18 de agosto de 2023

La «humillación» sobre las «mujeres republicanas» en la Guerra Civil y la posguerra

La represión franquista contra la mujer: "las rapadas"
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
Poco se ha hablado acerca de la represión ejercida sobre las mujeres republicanas (específicamente sobre ellas) durante la Guerra Civil y la posguerra
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
Cuarto Poder.
Numerosos trabajos se han centrado en una especie de «limpieza sistemática» de los rojos durante la contienda y/o los vencidos en los años posteriores, pero pocos han abordado a fondo las características concretas de la persecución y humillación que las mujeres rojas sufrieron durante el franquismo. Y es que la Guerra Civil española, y la posguerra, pueden tener una lectura de género que, en la actualidad, nos parece de vital importancia. "En efecto, las mujeres republicanas fueron víctimas de una serie de abusos «institucionalizados» que vale la pena analizar en profundidad".
Mujeres “Rapadas” como castigo a la mujer republicana. (...). Saber más... LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA ILUSTRADA POR FERNANDO VICENTE. 

La imagen de mujer que había comenzado a extenderse durante la Segunda República permitía un cierto «escape» respecto a la rigidez previa y, aún más, respecto a lo que vino después. Si bien no habían cambiado ciertos estereotipos de feminidad, las mujeres durante la Segunda República sí pudieron encontrarse identificadas con un patrón de conducta que permitía la actividad, la decisión, la participación activa y necesaria que las requería (bien como madres, bien como milicianas cuando estalló la guerra) de una manera profundamente novedosa. Así, desde el 18 de julio de 1936, el modelo de mujer roja pasó a formar parte de una suerte de «demonización» de lo que debía ser una mujer. Es decir, el demonio pasó a ser la mujer roja. «Durante la Guerra Civil, la represión de la población fue convirtiéndose en la nota dominante y constante del avance del ejército sublevado. Según avanzaban las tropas franquistas y «liberaban» pueblos y ciudades, se instalaba en estos una particular forma represora que afectaba a hombres y mujeres (rojos todos, o supuestamente rojos) de diferente manera». Mientras ellos, los varones republicanos, habían caído en el frente, eran ejecutados o huían (algunos «se echaban» al monte) ante la llegada inminente de los militares sublevados, ellas permanecían en los pueblos, a cargo de sus familias, en la más absoluta miseria y sabiéndose perseguidas.

Grupo de jóvenes y mujeres rapadas en Montilla, Córdoba. (...). Saber más... ctxt. Contexto y Acción.

Así comenzó a extenderse el corte de pelo al rape y la ingesta de aceite de ricino como una manera de humillar, vejar y «marcar» a todas esas mujeres que, a fin de cuentas, venían a reflejar lo más recriminable de la feminidad desde el punto de vista de los sublevados y del orden que pretendían imponer y que, de hecho, impusieron
. En efecto, las autoridades del pueblo (Falange, Guardia Civil, requetés…) detenían a las mujeres, les rapaban el pelo al cero (a veces les ponían una banderita roja colgada de un pequeño mechón en la frente o en la nuca), las obligaban a beber aceite de ricino para provocarles diarreas y las «paseaban», mientras «se cagaban encima a causa del purgante», por las principales calles de las poblaciones «liberadas», en ocasiones acompañadas por la banda de música del pueblo. La historiadora francesa Maud Joly, en su trabajo titulado Las violencias sexuadas de la guerra civil española: paradigmas para una lectura cultural del conflicto (Historia Social, núm. 61, 2008), ha estudiado en profundidad el fenómeno del empleo del cuerpo de la mujer como frente de guerra en el que humillar y vencer definitivamente al enemigo. 
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La práctica del rapado de pelo durante la Guerra Civil y la posguerra (la práctica reaparecerá más tarde en Francia con las mujeres acusadas de colaboracionistas durante la Segunda Guerra Mundial) tiene un componente de marcación de los cuerpos que adquiere un carácter de táctica deliberada de combate. Ya no se trata tanto de apartar, perseguir o vencer al enemigo, sino, más bien, de exhibir a modo de espectáculo una especie de «deformidad monstruosa» que, desde el punto de vista de los sublevados, se había desarrollado durante la Segunda República. En tribunales militares, que más parecían una burla, se decidía qué «ciertas mujeres debían ser castigadas por haber contribuido al derrumbe de la moral católica, por haber enarbolado una bandera republicana» durante el «dominio rojo», o por haber participado en el saqueo de la iglesia del pueblo. Y así, tras las pruebas «de oídas» de algunos testigos (muchos aprovechaban para vengarse por antiguas rencillas), se decidía que una mujer debía ser ejecutada o encarcelada durante treinta años. Pero fueron muchas más a las que, sin necesidad de pasar por juicio alguno, raparon, purgaron y exhibieron en la plaza de sus pueblos para escarnio público.
Mujeres rapadas en Canarias. (...). Puesto que la violencia ha sido un componente fundamental de cualquier guerra, analizar las experiencias y vivencias de las mujeres en los conflictos bélicos tendría que estar vinculado a las de las prácticas violentas que los acompañaban. En el caso de las guerras civiles debería tenerse en cuenta tanto la violencia militar (batallas, combates y bombardeos) como la violencia civil y política que se producía en el frente, pero especialmente en la retaguardia, espacio fundamentalmente femenino que reservaba a las mujeres una violencia específica vinculada al modelo patriarcal de género. Publicado por Laura Vicente. (...). Saber más... Pensar en el Margen.

