La toalla mojada es un método moderno de tortura, basado en
otros más antiguos como el método de la toca, y consiste en colocar una toalla
sobre la boca y la nariz de la víctima, después se vierte agua sobre la toalla
provocándole la asfixia momentánea. La sensación de ahogo es terrible; pero si
se hacía bien, era un método que no dejaba marcas, por lo que el reo, no podía
en ningún momento demostrar que había sido torturado. A partir del siglo XX,
este método ha sido usado por los ejércitos y por ciertos cuerpos de policía
secreta y paramilitar, que se han dedicado a reprimir tendencias políticas
contrarias al régimen establecido en aquellos países.
Como ejemplo, podemos
decir que ha sido un método muy extendido entre las dictaduras sudamericanas,
aparentando de este modo normalidad en sus actuaciones. Fálaris (siglo VI a. de C.) fue Tirano de Agrigento durante
el 570 a. de C. y 555 a. de C. Ascendió al poder con el apoyo popular,
gobernando sanguinariamente. Extendió los dominios de Agrigento y combatió en
Himera a los cartaginenses. Tan macabro personaje ideó un método de eliminación
de opositores a su tiranía, que más tarde fue adoptado por la Inquisición durante
los siglos XVI al XVIII. Este método, era conocido como el toro de Fálaris; y
consistía en meter a los herejes dentro de una esfinge de bronce o hierro con
forma de toro, quemandolos vivos. Esto divertía especialmente a los espectadores, ya que los alaridos de las víctimas se podían escuchar a través de la boca del toro, asemejándose a los mugidos de dicho animal. Dentro de los métodos de tortura más eficaces para sacar una confesión verdadera o falsa, se encontraba la Cuna de Judas. Este método, consistía en atar a la víctima de las muñecas y elevarla, para luego dejarla caer sobre una pirámide muy puntiaguda para que con su propio peso se le clavara en el ano, escroto o vagina.
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El péndulo. Las muñecas de la víctima eran atadas por detrás de la espalda, se añadía una cuerda a esta ligadura y se izaba al acusado con un peso en las piernas. Acto seguido, los húmeros se desarticulaban y, poco a poco, el resto de vértebras y huesos. Saber más... La Voz del Muro. |
Ni que decir tiene, que la confesión se conseguía en las primeras veces, ya que esta operación se repetía sucesivamente hasta que el condenado hablara o muriera, caso este último, que confirmaba su culpabilidad. Mucho antes de que Galileo enunciara las leyes del péndulo
simple, el Péndulo, era utilizado como método de tortura. Era el aperitivo con
el que se abría una buena sesión de tortura. Las manos de la víctima eran
atados a su espalda y por ellas, era elevado. Al balancearse se producía la
luxación de los hombros, codos y muñecas. Era habitual añadir peso adicional
atando pesas a los pies del reo. La fustigación, que consistía en azotar a la
víctima con una fusta o vara, era un castigo extendido en la mayoría de los
ejércitos, desde la Antigüedad hasta la Revolución francesa. Se aplicaba en
caso de las penas consideradas graves, como podía ser la deserción o el robo;
aunque si tenemos en cuenta que la deserción se podía pagar con la vida, este castigo,
era muy bien recibido.
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La garrucha. Consistía en
amarrar al preso con los brazos hacia atrás, colgarlo y subirlo lentamente.
Cuando se encontraba a determinada altura era soltado bruscamente,
sujetándosele fuertemente antes de que tocase el piso. El dolor producido en
ese momento era mucho mayor que el originado por la subida. Si el preso no
confesaba en la segunda estrapada, le colocaban un sobrepeso en los pies a fin
de aumentar el dolor. Saber más... todo empieza aquí. |
2.- La garrucha, El potro, La rueda, El borceguí, El casco y La Doncella de
Hierro
La garrucha era el nombre con el que se conoció en la España
del siglo XV, al método de tortura conocido como el estrapado, propio de la
época medieval. Consistía en atar al reo con las manos atrás e izarlo con una
cuerda por medio de una polea, de ahí el nombre de garrucha. A la víctima se le
colocaban pesos en los pies, para después cuando se encontraba elevado, dejarlo
caer de golpe contra el suelo. Esto se repetía varias veces. Al izado, que
podía provocar las luxaciones de las articulaciones de hombros, codos y
muñecas, hay que sumar las posibles fracturas y magulladuras, en todo el cuerpo
y piernas fundamentalmente, que producían las múltiples caídas.
