2 de octubre de 2013

Ramón Pérez de Ayala Fernández del Portal

Un ejemplo de escritor intelectual
Antonio Machado, Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala cofundadores de la "Agrupación al Servicio de la República" en 1931. Saber más... Nueva Tribuna
Artista temprano, dueño de un humor suave e irónico muy vinculado a su origen asturiano, el autor de «Tigre Juan» fue el creador de la literaria Pilares (Oviedo)
 Pérez de Ayala en la Biblioteca de Asturias. Saber más... biblioasturias
http://www.lne.es




El pasado domingo, 5 de agosto, se cumplieron 51 años de la muerte de Ramón Pérez de Ayala, uno de los grandes escritores que ha dado la literatura asturiana, un intelectual que gozó en su día del reconocimiento de las firmas más destacadas del panorama español. La muerte de Ramón Pérez de Ayala (Oviedo, 1880-1962). Fué el escritor, que supo reflejar con ironía y cierto tono nostálgico el carácter asturiano tan presente en toda su obra, fallecía el mismo día y el mismo año que la actriz Marilyn Monroe.
Ramón Pérez de Ayala (1880-1962), una de las figuras más destacadas de la literatura del primer tercio de siglo, tuvo un gran protagonismo político en los primeros años de la República. Fuente: Asturias. El siglo XX en imágenes. Crónica visual.
Ahora que el paso del tiempo ha restado presencia a su narrativa, «callada y absorta» como la Pilares (Oviedo) de «La pata de la raposa», el aniversario de su muerte en Madrid hace ahora medio siglo es un buen momento para recuperar el trabajo de un novelista sin el que Oviedo habría perdido parte de su presencia literaria, y Asturias, a uno de sus escritores más reconocidos. Los biógrafos de Pérez de Ayala lo describen como un artista temprano, dueño de un humor suave e irónico muy vinculado a su origen asturiano. No tuvo una infancia fácil. Perdió a su madre siendo aún niño y quedó al cuidado de un ama hasta su ingreso, con ocho años, en el colegio de los jesuitas de Carrión de los Condes, para pasar con posterioridad a un centro de la misma orden religiosa en Gijón y concluir el Bachillerato en el instituto de Logroño. 
Caricaturizado por Bagaría en 1916. Wikipedia
Fue ésta una etapa que iba a influir notablemente en su desarrollo personal e intelectual. Por una parte, la vida en un internado dirigido por jesuitas propició un anticlericalismo que el autor de «Tigre Juan» mantuvo durante toda su existencia, aunque suavizado con los años. Pero a esa posición crítica hay que sumar la amplia formación clásica que recibió y la presencia de un amor por las humanidades muy patente en toda su trayectoria vital. A pesar de que se decantó por los estudios de Derecho, el gusanillo de la literatura se acrecentó durante su encuentro universitario en Oviedo con profesores de la talla de Rafael Altamira, Adolfo Posada y, sobre todo, Leopoldo Alas, «Clarín», que iba a influir de forma notable en una manera de entender la literatura que opta por la novela intelectual y crítica frente al realismo imperante en la narrativa española. Como afirma el fallecido catedrático de Literatura de la Universidad de Oviedo José María Martínez Cachero, «Pérez de Ayala es ejemplo de escritor intelectual, especie no demasiado frecuente en las letras españolas?».
Artemisa, n.º 28 de El Cuento Semanal (1907). Ilustración de Tovar. Wikipedia
Concluidos los estudios en Oviedo y con su traslado a la capital de España, Pérez de Ayala continúa con las colaboraciones en prensa y frecuenta las redacciones de las revistas y el Ateneo. Con Juan Ramón Jiménez, Gregorio Martínez Sierra y Pedro González Blanco funda en 1903 la revista «Helios», órgano del movimiento modernista. Ese mismo año realiza su primer viaje a Inglaterra, país al que regresará en numerosas ocasiones entusiasmado por la cultura, elegancia y el espíritu inglés. De su etapa modernista queda la referencia de su primer libro, el poemario «La paz del sendero», que cuenta con el respaldo de Rubén Darío. Para entonces la muerte de su padre, que se suicida al quedar en la ruina tras una quiebra bancaria, le hace plantearse la literatura ya no sólo como una afición sino como una forma de ganarse la vida. Es un tiempo en el que el joven frecuenta diferentes géneros: ensayos teatrales, cuentos de ambiente asturiano y aparece su primera novela «Tinieblas en las cumbres». Pero el éxito le llega con «A. M. D. G. (la vida en un colegio de jesuitas», un libro que va a producir reacciones enfrentadas y que posteriormente estuvo muchos años prohibida en España». 
Busto de Ramón Pérez de Ayala. Paseo de los Poetas, El Rosedal, Buenos Aires. Wikipedia 
