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Alzado del pabellón novedades, según planos conservados en el Archivo Municipal de Mieres. Varietés. |
Un halo romántico suele rodear a los cómicos de la legua. Cuanto más antiguo más romántico. Si pensamos en una compañía de gira por Asturias en el lejano año de 1913, se supone que el romanticismo va de serie. Y no siempre fue así. No todo era tan cómico entre estos cómicos. A veces tenían más de leguas que de lo otro. Pronto lo supieron en Mieres. La noche del 15 de enero. Invierno. La calle y el tiempo hacían buscar cuartel. Por ejemplo en un llagar de aquellos de “a perrona la meada”. Allí se contaban los sucesos del día. Muchas novedades no pasaban entonces por el camino de Mieres. Así que, entre aldeas y montañas, acaparaba los comentarios una compañía de varietés que, capitaneada por un transformista de cierto renombre, tenía la intención de actuar los días próximos en el Salón Novedades (también llamado Cine Mierense). Era el Novedades un pabellón céntrico y flamante, con más posibilidades escénicas que el Café Oviedo o el Café París, aunque finalmente de escasas pretensiones.