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El potro. La víctima
es atada al instrumento y estirada rápidamente o gradualmente por periodos de
días. Se reportaron casos de cuerpos estirados hasta doce pulgadas como
resultado de la sistemática dislocación de cada coyuntura del cuerpo, fuertes
ruidos de huesos dislocados, gritos de agonía y fútiles pedidos de misericordia
retumbaban por el taller del inquisidor. Con el prisionero atado a este
horrible aparato, el inquisidor también usaba una variedad de torturas más
sutiles. Saber más... todo empieza aquí. |
El potro, es un instrumento de tortura en el que la víctima,
atada de pies y manos con unas cuerdas o cintas de cuero, a los dos extremos de
este aparato, era estirada lentamente produciéndole la luxación de todas las
articulaciones -muñecas, tobillos, codos, rodillas, hombros y caderas-. Este
método, se tiene constancia que se aplicó durante todo el período que duró la
Inquisición en los países de Francia y Alemania; si bien ya se conocía desde mucho
antes y por supuesto se utilizaba frecuentemente en las lúgubres mazmorras de
castillos, prisiones y palacios de justicia.
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La rueda para despedazar. Era el instrumento de ejecución más común en la Europa germánica, después de la horca, desde la Baja Edad Media hasta principios del siglo XVIII. Saber más... todo empieza aquí.
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La rueda, era un instrumento que fue introducido en Francia
en el siglo XVI, y que era muy utilizado en la zona germánica de Europa. Sin
duda alguna, fue el aparato más versátil de la Edad Media, ya que la víctima se
encontraba a merced total del torturador. El reo era ataba desnudo a la rueda,
de pies manos y cuello; mientras que el torturador le rompía poco a poco los
huesos de sus miembros, que era el objetivo de esta tortura, pudiendo
aderezarla con hierros candentes, cortes, mutilaciones y algunas cosas más, que
se le pasara por la imaginación. También era habitual, colocar un miembro de la
víctima o todo el cuerpo, entre los radios de la rueda y hacerla girar,
quebrantando los huesos.
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Los
procedimientos de la Inquisición Española eran similares al de la episcopal.
Incluían los interrogatorios durante la tortura del que daremos un ejemplo, y
el eufemismo de la relajación al brazo civil, donde sabían que la pena era la
muerte en la hoguera. Tormento del garrote. El garrote consistía en una tabla
sostenida por cuatro patas con garrotes que se ajustaban hasta producir dolor.
Saber más… Ver PDF. |
Como remate se podía dejar al reo atado en la rueda
a la intemperie, para que los animales carroñeros se lo fueran comiendo poco a
poco. Ha sido uno de los instrumentos de tortura más crueles inventados por el
hombre. El borceguí era el tipo de calzado más popular del siglo XV,
cubría el tobillo y era abierto por su parte delantera y se ataba con correas o
cordones. Pues bien, en este período se popularizó un método de tortura que se
denominó con el nombre del calzado, puesto que consistía en apretar el tobillo
de la víctima por medio de varias maderas enlazadas por unas correas o gatos de
hierro, para administrar presión, hasta quebrantar los huesos.
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El aplasta-cabezas. Muy usado
durante la Edad Media, estaba destinado a destrozar, literalmente la cabeza de
la víctima. La barbilla se colocaba en la barra inferior y el casco era
empujado hacia abajo por el tornillo. De este modo, primero se rompían los
alvéolos dentarios, seguido de las mandíbulas y, por último, el cerebro terminaba
saliendo por la cavidad de los ojos y entre los fragmentos del cráneo. Saber más... La Voz del Muro.
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Existían métodos para dar tormento de manera general y para
tan solo ciertas partes del cuerpo. Este era el caso del aplasta cabezas ó
cráneos. Este instrumento estaba compuesto por un casco finalizado en un torno
con una manivela. El casco, a su vez estaba colocado en una estructura metálica
que permitía que al girar la manivela, fuera bajando. Pues bien, la víctima se
tumbaba boca abajo con la mandíbula apoyada en el suelo, colocándosele entonces
el casco y se comenzaba a girar la manivela, provocándole la ruptura de los
dientes, el quebranto de la mandíbula y de los huesos del cráneo, antes de
estrujar su cerebro. El mecanismo por tanto, actuaba como una prensa. La Doncella de Hierro era una especie de sarcófago provista
de estacas metálicas muy afiladas en su interior, de este modo, a medida que se
iba cerrando se clavaban en la carne del cuerpo de la víctima que se encontraba
dentro, provocándole una muerte lenta y agónica. Las más sofisticadas disponían
de estacas móviles, siendo regulables en altura y número, para acomodar la
tortura a las medidas del “delito” del torturado. Además, podemos encontrar
desde el modelo más básico, que es un sarcófago de hierro puro y duro; hasta
las más refinadas obras de arte, ricamente decoradas con relieves.
