4 de mayo de 2022

Oviedo va más allá de la Catedral y sus aledaños

El primer Oviedo estuvo en Llagú
El Castiellu de Llagú o Cellagú se extendía sobre la cumbre de una colina localizada al sur de Oviedo, en las proximidades del lugar de Latores. Fue catalogado por José Manuel González en 1958. Las excavaciones se sucedieron desde 1994 hasta 2005 en que fueron levantados los horizontes más antiguos del poblado. (…). Saber más... Castros de Asturias.

El castro de Latores, destruido hace ahora veinte años en favor de la explotación de una cantera, fue el antecedente de lo que siglos después sería la capital del Reino de Asturias
El castro de Llagú, en Latores, cuyos restos se observan en una imagen de los años noventa, ha desaparecido por la explotación de una cantera. La Nueva España.

Permanece vivo desde hace algunos meses el debate que trata de identificar cronológicamente el origen de Oviedo. Las interpretaciones sitúan ese nacimiento en diferentes momentos históricos y dejan abierta una página de nuestra historia que ni las escasas fuentes documentales ni las arqueológicas han podido cerrar hasta ahora con acreditada solvencia. Si bien es cierto que el casco histórico de la ciudad, que se desarrolla a partir del siglo VIII en la colina de Ovetao -donde se implantan los monasterios de San Vicente y San Pelayo-, no es generoso en vestigios romanos que afiancen una fundación en esa época, también lo es que Oviedo va más allá de la Catedral y sus aledaños. Y es en ese territorio extramuros en el que se encuentra Paraxuga, una villa romana que fue documentada en los terrenos donde más tarde se levantaría la Facultad de Medicina. Paraxuga es por el momento el enclave de esa época más próximo a la ciudad actual, pero su entidad es mucho menor que la del conjunto de asentamientos que se distribuyen en las proximidades de Oviedo, a una distancia con el centro histórico que se podría cubrir a pie en sólo unas horas. 

3 de mayo de 2022

La historia del complejo asturiano más grande de España

La Laboral de Gijón, la imponente fortaleza franquista 

Es el edificio más grande de toda España, ocupa 130.000 metros cuadrados y se engloba en un complejo de 27 hectáreas. Para hacerse a la idea, es cuatro veces más grande que el monasterio de El Escorial y su superficie casi triplica la del Camp Nou, el estadio más grande de Europa
La idea de la Universidad Laboral nació en la II República y con la loable intención de abrir un orfanato para los hijos de los mineros fallecidos en accidentes. ElDiario.es.
elDiario.es.
El complejo asturiano le urgen asuntos que preocupan a expertos en historia del arte y conservación. La razón que divide a la opinión pública y a los partidos asturianos es el origen franquista del monumento. La idea de la Universidad Laboral nació en la II República y con la loable intención de abrir un orfanato para los hijos de los mineros fallecidos en accidentes. Pero quienes tomaron la decisión de construirlo finalmente fueron los funcionarios del Ministerio de Trabajo de Franco en 1946 (hasta el 1956) bajo una premisa algo distinta a la anterior. "La Laboral pasó de ser un hospicio corriente a una institución dedicada a formar en las doctrinas de la Revolución Nacional, de inspiración católica y española, a los huérfanos de los mineros a fin de que, ganados para la verdad y la emoción de la patria, puedan ser para ella herederos de la obra". Si bien queda claro el adiestramiento que se impartía en esas aulas, no hay constancia de que su enorme estructura fuese erigida con mano de obra republicana, a diferencia del Valle de los Caídos. De hecho, el mausoleo ubicado en Madrid y la universidad gijonense tienen poco que ver más allá del oscuro periodo en el que ambos fueron construidos: ni hay restos de Franco en el interior ni sirve como espacio de peregrinación para ensalzar hoy en día la figura del dictador. Hace años que la Laboral fue resignificada por los ciudadanos y dotada de un contexto didáctico y cultural que queda lejos del que rodeaba a su estructura hace siete décadas.

