Gaspar Melchor de Jovellanos(1744 - 1811). (Escritores españoles) |
El
relato de lo que el escritor y político recogió en su diario cuando recorrió el
concejo de Lena para abrir las comunicaciones hacia Madrid
Ilustración de Alfonso Zapico |
No es la primera vez que Jovellanos
aparece en estas Historias Heterodoxas. No me pregunten cuanto tiempo llevo
escribiendo en esta página, pero hace once años ya les conté algunas cosas
sobre su relación con Mieres y tres años después hice lo mismo con Lena. El
caso es que don Gaspar es el personaje más interesante que ha parido Asturias y
tanto sus trabajos concluidos como los proyectos que planteó en sus días no han
perdido actualidad. Él fue el primero en intentar que esta
tierra sacase provecho de sus riquezas: dio ideas para el aprovechamiento de
las minas, la agricultura y las posibilidades de nuestras costas; se ocupó del
estudio de nuestros hábitos, criticando aquellos que frenaban el desarrollo
económico; estudió nuestras tradiciones; buscó las señas que nos definen; dio a
conocer nuestro patrimonio cultural y nuestras fiestas, e incluso empleó sin
complejos la llingua en sus escritos más familiares. Como buen ilustrado, trató
tantos asuntos buscando el beneficio de la sociedad que resulta difícil encontrar
un tema que haya pasado por alto.
Gaspar Melchor de Jovellanos. (Pinterest) |
A mediados del siglo XIX, aparecen en Pola de Lena nuevas actividades laborales que van a transformar el Concejo |
Durante aquel destierro disimulado que
ya hemos citado, el 1 de febrero de 1792 Jovellanos fue nombrado subdelegado de
Caminos en Asturias. En aquel momento, ya estaba a concluida la carretera entre
Gijón y Oviedo, en la que él también había intervenido una década antes, y
enlazaba allí con el camino transitable hasta Santullano, que aprovechaba en
muchos tramos la antigua calzada romana. De manera que solo quedaba pendiente
el último tramo, que a la vez era el más difícil, porque se trataba de salvar
nada menos que el puerto de Pajares. Según el diario, el domingo 10 de
noviembre de 1793, día cruel y de viento recio, don Gaspar se subió a la
diligencia para llegar cuatro horas más tarde a Oviedo. Allí iba a permanecer
unos días para solucionar algunos asuntos pendientes y ultimar los detalles del
plan previsto con el arquitecto Manuel Reguera, quien lo iba a acompañar en las
siguientes jornadas. De manera que el trabajo de campo demoró su inicio hasta
la mañana del jueves 14 y concluyó el viernes 29. La reseña de lo que ocurrió en esas dos
semanas nos muestra a un Jovellanos incansable y erudito, que aprovechó su
labor sobre el terreno para recoger de paso toda clase de datos sobre lo que
iba viendo. El mismo día de la salida no perdió la ocasión para ir anotando en
su diario las malas curvas y los desniveles de la carretera de El Padrún; su
impresión sobre el puente de Olloniego, que calificó de magnífico y bien
construido, aunque a su juicio mal ideado y colocado, y también las clases de
roca que pudo identificar, sin que faltase un apunte sobre las vetas de carbón
de piedra que afloraban cerca de Mieres.
POLA DE LENA - MAPA DEL CONCEJO. (Música coral en Lena) |
También, después de detenerse dos horas
para comer en el palacio del marqués de Camposagrado en Mieres, vio aquella
tarde el puente de Santullano, que juzgó como magnífico, aunque aún estaba en
construcción. Y aquí debo recordar otra vez que aunque es un error común
atribuir esta obra a Jovellanos, porque el verdadero responsable desde su
inicio en 1788 después de varios retrasos, fue Manuel Reguera González, quien
junto a su ayudante Emeterio Díaz le iba acompañando en este viaje. En aquel momento, la obra ya tenía en
pie sus cinco arcos, aunque le faltaba todo lo demás, y a la vuelta, el
miércoles 28, volvió a detenerse allí para inspeccionarlos con más
detenimiento. Entonces anotó que toda la cal consumida en la construcción se
había hecho con carbón de piedra sacado de dos minas situadas sobre el camino
entre Santullano y Mieres "llamadas de Brañanocedo por el monte en que se
hallan". Aquel fue un día bien aprovechado, pues
todavía tuvo tiempo de visitar en Pola de Lena la casa de los Benavides antes
de dormir en una mala posada de Campomanes "la primera que se halla
después de la casa de Ramírez, sin resguardo contra el frío, ni limpieza".
Pueblo de Campomanes. (cuadro de Ana Izquierdo) |
Estas aclaraciones sobre los hospedajes
siempre fueron una constante en los diarios del ilustrado, quien también señaló
otro día la de Puente Los Fierros como tan sucia y falta de todo que tuvo que
pedir al cura de Buelles un par de colchones, porque la mejor de las camas que
se le ofrecían era "insufrible por asquerosa". Sin embargo, otra
posada de las de Campomanes, la casa de Felipe, le resultó más limpia, mejor,
con ropa más aseada, mayor abrigo y sala más capaz.
Más adelante amplió en su diario una
nota sobre este aposento, que resulta de actualidad tras el reciente
descubrimiento de unas pinturas religiosas de esta época en una casa de Ujo:
"Toda la sala está pintada por un tonto del país, que sacó esta habilidad
y manchó con ella las casas, hórreos y habitaciones de toda la comarca. Su
fuerte era pintar soldados. Sin embargo, en prueba de que su habilidad era
general, puede decirse que en esta sala pintó al diablo agarrado de un alma
condenada".
De cualquier forma, tenía claro que
"si se hace este nuevo camino, ya le daremos tres comodísimas posadas en
Mieres, Campomanes y Pajares".
PAJARES (1888). Arte - Grabados - Modernos. (Todocolección) |
Jovellanos participó sobre el terreno en
el registro de niveles y la colocación de estacas para marcar la obra y ayudó a
tomar decisiones sobre la construcción de puentes y el trazado de la carretera;
alguna tan drástica como la de hacerla pasar por el medio de Pajares, tirando
algunas casas, para salvar así un paso con cincuenta pies de desnivel en
quinientos noventa y tres de distancia.
Tampoco se olvidó de tomar notas sobre
la geografía del Puerto o extenderse en un estudio sobre los orígenes del río
Huerna, detallando los nombres y los recorridos de todos los manantiales que lo
van nutriendo desde el puerto de La Cubilla hasta Campomanes; ni de redactar un
informe sobre la riqueza artística de Santa Cristina de Lena. También tuvo
tiempo de recibir en Pola de Lena a los párrocos de los alrededores para
escuchar sus opiniones, y todo ello sin descuidar la correspondencia, que iba
recibiendo y mandando regularmente, llegando a escribir diez cartas en una mañana.
Junto a ello, hizo interesantes
reflexiones sobre el paisaje que le maravillaba: "Todo es bello a una y
otra parte, todo sublime, todo grande. Si se hace este camino, será el encanto
de los viajeros, singularmente de aquellos que sean dados a la contemplación de
la naturaleza", y dejó su opinión sobre las poblaciones que iba a cruzar
la carretera.
Vista General de Ujo hacia el año 1890 |
Imagen de Jovellanos en la Caratula del libro de Francisco Cienfuegos, 'Jovellanos' |
FUENTE:
ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto Burgos Fernández nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957.
Licenciado en Geografía e Historia
por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los
institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino
de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES
«Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de
“Mierense del año”.
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