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La doncella de hierro. Es un envase, caja cerrada, similar a un ataúd que estaba parado íntegramente y cerrado firmemente. En uno de sus lados una puerta y sobre ella se añadieron unos pinchos. Se colocaban a las víctimas paradas allí dentro, cuando la puerta con sus pinchos se cerraba, éstos últimos se dirigían a los cuerpos de las víctimas. Las garras no fueron diseñadas para matar, francamente, pero sin embargo la víctima podía disfrutar de su nuevo hogar varios días antes de morir. Saber más... todo empieza aquí. |
3.- La horca, Garrote vil, La cuerda y La sierra
La horca, instrumento de muerte que todos conocemos, formado
por una barra horizontal, sostenida sobre dos barras verticales, de la que
pende una soga con un lazo en la que eran colgados los condenados a esta pena.
En la Edad Media era la pena que los señores feudales reservaban a sus vasallos
plebeyos, de ahí, que el ser ahorcado fuera la manera más vil de morir. En
España, las Cortes de Cádiz de 1812 la abolieron, siendo ratificada en 1828 por
Fernando VII; aunque no nos engañemos, puesto que este método de muerte fue
sustituido por el de garrote vil desde 1832.
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El cinturón
de San Erasmo. Collar, cinturón o brazalete con pinchos en la parte interior
que se le colocaba a la víctima. Al estar muy ajustado el collar, cada pequeño
movimiento, incluida la respiración, le provocaba heridas que terminaban por
infectarse y a en-gangrenarse. Saber más... La Voz del Muro.
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Entre los instrumentos sencillos
utilizados en pos de la “justicia y la verdad”, la Inquisición aplicó el método
de la cuerda a muchas de sus reos. Este método era sencillo pero muy doloroso,
consistía en colocar a la víctima sobre una mesa o en el suelo, con unas
cuerdas atadas a sus miembros o cualquier miembro sobresaliente del cuerpo
humano y girar dichas cuerdas hasta tensarlas. La tensión de la cordada que provocaba el estiramiento de
los miembros, daba lugar a la luxación de las articulaciones.
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El agua y el lino. Se ataba a la persona con alambre de espino y se le tapaba la boca con trapos para evitar que vomitase. Por medio de unos tubos, se le introducía agua por las fosas nasales hasta el estómago, llenándoselo completamente de agua. El forcejeo causado por el dolor al sentir el estómago a punto de explotar, hacía que el alambre se clavase en muñecas y tobillos. Saber más... La Voz del Muro. |
El garrote consiste en un aro de hierro, con el que se
sujeta contra un poste fijo, la garganta de la persona que se va a ejecutar;
oprimiéndola por medio de un tornillo de paso muy largo hasta conseguir la
estrangulación. También el tornillo penetraba en la parte trasera del cuello
rompiendo las vértebras y por tanto, la espina dorsal. La muerte podía
sobrevenir por dos medios, asfixia o por el quebranto de la columna vertebral
de la víctima. En cualquier caso, el sufrimiento estaba garantizado. El garrote vil, es el nombre con el que se conoce en España
al garrote. Se introdujo en nuestro país a raíz del código penal de 1822. En
1832, se suprimió la horca y fue sustituida por el garrote vil, estando vigente
desde entonces hasta 1978, como uno de los procedimientos utilizados para
administrar la pena capital. Por fortuna, en 1978, se abolió la pena máxima en
este país, en virtud de lo que se expresa en nuestra Constitución.
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El garrote. Este tipo de muerte era reservada
para aquellos que tenían dinero y podían pagar para no morir tan dolorosamente
en la hoguera o para las víctimas cuya sentencia a la hoguera ya había sido
leída pero que, después de dicha lectura, se arrepintieron. Con esto se les
evitaba morir quemados vivos y todos los dolores atroces que implicaba. Además obtenían
el perdón de sus pecados, lo que si bien no les servía para salvar sus vidas,
si les era útil para “salvar” sus almas. Saber más... todo empieza aquí.