2 de mayo de 2022

La protección de nuestro litoral en la historia (y II)

Naves y Corsarios
Viejo cañón en el muelle de Lastres. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Uno de los procedimientos más empleados para conseguir el dominio del mar era la actuación de buques, e incluso armadas, corsarios
Mosaico que representa la defensa del puerto de Luarca por la batería de La Atalaya. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España. 
El Blog de Acebedo
El corsario era una especie de pirata que actuaba amparado y al servicio del rey o del estado, que en ocasiones lo financiaban. Hasta tal punto el rey participaba de las acciones de los barcos corsarios en su nombre, que éstos debían entregarle una parte del botín conseguido. El rey otorgaba o concedía lo que se denominaba “patente de corso”, y el capitán y la nave que la recibían quedaban bajo su amparo y patrocinio. La navegación en corso era un recurso muy efectivo desde el punto de vista militar y muy provechoso económicamente. Como ya señalara F. Braudel en su clásico libro “El Mediterráneo en la época de Felipe II”, el corsarismo “es una industria tan vieja como la historia”. La nao Santiago y sus mercancías, que los portugueses tomaron al marino y comerciarte avilesino Gómez Arias de Inclán en 1474, fuerce valoradas en 8.000 doblas de oro castellanas. Destacados marinos asturianos actuaron durarse determinados períodos de su carrera como corsarios. Tal es el caso, por ejemplo, de Pedro Menéndez de Avilés (1519-1574) o de su yerno Pedro de Valdés (1544-1615). 

1 de mayo de 2022

La protección de nuestro litoral en la historia (I)

La defensa en el mar
Cañón de defensa de la costa asturiana. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo.  La Nueva España. 
La mar ha sido una vía permanentemente abierta a la comunicación y al intercambio con otras tierras y gentes, pero al mismo tiempo, el frente costero ofrece a quienes vienen por la mar un fácil camino de entrada, lo que hace que los territorios costeros puedan ser fácil presa de incursiones y agresiones de gentes enemigas
La llamada Casa de les Pieces, en Santa Catalina, batería que defendía el puerto de Gijón. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España. 
El Blog de Acebedo
Ya los romanos aprovecharon esa vía marítima para atacar a los astures y cántabros con su escuadra, cuando por tierra no conseguían doblegarlos. Desde entonces, a lo largo de los siglos, diversos peligros han acechado desde la mar no sólo a los habitantes del borde costero, sino incluso a los de tierra adentro, por lo que ya desde los tiempos de la monarquía asturiana se estableció un sistema de torres y castillos de vigilancia y defensa. Los diversos y varios conflictos internacionales en los que España se vio envuelta afectaron a la política defensiva en la orla costera, y desde el siglo XVI, y sobre todo en los dos siguientes, con el desarrollo de la artillería, se establecieron diversas baterías en el entorno de los principales puertos con una clara intención defensiva.

29 de abril de 2022

Animales simulados del prerrománico asturiano

Seres que mataban con la mirada
Dos grifos, mitad águila y mitad caballo, en un capitel que perteneció a la Corrada del Obispo, en Oviedo MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ASTURIAS. La Voz de Asturias.
Investigadores catalogan en edificios del románico asturiano al menos cinco tipos de animales mitológicos como el basilisco o la sirena
Grifo alado en la iglesia de San Vicente de Serrapio, concejo de Aller (Asturias) DOCAMPO, MARTÍNEZ Y VILLAR. La Voz de Asturias.
La Voz de Asturias
Seres aterradores, poderosos, casi siempre los malos de la iconografía medieval en eterna lucha contra el poder divino. Asturias cuenta en su patrimonio románico con algunas valiosas imágenes en piedra, que en su momento pudieron servir para advertir a los fieles del mal que acecha en todas partes. Tomados de la mitología grecorromana y reinterpretados por autores cristianos, esos seres fantásticos fueron analizados minuciosamente por los investigadores Pilar Docampo, Javier Martínez y José Antonio Villar en Animales fabulosos del románico en Asturias (Trea), que encontraron al menos cinco de ellos en edificios religiosos (y algunos civiles) del románico en el Principado: La anfisbena, el basilisco, la sirena, el grifo y el onocentauro.

26 de abril de 2022

«Lagunas» de un médico nacionalista haciendo "urbi et orbi", en el siglo XIX

Los asturianos, una raza inferior; la lucha de Ramón y Cajal
Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, Navarra; 1 de mayo de 1852 - Madrid, 17 de octubre de 1934) fue un médico y científico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el Premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi «en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso» (…). Saber más... WIKIPEDIA.

