Historia y presente |
El historiador
británico John H. Elliott. (EFE). El historiador imprescindible de la época
moderna en España, que desde su cátedra en Cambridge creó una gran escuela de
expertos en nuestra Historia (...). Saber más... El Confidencial.
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Un libro de John H. Elliott (Reading, 23 de junio de 1930-Oxford, 10 de marzo de 2022), permite comparar tiempos pasados con problemas como la crisis de la Monarquía y el conflicto territorial |
Retrato de
Gaspar de Guzmán y Pimentel (1587-1645), conde-duque de Olivares y valido del
rey Felipe IV de España. El Conde-Duque de Olivares fue pintado por Velázquez
hacia 1625 y se conserva en la colección particular de José Luis Várez Fisa de
Madrid. (...). Saber más... WIKIPEDIA. |
La Nueva EspañaLos artefactos que el hombre fabrica pueden servir para nada o para mucho, para el bien o para el mal, para lo sublime o lo abyecto. Así, los libros, unos sirven para formar montones de papel o amontonarse, mugrientos, en los rastros dominicales o mercadillos de viejo; otros, por el contrario, son joyas, cuyo resplandor, por muchos quilates, puede hasta modificar las mismas vidas:
«Toda mi vida modifica el libro que estoy leyendo», escribió
Borges.
Quede esto escrito, con reto y desafío para el ahora mismo y ante tanto libro de escritor con ensoñaciones y fantasías infantiles de inmortalidad o de lo que sea. ¡El infantilismo en las personas mayores se nota tanto! El libro «Haciendo historia» (Taurus 2012) es un libro bueno. Su autor es John H. Elliott, hispanista británico, estudioso de la España moderna, en particular del siglo XVII. El libro es de interés para los profesionales de la historia por el repaso de métodos y maneras para la historiografía. |
Retrato de
Felipe V, por Jean Ranc (c. 1723). Felipe V de España, llamado «el Animoso»
(Versalles, Francia, 19 de diciembre de 1683-Madrid, España, 9 de julio de
1746), fue rey de España desde el 16 de noviembre de 1700 hasta su muerte en
1746, con una breve interrupción (comprendida entre el 16 de enero y el 5 de
septiembre de 1724) por causa de la abdicación a favor de su hijo Luis I, fallecido
prematuramente el 31 de agosto de 1724. (...).
Saber más... WIKIPEDIA.
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También es útil, especialmente, al permitir comparar tiempos pasados con problemas -los del «valido» y «privado» de Felipe IV, el conde duque de Olivares- semejantes a los nuestros, muy actuales, y entre los que se pueden citar los siguientes: pesimismo y decadencia en la sociedad española, la crisis de la Monarquía por crisis del Monarca y las tensiones continuas entre uniformidad y diversidad o entre el centro (Gobierno de
Felipe IV) y la periferia (
Principado de Cataluña).
Al ser personaje central en esta historia el conde duque de Olivares ha de recordarse, desde Asturias, a un profesor asturiano, don Ignacio de la Concha, catedrático que fue de Historia del Derecho de la Universidad de Oviedo, de personalidad compleja y sorprendente a veces. Don Ignacio «inventó» los denominados «Itinerarios históricos», que fueron unas tutorías didácticas, magistrales y viajeras de muy alto espíritu universitario, unas «tutorías» comparables a las mejores de las universidades inglesas.
Cada «Itinerario» tenía su hilo conductor e histórico y por él transitábamos subidos a un modesto microbús en tiempos de carros, carretas y carromatos. |
Picos de Urbión
en Soria, donde nace el Duero. en el centro Don Ignacio de la Concha (1916-2000),
catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Oviedo, rodeado por
dos alumnos. El de la izquierda es el langreano Adolfo y el de la derecha el
gijonés Antonio Segura. (...). Saber más... LAS MIL CARAS DE MI CIUDAD.