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El garrote, además de ser el nombre con el que se conocía un
método de muerte, era la denominación que tomó un aparato de tortura, propio de
la Inquisición. Este instrumento consistía en una mesa, a la que se le adosaban
unos “garrotes” o prensas, que oprimían las piernas de la víctima, por un lado;
y los brazos y pecho, por otro. Aplicando presión lentamente en aquellas zonas
del cuerpo, se producía un intenso y agudo dolor al provocar el quebranto de
los huesos. La sierra, fue un método de muerte utilizado ya en tiempos
del bíblico Rey David. Esta pena, consistía en colgar boca abajo a la víctima
para que el cerebro estuviera bien regado y no muriera el condenado desangrando
antes de lo previsto; y se le comenzaba a serrar desde el ano y los genitales
hacia el pecho.
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Observando el dibujo, éste instrumento de tortura no necesita muchas explicaciones. Sus mártires son abundantes. Debido a la posición invertida del reo, se asegura suficiente oxigenación al cerebro y se impide la pérdida general de sangre, con lo que la víctima no pierde el conocimiento hasta que la sierra alcanza el ombligo, e incluso el pecho, según relatos del siglo XIX. Saber más... todo empieza aquí. |
El acero de dientes agudos de la sierra cortaba fácilmente
el cuerpo de la víctima provocándole un gran dolor, si bien el reo no comenzaba
a perder el sentido hasta que se había llegado por lo menos al ombligo. Era
sanguinolento y muy cruel y fue aplicado fundamentalmente contra homosexuales,
de ahí que la tortura comenzara por el ano y los genitales, objetos fruto del
pecado.
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Las Jaulas Colgantes. Hasta el siglo XVIII era frecuente ver en los paisajes urbanos y suburbanos adosadas a los edificios jaulas cuyo origen parece ser la ciudad de Florencia. En estas jaulas se encerraban a los condenados, desnudos o semidesnudos, expuestos a las inclemencias del tiempo solían morir finalmente por hambre y sed. Antes de encerrarlos en estas jaulas solían ser torturados y mutilados para mayor escarmiento. Los cadáveres descompuestos solían mantenerse hasta el desprendimiento de los huesos. Saber más... tispain. |
4.- La sierra, Las jaulas colgantes, Los grilletes, El Cepo y La Cigüeña
El método de la sierra ha sido muy utilizado, pero parece
ser, que muerte tan macabra ha sido eludida por la memoria selectiva de la
Historia. En España, este método fue usado en el ejército hasta el siglo XVIII
como medio de ejecución. Goya captó de manera magnífica, mejor que cualquier
reportero de guerra actual, los “Horrores de la guerra” -Guerra de la
Independencia española-, que enfrentó entre 1808 y 1914, a franceses y
españoles fundamentalmente, por el domino de nuestro país. Durante la contienda
los guerrilleros españoles cometieron crímenes contra las soldados de las
tropas napoleónicas terribles, empleando el método de la sierra con los
prisioneros entre otras muchas crueldades.
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Los grilletes. Los grilletes han sido utilizados desde época antigua. Según diversas fuentes, ya los egipcios conocían las cadenas y las utilizaban para engrilletar a los esclavos y a los reos de delitos de cualquier índole. Saber más... medium. |
De todos modos, el método de la sierra, era ya conocido por
los franceses que lo empleaban contra las brujas embarazadas, supuestamente por
el mismo demonio. En Alemania, en tiempos de Lutero también se empleó esté
método contra los cabecillas de las sublevaciones campesinas. Las aulas colgantes eran armazones metálicos que quedaban
suspendidos en el aire por un cable. Formaban parte del mobiliario urbano de
los ayuntamientos, palacios y cortes de justicia de las ciudades europeas,
hasta que poco a poco a finales del siglo XVIII decayó su uso.
