4 de junio de 2022

La palabra de las piedras (III)

Primera plaza comercial
Los cilúrnigos, los primeros gijoneses, con especial mención a su actividad de comercio marítimo gracias a que dominaban la ensenada de El Musel (…). Saber más... La Nueva España.
Los Cilúrnigos eran una gens. Cilúrnigo es una palabra de origen indoeuropeo que se podría traducir como calderero. Si actualizamos el término, metalúrgico
La Casa circular. Es la planta más completa de una vivienda en el castro gijonés. Tiene un doble paramento circular concéntrico, con zanja intermedia. Su pavimento original estaba compuesto por pequeños cantos rodados. Foto: Miki López.

El Blog de Acebedo
La gens es siempre un grupo organizado. En torno a jerarquías, ya muy definidas durante la Edad del Hierro, pero también en torno a especializaciones de trabajo. Los vestigios de esa labor metalúrgica están por todo el castro: producían mucho, y probablemente buena parte de los habitantes de la Campa tenían relación directa o indirecta (aunque no exclusiva) con las labores caldereras, que eran el sostén económico principal del poblado. El metal proporcionaba riqueza. Esa intensa actividad metalúrgica queda más que probada por los numerosos restos arqueológicos encontrados. Hablamos de metalurgia del bronce pero en la Campa Torres también han aparecido utensilios de hierro, mineral que requiere un proceso más complejo (comenzando por temperaturas más altas), que el bronce en su conversión a metal.

Figura 2.1 Cubeta nº 3 (sector 6). Una vez excavada y con restos de la bóveda en arcilla (derecha) y planta de la cubeta nº 4 sin excavar y con círculos de carbón denotadores de hornadas (izquierda). Saber más... METALURGIA DEL BRONCE EN EL POBLADO PRERROMANO DE LA CAMPA TORRES (ASTURIAS).

El hallazgo metalúrgico más llamativo es un horno, excavado al completo. Es una estructura en arcilla del terreno, que incluía una pequeña bóveda y un orificio desde donde se insuflaba aire. Hay otro segundo horno localizado, del que se sabe que es trilobulado. Por decirlo de forma sencilla, una especie de tres hornos en uno. Pero además la Campa Torres proporcionó un número inusualmente alto de pequeñas producciones metalúrgicas, sobre todo piezas de adorno personal, junto a utensilios para la obtención del bronce, como los crisoles, las toberas y los moldes. Es evidente que el castro tiene un notable peso económico durante los siglos inmediatamente anteriores a la época romana y durante un primer periodo tras la conquista. Ese auge económico, incluiría intercambios de bronce en bruto y, por supuesto, comercio de objetos. Los cilúrnigos de la Campa son buenos trabajando el metal y se aprovechan de un emplazamiento inmejorable. Por un lado, el antiguo fondeadero donde hoy se asienta El Musel; por otro, la ría de Aboño, por entonces navegable, con mayor calado y, por tanto, más penetración. En lo que hoy es el puerto exterior se abrían dos ensenadas, La Cueva y Fuente Negra. La naturaleza se alió con los navegantes para proporcionar un entorno muy seguro. 
UNA ALLANADA DE VIDA AZAROSA. Los arqueólogos constataron un arrasamiento de los niveles superficiales de las construcciones excavadas en la allanada interior del castró. Se extrajo piedra desde siempre, se excavó tradicionalmente de forma clandestina y hasta la zona fue escenario de un polígono de tiro durante el siglo XX. Y aún quedan restos: un milagro. Foto: Miki López.

El Cabo Torres protege de los vientos “gallego” (del Oeste) y Norte; había una amplia superficie navegable, sin apreturas, con accesos poco complicados, fondos limpios, ausencia de corrientes peligrosas y fuentes de agua dulce, cuyo abastecimiento era indispensable para la navegación. Y el castro, con todas esas condiciones favorables, se convierte en un maravilloso bazar de donde salen objetos en bronce con múltiples tipologías: ganchitos, laciformes, hebillas, enganches de tahalí, pequeños colgantes, fíbulas... Todo de tamaño reducido (antes mencionábamos un destino preferente, el del adorno personal, pero también fueron encontradas muchas piezas de guarnicionería) y con decoraciones muy cuidadas. Hay barritas de bronce, que podrían haber sido moneda de cambio, y hay lingotillos, piezas de sección rectangular o cuadrada, de uso no determinado. Por contra, faltan herramientas. Lo fundamental es que la especialización metalúrgica puso a la Campa Torres en el mapa comercial del Cantábrico mucho antes de que los barcos romanos aparecieran por el horizonte. 
FIGURA 2.2: Zona inferior de la cubeta nº 1 (sector) con un crisol entero, depositado en el interior de una hornada carbonosa. Saber más... METALURGIA DEL BRONCE EN EL POBLADO PRERROMANO DE LACAMPA TORRES (ASTURIAS).

