Ilustración de Alfonso Zapico |
Una exhaustiva investigación sobre los hechos delictivos "durante la
dominación roja" en relación a los asesinatos y saqueos producidos
Ilustración de Alfonso Zapico |
Seguramente el libro más macabro que
tengo en mi biblioteca es "La
dominación roja. Causa General" editado por el Ministerio de Justicia
en diciembre de 1943. Lo encontré hace tiempo en una librería de viejo y quede
impresionado por la dureza de sus fotografías entre las que abundan primeros planos
de cadáveres. Aún hoy, cuando lo consulto procuro saltarme esas páginas. "La dominación roja" fue
prologado el ministro de la época,
Eduardo Aunós Pérez, un catalanista de la Lliga Regionalista, quien primero
fue secretario de Francesc Cambó, pasó después a ocupar la subsecretaría del
Ministerio de Trabajo, Comercio e Industria en la dictadura de Primo de Rivera
y a partir de 1937 militó en Falange Española de las JONS. De modo que no sé
cómo tratarán su biografía los historiadores independentistas, aunque tampoco
me preocupa.
Eduardo Aunós Pérez. (Fundación Nacional Francisco Franco) |
Ilustración de Alfonso Zapico |
Ilustración de Alfonso Zapico |
Pero la pieza clave para la Causa
General fueron unos formularios divididos en tres Estados que tuvieron que
presentar los alcaldes recogiendo todos los datos que les fuese posible
conocer.
En el primer Estado se reunían los
nombres de las personas que residiendo en el municipio hubiesen sido asesinadas
por su condición derechista, apuntando su edad, profesión, filiación política y
cargos públicos que hubiesen desempeñado; la fecha de la muerte o desaparición;
y en el caso de que se hubiese encontrado su cadáver, en qué sitio y qué clase
de heridas presentaba. También se hacía constar si su defunción estaba inscrita
en el Registro Civil y los nombres, apellidos y paradero de las personas
sospechosas de haber participado en su ejecución. El segundo Estado se destinaba a los
cadáveres recogidos en cada término municipal de personas que no residiesen en
él y hubiesen fallecido por muerte violenta. Se consignaban unos datos
parecidos a los que se pedían para los muertos afincados en el lugar: nombres,
apellidos y domicilio si constaban; edad, profesión, filiación, cargos que
hubiesen desempeñado y los datos de sus posibles asesinos. También la fecha del
hallazgo y el lugar donde se había producido; qué clase de heridas presentaban,
y de cualquier forma todas las señas y datos que pudiesen servir para la
identificación.
Ilustración de Alfonso Zapico |
Finalmente, en el tercer Estado
debían relacionarse los "tormentos, torturas, saqueos, destrucciones de
iglesias y objetos de culto, profanaciones y otros hechos delictivos que por
sus circunstancias, la alarma o el terror que produjeron deban considerarse
como graves con exclusión de los asesinatos que fueron cometidos en este
término durante la dominación roja". Gracias a mi amigo Dionisio Costales,
hombre de mar y experto en historia militar, tengo ahora el informe que envió
el alcalde de Mieres don José Domínguez el 15 de noviembre de 1940 con los
datos de su ámbito territorial. Como no es posible consignar en esta página
todos los apuntes, debemos conformarnos con un resumen. Entre los muertos
vecinos del concejo figuran sesenta y tres identificados como derechistas,
incluyendo a la única mujer de la lista: Etelvina Pérez Pérez de 60 años
asesinada en San Esteban de Las Cruces; también cinco falangistas, uno de ellos
el seminarista Luís Campomanes García.
Además, dos militantes de Acción
Popular, el farmacéutico Vicente Gutiérrez Menéndez y el diputado Bernardo Aza
y González-Escalada, quién según la reseña fue fusilado en Madrid el 21 de
julio de 1936 en vez del 21 de agosto, como figura siempre en sus reseñas
biográficas, y por último un guardia civil llamado Secundino Bretón Argüelles y
otros dos ciudadanos apolíticos.