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Si el conde duque estuvo desterrado en
Toro (Zamora), si sus restos están en
Loeches (Madrid), si fue estudiante y rector de la
Universidad de Salamanca, pues, a Toro, a Loeches y a Salamanca íbamos y llegábamos leyendo
«in situ» o «in itínere» el único libro destacado sobre él publicado:
«El conde duque de Olivares» de don Gregorio Marañón, en la edición de Austral (portada naranja), la número decimotercera (año 1969), de 234 páginas -en 1986 y en inglés se publicaría el gran libro, sobre el mismo personaje, de Elliott (en castellano, en 1990, por la editorial Península)-. Señalo que el interés del profesor De la Concha por Olivares tuvo causa, no en su condición de
«valido» del Rey ni por ser personaje central del genial Barroco español, sino por sus investigaciones sobre el complejo
«régimen señorial» español, habiendo nacido Olivares en la
«casa de los Guzmanes». Y junto a la
Colegiata de Toro, en el
convento monasterio de la Inmaculada Concepción de Loeches, y delante de las cadenas de privilegio de la Universidad de Salamanca, se leían las ponencias históricas. Bien deberían escribirse
«crónicas» de aquellos viajes, en las que se tendrían que contar episodios apoteósicos, como la lectura de ponencias en el
monasterio de Santo Tomás de Ávila, delante del
sepulcro del príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos,
«que murió de amor»; lecturas en el
convento de la Inmaculada de Ágreda (Soria) ante el cuerpo incorrupto de la loca sor María, que
«correspondía al Rey por correspondencia», o bajando hacia la frailuna
ciudad Guadalupe (Cáceres) leyendo lo escrito por don
Miguel (Unamuno) en su libro
«Por tierras de Portugal y de España». Podrían contarse igualmente episodios para la risa y el cachondeo, como el de los orinales (con pises) aparecidos debajo de una cama en una pensión pobretona de Córdoba, o el de las «yemitas» de Almazán (Soria), ofrecidas a los itinerantes por unas condesitas repolludas y muy señoritas, amigas de don Ignacio, en el interior de su palacio condal.
Lo del conde duque es muy serio, dramático y normal, pues recibió el mismo trato que los Reyes, primero Austrias, luego Borbones, dan a sus más fieles colaboradores: la patada en lo delantero o trasero. Olivares no dejó de dar consejos -repásese el «Gran memorial» (1624) destinado a su imbécil rey, llamado Felipe, dedicado a la caza, si bien y para bien, no de elefantes en tierras remotas-.
Y es que el rey nada entendía, ni lo más sencillo, ni lo más complicado: la decadencia española y de la propia Monarquía. El conde duque se desgañitaba en balde y el rey en el balde, con esa manía o costumbre, tan de reyes, que consiste en hacer siempre lo que les da la gana, aunque sea delito; y con olvido del que si ahí están «entronados», además de por la gracia de Dios o de Francisco, lo están por imperativo de cromosomas o, dicho de manera más vulgar, por el «ovulito» cazado por el espermatozoide corredor y con movimientos de renacuajo. Con esto, los del «principio monárquico» elucubran con trastornos.
Fue inteligente el conde duque en vincular los comportamientos del rey con el concepto de decadencia, y fueron inteligentes los «barrocos» que encontraron la clave en la palabra «reputación», pues sin reputación una Monarquía no es nada, absolutamente nada.
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Felipe V con
Isabel de Farnesio, por Louis-Michel van Loo. (Wikimedia Commons). Felipe V era
un neurótico obsesivo de manual. Este calavera coronado, se paseaba en pelotas
por los pasillos de palacio recibiendo a los embajadores como Dios le trajo al
mundo. Padecía insomnio, llevaba una vida muy descontrolada, hacía mucha vida
horizontal generosa en sensaciones reconfortantes, se mordía constantemente
hasta el punto de querer devorarse cuando la compulsión alcanzaba cotas
extremas, cosa que lamentablemente para sus gobernados nunca consiguió. Las
malas lenguas señalan que no se llevaba bien con el agua y que su presencia era
notable a distancia. (...). Saber más... El Confidencial.
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Es explicable que al que está acostumbrado a hacer lo que le apetece lo de la reputación le suene a ronquido -la sordera total, no el ronquido, es más enfermedad de músicos que de reyes-.