El Nobel combatió las tesis del alcalde de Barcelona Bartolomé Robert que trató de elaborar una jerarquía de pueblos por la morfología del cráneo
Tesis de la jerarquía de pueblos por la morfología del cráneo. La Voz de Asturias.
La Voz de Asturias
Hubo un tiempo en el que el racismo trataba de revestirse a toda costa de un barniz de discurso científico. A finales del siglo XIX, en una época en la que el colonialismo europeo había llegado a su cénit y dominaba a sangre y fuego la práctica totalidad de los continentes del globo, este imperialismo trató en no pocas de ocasiones de justificarse acudiendo a supuestas superioridades raciales que beneficiaban siempre al hombre blanco. Eran tiempos en los que no se soñaban aún con conocer la secuencia del ADN y en el que se definían a etnias por el perímetro del cráneo, algo de lo que se podía deducir, además, el intelecto o las conductas criminales. 

24 de abril de 2022

¡¡¡De lo nuestro!!! Retazo de historia

El hallazgo del tesorillo de Penaturmil cumple un siglo
El tesoro monetario de Penaturmil, Vegadeo, enterrado entre 1297 y 1330 y que fue publicado en 1965 por Fermín Bouza Brey y recogido por Mercedes Rueda e Inmaculada Sáez con el numero 3 en 1992. El número de piezas debía exceder del millar y se conservan 82 fabricadas entre 1277 y 1297. (…). Saber más...Moneda medieval.

El Museo Arqueológico de Asturias conserva la hucha medieval que un niño de Vegadeo encontró en 1922 y una pequeña parte del millar de monedas que al parecer contenía
La hucha y las monedas, tal y como están expuestas en el Museo Arqueológico de Asturias. (P. T.). La Nueva España.

La Nueva España
En el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo, se guarda desde hace décadas el llamado “tesorillo de Penaturmil” (Vegadeo), un abundante conjunto de monedas medievales de diversa factura que aparecieron junto a una cerámica a modo de hucha. Dar con las piezas fue, como sucede muchas veces en hallazgos de estas características, producto de la casualidad. En este caso, combinada con la curiosidad y el empeño de un niño que perseguía a una alimaña y se topó con el descubrimiento. Justo ahora se cumple un siglo del momento en que Eladio Prieto Cotarelo, entonces un joven de unos doce años, dio con el recipiente y su contenido. De la historia de este tesorillo dio profusa cuenta Fermín Bouza Brey y Trillo, que la recogió de su protagonista en 1953 y la publicó en 1961 en el Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), concretamente en el número cuarenta y cuatro.

23 de abril de 2022

Las relaciones sociales y los sistemas de poder de los siglos VIII y IX

Los monasterios de la Edad Oscura
Sección de la miniatura medieval donde están Alfonso III el Magno y la reina Jimena a su izquierda. Liber Testamentorum Ecclesiæ Ovetensis. Alfonso III de Asturias, llamado el Magno (c. 852 - Zamora, 20 de diciembre del 910),1​ fue rey de Asturias desde 866 hasta poco antes de su defunción, ocurrida en 910. Hijo y sucesor de Ordoño I y de su esposa, la reina Nuña, Alfonso III fue el último rey asturiano, o el primero de León, ya que en esta ciudad residió largas temporadas, y allí tenía su Consejo de Gobierno y Tribunal de Justicia. (…). Saber más... WIKIPEDIA. 

Las dificultades para hallar información sobre los cenobios de los siglos VIII y IX en la comarca, que solían ser fundaciones de familias ricas
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
Cuando hablamos de monarquía asturiana nos referimos al periodo comprendido entre los años 718 y 910, aunque siempre teniendo en cuenta que debemos tomar con precaución la primera fecha porque es la que señala la coronación de Pelayo como rey poco antes de la batalla de Covadonga, con todas las dudas que estos acontecimientos siguen planteando. Sin embargo, la segunda sí es segura, ya que los historiadores no tienen dudas al señalar que el monarca Alfonso III falleció en diciembre de ese año y tras su muerte su hijo García I trasladó la corte a León poniendo fin a este periodo de nuestra historia. Tras este hecho llegó un tiempo muy intenso para la Montaña Central, que se convirtió en un lugar estratégico por el que hicieron sus viajes de ida y vuelta los rebeldes que por diferentes motivos intentaron derrocar desde Asturias a los reyes leoneses, como Alfonso Froilaz y sus hermanos contra Ramiro II; Ordoño IV “El Malo” contra Sancho I; el noble Analso Garvixio y más tarde Félix Agelaci contra Alfonso V.