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A lo largo de
la Historia, prácticamente todos los países han utilizado el escarnio público
como método de castigo hacia aquellas personas acusadas de cometer (aunque
fuera falsamente) alguna falta o delito de cualquier índole. “Taburete de
sumersión” o “taburete sumergible”, el método de castigo utilizado siglos atrás
contra mujeres «molestas» y/o acusadas de brujería. Se inmovilizaba a la
persona en la silla y posteriormente era sumergida en el agua. El proceso se
repetía varias veces hasta que la víctima muriese ahogada o confesase (imagen
vía Wikimedia commons). Saber más… Yahoo. |
Era el lugar de
honor de aquellos que hubieran cometido alguna acción, que tuviera que servir
de escarmiento y ejemplo para el resto del pueblo; o a veces, cuando el pueblo
requería justicia sobre algún hecho que hubiera conmovido a toda la comunidad,
la manera de manifestar que la autoridad se encargaba de impartirla. El caso es
que la víctima, semidesnuda, que quedaba condenada a morir de inanición, tenía
que soportar las inclemencias del tiempo. En ocasiones, tenía también que
compartir su jaula con gatos salvajes y otros animales que eran azuzados por
los torturadores; otras veces, eran las gentes del pueblo los que, entre otras
cosas, lo apedreaban.
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Aplasta pulgares.
El nivel de desgarramiento podía ser controlado hasta el punto de provocar
prácticamente la mutilación del miembro. Para los crímenes graves generalmente
la tortura se hacía lentamente, comenzando por las uñas, luego pasando a las
falanges y terminando en los nudillos, destrozando así ambas manos completamente.
Saber más… Leyendas de los Mirdalirs |
Los grilletes han sido utilizados desde época antigua. Según
diversas fuentes, ya los egipcios conocían las cadenas y las utilizaban para
engrilletar a los esclavos y a los reos de delitos de cualquier índole. En las
mazmorras medievales era muy habitual tener colgados de brazos o muñecas a los
presos, por medio de unas cadenas adosadas al muro, finalizadas en argollas.
Las víctimas podían permanecer de esta manera durante tiempo indefinido,
provocando a corto plazo, inmensos dolores, calambres y luxaciones; y a largo
plazo, la invalidez total de las extremidades superiores e inferiores.
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El cepo. La víctima, con las manos y pies aprisionados
en las aberturas correspondientes, era expuesta en la plaza pública, donde la
chusma, en el mejor de los casos, le provocaba, abofeteaba y embadurnaba con
heces y orina, sustancias procedentes de orinales y pozos ciegos que se le
emplastaban en boca, orejas, nariz y pelo; pero en muchas ocasiones era también
golpeada, lapidada, quemada, lacerada e incluso gravemente mutilada. También
las incesantes cosquillas en las plantas de los pies y en los costados llegaban
a convertirse en una tortura insoportable. Sólo los transgresores más inocuos
podían esperar librarse con no más de unos pocos cardenales. Esta tortura fue
utilizada por católicos y protestantes por igual. Saber más... todo empieza aquí. |
El Cepo, era un método más que de muerte, de castigo por
delitos de robo, disturbios o pendencias; aunque en un momento dado se podía
tener expuesta a la víctima hasta la muerte, si así se decidía por la corte de
justicia. También fue utilizado como método de tortura para conseguir una
confesión en las mazmorras de castillos, palacios de justicia o cárceles
inquisitoriales. El Cepo era un instrumento que servía para sujetar al reo por
la garganta y las muñecas; y según el modelo también por los tobillos, consistente
en dos maderos ajustables. La víctima quedaba expuesta al público en la plaza
de la ciudad, encontrándose a merced del populacho que lo vejaba y goleaba, a
veces incluso hasta la muerte, con el beneplácito de la autoridad.
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El burro español. Se colocaba al reo, desnudo, sobre una cuña de metal muy afilada. Sin necesidad de un torturador, la víctima moría desangrada a causa de las heridas provocadas por la cúspide del potro y las pesas que llevaban colgadas de los pies. Según la cantidad de peso, se alargaba más o menos la vida del torturado. Saber más... La Voz del Muro. |
Los métodos de tortura han sido siempre expeditivos y han
conseguido la confesión de la víctima. La Cigüeña era un método infaliblemente
cruel, que consistía en someter al reo a este aparato. La Cigüeña, en sí, es un
aparato hecho de hierro que sujetaba al condenado por cuello, manos y tobillo,
y lo sometía a una posición incomodísima que provocaba calambres en los
músculos rectales y abdominales; y a las pocas horas de todo el cuerpo. Pero
esto no terminaba aquí, ya que se acompañaba de golpes de todo tipo,
mutilaciones, quemaduras…
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La cigüeña. Este instrumento de hierro sujetaba al
condenado por el cuello, las manos y los tobillos, sometiéndolo a una posición
incomodísima que le provocaba calambres en los músculos rectales y abdominales;
y a las pocas horas en todo el cuerpo. Saber más... La Voz del Muro. |
5.- La Pera, Garras de Gato, La Crucifixión, La Flagelación y La
Fustigación
Aparatos dedicados a fines médicos, como era el caso de la
pera, que servía para los estreñimientos, se modificaron y adaptaron a las mil
y una necesidades de los torturadores del siglo XV. La Pera, era un instrumento con forma de pera que una vez
introducido en boca, vagina o ano, comenzaba a abrirse gracias a un mecanismo
giratorio. Además en sus puntas gozaba de unos pinchos o púas que desgarraban
la tráquea, útero o el recto, dependiendo por la zona en la que fuera
introducido.
