El beato Manuel González García. (Archidiócesis de Sevilla) |
La relación de la beata Práxedes Fernández García y el obispo ya
santificado Manuel González García durante varios veranos en Mieres
Ilustración de Alfonso Zapico |
Como ustedes conocerán, Práxedes
Fernández García, nació el 21 de julio de 1886, en Puente la Luisa, y lleva
camino de ser santa. En el año 1957, se inició su proceso de beatificación y en
2014 el Papa Francisco la convirtió en "venerable", el paso previo a
la beatificación, que queda pendiente a falta de que se reconozca algún milagro
gracias a su intercesión.
PRÁXEDES FERNÁNDEZ en 1954 |
No sé si saben que en la casa natal
de Práxedes se celebra regularmente -cada día seis a las seis- una misa en su
honor. El oficiante de la ceremonia es don Gonzalo Suárez, actual párroco de
Figaredo y uno de los impulsores de su causa. Pues bien, en el ejemplar del mes
de mayo de la revista "Granito de arena", que dirigen las Hermanas
Misioneras de Nazaret, se recogió una entrevista a don Gonzalo, donde este
contó entre otras cosas la relación de la beata de Puente la Luisa con el
obispo Manuel González, quien fue elevado a la santidad el 16 de octubre de
2016.
El obispo Manuel González García. (Wikipedia) |
Los dos se encontraron en los cuatro
veranos de vacaciones que san Manuel pasó en Mieres, de 1920 a 1923, cuando se
encargaba de la diócesis de Málaga, ciudad con la que los condes de Mieres
mantenían una estrecha relación por razones familiares. Aquí celebraba el
obispo la misa y confesaba en la capilla de la Fábrica y también en la iglesia
de La Rebollada, y también escribió su primera carta pastoral el 15 de agosto
de 1920. Manuel González García nació en 1877
en Sevilla, en una familia sencilla, con un padre carpintero y una madre dedicada
a cuidar de la casa y de cinco hijos. De niño fue uno de llamados Seises de la
Catedral, un grupo escogido de pequeños que desde hace siglos cantan y bailan
vestidos de época en algunas celebraciones religiosas y ahora son uno de los
atractivos turísticos de esa ciudad andaluza. Luego ya siguió la carrera
eclesiástica: celebró su primera misa en 1901, y cuando fue nombrado obispo
residencial de Málaga lo hizo con una ceremonia que llamó la atención, porque
en vez de organizar un banquete con las autoridades como marcaba la tradición,
mandó dar de comer a los niños pobres de la población, que la prensa cifró nada
menos que en tres mil. También fue senador en la legislatura
de 1918-1919, cuando la Iglesia católica tenía derecho a designar directamente
a sus representantes; aunque dicen los biógrafos que sus dos preocupaciones
fueron el cuidado de los sagrarios y la creación de un seminario.
Lo primero le
llevó a fundar una larga lista de congregaciones, entre las que destacan Las
Marías del Sagrario, que actualmente tienen representación en la Montaña
Central; los Discípulos de San Juan; los Juanitos del Sagrario, que ahora se
llaman Reparación Infantil Eucarística; la Juventud Eucarística Reparadora, y
sobre todo las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. En cuanto al seminario, lo hizo
realidad en Málaga con la ayuda económica de varios fieles capitalistas, entre
ellos Manuel Loring y Marta Guilhou, los
condes de Mieres, quienes encabezaron el listado de firmas que figura en el
pergamino colocado bajo la primera piedra del monumental edificio el 16 de mayo
de 1920.
Marta Guilhou |
Es sabida la relación de los Guilhou
con la Iglesia católica: poco después de que las Hermanas Dominicas de La
Anunciata hubiesen llegado al Nalón llamadas por Duro Felguera para la
educación de las hijas de sus trabajadores, en 1897, Enriqueta Guilhou las
llamó a Mieres para sustituir en Ablaña a las maestras laicas de la Fábrica y
desde allí no tardaron en pasar hasta el centro de la población y también a Ujo
y Caborana.
Retrato de Manuel Loring Heredia. Álbum familiar Heredia-Loring. (Ayuntamiento de Málaga) |
También hicieron lo propio con los
Hermanos de la Doctrina Cristiana de La Salle para que se encargasen de los
niños, y con el apoyo de la Junta Provincial de Beneficencia, les ofrecieron
primero el edificio que ocupaba el hospital de Fábrica en Murias -cerca del
lugar en el que más tarde se levantó el que todos hemos conocido-, luego unos
talleres de la empresa y una casa cedida por la familia Trelles en La Villa, y
por fin, en 1918 el edificio del Colegio Santiago Apóstol.