Después vendrían «La pata de la raposa», donde Oviedo se convierte en Pilares, y «Troteras y danzaderas», todas pertenecientes a su etapa autobiográfica. A la época de transición se adscriben «Prometeo», «Luz de domingo» y «La caída de los limones». Por último, figuran las novelas de los grandes temas, obras de alcance universal en las que están presentes el amor, el sexo y el honor, entre otros principios vitales. Forman este conjunto «Belarmino y Apolonio», «Luna de miel, luna de hiel y Los trabajos de Urbano y Simona» y «Tigre Juan y El curandero de su honra», que sería su novela postrera. Amigo de muchos escritores noventayochistas, culto y de temperamento algo melancólico, Pérez de Ayala supo poner su fina ironía al servicio de una inteligencia y una capacidad narradoras que bien reconocían sus contemporáneos. Fue el propio Valle-Inclán quien señaló en una ocasión que el autor ovetense era demasiado inteligente para escribir novelas. Premio Nacional de Literatura y académico de la lengua, se alió con Ortega y Gasset y Gregorio Marañón a favor de la República, que lo nombró director del Museo del Prado. Fue embajador en Londres, cargo del que dimite en 1936, descontento con la política del Frente Popular. Vuelve a España, de donde, casi inmediatamente, parte al exilio.
Ramón Pérez de Ayala, con su nieta Mabel, en el año 1959. NICOLÁS MULLER. LNE
FUENTE: M. S. MARQUÉS. Redactor de La Nueva España
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 Pérez de Ayala, carta desde la nostalgia.
Ramón Pérez de Ayala y Fernández (Oviedo, 9 de agosto de 1880-Madrid, 5 de agosto de 1962​) fue un escritor, columnista, político y embajador español. WIKIPEDIA.
Hace 55 años que el escritor rescató su «Epístola a mis paisanos», honda reivindicación de asturianía, para ser publicada en la revista «Mundo Hispánico»
Ramón Pérez de Ayala y Fernández del Portal 1880-1962 (Abogado -Escritor). Sellos Mundo
La Nueva España
¿De qué sustancia está formada esta armadura
de mis huesos, que me sustenta
en pie, sino de barro astur
y de asturiana piedra?
Éste es un fragmento de la «Epístola a mis paisanos», que el escritor asturiano Ramón Pérez de Ayala escribía en 1927, precisamente el año en que iba a recibir el Premio Nacional de Literatura, y pocos meses antes de entrar con todos los honores (y quizá más tarde de lo deseable) en la Real Academia Española. Hace ahora cincuenta y cinco años, en el verano de 1958, fueron reimpresas en España varias obras del escritor ovetense. Eran tiempos de deshielo. Cuatro años antes Ramón Pérez de Ayala había regresado a su país en compañía de su esposa y de uno de sus hijos. El otro se le había muerto muy poco tiempo atrás. Terminaba así un exilio que había comenzado con la Guerra Civil española y que le había abierto las puertas de Francia y, sobre todo, de la Argentina, donde pasó casi dos décadas de su vida. En LA NUEVA ESPAÑA del 10 de agosto de 1958 la información sobre la reedición de la obra de Pérez de Ayala tenía para el redactor una lectura clara: «Le vuelve a colocar en el primer plano de la actualidad literaria». Efectivamente, Pérez de Ayala, que había sido embajador de España en Londres con la República, era para el régimen franquista uno de tantos escritores malditos, con obra oficialmente ninguneada. Algunos no le perdonaron nunca su firma, junto a otros dos ilustres de la intelectualidad española, Gregorio Marañón y Ortega y Gasset, en el manifiesto «Al servicio de la República». 
Ramón Pérez de Ayala. Retratado por Sorolla en 1920. WIKIPEDIA
La información del periódico, hace ahora cincuenta y cinco años, hablaba de un escritor «recluido voluntariamente en Madrid, que mantiene, sin embargo, viva la nostalgia de su rincón nativo». Una reciente colaboración en la revista «Mundo Hispánico» había servido para que Pérez de Ayala desempolvara su vieja «Epístola a mis paisanos», un centenar de versos llenos de emoción y nostalgia, una de las páginas literarias más hermosas relacionadas con Asturias, y una rotunda reivindicación de sus orígenes. Un poema que parte de una tesis: la distancia, en el tiempo y en el espacio, mengua y entibia los amores y afectos entre seres humanos, pero acrecienta el amor al lugar donde hemos nacido: Sólo existe una especie de amor / tan dadivoso y de tenaz esencia / que la mantenida distancia / ni la prolija ausencia, / lejos de entibiar su rescoldo / y poner en su combustible mengua, / se aviva día a día, se dilata / el ámbito del alma y la domeña. / Es el amor hacia la patria chica. / Es el sagrado amor a la nativa tierra. En 1958 la Universidad de Oviedo, en la que Pérez de Ayala estudió, celebraba el 350.º aniversario de su fundación. Entre los muros del Edificio Histórico de la calle de San Francisco Ayala conoce a Clarín y refuerza su vocación literaria, pero aquel joven que, ya en los umbrales del siglo XX, estaba cerca de ver publicada su primera novela, por entregas, en las páginas de «El Progreso de Asturias», nada tenía que ver con el septuagenario que regresó a España, conmovido por las desgracias familiares y herido por tanta mezquindad a su alrededor. Un hombre desengañad. Quizá por ello Pérez de Ayala rechazó la invitación de la Universidad de Oviedo para que protagonizara el acto central de aquella conmemoración del 350.º aniversario. 
