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Rafael Giménez Siles, con varias autoridades, en la primera Feria del Libro de Madrid, en 1933. AGA. Público. |
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El camión de la Agrupación de Editores que llevó la Feria del Libro de Madrid a los pueblos de España. AGA. Foto coloreada. Público. |
Público.
Un camión republicano surcó los caminos de España en 1934 para llevar libros a pueblos remotos y fomentar la lectura en todos los rincones del país. Un antepasado del bibliobús cuya visita era todo un acontecimiento, pues también llenaba de música y cine las plazas.
Un camión republicano surcó los caminos de España en 1934 para llevar libros a pueblos remotos y fomentar la lectura en todos los rincones del país. Un antepasado del bibliobús cuya visita era todo un acontecimiento, pues también llenaba de música y cine las plazas.
"Se hizo popular por todas las carreteras que recorrió. Los chicos le aplaudían y vitoreaban; las personas mayores le saludaban con alegría; las gentes en general, le llamaban el camión de los libros y también el camión que habla"
Contaba en Almanaque literario Rafael Giménez Siles, secretario de la Agrupación de Editores Españoles. El fundador de la editorial Cenit tuvo claro que resultaba necesario potenciar el mercado interior, debido al precario sistema de distribución y a la caída de las ventas en América. Y, para ello, impulsó la Feria del Libro de Madrid en 1933 y, un año después, el camión-librería. En vez de atraer a los potenciales lectores a las tiendas, los editores llevarían los libros a la gente, una iniciativa que tenía un fin eminentemente comercial, pero que se enmarcaba en una labor de difusión cultural de la Segunda República que había tenido como precedentes las Misiones Pedagógicas o el teatro ambulante de La Barraca, dirigido por Federico García Lorca.