La complicada huelga de 1922
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
El paro que llegó en plena crisis de la minería tras la I Guerra Mundial
y que mantuvo en un tenso pulso a trabajadores y patronos durante ochenta días
En 1903 el gobierno conservador de Francisco Silvela creó el Instituto de
Reformas Sociales (IRS) para asumir las funciones que ahora mismo tiene el
Ministerio de Trabajo. La institución, que contaba con juntas locales en cada
municipio, fue disuelta 21 años más tarde por la Dictadura de Primo de Rivera.
Pero en ese tiempo integró, además de los conservadores, a políticos de todo el
espectro nacional incluyendo a republicanos y a obreros socialistas. Entre sus
funciones tuvo la de preparar textos e informes acerca de la situación laboral
del país y contó entre sus colaboradores con los asturianos Adolfo Posada y Adolfo Buylla, ambos vinculados a la Extensión Universitaria y
buenos conocedores de las cuencas mineras.
|
(…).Francisco Silvela y de Le Vielleuze (Madrid, 15 de
diciembre de 1845-Madrid, 29 de mayo de 1905). Estudió Derecho en Madrid, y en
1862 ingresó en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Silvela
comenzó su carrera política cuando fue elegido diputado por Ávila en las Cortes
Constituyentes del inicio del Sexenio Democrático, dentro del grupo afín a Cánovas del Castillo,
el núcleo de lo que luego sería el Partido Conservador en la Restauración.
Silvela se destacó en este sector político durante todo este intenso período
histórico, que comenzó con la Monarquía de Amadeo de Saboya y siguió con la
Primera República. (…). https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/francisco-silvela-conservador-disidente/20161215130625134789.html
|
Una de sus secciones que llevaba la
curiosa denominación de "Anormalidades en la vida del trabajo" se
encargaba de publicar el listado de conflictos laborales registrados en cada
ejercicio. El boletín del año 1922 expuso la "Crónica acerca de los
conflictos en las minas de carbón de Asturias desde diciembre de 1921" en
un extenso trabajo de 372 páginas recogiendo los detalles del paro que se
mantuvo más de 80 días con un pulso tanto entre los obreros y patronal como en
el seno sindical entre los socialistas del Sindicato
de Obreros Mineros de Asturias de Manuel Llaneza y los militantes del
Sindicato Único de Mineros (SUM), iniciado en la CNT, pero que a partir de este
conflicto decidió seguir los dictados de la Internacional comunista. Tras el final de la I Guerra Mundial
la minería de carbón asturiana había entrado en crisis debido a varios
factores. Por un lado estaba la mala distribución de la red ferroviaria que
forzaba a muchas minas a seguir llevando el mineral en carros hasta los
cargaderos del tren donde además faltaban muelles, grúas, apartaderos, dobles
vías y hasta vagones; por otro, al volver la normalidad cientos de pequeñas
minas tuvieron que cerrar, y en las que siguieron abiertas el elevado precio de
materiales y útiles de trabajo favoreció unas condiciones laborales peores que
las del resto de Europa.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
En los últimos días del mes de
octubre de 1921 el Sindicato Minero dirigió sendas comunicaciones al Presidente
del Consejo de Ministros y al Ministro de Fomento participándoles la situación
desesperada de los obreros asturianos, que no trabajaban más que tres días por
semana, y unas semanas más tarde se anunció una huelga general si el Gobierno
no adoptaba las medidas necesarias para resolver esta situación. A principios de noviembre el Comité
Ejecutivo de los ayuntamientos hulleros de Asturias, compuesto por Manuel
Llaneza y Valentín Rodríguez, concejales de Mieres; Joaquín Fernández Paredes y
Francisco García Fernández, concejal y Alcalde de Langreo, y José Fernández
Flórez, alcalde de San Martín del Rey Aurelio, solicitó la intervención estatal
para evitar la pérdida de salarios y la paralización de las explotaciones.
|
|
Por
su parte, la Federación Nacional de Mineros también hizo saber sus aspiraciones
concretadas en tres puntos: que se obligase a consumir carbón nacional a
las compañías ferroviarias y a la marina
de guerra; que no subiese el arancel sobre el carbón, y que para suprimir en
las minas gastos inútiles se estableciese el control obrero. Adelantándose a estas demandas, 17 de
octubre una real orden había ordenado a las compañías de ferrocarriles el consumo
de carbones nacionales, excepto en aquellos casos de imposibilidad por razones
técnicas, y a la vez la creación de una comisión mixta para gestionar el
proceso, pero los empresarios consideraron insuficiente esta medida y el 9 de
diciembre las empresas hulleras de Veguín y Olloniego acordaron cerrar las
minas, por carecer de locales donde seguir almacenando mineral.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
Poco después Fábrica de Mieres repartió un comunicado a sus obreros anunciando
que también decidía suspender la explotación de sus minas de carbón a partir
del día 16 por la falta de demanda, manteniendo solo la conservación; Duro
Felguera anunció lo mismo para el día 19 y no tardaron en hacer lo mismo las
explotaciones leonesas, cuya patronal propuso solucionar el problema rebajando
los jornales y aumentando a la vez las horas de trabajo. Ante este panorama el Sindicato
Minero amenazó con declarar la huelga para el 16 de diciembre, logrando que el
Gobierno hiciese algunas concesiones, pero la convocatoria no se frenó porque
ante el silencio de Manuel Llaneza, que estaba en Madrid, las asambleas de
mineros acordaron cumplir lo acordado, parando unos 10.000 obreros de
Duro-Felguera, Mieres, El Peñón, Veguín y algún otro grupo menos importante,
aunque todo quedó en un extraño amago porque al día siguiente el SMA anunció la
vuelta al trabajo para seguir las conversaciones.