La originalidad de los planteamientos y argumentos de sus novelas lo convierten en uno de los mejores escritores españoles de este siglo. Academia Paraninfo
Nunca regresó a su Oviedo natal, a su Pilares de novela. A su muerte, en agosto de 1962, uno de sus amigos del alma, José Zaloña, explicaba al periodista Luis Alberto Cepeda en LA NUEVA ESPAÑA: «No había perdido la esperanza de volver, pero con la recepción unánime de admiración y cariño que él deseaba». El problema era que en torno a la figura de Pérez de Ayala la unanimidad era imposible en aquellos oscuros años cincuenta. Zaloña recordaba que «distintos amigos le habían ofrecido su casa y sus medios de locomoción para venir a la ciudad amada», pero él siempre se negó a hacerlo. Tenía fama de hombre silencioso y, en ocasiones, frío. Aquella frialdad espantó a muchas amistades de ocasión de su casa de Madrid, pero era todo calidez con amigos de los de verdad, como Ramón Prieto, Valentín Andrés o Pepe Serrano. La Universidad de Oviedo tenía como rector en 1958 a Silva Melero. La Dirección General de Enseñanza Universitaria estaba en manos de un asturiano ilustre, Torcuato Fernández-Miranda. Aquella celebración sirvió para inaugurar la Facultad de Ciencias, en la zona que se conocía entonces como la prolongación de Santa Cruz. Ahí sigue el edificio, pero ahora con más mujeres que hombres matriculados en sus clases, que cincuenta y cinco años no pasan en balde. En la «Epístola a mis paisanos» Ramón Pérez de Ayala recuerda a su Universidad y el «indeleble magisterio de la que fue hispánica Atenas», y hace honor a los Aramburu, Alas, Buylla, Posada y Sela, con un recuerdo especial al genio secular astur en carne y hueso / del bueno de don Fermín Canella.  
Ramón Pérez de Ayala y Fernández del Portal (Oviedo, 9 de agosto de 1880-Madrid, 5 de agosto de 1962). Academia Paraninfo 
La peregrinación de amigos ovetenses a la casa madrileña del escritor fue incesante en esos cuatro últimos años de su vida. Pérez de Ayala recordaba a Nicanor Castañón, a Ramón de las Alas Pumariño, a Luis Biesca, al escultor Sebastián Miranda... El pintor Paulino Vicente, aunque veinte años más joven que Pérez de Ayala, también fue una persona especialmente apreciada por el autor de «A. M. D. G.». Ramón Pérez de Ayala murió en la misma semana en que iba a cumplir 82 años, y con muy pocas horas de diferencia con la actriz Marilyn Monroe. Los dos fallecimientos compartieron primera página en los periódicos del martes 7 de agosto. Fue enterrado en el cementerio madrileño de la Almudena, pero su espíritu pudo regresar por fin a su tierra anhelada. 
  • «¿No llevo, pues, a Asturias conmigo / hasta la cápsula y la médula / de mis huesos; montaña, valle, costa; / de Pajares al mar, de Castropol a Unquera?».
  • «El proverbio británico dice: / "Donde un inglés está, está toda Inglaterra". / Al igual, donde está un asturiano / está Asturias entera».
  • «¿De qué sustancia está formado este imperioso / músculo que en el pecho dicta el gozo o la pena / sino con emociones de la infancia / como el fruto de otoño fue flor de primavera? / Y de qué levadura fue acrecido / el pan del pensamiento por la hoguera / de mi imaginación, sino con agridulce / humor, y con lirismo de leyenda, / y con tolerante ironía, / y con sensualidad aldeaniega. / En suma, las virtudes / del sol de oro y la plateada niebla / del cielo de mi Asturias y los finos / efluvios y matices de conciencia / diluidos en nuestro cielo, / que el asturiano absorbe aunque no quiera?».
  • «La nostalgia es la perspectiva donde se perpetúa todo, y todo se acerca»
Ramón Pérez de Ayala - Colección - Museo Nacional del Prado
FUENTE:  EDUARDO GARCÍA.
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Pérez de Ayala, Ramón «BIOGRAFÍA»
 Ramón Pérez de Ayala
BIOGRAFÍA
Ramón Pérez de Ayala Fernández del Portal nació en Oviedo el 9 de agosto de 1880. Era hijo de don Cirilo, oriundo de Tierra de Campos (Reino de León), y de doña Luisa, de Asturias, concejo de Valdés-Luarca, su madre murió cuando él era pequeño. Fue bautizado en la iglesia de San Isidoro. A los nueve años ingresó en el colegio de jesuitas de San Zoil, en Carrión de los Céspedes, Palencia. Dos años más tarde pasó al colegio de la Inmaculada Concepción, en Gijón. Estudió Derecho en la Universidad de Oviedo bajo la protección de Leopoldo Alas, "Clarín". Allí entró en contacto con los pensadores del Krausismo, entre ellos Rafael Altamira, Posada. Le atraía tanto el Regeneracionismo de sus mentores como el Decadentismo estético de la Europa de preguerra. En 1903 formó parte de la revista «Helios» de tendencia modernista. En 1904 publicó su primer libro «La paz del sendero» elogiado por Rubén Darío. A partir de entonces, su principal actividad sería la literatura. Pedro González Blanco lo puso en contacto con los modernistas de Madrid: Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa, Gregorio Martínez Sierra, Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y José Martínez Ruiz, "Azorín". A partir de 1904 empezó a colaborar en El Imparcial y ABC. En 1907 se fue a vivir a Londres. Al año siguiente su padre se suicidó tras arruinarse. Volvió a Madrid donde colaboró con diversos medios: «El Heraldo», «El Imparcial», «Alma española», «El Liberal». En 1913 contrajo matrimonio con Mabel Rick y se estableció en Madrid. Consiguió un empleo en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Vivió diez meses en Estados Unidos en 1919. Se le concedió el el Premio Nacional de Literatura en 1927 y en 1928 fue nombrado académico de la Lengua. En 1931, con José Ortega y Gasset y Gregorio Marañón, firma el manifiesto «Al servicio de la República», manifiesto antimonárquico que tuvo extraordinaria influencia sobre la opinión pública y valió a los tres el apelativo "Padres espirituales de la República". Al proclamarse la republica se le encargó la Dirección del Museo del Prado.
Escritor y periodista español, Ramón Pérez Ayala dejó para la posteridad un sinfín de escritos, en diferentes géneros, que se han convertido en referencia obligada de los movimientos literarios modernos. Sigue leyendo y conocerás más de la vida y obra de este gran poeta.
En 1932 fue nombrado Embajador en Londres, cargo del que dimitió en 1936 descontento del rumbo político que imponía el Frente Popular. Volvió a España donde cambió de bando y se posicionó a favor de los sublevados en contra de la República democrática, tras la guerra continuó de funcionario de la embajada española. La amputación de la pierna del menor de sus hijos, primero, y la muerte, después, del mayor, fueron los golpes de gracia que hicieron del suyo un verdadero «dolorido sentir» y lo que le decidió a volver a Madrid, en diciembre del 54. Había pasado fuera de España veinte años. Sus libros en la España nacional no tenían libre circulación y los americanos estaban prohibidos. Regresó definitivamente a España en 1954. Murió en Madrid el 5 de agosto de 1962. Toda la obra de Pérez de Ayala parece un experimento literario en el que utiliza la ironía y lo bufo. La frontera entre o irónico y lo real se difumina entonces en un pesimismo vital.Su obra es dividida por la crítica en dos épocas, una primera época juvenil en que se caracteriza por una visión pesimista de la vida, que se trasluce a través de una sutil ironía, pero a partir de la publicación de Belarmino y Apolonio (1921) empezó su segunda etapa, donde abandonó el realismo en favor del simbolismo caricaturesco y el lenguaje se recargó con componentes ideológicos propios del ensayo. El estilo de Ramón Pérez de Ayala se caracteriza por la ironía y el uso de un lenguaje muy refinado, donde abundan las alusiones, las citas encubiertas y la intertextualidad, por la abundancia de cultismos y helenismos y por el uso ocasional de las técnicas degradantes del esperpento. El perspectivismo y el contrapunto son técnicas que a veces utiliza, dividiendo incluso la página en dos columnas para contrastar puntos de vista. En su primera etapa reproduce de forma casi naturalista los sonidos. La originalidad de los planteamientos y argumentos de sus novelas lo convierten en uno de los mejores escritores españoles de este siglo.
BIBLIOGRAFÍA
Poesía
La paz del sendero (1904)
El sendero innumerable (1916)
El sendero andante (1921)
Ensayo
Hermann encadenado. Libro del espíritu y el arte italiano (1917)
Las máscaras (1917-1919)
Política y toros (1918)
Amistades y recuerdos (1961)
Fábulas y ciudades (1961)
Novela
Sonreía, 1909. Novela corta en «Los contemporáneos»
Tinieblas en las cumbres (1907)
La pata de la raposa (1911)
A. M. D. G. (1910)
Troteras y danzaderas (1913)
Prometeo, Luz de domingo, y La caída de los limones, (Novelas poemáticas de la vida española), 1916. Novelas cortas.
Bajo el signo de Artemisa (1924), novelas cortas: Prometeo, Luz de domingo, La caída de los limones.
El ombligo del mundo (1924)
Los trabajos de Urbano y Simona (1923)
Belarmino y Apolonio (1921)
Tigre Juan y El curandero de su honra (1926). Novela en dos volúmenes.
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AUTORES.


M. S. MARQUÉS. Redactor del Diario La Nueva España.

Eduardo García García (Oviedo, 1957)
, escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA. Afincado desde niño en Gijón, promovió y coordinó la Biblioteca Gijonesa del siglo XX, editada con el patrocinio del Ayuntamiento de Gijón, siendo autor además del primer título de la colección, "Un tiempo, una ciudad, las fotos de un siglo". Otros libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al Norte". Otros libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al Norte". La Nueva España

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9 comentarios:

  1. Respecto a AMDG, hay que recordar que son los padres los que mandan a sus hijos a estos internados, muchas veces sabiendo muy bien a donde les envían porque allí les enviaron sus propios padres cuando ellos eran niños.

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  2. Efectivamente, parece ser una obra masónica antijesuítica, como otras que ha habido en la época. Cita a Blasco Ibáñez, que de hecho publica una obra antijesuíta (tan grotesca que es imposible relacionarla con nada que haya pasado en la realidad y que recoge los prejuicios de la burguesía de la época). Hay también otra novela anticlerical, Noli me tangere de José Rizal, que fue la munición que usaron los independentistas tagalos contra los españoles en Filipinas. Refiriéndose a su novela, Rizal explica que le fue sugerida como arma de propaganda en vez de artículos en los periódicos porque "éstos una vez leídos, se tiran". Fue Blasco Ibañez quien se lo sugirió y él mismo se ofreció a corregirla.