Pero sabíamos menos acerca de los
sentimientos religiosos de don Manuel Loring, que nos aclaró el mismo obispo
malagueño en una crónica con una anécdota escrita sobre lo que ocurrió aquel
día y en la que podemos ver como ambos coincidían en la orientación integrista
que se quiso dar a la nueva institución: "Como ya era hora y razón de que
se hiciera un poco por las fuerzas corporales un tanto gastadas con la noche en
claro y la mañana de tantas emociones, la familia entera de comulgantes y
obreros nos trasladamos a la hermosa y amplia Glorieta de Inmaculada convertida
en comedor de lo más primitivo que darse puede? Cuando nos despedíamos, un
grupo de seminaristas latinos se me acerca a pedirme que completara su gozo
adelantándoles las vacaciones ¡la palabra mágica de todos los estudiantes!
Capilla de santa Marta en La Fábrica en 1950. .Asociación de Aprendices de Fabrica Mieres |
El conde de Mieres, gran amigo del
Seminario y mío, que presenciaba la insistencia de los chicos en pedir lo que
ellos estiman gozo supremo y mi resistencia en conceder lo que estimo riesgo y
daño supremo de la vocación, se despidió de mi con esta frase de finísimo
criterio cristiano y pedagógico: ¡Mi enhorabuena, Sr. Obispo! y ¡mis votos para
que en su Seminario no se llegue a pronunciar esa palabra vacaciones: no porque
se prohíba, sino porque a los que en él vivan no se les ocurra!".
En aquellos veraneos mierenses,
Práxedes Fernández y san Manuel González no tardaron en darse cuenta de su
afinidad. Los dos mantuvieron frecuentes conversaciones en la casa de la
Gerencia. Ella acudía a misa diariamente, en alguna ocasión incluso varias
veces el mismo día, y solía hacerlo en el convento de los Padres Pasionistas y
en la capilla de Fábrica de Mieres, aunque también frecuentaba otros templos de
la villa y de los pueblos cercanos, como las parroquias de Seana y de La
Rebollada.
En la capilla de Fábrica, según su propio testimonio, experimentó sus
visiones místicas y llegó a ver al menos una vez a Jesucristo envuelto en
resplandores, mientras rezaba.
Práxedes Fernández García. (Dominicos) |
Una testigo del proceso de
beatificación narró como en una ocasión en la iglesia de La Rebollada, Práxedes
alargó tanto su confesión con el obispo que acabó irritando a quienes esperaban
su turno. Entonces ella se disculpó diciendo "que quería aprovechar,
porque este Sr. obispo es un santo" y, según nos cuenta don Gonzalo
Suárez, el obispo tuvo la misma opinión a la recíproca cuando preguntó en la
sacristía a don Luciano, el capellán de la Fábrica, y al párroco de La
Rebollada: "¿De dónde es esta mujer? ¡Es una santa!". El obispo Manuel González García
permaneció en su diócesis, viendo crecer al seminario malagueño hasta que el
palacio episcopal fue incendiado en el año 1931 en una manifestación
anticlerical y decidió dejar la ciudad para evitar males mayores, pero su fama
hizo que lo frecuentasen otros personajes tan característicos de la Iglesia
española como don José María Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei,
quien manifestó su admiración por su obra.
José María Escrivá, fundador del Opus Dei. (Los Replicantes) |
Murió en Madrid en enero de 1940 y
está enterrado debajo del Sagrario de la Catedral de Palencia, ciudad de la que
también fue obispo. Finalmente fue elevado a la santidad después de que el papa
Francisco reconociese oficialmente como milagro atribuido a su intercesión la
curación inexplicable y sin tratamiento alguno de una mujer de Madrid que se
había encomendado a él para superar un linfoma agresivo. Por su parte, Práxedes Fernández falleció
de peritonitis en Oviedo el 6 de octubre de 1936, en plena guerra civil. Sus
devotos y devotas siguen esperando el milagro que la lleve a los altares.
Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto Burgos Fernández nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Licenciado en Geografía e Historia
por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los
institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino
de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES
«Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de
“Mierense del año”.
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