"En la guerra se mata, se roba, se viola... En Rusia maté a
muchos, robé botas y gorros y nunca violé"
Ubaldo Puche
Mulero con el uniforme alemán de la División Azul. Exfotógrafo de EL
COMERCIO-LA VOZ DE AVILÉS. El Comercio. |
Puche, sosteniendo una reproducción de la mítica foto del remate de volea de Quini, dedicado por el futbolista. La Nueva España. |
En el silencio de las noches, de todas y cada una de las
noches, Ubaldo Puche Mulero revive su guerra. Ocurrió hace más de 70 años, pero
el tiempo le demostró que la guerra no termina nunca en el fortín de la memoria
de quienes fueron sus protagonistas. El frío del campo abierto en Rusia, en algún lugar que los
recuerdos ya no sitúan en el mapa. II Guerra Mundial, el frente ruso, y aquel
joven de veinte años encuadrado en una negra aventura llamada oficialmente
250.ª División de Infantería. Para los alemanes, la 250.ª Infanterie-Division.
Para los españoles, resumiendo, la División Azul. "La guerra... no sé explicarte cómo es. En la guerra se
mata, se roba, se viola. Yo maté a mucha gente, robé lo que pude, pero violar
nunca, eso no. Matábamos a un ruso y nos tirábamos a quitarle el uniforme y las
botas de fieltro, que eran cojonudas. Y la cartera para conseguir rublos, que
después los alemanes, los muy cabrones, nos los cambiaban por marcos muy por
debajo de su valor. Cacheabas al cadáver, le encontrabas la cartera y allí
estaba su foto, sonriente, con su mujer y a veces su hijo pequeño en brazos.
Daba pena, supongo que aquel sentimiento era lo único que nos dignificaba un
poco, pero era sólo un momento porque por lo general estabas en medio de un
chorro de tiros". No había tiempo para sentimentalismos.