En el subsuelo del castro fueron hallados fragmentos de cerámicas griegas que en la mayoría de los casos tienen una antigüedad entre los siglos IV y III a. C„ y cerámicas campanienses (de la Campania itálica), del siglo I a. C además de ánforas y cerámicas ibéricas, todas con cronologías anteriores al siglo I. “Está claro que esto era un poblado abierto, el punto más importante del norte cantábrico”, señala Paloma García. Se supone que había rutas de cabotaje que llegaban a la Campa Torres, donde se conocía Roma mucho antes de que Roma asomara. La Campa Torres exportaba, pero también importaba. Vino o vajillas de lujo, por ejemplo. 

José Luis Maya González (Albacete, 1949 - Barcelona, 2001), historiador y arqueólogo español, especialista en prehistoria y arqueología. Uno de los arqueólogos más significativos de la historiografía asturiana y catalana. Se licenció en Historia en la Universidad de Oviedo en 1971 y se doctoró en 1975 con el trabajo La Cultura Castreña Asturiana, que fue galardonado con el premio de la Diputación Provincial de Oviedo de ese mismo año. Esta obra ha supuesto un punto de referencia fundamental para las investigaciones de los castros en el noreste de la península ibérica. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

El que fuera director del programa de excavaciones en la Campa José Luis Maya alude en su libro El castro de la Campa Torres. Periodo prerromano" (edición científica junto a Francisco Cuesta) a la aparición de restos que demuestran la presencia de miel en un kalathos, recipiente de almacenamiento. La miel en sí misma indica poco por-que es muy probable que los pueblos prerromanos la consumieran, pero en este caso Maya y Cuesta le dan otra función. La utilización de la miel como conservante en la antigüedad es un hecho conocido y sugiere la importación de frutos ajenos a la región cantábrica, como por ejemplo la uva, que se convertirían en auténticas delicatessen destinadas a personas de una categoría social fuera de lo corriente".
LA CURVA ES BELLA. La pieza se denomina fíbula de torrecilla, nombre que alude a su remate en la parte más gruesa. Es puro diseño, aunque haya sido pensada para ser útil. Las fíbulas tenían la misión que hoy tienen los botones: unir partes de una prenda de vestir. Estaban complementadas con una aguja que en la mayoría de los casos no se ha conservado. De nuevo hay que acercarse a la fíbula para observar una fina decoración con cientos de minúsculos puntos. Es de época prerromana, siglos II I a. C„ y el arco que dibuja atesora toda la belleza de las líneas curvas. Foto: Miki López.

Especialidad en fíbulas
Dentro de la inmensidad de útiles y adornos en bronce, los metalúrgicos de la Campa Torres tenían sus especialidades. Debemos presuponerlas a tenor del número de objetos encontrados en las diferentes campañas de excavaciones. Por decirlo irónicamente, hay en la Campa Torres algo parecido a una obsesión fibular. Las fíbulas son un objeto muy habitual en toda la Edad del Hierro en buena parte de Europa, pero se podría decir que en el castro gijonés hay presencia de casi todas las variedades documentadas. José Luis Maya y Francisco Cuesta mencionan en el libro “El castro de la Campa Torres. Periodo prerromano” no menos de doce variantes de estos objetos que sirven de sujeción textil complementados con una aguja. «Los cilúrnigos conocían lo que se elaboraba en otros lugares, el comercio tiene la ventaja de poder incorporarse a la "moda"»
UN TRABAJO PARA DISFRUTAR CON LUPA La fíbula simétrica de botones es una pieza prerromana que asombra por su perfección. Fue realizada entre los siglos III y I a. C. Servía como complemento textil y se la conoce como broche castellano porque es en la meseta donde han aparecido este tipo de sujeciones que apenas encontramos en el Noroeste peninsular. La pieza, de inspiración celtibérica, se agiganta cuando observamos su decoración con ayuda del objetivo de la cámara. Una joya en 48 milímetros de longitud. Foto: Miki López.

