Nueva España,
donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las Cuencas» (1998-2000); «100
años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los personajes de nuestra
historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene ininterrumpidamente la
página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE:
Alfonso
Zapico (Blimea, Asturias,
1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año
2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula
Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros
educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza
ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad,
editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales
asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…). Se
estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga,
La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado
directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de
lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto
conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida
de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del
Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce
(Astiberri, 2011). Vive en la localidad francesa de Angouléme,
donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias
natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y
ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de cuatro
tomos. Esta magnífica obra es un auténtico tesoro de la novela
gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los
que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de
carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos
tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la
Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". En un
paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de La balada del norte, Zapico
completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), para mostrar de nuevo su faceta
como reportero gráfico al poner el micro al diálogo entre el político Eduardo
Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus libros han sido traducidos al inglés,
francés, alemán o polaco. (…). Foto Wikipedia - Twitter
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”
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NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
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