3 de agosto de 2020

Caprichos de la historia

Modesto Cobielles: el asturiano que descubrió la cueva de Altamira
Modesto Cobielles  Pérez, (Celorio, Asturias, 15 de junio de 1820 - después de 1881), fue un tejero de origen asturiano, radicado en Cantabria, que descubrió la cueva de Altamira hacia 1868. Imagen: Entrada a la cueva de Altamira entre el conjunto de árboles y arbustos del fondo. De Alonso de Mendoza - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=75464013
El protagonismo del tejero nacido en Celorio en 1820 en el hallazgo de las pinturas rupestres ha quedado oscurecido por la figura de su patrón, el estudioso Marcelino Sanz de Sautuola
Marcelino Sanz de Sautuola. http://kiwix.demo.ideascube.org/wikipedia.es/A/Cueva_de_Altamira.html 
La historia es a veces caprichosa con sus protagonistas y decide, inmisericorde, conceder la gloria solo a unos pocos elegidos dispuestos a alcanzar su cima para grabar en ella sus nombres con letras de oro. Tal es el caso del descubrimiento de la cueva y de las pinturas rupestres de Altamira, historias ambas paralelas y que han sido entremezcladas, eclipsando entre las brumas espesas del olvido el nombre de Modesto Cobielles. En 2020 se cumple el bicentenario del nacimiento de este asturiano de origen humilde y tejero de profesión, atendiendo a los datos proporcionados por el padre Patricio Guerín en su “Centenario del descubrimiento de la cueva de Altamira”. 
Bisonte de la cueva de Altamira. De Émile Cartailhac - Cartailhac, E. & Breuil, H. (1906): «La caverne d'Altamira à Santillane, près Santander (Espagne)». Monaco, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2285084
Según su partida de bautismo, conservada en la parroquia de El Salvador (libro VII, folio 88), Modesto Cobielles Pérez nace un 15 de junio de 1820 en la localidad asturiana de Celorio (Llanes). Parece ser que pronto se traslada a la provincia de Cantabria, donde trabaja como labriego rentando tierras propiedad de don Marcelino Sanz de Sautuola, importante terrateniente y benefactor de la zona, abogado, coleccionista y gran aficionado a la geología y a la arqueología. Cobielles realiza trabajos frecuentes de mantenimiento de las propiedades de Sanz de Sautuola y conoce de sus intereses e inquietudes por la exploración de cuevas de la zona en busca de material prehistórico. De este modo, y en una fecha aproximada al año de 1868, rondando Cobielles el medio siglo de edad, sale a cazar por la zona acompañado de uno de sus más fieles y avezados lebreles. 
Ilustración de Alfonso Zapico
Podemos imaginarnos con cierta facilidad la abundancia de vegetación y la irregularidad del terreno, a pesar de que el término municipal de Santillana del Mar es muy conocido y frecuentado por el asturiano. Pensemos en el perro avanzando y olisqueando el terreno húmedo y fértil, pleno de rutas mágicas, innumerables rescoldos del paso del tiempo, erosionadas y abiertas entre el paraje rocoso. De pronto, el animal se detiene inquieto en la boca de una gruta. Algunos historiadores señalan que pudo quedarse atrapado entre la maleza y que, solícito, Cobielles acude a rescatarlo de las garras de los espinos. Sea cual sea la verdadera razón, el tejero le sigue ágil a pesar de la edad. Frente a él, la entrada a una cueva oscura, angosta, profunda, medio escondida entre la maleza del paraje. 
Reproducción de la «Gran cierva», bajo su cabeza un pequeño bisonte en negro. http://kiwix.demo.ideascube.org/wikipedia.es/A/Cueva_de_Altamira.html
La particularidad y grandeza del tejero asturiano radica en saber distinguir la relevancia de aquella gruta, pues bien pudo haber sido una de tantas a las que sus ojos estaban acostumbrados. Cobielles regresa con rapidez para avisar a Sanz de Sautuola del descubrimiento. El estudioso, que con frecuencia suele visitar y analizar las cuevas de la provincia cántabra, anota las impresiones del asturiano. Sin embargo, no será hasta 1875 cuando ambos visiten la cavidad, localizando algunos útiles, restos de fauna y pequeños grabados y signos abstractos en distintas galerías de la cueva a los que Sanz de Sautuola no confiere demasiada importancia pues, según sus iniciales impresiones, no parecen estar realizados por seres humanos. 
María Sanz de Sautuola y Escalante, de 8 años de edad. María exclamó al ver las pinturas: ¡Mira, papá, bueyes! http://kiwix.demo.ideascube.org/wikipedia.es/A/Cueva_de_Altamira.html