Bernardo Aza y González-Escalada. (Enciclopedia de Oviedo) |
En cuanto a los eclesiásticos, junto
al seminarista ya citado, aparecen los religiosos Ignacio Gorreño Gorozabel y
Anselmo Vega Fernández, muertos en San Esteban de Las Cruces, y los sacerdotes
Francisco Martínez Álvarez, en San Martín de Luiña; Ángel Herrero Cifuentes, en
Collera (Ribadesella) y José Ramón Merediz Llanes, en San Román de Sariego. En
toda la lista no se encuentra a nadie mayor de 60 años y el más joven es el
estudiante José Fernández Sánchez de 15 años, cuyo cadáver no fue encontrado,
pero del que se anotó el nombre de un implicado en el crimen, que en aquel momento
ya había sido fusilado. Con respecto al Estado 2 solo figura
una persona de fuera del Concejo, lo que indica la flojedad de la información
que se manejó para cumplimentar esta petición. Se trata de Adolfo Madera Peña,
primo hermano del líder del Sindicato Católico; vecino de Moreda, minero,
derechista y tesorero de Acción Católica, muerto el 14 de agosto de 1936 por
Manuel (a) Trapero, quien se encontraba ya detenido en un Batallón de
Trabajadores.
Ilustración de Alfonso Zapico |
En cuanto a los saqueos, se
contabilizaron 118 en Mieres, 36 en Turón, 10 en Valdecuna, 5 en La Peña, 4 en
Santullano, 4 en Viade, 3 en Ujo, 3 en Vegadotos, 3 en Figaredo, 1 en la
Rebollada y 1 en Ablaña. Unas cifras que nos llaman la atención porque mientras
parecen lógicas para la capital del concejo y los pueblos grandes, no figura
ninguna denuncia en Santa Cruz, las de Ujo son muy pocas y, al contrario,
parecen demasiadas las presentadas en un lugar tan concreto como Viade. Además se apuntaron la quema de
imágenes religiosas en Turón y Ujo; incendios en las iglesias de Baiña,
Gallegos y Valdecuna y en las capillas de Mieres, Rozadas de Bazuelo y
Brañanoveles; junto a la destrucción de las parroquias de Santa Rosa y Seana y
el deterioro de la de Loredo, dándose la circunstancia común de que estos
hechos no se atribuyeron a ninguna persona concreta sino a las órdenes el
Frente Popular. Después, este documento se
complementó con las declaraciones realizadas por los parientes o testigos de
las muertes y de las propias víctimas de los saqueos y toda la información obtenida
sirvió como eje central para fundamentar la acusación en aquellos juicios
rapidísimos que sirvieron para mandar al paredón a miles de españoles sin
ninguna opción para preparar su defensa. Cuentan que en 1209 en Francia cuando
se perseguía a los cátaros se mandó a las tropas papales entrar a saco y pasar
a cuchillo a todos los hombres de la ciudad de Béziers y como alguien preguntó
cómo podría distinguir a los cristianos verdaderos de los herejes, obtuvo esta
respuesta: "Matadlos a todos, Dios ya reconocerá a los suyos". En
España sucedió algo parecido cuando los vencedores llevaron hasta las últimas
consecuencias la idea de que la Guerra Civil también era una Cruzada.
La dominación roja en España. (Duran Subastas) |
FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto Burgos Fernández (historiador).
Nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957.
Licenciado
en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de
Estudios Avanzados en Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas
mineras del sur de Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha
trabajado en los institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra»
(Mieres), «Camino de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde
2006 en el IES «Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador
mierense fue distinguido con el reconocido galardón anual de “Mierense del año”.
Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de
los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de
Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…). Se
estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga,
La guerra del profesor Bertenev (Dolmen,
2009). Su primer trabajo publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de
lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto
conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida
de James Joyce, Dublinés (Astiberri,
2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge
el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri,
2011). Vive en
la localidad francesa de Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su
Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su
nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de tres
tomos. Esta
magnífica obra es un autentico tesoro de la novela gráfica española y refleja
la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes
luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el
susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente
poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el
sonido de "La balada del norte". Sus
libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…) http://alfonsozapico.com
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