Saltos de Agua de Somiedo:
cien años de sociedad
Obreros que construyeron el canal de derivación de 6,5 kilómetros que une el embalse del Valle con las tuberías del salto de La Malva. |
Perdóneme el lector la licencia de repetirme al
iniciar este artículo que intenta rememorar la entrada en funcionamiento de la
primera central hidroeléctrica asturiana y germen de la gran empresa regional
Hidroeléctrica del Cantábrico, antes Saltos de Agua de Somiedo y hoy en día
integrada en la compañía multinacional Energías de
Portugal (EDP)
La sala de máquinas del salto de La Malva, en la que se puede ver una de las turbinas de la casa Escher Wyss & Co., fabricadas en Suiza. |
Y digo repetirme,
porque el 17 de septiembre de 2011, en la Tercera Romería de la Trashumancia
celebrada junto al lago de La Cueva, tuve el honor de pronunciar el pregón y lo
inicié con las palabras que reproduzco a continuación: “Somiedo es un poema
escrito por el agua, una balada caótica de versos labrados piedra a piedra;
pero es poesía armónica y hermosa, arropada por la vida que aflora en todas
partes. Poema vivo, arcaico pero eterno, imperecedero aunque vetusto, primitivo
pero inmortal, como si hubiera sido concebido para perdurar y ello pese a que
tantas y tantas veces, los seres humanos vengamos contribuyendo a su
composición con renglones retorcidos”.