El más importante descubrimiento de la arqueología española aún no se ha producido. Durante los años posteriores, Sanz de Sautuola sigue reconociendo e identificando nuevas cavidades rocosas de la zona hasta que, posiblemente a comienzos del otoño de 1879, acompañado de su hija María Justina, que por aquel entonces contaba 8 años, decide visitar de nuevo la cueva descubierta por Cobielles. Avanzando con cuidado por las angostas galerías, de pronto la voz infantil de María retumba en la sala principal de 2 metros y 30 centímetros de altura. “Papá, mira: bueyes pintados”, exclama señalando con su índice algunos de los polícromos más importantes de la historia de la arqueología rupestre mundial.
“DURANTE AÑOS, LAS MÁXIMAS AUTORIDADES DE LA ARQUEOLOGÍA PALEOLÍTICA MUNDIAL CONSIDERAN LOS POLÍCROMOS COMO UN FRAUDE, HASTA QUE EN 1895 RECONSIDERAN SU POSTURA Y DAN POR BUENO EL HALLAZGO”
Al año siguiente, en 1880, Sanz de Sautuola publica su obra “Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander”, en la que defiende el origen prehistórico de estas pinturas. Miembros ilustres de la Institución Libre de Enseñanza como Francisco Giner de los Ríos o Rafael Torres Campos avalan la autenticidad del descubrimiento, junto con la aprobación del más importante naturalista español especializado, el valenciano Juan Vilanova y Piera. Sin embargo, las máximas autoridades de la arqueología paleolítica mundial, los franceses Émile Cartailhac, Gabriel de Mortillet y Édouard Harlé, consideran los polícromos como un fraude hasta que, tras el descubrimiento de una serie de grabados y pinturas en las cuevas francesas de Le Mouthe, Combarelles y Font de Gaume, en 1895, reconsideran su postura y dan por bueno el hallazgo. 
Gran sala de polícromos de Altamira, publicado por M. Sanz de Sautuola en 1880. http://kiwix.demo.ideascube.org/wikipedia.es/A/Cueva_de_Altamira.html
Demasiado tarde pues ya muchos de los que hubieron participado en tan magno descubrimiento y defensa habían fallecido. Cobielles, Sanz de Sautuola y Vilanova nunca pudieron recibir en vida el reconocimiento merecido. Sirvan estas líneas de homenaje para no olvidar la figura de Modesto Cobielles, el asturiano que, con su visión, destreza y lectura acertada, sentó las bases para que los grandes prehistoriadores del mundo pudieran reconocer la cueva de Altamira como uno de los hallazgos más importantes de la historia de la humanidad.
La cueva de Altamira, conocida como la Capilla Sixtina del Arte Rupestre Paleolítico, es Patrimonio de la Humanidad desde 1985. La cueva de Altamira es la razón de ser del Museo Nacional y Centro de Investigaciones de Altamira, inaugurado en 2001 en un edificio proyectado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg. La visita a la cueva original está limitada por razones de conservación, por lo que el público puede apreciar el techo de polícromos con absoluta fidelidad visitando la reproducción conocida como Neocueva, donde se muestra la calidad de sus pinturas y grabados, la diversidad de técnicas y estilos y la acumulación de una labor artística fechada en más de veinte mil años de antigüedad.
Diorama de la cueva de Altamira, obra del escultor Josep Font. Museo de Arqueología de Cataluña (Barcelona)http://kiwix.demo.ideascube.org/wikipedia.es/A/Cueva_de_Altamira.html
FUENTE: ALICIA VALLINA. Artículo publicado por la Nueva España el 07-06-2020. Ver enlace: https://afondo.lne.es/mas-domingo/modesto-cobielles-el-asturiano-que-descubrio-la-cueva-de-altamira.html?_ga=2.170834912.1378648522.1591160499-1588624037.1591160499

Alicia Vallina es directora del Museo Naval de San Fernando, Cádiz y pertenece por oposición al Cuerpo Superior Facultativo de Conservadores de Museos del Estado. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra, posee estudios de Arte Moderno y Contemporáneo realizados en la Universidad de Cambridge/Christie ś Education Londres. Máster en Formación de Profesorado de Enseñanza Secundaria -especialidad en Literatura- por la Universidad Internacional de La Rioja y Máster predoctoral en Ciencias Históricas; Investigación, Documentación y Nuevas Tecnologías. Doctora en Historia del Arte y Estudios del Mundo Antiguo por las Universidades Autónoma y Complutense de Madrid. Ha trabajado en diversas instituciones culturales además de en la Subdirección General de Museos y de Protección de Patrimonio Histórico de la Secretaría de Estado de Cultura del Gobierno de España. https://fundacion16de24.org/eventos/alicia-vallina-patrimonio-femenino/
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