6 de julio de 2018

Un tenso episodio durante el cerco de Oviedo

Virginia Cowles, la audaz reportera que vivió los desastres de la Guerra Civil en la "escabrosa" Asturias
Virginia Cowles. (FronteraD)
"Complicarse la vida" recoge las crónicas en el conflicto español y en la Segunda Guerra Mundial, con un tenso episodio durante el cerco de Oviedo
Ilustración de Alfonso zapico
Marzo de 1937. Una joven y audaz periodista norteamericana llega a Madrid para informar sobre la Guerra Civil española. Se llama Virginia Cowles. Sus crónicas muestran la mirada sagaz y comprometida de una reportera que contempla las consecuencias de los bombardeos, entrevista a combatientes de ambos bandos y vive momentos gozosos junto a corresponsales legendarios como Ernest Hemingway o Martha Gellhorn. También visitó brevemente Asturias, como deja constancia el libro "Complicarse la vida" (Tusquets), que incluye además las experiencias de Cowles en los dos primeros años de la Segunda Guerra Mundial. "La marcha a través del norte". Así se titula el capítulo asturiano del libro. Que plantea así la situación: "Durante el mes de septiembre los ejércitos de Franco avanzaron a través de la escabrosa provincia de Asturias y pusieron fin a la campaña del norte. Aunque la derrota era inevitable, las tropas republicanas opusieron una fiera y tenaz resistencia".
Portada del libro 'Complicarse la vida_ de  Virginia Cowles. (Planeta de los libros)
Una primera parada en Llanes: "Era un mar de uniformes. Las calles aparecían llenas de soldados italianos; algunos estaban sentados en cuclillas y abrían latas de carne en conserva con sus bayonetas; otros comían pan y queso y bebían largos tragos de vino tinto. La calle principal se encontraba bloqueada por camiones de abastecimiento que llenaban sus depósitos y, al doblar una esquina, vimos una multitud de niños y amas de casa que contemplaban con curiosidad un gran tanque ruso que había sido capturado dos días antes. Al salir de la población pasamos junto a una yunta de mulas que tiraba de un cañón de 152 milímetros".
Ilustración de Alfonso Zapico
El frío, recuerda la autora, "iba en aumento a medida que avanzábamos, ya que ahora nos hallábamos en las estribaciones de los Picos de Europa, uno de los sistemas montañosos más altos de Europa. Las negras montañas parecían cercarnos por todos lados al estrecharse la carretera, que empezaba a serpentear al atravesar los desfiladeros. Pronto comenzó a llover, pero el capitán conducía a toda velocidad, y parecía evidente que acabaríamos derrapando y cayendo al precipicio. Al doblar una curva nos encontramos con una larga línea de soldados montados en mulas. Formaban una larga y silenciosa procesión que zigzagueaba a través de las montañas".
Ilustración de Alfonso Zapico
Una segunda parada en Oviedo, "una ciudad de Asturias que el general Franco había tomado poco después de empezar la guerra. Las montañas que la rodeaban seguían en poder de los republicanos y durante más de un año se había visto sometida a un constante bombardeo artillero y aéreo. (...) Tardamos cinco o seis horas en llegar a Oviedo, toda vez que la mayor parte del viaje fue a través de las montañas. La carretera que conducía a la vieja ciudad, que se encontraba en un valle, estaba bajo el fuego continuo de la artillería; como era la única carretera que estaba abierta, los camiones cargados de alimentos y los coches oficiales se veían obligados a arriesgarse todos los días. El chófer pisó el acelerador y emprendimos una carrera frenética ladera abajo. A mi modo de ver, el peligro de que se nos rompiera un eje por culpa de los agujeros que los proyectiles habían abierto en la carretera era mucho mayor que el de ser alcanzados por uno de ellos".
Ilustración de Alfonso Zapico
Desde la cima del cerro, "Oviedo presentaba aspecto de normalidad, pero al entrar en la ciudad nos costó creer que alguien pudiera seguir viviendo en ella. Parecía que la hubiese arrasado un huracán, Ningún edificio o casa se había librado de sufrir desperfectos; algunos parecían decorados de teatro a los que hubiesen quitado las paredes; otros hacían pensar en un pastel de cumpleaños cuyo centro hubiera sido vaciado a cucharadas".
Ilustración de Alfonso Zapico
La mayoría de los treinta mil habitantes de Oviedo, relata, "habían sido evacuados, pero unos mil quinientos civiles se habían negado a abandonar sus hogares. La mayor parte de ellos vivían en los sótanos de edificios en ruinas y entraban y salían apresuradamente de sus refugios como si hubieran estado acostumbrados a ello toda la vida. El café principal seguía abierto, pero, como los cristales de las ventanas habían saltado por los aires hacía ya tiempo, el viento atravesaba silbando el establecimiento y los clientes bebían su café con el cuello del abrigo bien subido para protegerse del frío".
Ilustración de Alfonso Zapico
Durante todo el día "se oía el ruido sordo de los proyectiles de artillería que caían esporádicamente sobre la ciudad, pero a nadie parecía importarle: grupos de chiquillos andrajosos jugaban en medio de la calle, un limpiabotas se hallaba instalado en el bordillo y gritaba para atraer clientes y en la esquina una anciana discutía con el carnicero por una tajada de carne de buey". El hotel en el que se alojaba había sido alcanzado "por el fuego de la artillería dieciséis veces. Sólo quedaban tres habitaciones, pero el propietario no quería cerrar. Era un hombrecillo agradable que insistía en que "la señora ha de tener la mejor habitación".
Ilustración de Alfonso Zapico
Me acompañó hasta ella y pidió disculpas por el agujero de proyectil que quedaba justo sobre la cama. No había electricidad, de modo que dejó la vela y dijo que si el bombardeo arreciaba durante la noche, bajase al sótano. Añadió que cuando terminase la guerra tenía planes para abrir un hotel mejor; no disponía del dinero necesario para construirlo, por supuesto, pero eso se arreglaría por sí solo. Con la paz, dijo, vendría todo".
Ilustración de Alfonso Zapico
Empezaba a comprender Cowles que "la población civil de un país raramente interpretaba la guerra hablando de estrategia militar y haciendo uso de 'ismos' altisonantes. La guerra significaba precios en constante aumento, escasez de alimentos y casas llenas de agujeros causados por las bombas. En sus opiniones influía en gran medida el efecto que todo ello tenía en su vida personal".
Solo fue una noche. Pero nunca la olvidó.
Virginia Cowles, segunda por la izquierda, conversa con el actor Ralph Michael en junio de 1946
FUENTE: TINO PERTIERRA
Con ilustraciones de Alfonso zapico

Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia).  Realiza ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).

Se estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).

Vive en la localidad francesa de Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de tres tomos.
Esta magnífica obra es un autentico tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte".
Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…) http://alfonsozapico.com
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