La decadencia o declinación («declinatio» o «inclinatio») de España, ahora y antes, no admite duda; la desgracia es que siempre fue así; nuestro problema es de proverbio chino: «Las sociedades, como los peces, se corrompen por la cabeza», culpa de unas élites corruptas y ladronas, de sus cabezas y de la más alta, coronada. Los últimos treinta y cinco años de la historia de España (desde 1978) pudieron ser la excepción a la decadencia permanente; pero nada, no fue posible. He ahí la gran estafa y el enfado de españoles muy defraudados.
La pena es aún mayor, si cabe, pues no se sabe dónde situar el período (en la historia de España) «de éxito» o de Edad Dorada; desde luego no en el siglo XX; es que tenemos pocas referencias, acaso Isabel y Fernando, acaso Carlos V, acaso don Pelayo, «monarca» astur, acaso el moro Muza o Munuza. Se podría ahora también escribir lo que Olivares escribió en su «Gran memorial»: «El presente estado en que se hallan estos reinos, por nuestros pecados, es por ventura el peor en que se han visto jamás». No podemos, por supuesto, compartir el autoritarismo del conde duque, en su pretensión de una «Monarquía fuerte» (Elliott); mas sólo pedimos -pido- un poco de orden y no corrupción en todo, todo, también en lo de la Monarquía.
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Detalle del
cuadro La familia de Felipe V de Van Loo (1743), en el que aparece de pie el
príncipe de Asturias Fernando, junto a su padre el rey Felipe V y a su
madrastra, la reina Isabel Farnesio, ambos sentados. (...). Saber más...
WIKIPEDIA.
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No podemos, por supuesto, compartir el autoritarismo del conde duque, en su pretensión de una «Monarquía fuerte» (Elliott); mas sólo pedimos -pido- un poco de orden y no corrupción en todo, todo, también en lo de la Monarquía. Fue siempre valiente Elliott en su crítica a los historiadores «nacionalistas» catalanes que presentaban y presentan a Cataluña «como víctima de la continua opresión de Castilla» (el llamado victimismo), seguido de otros mitos. Lo cierto es que las relaciones entre Castilla y Cataluña siempre fueron muy complejas desde el matrimonio de Isabel y Fernando (1469): unión de las coronas de Castilla y Aragón, y que los acontecimientos revolucionarios de la primavera de 1640 en Cataluña fueron en verdad contra el Gobierno de Felipe IV, pero también contra las élites corruptas (diputats) de la «Diputació» catalana. Jamás, hasta ahora, Cataluña pretendió ser un Estado nación, desgajado de España.
La política centralista y la pretendida uniformidad que quiso el conde duque, sin matizar en la dialéctica tradicional, en España, entre el centro y la periferia, produjo un desastroso resultado: la rebelión en Cataluña y la secesión en Portugal meses después. Y a los que ahora mismo piden un nuevo centralismo de Madrid, al estilo de Olivares, habría que recomendarles que para saber antes de predicar o vociferar han de leer la historia de España; acaso y a esos efectos, con leer a Elliott será suficiente.(...). FUENTE: ÁNGEL AZNÁREZ. Notario. Publicado por La Nueva España el 24-02-2013. Ver enlace. __________________________________________________________________________
1º.- «Haciendo Historia» de John H. Elliott. (Reading, 23 de junio de 1930-Oxford, 10 de marzo de 2022).
2º.- «El conde duque de Olivares» de don Gregorio Marañón, en la edición de Austral. |
«El conde duque de Olivares» de don Gregorio Marañón,decimotercera edición (año 1969), de 234 páginas. En la edición de Colección Austral. Foto Archivo. |
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AUTORES.
Ángel Aznarez es un humanista polifacético. Escritor, colaborador de La Nueva España y de Religion Digital ha sido también miembro de la comisión de urbanismo y ex presidente del jurado de expropiación del Principado de Asturias. Fuente: Asturias laica.
La
Nueva España ha sido
testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la
calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder
indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria
en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de
Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas
las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder
indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los
principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número
de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General,
Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las
redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una
amplia red de corresponsales. FUENTE.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su
deseo, porque es justo reconocer a los autores
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última vez el 04 de mayo de 2023 a las 07:40 horas.
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