Se conoce bien la famosa fíbula simétrica de botones, que incorpora bolitas fundidas y ensartadas en sus pies, con una decoración que en la corta distancia impresiona, y la archiconocida fíbula de caballito, convertida en icono del castro, pero también hay presencia de fíbulas de torrecilla y de las de doble resorte. A los cilúrnigos, esa gens de caldereros finos, les gustaban las fíbulas y conocían bien lo que se elaboraba en otras latitudes. El comercio tiene esa ventaja, la de poder incorporarse a la “moda” y sacar partido pronto a las propias habilidades. Hay otra especialidad, tal y como se ha apuntado anteriormente. El problema que han tenido los laciformes, la otra impronta inequívoca en la Campa Torres, es que quizá han quedado un tanto ensombrecidos por la espectacularidad de las fíbulas. Los prendedores laciformes debieron de ser especialmente útiles porque tuvieron larga vida; tanto que aguantaron el tipo comercial desde el siglo VI hasta el siglo I a. C. Hay que entender que se trataba de una producción metalúrgica muy sistematizada, con tamaños que van desde los cinco centímetros de longitud a los que apenas llegan a los dos.
EL CABALLITO QUE SE HA CONVERTIDO EN ICONO. Se trata de una pieza de bronce que se ha convertido en la referencia iconográfica del Parque Arqueológico de la Campa Torres. No es para menos. Mide de largo apenas 47 milímetros y de alto 28 milímetros, pero en esas dimensiones mínimas se concentra un gusto exquisito. El caballito, que tiene una perforación en la pata trasera y una argolla que cuelga de su boca, servía como elemento de sujeción para una prenda de vestir. Es de época prerromana. Foto: Miki López.
Del cobre al bronce, y del bronce al hierro
Primero fue el cobre, después llegó el bronce y más tarde el hierro. Los tres metales conforman tres etapas de la Historia del hombre: el Calcolítico, la Edad del Bronce y las dos Edades del Hierro. Los metales supusieron una revolución de igual calado que lo fue la agricultura en el Neolítico, pero tras las fechas, siempre convencionales, la metalurgia supuso milenios de experimentación, de éxitos y de fracasos, como ocurrió en cada uno de los pasos en la evolución de los seres humanos. Hay en la metalurgia y en la fundición de metales “algo de transgresión, el derecho del hombre a descubrir la naturaleza y las leyes que la regían, frente al mundo más tradicional, en el que dominaban el providencialismo y el orden divino”. Son palabras del catedrático de Prehistoria Germán Delibes de Castro (enero de 2008, conferencia en el RIDEA, en Oviedo/Uviéu). 

Germán Delibes de Castro (Valladolid, 1949) es un prehistoriador y arqueólogo español, actualmente catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid. (...). Los principales temas de estudio e investigación fueron el Calcolítico y la Edad del Bronce, la aparición y difusión de estos dos metales, encauzados dentro de un entorno arqueológico español. Fue igualmente importante el tema de la aparición de la metalurgia en el tercer milenio a. C. como fenómeno importantísimo para la economía de aquellas sociedades cuya historia de la tecnología se considera algo sustancial a la humanidad. Sus estudios sobre este campo han dejado interesantes aportaciones científicas para el mundo de la Historia y la Arqueología, especialmente en el ámbito de la Meseta Norte. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

El fundidor como demiurgo, un trabajo “con dimensión sagrada”, como decía Mircea Eliade. La metalurgia del cobre fue la primera, y nuestros ancestros jugaron con ventaja. La tradición minera en Asturias se remonta a mediados del III Milenio. Aquí había minerales cupríferos como la malaquita verde o la azurita azul (en suma, carbonatos de cobre), de colores lo suficientemente vistosos como para que hubieran llamado la atención incluso antes de conocer sus propiedades. Hace 4.000 años se extraían en minas de la sierra del Aramo, donde se ubican algunas de las explotaciones más antiguas de Europa.