|
Manuel llaneza. Dibujo de Alfonso Zapico |
Por fin el 2 de enero con mejor
planificación se inició un nuevo paro en Langreo que se extendió pronto por las
dos cuencas, salvo en las minas de la Hullera Española, donde no llegó a
convocarse por el acuerdo tomado en una asamblea general celebrada en Mieres
que presidieron Belarmino Tomás y Manuel Llaneza, quienes explicaron que en las
minas del marqués de Comillas las condiciones eran distintas. Veinte días más
tarde se consiguió un acuerdo sobre el jornal mínimo y el compromiso de que los
precios de destajo iban a revisarse por una comisión arbitral, lo que puso fin
a la huelga, salvo en aquellos pozos que la mantuvieron hasta lograr la
readmisión de quienes habían sido despedidos por faltar al trabajo.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
Posteriormente llegó una relativa
normalidad en la que no faltaron los paros en varios pozos por temas puntuales,
hasta que el 21 de abril la patronal hizo público que debido a la crisis se
veía obligada a reducir un 20% los salarios a partir del 15 de mayo. El anuncio
llegó en mal momento, seguramente sin tener en cuenta que una semana antes, los
días 6 y 7, estaba prevista la celebración del Congreso minero en Oviedo. En
él, cómo era de esperar, las 60 secciones que lo formaban debatieron
intensamente sobre esa propuesta sin que se llegase al acuerdo entre los
seguidores de Llaneza, partidario de admitirla para evitar despidos masivos, y
los comunistas, que se oponían a cualquier recorte, por lo que se tomó el
acuerdo de someterla a referéndum. La consulta se celebró por fin los
días 11 y 12 de mayo quedando 39 Secciones en contra de la proposición, 10 a
favor de ella, 12 con fórmulas de transacción y 5 partidarias del cese
inmediato del trabajo, pero el Comité ejecutivo del SMA intentó jugar otra
carta para evitar el conflicto proponiendo una nueva consulta con esta única
pregunta: "¿Se acepta la rebaja del 20% o en caso contrario se declara la
huelga?". La maniobra ocasionó que en muchos
pozos se iniciasen paros espontáneos al margen del control del sindicato, pero
además se volvió contra sus promotores porque el referéndum sí se hizo, aunque
el resultado fue otra vez favorable a la huelga. Llaneza entonces manifestó que
a pesar de ser contrario al paro ahora estaba dispuesto a aceptar la voz de la
mayoría y sumarse a él, y con estas premisas el 22 de mayo solo se trabajó en
la Hullera Española y en la mina "Campanal", que explotaban
directamente los obreros.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
No tengo espacio para detenerme en
los detalles de aquellos meses, pero sepan que se mantuvo el enfrentamiento
abierto entre el Frente Único de orientación comunista y los socialistas del
SMA. El 7 de junio se celebró otra consulta, de nuevo con resultado favorable a
la huelga; también hubo incidentes violentos en Duro Felguera cuando los
piquetes impidieron que la empresa cargase carbón para sus hornos, y hasta dos
atentados: un cartucho de dinamita hizo explosión en el jardín de la casa del
Director de la Sociedad Hulleras de Turón y otro en la barriada obrera de San
Francisco, de Oviedo. Por fin, desgastados ya patronos y
mineros, el día 3 de agosto de 1922 llegó a Asturias el Ministro de Trabajo
para dirigir una reunión mixta de la que partió una nueva oferta: no habría
represalias por una ni otra parte y se entraría al trabajo con una rebaja en
los salarios de un 5 % a cambio de que la producción aumentase un 10% y se
llegaba al 20% desaparecería esa rebaja en los sueldos. Con estas nuevas premisas, el 7 de
agosto de 1922, después de 80 días de conflicto 7.766 obreros participaron en
un cuarto referéndum que decidió la vuelta a la normalidad, aunque la decisión
tardó unos días en aceptarse en Lieres, Lena y las minas de la Viuda e Hijos de
don Inocencio Fernández. Ya lo ven, la Unión de los Hermanos Proletarios aún
estaba muy lejos.
|
Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE: ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto Burgos Fernández (historiador).
Nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Licenciado en Geografía e
Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos
«Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La
Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata
Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de
“Mierense del año”.
Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de
los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de
Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…). Se estrena en 2006 con un álbum de corte
histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo
publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción
determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto
palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James
Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011),
que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno
de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).
Vive en la localidad francesa de
Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri,
2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se
encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que
constará finalmente de tres tomos. Esta
magnífica obra es un autentico tesoro de la novela gráfica española y refleja
la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes
luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el
susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente
poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el
sonido de "La balada del norte". Sus libros han sido traducidos al
inglés, francés, alemán o polaco. (…) http://alfonsozapico.com
______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________
NOTA: Si te ha interesado
esta entrada y quieres preguntar, comentar o aportar algo al respecto, puedes
dejar un comentario o escribir a mi dirección de “correo del blog” con
la seguridad de ser prontamente atendido.
¡¡¡Difunde “El blog de Acebedo” entre tus
amistades!!!
Sígueme en:
·
§ - Twitter – “El
blog de Acebedo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario