Ilustración de Alfonso Zapico.
Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un
historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue
galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de
destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
María Martínez, la alcaldesa de Peñamellera Alta (Asturias), con Eduardo A. Quiñones. Foto Mena. El Comercio |
Historia de Asturias
Si hubiera que ilustrar en el diccionario la definición de resignación, bien podría valernos la cara con la que María Martínez se dejó retratar cuando Eduardo Quiñones, el periodista de Estampa, fue a entrevistarla por su condición de flamante alcaldesa de Peñamellera Alta. Rondaba el año 1933 y la función de regidora situaba a María en una posición poco común: la de ser mujer y alcaldesa a la par era una coincidencia que solo cumplían tres personas más en toda la Península (a saber: María Toves, en un pueblo de Salamanca; Carmen Segura en el municipio murciano de Beniel, y Baldomera García, canaria de Sauzal). Claro que muy a su pesar. Ni le gustaba el cargo ni acababa de entender por qué le había tocado la china a ella, precisamente. «Me hicieron de la Comisión gestora del Ayuntamiento», dijo, «por ser la más joven de los funcionarios del Estado en este concejo. Después me eligieron presidenta, porque los otros dos miembros de la comisión se dedican a las labores del campo (…) Eso es todo.» Algo más debió haber, claro, para tal eventualidad, pero escasean las noticias. La de los primeros alcaldes –alcaldesas, en este caso- asturianos de la Segunda República, instaurada (va hacer el 14 de abril de 2022), 91 años por la libre elección del pueblo, no es una historia de la que se haya hablado mucho y que, sin embargo, esconde no poco interés.
Si hubiera que ilustrar en el diccionario la definición de resignación, bien podría valernos la cara con la que María Martínez se dejó retratar cuando Eduardo Quiñones, el periodista de Estampa, fue a entrevistarla por su condición de flamante alcaldesa de Peñamellera Alta. Rondaba el año 1933 y la función de regidora situaba a María en una posición poco común: la de ser mujer y alcaldesa a la par era una coincidencia que solo cumplían tres personas más en toda la Península (a saber: María Toves, en un pueblo de Salamanca; Carmen Segura en el municipio murciano de Beniel, y Baldomera García, canaria de Sauzal). Claro que muy a su pesar. Ni le gustaba el cargo ni acababa de entender por qué le había tocado la china a ella, precisamente. «Me hicieron de la Comisión gestora del Ayuntamiento», dijo, «por ser la más joven de los funcionarios del Estado en este concejo. Después me eligieron presidenta, porque los otros dos miembros de la comisión se dedican a las labores del campo (…) Eso es todo.» Algo más debió haber, claro, para tal eventualidad, pero escasean las noticias. La de los primeros alcaldes –alcaldesas, en este caso- asturianos de la Segunda República, instaurada (va hacer el 14 de abril de 2022), 91 años por la libre elección del pueblo, no es una historia de la que se haya hablado mucho y que, sin embargo, esconde no poco interés.