Cuando el Carnaval se fue a los salones de baile
Fermín Canella retrató en "El libro de Oviedo" cómo los festejos vivían la misma transformación que la ciudad. Las celebraciones callejeras con lanzamiento de agua, harina, ceniza o huevos decaen en 1886 para dar paso a elegantes fiestas
El Comercio
La ciudad permanecía aún concentrada intramuros, pero el antiguo arrabal que conducía a la Estación del Norte ya tenía forma de avenida. La ya nombrada como calle Uría comenzaba a ser el eje de un Oviedo que en menos de cincuenta años había duplicado su población. De los 20.000 habitantes que sumaba el concejo en 1840, había pasado a los 40.000 en ese año, 1886 , en el que el catedrático Fermín Canella Secades retrató lo que acontecía en "El libro de Oviedo. Guía de la ciudad y su concejo". A finales del siglo XIX, la prosperidad minera e industrial y la mejora de las comunicaciones hacía que muchos ciudadanos dejaran la zona rural para emigrar a las ciudades.
Fermín Canella Secades. Oviedo en
1849 - Oviedo en 1924. Fue cronista de su ciudad natal. Estudió Filosofía y
Letras y Derecho en la Universidad ovetense, doctorándose en 1870. En 1876
alcanzó por oposición la cátedra de Derecho Civil. En 1882 fue designado
vicerrector y entre 1906 y 1914 rector y, como tal, organizó y presidió los
actos culturales que en 1908 se celebraron al cumplirse el tercer centenario de
la creación de la Universidad de Oviedo, con asistencia de representaciones de
las más importantes universidades de Europa y América. Seguir leyendo...Enciclopedia de Oviedo. |
1886 vio el primer baile de máscaras de la ciudad. de Oviedo - E. C. El Comercio. |
La ciudad permanecía aún concentrada intramuros, pero el antiguo arrabal que conducía a la Estación del Norte ya tenía forma de avenida. La ya nombrada como calle Uría comenzaba a ser el eje de un Oviedo que en menos de cincuenta años había duplicado su población. De los 20.000 habitantes que sumaba el concejo en 1840, había pasado a los 40.000 en ese año, 1886 , en el que el catedrático Fermín Canella Secades retrató lo que acontecía en "El libro de Oviedo. Guía de la ciudad y su concejo". A finales del siglo XIX, la prosperidad minera e industrial y la mejora de las comunicaciones hacía que muchos ciudadanos dejaran la zona rural para emigrar a las ciudades.