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la pera anal-bocal y vaginal. Este instrumento era colocado en la boca, el
ano o la vagina de la víctima. Después, por medio de un tornillo, el verdugo
abría la pera hasta su máxima apertura, ocasionando que la cavidad quedase
completamente destrozada. La pera oral estaba destinada a los predicadores
heréticos, la vaginal a las mujeres que cometían adulterio y la rectal a los
homosexuales. Saber más... La Voz del Muro. |
La modalidad oral de este invento, era aplicada a las
personas que habían obrado mal de palabra, es decir, herejes, ortodoxos…; la
anal, como no, a los homosexuales; y por supuesto la vaginal a las brujas que
habían mantenido relaciones sexuales con el diablo, prostitutas, adulteras o
mujeres que habían mantenido relaciones incestuosas. Utensilios que hoy en día nos parecen la mar de inocentes,
fueron utilizados como elementos de tortura física ciertamente inhumanos,
dejando secuelas corporales y psicológicas terribles en los reos que lograban
sobrevivir.
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Garras de gato. Grandes casi como cuatro dedos de hombre, estos
artefactos, montados encima de un mango, se usaban para reducir a tiras la
carne de la víctima y extraerla de los huesos, en cualquier parte del cuerpo: abdomen,
espalda, extremidades, senos, etc... Saber más... La Voz del Muro. |
De este modo, lo que hoy conocemos como rastrillo de jardinero,
eran conocidos en otros tiempos como las Garras de Gato. Esta especie de
rastrillo de puntas afiladas arrancaban la carne a tiras de las víctimas
desnudas, que colgaban por sus muñecas suspendidas en el aire. En ocasiones,
dependiendo de la destreza del torturador se llegaba incluso a separar la carne
de los huesos. Cualquier instrumento sencillo, ha servido a los torturados,
como han sido unas simples tenazas, que servían para arrancar de cuajo, dientes
y cualquier otro miembro sobresaliente del cuerpo humano. El fuego y los
hierros incandescentes servían también, al igual que las tenazas, de un
complemento perfecto. El famoso escritor francés, Julio Verne (Nantes,
1828-Amiens, 1905), inmortalizó en su famoso obra Miguel Strogoff (1876), su
uso, describiendo como el personaje de su obra era cegado utilizado un hierro
al rojo vivo.
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Desgarrador de senos. El desgarrador de senos es un instrumento de
tortura con forma de tenaza acabado en cuatro afiladas puntas, utilizado ya
durante el Imperio romano y posteriormente por la Inquisición en Europa. La
tortura consistía en aplicar las cuatro puntas estando al rojo vivo o frío
sobre los senos, desgarrándolos. Saber más... Taringa
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La crucifixión consiste en fijar o clavar al reo en una
cruz. Generalmente la víctima moría por inanición, aunque sufría las
inclemencias del tiempo al encontrarse a la intemperie, además de estar
expuesto a los escarnios del pueblo, que ocasionalmente podía apedrearlo.
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La crucifixión. Consistía en no permitir que se moviera la víctima, clavándolo o atándolo, generalmente desnuda, a una cruz, normalmente hecha de madera, donde la víctima permanecía ahí hasta su muerte. Normalmente se ataba al reo a la cruz, siendo así con clavos. La muerte podía ser producida por deshidratación, hipotermia o cualquiera relacionada por estar desnudo a la intemperie durante horas, o incluso días, además de estar expuesto a los reclamos del pueblo, que ocasionalmente los apedreaban, pero aparte de todo esto, morían por asfixia, al agotarse, no soportaban su peso al quedar colgando, lo que causaba que los pulmones no pudieran trabajar adecuadamente y se encharcaban, provocando así la muerte por asfixia. Era posible notar que cada movimiento, iba debilitando a la víctima, hasta que no podía incorporarse en los clavos, y se asfixiaba. Saber más... La Santa Inquisición. |
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