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  3. Hay que advertir aquí que la masonería como tal es anticatólica y que la burguesía de la época en España (y la española en Filipinas) era anticlerical. Por el mismo hecho de la religión en sí, por ser la masonería la ideología de la burguesía ascendente (y el catolicismo la de la aristocracia descendente), por la influencia que ha tenido Francia en España (ej en 1904 se suprimen en Francia las congregaciones dedicadas a la enseñanza, leyes creadas por masones), por la creencia en el "progreso", la "ciencia" y el "librepensamiento", que se consideran contrarios al "oscurantismo" de la Iglesia, pero que en realidad lo que hace la masonería es funcionar como un lobby (fuertemente jerárquico no democrático y de obediencia ciega) frente a otros (los vinculados con los oficiales palatinos o simplemente otros no masónicos). En España, además está la convicción común de que la nación está en decadencia, que hay que regenerarla, que se debe a la religión Católica (en contraposición a las protestantes).

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  4. Estos prejuicios los seguimos teniendo, pero en vez de remediar los presuntos males (que vienen no de ideologías o religiones, sino de la estructura económica del país, que no es industrial y que tiene más de un país agrícola que de otra cosa), se cree en la fantasía de que el "progreso" se hace por decreto y que la "modernidad" depende de la "voluntad política".
    Desgraciadamente estas ideas son las que estaban detrás del anticlericalismo de Azaña (otro masón y otro "regeneracionista") y las que acabaron con la vida de miles de sacerdotes y religiosos en la persecución religiosa de la República.
    Naturalmente, al final, como corresponde a un Estado agrícola, ni funciona la democracia, ni funciona la educación, y en vez de convertirse ambas en instrumente de "regeneración" y "progreso", desestabilizan de tal modo el país que acaba en una guerra civil (si no hubiera habido un alzamiento de derechas, lo hubiese habido de izquierdas, como en Rusia, por los mismos motivos). Esto mismo lo hemos visto en Irak y en los países de la "Primavera Árabe"

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  5. Perez de Ayala era un gran escritor y un intelectual de peso, por eso AMDG se lee como una historia real, aunque los hechos que narra no se puedan contrastar con la realidad: son ficción, como la historia del Principito de Saint Exupery o la de Pinocchio de Collodi.
    Las fantasías de hombres geniales como éste, Ortega y los demás que formaron la Agrupación al Servicio de la República son las que crearon el clima que propició nuestra propia "Primavera Árabe" y que acabó en guerra civil.
    Es curioso que ninguno se propone industrializar España (por lo menos tras el exitoso ejemplo de Gran Bretaña y Estados Unidos).
    Fue Franco quien efectivamente industrializó el país (hasta la crisis del petróleo de 1974) y esa industrialización es la que cambió la estructura económica de España, y la que creó la clase media (estructura social).

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  6. Visto el carácter jerárquico, de obediencia ciega, secreto y combativo de la masonería, tampoco sería de extrañar que la novela anticlerical le fuese sugerida como arma contra la Iglesia, después de todo en Francia y en España había revistas y periódicos ferozmente anticlericales. Como le sugirieron a Rizal, "los periódicos, una vez leídos, se tiran; los libros, no".
    No deja de ser curioso también que estas novelas son novelas de juventud y que en el caso de Blasco Ibáñez, acabó renegando de su panfleto en dos volúmenes. Seguramente la experiencia de la vida, hace madurar a las personas.

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  7. No deja de ser curios -y terrible- que hoy día, sigamos con las mismas tonterías precisamente promovidas por personas con ideologías anti industria y anti empresa -y anti libre pensamiento y fuertemente ideologizados- (comunistas, socialistas, anarquistas) a ver si ésta vez va la vencida. Por eso la solución a todos los males -bálsamo de Fierabrás- es la República, a ver si acaba por el mismo camino que la II y tenemos definitivamente un estado marxista leninista (bananero-chavista-bolivariano-podemita).
    ¡Que por intentarlo, que no quede!

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  8. Perdón, hola a todos, yo solo quisiera saber como pudo conseguir las tres novelas poemáticas de Ramón Pérez de Ayala.
    No quiero interrumpir la conversación pero es que no soy capaz de conseguirlas y se me ha ocurrido per ayuda en este foro.
    Un saludo a todos.
    jchr17@yahoo.es

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    1. Hola Pilar buenas noches, para nada interrumpes, te paso la dirección web de una librería de Oviedo donde puedes conseguir cualquier libro (en caso de que no lo tuviera, te lo consigue). Es la librería Cervantes de Oviedo, y la dirección de consulta es:
      http://www.cervantes.com/modulos/36/mostrador-sugerencias-y-consultas/
      Espero haber podido ayudarte.
      Saludos desde Mieres

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