Si la observamos descontextualizada, esta pieza podría llevar la firma de un diseñador del siglo XXI, pero tiene una antigüedad de unos 2.300 años. Es un adorno en bronce, con función poco clara y tan solo dos milímetros de grosor. Estos adornos en espirales tienen una tradición ligada a la Cultura de los i ampos de Urnas, en Cataluña, que se exportó hacia el interior peninsular. Llama la atención la simetría de sus formas, conseguida inevitablemente por mano artesana muy experta. Foto: Miki López.

Las especiales condiciones de estos yacimientos, la caliza y la buena circulación del aire preservaron el entorno subterráneo de manera excepcional y allí se han encontrado esqueletos humanos, maderas y herramientas. La madera jugó un papel fundamental porque una de las modalidades de extracción era la aplicación de fuego directo sobre la roca, un sistema que en diferentes partes del mundo llegó hasta el siglo XIX. Hacía falta mucha leña para avanzar en las entrañas de la mina. El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Oviedo Miguel Ángel de Blas calcula que para remover una tonelada de roca harían falta unos 700 kilos de leña, que en el caso del Aramo era de tejo, especie que abundaba en las inmediaciones.
LA PRIMERA HERRAMIENTA MINERA. Asta de ciervo encontrada en las profundidades de la mina de cobre El Milagro, en el concejo de Onís. Está expuesta en el Museo de Geología (Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo). Foto: Miki López.

FUENTE: «LA CULTURA CASTREÑA ASTURIANA». LA CAMPA TORRES EN EL CENTRO DEL MUNDO. Libro nº 4. Págs. Desde la 10 a la 47. Textos de Eduardo García. Asesoramiento científico: Ángel Villa Valdés. Fotografía: Miki López. La Nueva España. Transcripción: El Blog de Acebedo.
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AUTORES.

Eduardo García García (Oviedo, 1957)
, escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA. Afincado desde niño en Gijón, promovió y coordinó la Biblioteca Gijonesa del siglo XX, editada con el patrocinio del Ayuntamiento de Gijón, siendo autor además del primer título de la colección, "Un tiempo, una ciudad, las fotos de un siglo". Otros libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al Norte". Otros libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al Norte". La Nueva España.

Ángel Villa Valdés. Ángel Villa Valdés ejerce como arqueólogo en el Museo Arqueológico de Asturias. Con anterioridad, desde el Servicio de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, dirigió el Plan Arqueológico del Navia-Eo, programa por el cual se planificaron, entre 1995 y 2009, las intervenciones arqueológicas en los yacimientos del occidente de la región, tanto en las tareas de excavación como de conservación, restauración y musealización del patrimonio arqueológico. Desarrolla su trabajo en ámbitos diversos de la Prehistoria y Antigüedad con particular atención a la investigación del mundo castreño y la minería aurífera antigua, temas sobre los que desarrolló su Tesis Doctoral, trabajo galardonado con el Premio Extraordinario de la Universidad de Oviedo. Ha sido responsable de numerosas intervenciones arqueológicas en los castros más relevantes del occidente de la región como Coaña, Pendia o Chao Samartín y es autor de un centenar de artículos científicos. Seguir leyendo... FUENTE: LinkedIn.

Miki López. Fotoperiodista asturiano, jefe de fotografía del diario La Nueva España, especializado en fotografía documental y fotografías de Asturias. Es autor de más de una decena de libros de temática asturiana. Etnografía, cultura y paisajes forman parte de los trabajos más habituales de este fotógrafo asturiano que lleva más de 25 años dedicado al fotoperiodismo en Asturias. Comenzó su carrera profesional como fotógrafo en La Voz de Asturias en el año 1991. Sus fotografías ilustraron reportajes en revistas como Tiempo, Interviu y El Semanal. Es autor, junto con el periodista Eduardo Lagar, de la serie de reportajes "Asturias, Siglo XXI". Fue un proyecto del diario La Nueva España que analizaba la situación de los 78 concejos de asturianos en el cambio de milenio. Desde 2010 es formador de alumnos en prácticas para los Centros Integrados del CISLAN de Langreo y el IES Aramo de Oviedo. Fuente: MIKI LÓPEZ.

La Nueva España ha sido testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales. FUENTE.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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