Los picos del pinzón
El jilguero es el príncipe de los fringílidos en las campiñas asturianas. Foto Archivo. |
Las once especies de
fringílidos comunes en Asturias muestran una gran variedad de picos, adaptados
a la explotación de diferentes tipos de semillas
La Nueva España. |
La forma, el tamaño y la estructura del pico de las aves
permiten inferir -por sí sólos o con ayuda de rasgos o información adicionales-
de qué y cómo se alimentan. También pueden servir para discernir entre taxones
similares y para determinar razas, orígenes geográficos, sexos y edades.
Charles Darwin extrajo en buena medida su teoría de la selección natural de la
observación de las diferencias existentes entre los picos de un grupo de
pájaros de las islas Galápagos, bautizados en su honor como pinzones de Darwin
(en realidad son escribanos). "Entre las trece especies de pinzones terrestres
se puede trazar una gradación casi perfecta desde un pico extraordinariamente
grueso hasta uno tan fino que podría compararse con el de una curruca",
escribió. Abundando en esa apreciación, los científicos Peter y Rosemary Grant,
especializados desde hace más de veinte años en el estudio de los pinzones de
Darwin, han establecido que esa variación no sólo se da entre especies, sino
también individualmente, de modo que ejemplares de especies consecutivas en esa
serie (del pico más grande y grueso al más pequeño y fino) llegan a tener picos
virtualmente idénticos.