Otros tiempos |
Mieres. Salón de baile del Palau. Que funcionó hasta mediaos de los años 60. Foto Archivo. |
La forma de divertirse en los salones de baile de los años cincuenta y sesenta. Una mirada retrospectiva, un recoger el pasado a través del retrovisor en plan nostálgico, puede llevarnos a un intento de comparación de la forma de entretenimiento de aquellos tiempos, de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, con las formas de la actualidad |
Septiembre de
1942 nace el "Parque de Atracciones", más tarde "La Pista de
Sampil", "La Pista" y finalmente, antes de desaparecer ante la
gran demanda de suelo en los 90, "Kraker". (...). Facebook: Mieres Años 80 y 90 de José R. Viejo.
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La Nueva España. A comienzos de la década de los cincuenta, los aún presentes que superan esos ochenta años más o menos bien llevados, salíamos lentamente (pero lo que se dice, muy lentamente)de la negra noche en que nos había sumido la contienda de la Guerra Civil y, sobre todo, de la postguerra. Con una niñez, en la mayoría de los casos, ávida de sacudirse las carencias en cualquiera de los elementales de la necesidad personal. ¿Comenzábamos a ver la luz al final del túnel? Yo diría que no, pero se notaba cierto aire fresco que permitía respirar un tanto aliviado. Se ocupaban los grandes poblados de viviendas sociales que los distintos instrumentos institucionales del régimen franquista habían propiciado.
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Entonces, y en plena adolescencia, comenzaba a forjarse el espíritu de una juventud que se movía entre los hilos de una formación rígida negada a la libre elección y que desembocaría, para la mayoría de los casos, en la aceptación del primer puesto de trabajo que encontrabas a mano, casi siempre en precario. Era la ley del momento y la única salida a una necesidad apremiante? Sin embargo aquellos jóvenes lograban, en base a una imaginación sin límites, repuestas más o menos airosas para alegrar su vida y compensar otros males. Y Mieres, con su idiosincrasia especial, tal cual "torre de Babel" (a consecuencia de la llegada de gentes de otras regiones españolas a fin de ocupar puestos en la minería de hulla), comenzó a ofrecer alternativas a la diversión colectiva. Clásico se podía considerar los salones de baile, en La Capital, el Montecarlo de Requejo o el Palau (en la confluencia de las actuales calles Martínez de Vega y Manuel Llaneza). ¿Las fórmulas? Fácil es recordarlas.
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Cine-teatro-bar
Argentino (Salón Palau), inaugurado el 9 de octubre de 1926 con un
aforo de más de 500 personas y propiedad de D. Alfredo Martínez Herrero y
hermanos. (Foto Archivo) |
O bien acercase a la mesa donde las féminas, conocidas o no, esperaban el toque de la invitación para salir a la zona del baile (amenizado por algunas de las conocidas orquestas "Royal", "Luna", "Montecarlo"...) o bien te buscabas un compañero de viaje para acercase a las dos chicas preferidas que ya danzaban al son del pasodoble, el lento bolero, la samba, e incluso el tango y ciertas novedades en fase de primicias. Claro que, no siempre la suerte acompañaba y, tras las inoportunas calabazas, volvías al ambigú a "consolarte" con una de aquellas compuestas raras que, con un trozo de limón, te servía el camarero de turno. Siempre con una garcilla desde el balde que contenía la totalidad del líquido. Después vino la Pista de Sampil, en la entonces denominada calle Conde de Guadalhorce, al lado del Capitol. Todo un lujo, con pista y marco exterior y sala cerrada ante posibles inclemencias del tiempo. Y ocurría lo mismo o parecido. Allí, con la "Royal" por bandera como titular de la sala y la melódica voz de Cuqui, ¿saben cuántas uniones matrimoniales se fraguaron?. Unas cuantas.
De vez en cuando, surgía la oportunidad de escuchar a la "Marimbas Punto Azul" -con el inconfundible y recordado Cholo Boix, mierense para más datos- o a la "Montecarlo de Castillo", ambas en expresiva y agradable melodía. Y en esto con el primer toque, suave si se quiere, de lo que podría considerarse una leve corriente de nuevas tecnologías, nace la Sala Yubana. Allí, con los tonos bailables del extranjerismo, comenzó a contonearse el cuerpo con el rock y el tuist. A la vez y en la zona propia de la misma calle surgía el Faust, el Babys 1, el Babys 2. En fin, nacía la marcha. De todas formas y en base a los medios de desplazamiento de entonces, trenes y autobuses, una buena parte de aquella juventud abría sus alas buscando los bailes pueblerinos (dicho sin atisbo de menosprecio) en La Pereda, Ablaña, San Tirso, Güeria de San Juan, Figaredo, Ujo, Cenera, La Peña. Sin olvidar concejos limítrofes ni por supuesto Turón, donde la bonanza del oro negro había propiciado un ambiente fin de semana. Había varias salas de fiestas, unos cuantos cines y el ideal marco para la juventud de entonces. ¿Se acuerdan de lo bien que imitaban a "Los Panchos", el trío San Francisco de Turón y el San Juanín de Mieres? Era la moda del momento, o el momento de la moda.
