El PCE de
Asturias cinco días antes de su legalización. De izquierda a derecha, de pie,
al fondo, Conchita Valdés, Antonio Areces, Alberto Muñiz, Ángel Alonso, Vicente
Álvarez Areces, Manuel Nevado, Manuel Sánchez, Manuel Menéndez Quintero,
Francisco Prado Alberdi, Gil Guerreiro, Alberto Álvarez, Ángel Zapico, Ángel
León y Ramón Iglesias. Sentados, en la fila del medio, Magali Suárez,
Constantino Alonso, Fausto Sánchez, Luis A. Lobato, Horacio Fernández Inguanzo,
Vicente Gutiérrez Solís, Mario Huerta, Carlos Dago y Emilio Huerta. Sentados,
en primera fila, José Troteaga, Javier Álvarez, José García, José Luis Iglesias
Riopedre, Margarita Lesmes, José Ignacio Pérez Cuartero, Evangelina Morán y
Gerardo Iglesias. El Comercio.
|
Legalización del PCE. Foto Archivo. |
Era un
Sábado Santo. Madrid, desierto. Como gran parte de las ciudades españoles. Las
playas ya comenzaban a ser otro lugar de culto, una alternativa a las
procesiones de Semana Santa. Era un día sin periódico, por la tradición -que
aún pervive en el país- de que los Viernes Santo en los diarios no se trabaja.
Faltaban tres minutos para las diez de la noche cuando el periodista Alejo
García subía apresuradamente las escaleras que separaban la redacción de RNE
con el estudio. Sus prisas tenían justificación. Iba a dar la noticia que el
país venía esperando desde hacía cuarenta años. Con la voz entrecortada, por la
falta de aliento por su carrera, aquel locutor malagueño fallecido en 2008
anunciaba a los españoles que el Gobierno había legalizado el Partido Comunista
(PCE).