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Pajares, el puerto sentimental que asombró a los viajeros. La Nueva España. |
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Iglesia de
Santa Cristina de Lena. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo I, núm. 6,
1879, p. 66. Grabado por Vela. Colección del Muséu del Pueblu d’Asturies. Foto: Archivo del Blog. |
La Nueva España
La pluma y el pincel del viajero inglés (Edgar T. A. Wigram)
Edgar T. A. Wigram fue un viajero y dibujante inglés autor de libros pintorescos, uno de ellos dedicado al norte de España publicado en 1906. (Ver 2 libros completo en imágenes digitales. PDF). Este artista sube el puerto de Pajares: "Lena es conocida por poseer la preciosa iglesia del siglo VIII de Santa Cristina, quizás la más importante del conjunto de monumentos que da renombre a la zona de Oviedo, y el entorno en el que se sitúa es muy similar a Gales o a Cumberland Highlands aunque a mayor escala. Hasta aquí la ascensión es gradual, pero en adelante el camino se desplaza hacia el lateral de la montaña y se eleva con esfuerzo trazando zig-zags, mientras que la línea del ferrocarril, que hasta ahora había discurrido a la par que el camino, se desvía por su cuenta y vaga por valles laterales en busca de una pendiente menos pronunciada que le facilite los cuatro mil pies de escalada. A veinte millas de carretera desde Lena y más de treinta de tren, la subida a la cima es ardua, pero merece la pena por las preciosas vistas. Guardamos un recuerdo muy vivo del vaso de agua con que nos obsequió la mujer que estaba al cargo del paso a nivel que hay a los pies del último tramo de pendiente. Era navarra y aquel agua es la mejor que he bebido en mi vida".
La pluma y el pincel del viajero inglés (Edgar T. A. Wigram)
Edgar T. A. Wigram fue un viajero y dibujante inglés autor de libros pintorescos, uno de ellos dedicado al norte de España publicado en 1906. (Ver 2 libros completo en imágenes digitales. PDF). Este artista sube el puerto de Pajares: "Lena es conocida por poseer la preciosa iglesia del siglo VIII de Santa Cristina, quizás la más importante del conjunto de monumentos que da renombre a la zona de Oviedo, y el entorno en el que se sitúa es muy similar a Gales o a Cumberland Highlands aunque a mayor escala. Hasta aquí la ascensión es gradual, pero en adelante el camino se desplaza hacia el lateral de la montaña y se eleva con esfuerzo trazando zig-zags, mientras que la línea del ferrocarril, que hasta ahora había discurrido a la par que el camino, se desvía por su cuenta y vaga por valles laterales en busca de una pendiente menos pronunciada que le facilite los cuatro mil pies de escalada. A veinte millas de carretera desde Lena y más de treinta de tren, la subida a la cima es ardua, pero merece la pena por las preciosas vistas. Guardamos un recuerdo muy vivo del vaso de agua con que nos obsequió la mujer que estaba al cargo del paso a nivel que hay a los pies del último tramo de pendiente. Era navarra y aquel agua es la mejor que he bebido en mi vida".