En cada barriada minera, en cada barrio tradicional de Mieres, se formaba el clásico grupo masculino, a modo de pandilla. Los jóvenes no solo unían sus inquietudes para los fines de semana sino que, prácticamente todos los días, había "jarana" en forma de juegos más o menos inocentes. Algunos tenían ya el fútbol como objetivo, ya que el deporte empezaba a mostrar sus oportunidades de forma generosa con vistas al futuro. Eran simples amagos pero se adivinaba la posibilidad de un porvenir, si las condiciones físicas, técnicas e incluso psíquicas, ofrecían garantías de acomodarse en alguno de los clubes de renombre y buscarse la vida de forma holgada y haciendo lo que a uno le entusiasmaba más. Como se suele decir, "de guindas". ¿Cómo se podría describir, con una buena dosis de fidelidad, la jornada de un domingo para la juventud masculina de aquellos tiempos? A riesgo de no acercarse del todo a la realidad, he aquí un ejemplo para los considerados encuadrados en la clase humilde. También la vida juvenil era agradable por aquellos años. Venía a ser risueña a golpe de palo, trabajo en precario y bolsillos vacíos. Cosa de veinticinco pesetas para el domingo, bajo la condición de que sobrara algo con destino al tabaco semanal y alguna pinta de vino peleón en el Mesón Victoria; tasca de barrio donde los más afortunados se jugaban las pocas perras al chinchón.
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De todas formas tenías los domingos, fechas esperadas para chatear en torno al mercadillo de La Plaza, alegres y contentos. Diría que dichosos de contar con una jornada para "babear" con los de la pandilla una vez tomadas las tres primeras pintas, y luego otra, y otra, y otra hasta... Llegada la hora de comer te ibas a casa cabezón, riéndote por dentro y poniendo cara de tonto por fuera. Despachabas con cuatro bocados las tristes viandas y te echabas una cabezada en tu cuarto pobre pero limpio, que de ello se encargaba la patrona, madre entre las madres. Por la tarde volvías a reunirte con los de siempre para ir a las salas de baile o en cortejo por los localidades de alrededores buscando el "ligue". Finalizada la faena volvías de nuevo con los amigos, a tomar las últimas pintas de domingo. También a escuchar las "hazañas" de los veteranos de la mili, que te sorbían el seso porque tú aún no habías sido llamado a filas.
Ni qué decir tiene eso de conocer los pormenores de la gran experiencia que suponía cumplir el servicio militar aunque, todo sea dicho en tiempo y forma, los mineros del interior estaban exentos de tales obligaciones por decreto de la autoridad correspondiente. Y así, uno y otro festivo que servían para cargarte las pilas. Por el resto de la semana surgían días determinados y un escenario especial. Por ejemplo jueves y sábado, incluso más fechas de la semana, formabas parte de la "troupe" que se movía por el llamado "Paseo" (hoy calle Manuel Llaneza) para ver pasar a las chicas que también asomaban por ese marco preferido. Era una especie de ritual, sin mayores connotaciones, que servía sobre todo para refrescar la vista y hacer planes con para el domingo. De ahí no pasaba el asunto. Sí comenzaban ya a surgir los guateques en sitios cerrados, donde se bailaba y se bebía "sangría" (vino y gaseosa), quizás el preludió del "botellón". Y no sobra recordar los "bailables" de los jueves con la Banda Municipal de Mieres, en el auditorio del Parque Jovellanos.
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AUTORES.
AMADEO
GANCEDO (Tuña (Tineo) 1935 - Mieres del Camino 2019), ejerció de fedatario del
ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de
los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del
concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política
y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis
Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió Xaimealcaldes, empresarios,
sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el
propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más
tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en
la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también
un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las
iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal
Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su
vida estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia.
Se trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los
“Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro
Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos
inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en
casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes
de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le
recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez
falleció el 27/04/2019. Fuente: La Nueva España.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su
deseo, porque es justo reconocer a los autores
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última vez el 11 de mayo de 2023 a las 08:46 horas.
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