Durante la posguerra se instaló en el país un absoluto control social con un sistema de «abajo arriba» que impedía la menor disensión. Todo el mundo estaba vigilado y cualquiera que hubiera colaborado con los vencidos podía ser detenido, acusado de rebelión militar y ejecutado. Las mujeres vivieron esta persecución constante de una manera especialmente dolorosa y cruel. "Se extendieron las violaciones y vejaciones sexuales en comisarías, cuarteles y cárceles" en un intento de cosificar y deshumanizar a quienes los vencedores consideraban el germen de la «maldad» republicana. Ahora ya de un modo institucionalizado. Gracias a los testimonios de supervivientes recogidos por Tomasa Cuevas en su obra Testimonios de mujeres en las cárceles franquistas (Instituto de estudios altoaragoneses, 2009), podemos darnos cuenta de la profunda humillación (física y psíquica), que padecieron miles de mujeres durante los primeros años del franquismo. 
Reunión de mujeres de los mineros despedidos. [Foto cedida por Francisco González a la Fundación Juan Muñiz Zapico]. (...). En el antifranquismo en Asturias, “hubo dos partes en esta lucha, la de arriba, la de los hombres, y la otra pequeñina, la de las mujeres, la diaria. El de los mineros es un relato épico y una foto de una mujer con una cestina en la cabeza estropea esa épica porque eso es la lírica”, sintetiza Montserrat Garnacho. Una lírica que, en muchos casos, se convertía en sus hogares en vidas atormentadas por la violencia machista. (...). Saber más... Pikara Magazine.

Pero no solo entonces; la práctica del rapado de pelo reapareció en España durante los primeros años sesenta como un método de represión sexuado ante las huelgas de la minería asturiana. Cabe preguntarse: ¿de dónde nace esa voluntad de marcar los cuerpos de las mujeres como una forma de castigo-dominio público?; ¿qué se oculta tras ese gesto arbitrario y exhibicionista que se sirve del cuerpo de la mujer como un territorio de combate para demostrar el poder de quienes lo ejercen? De nuevo nos encontramos ante preguntas que enlazan directamente con una cuestión política, moral y de género en la que a la mujer siempre le ha tocado representar el papel de víctima. «Por fortuna, el tema comienza a despuntar, y tanto historiadores como estudiosos/as de diversas disciplinas han comenzado a escuchar y a difundir los relatos y las voces de quienes históricamente han estado silenciadas». No hay mejor arma que la escucha. Y nuestro pasado reciente nos obliga a escuchar para evitar caer en el terreno trágico del olvido.
(...). Los vencedores utilizaban con las mujeres un lenguaje más despectivo que con los hombres. La expresión «mujeres de dudosa moral» era un juicio moral, que se convertía en juicio penal, con su correspondiente castigo público y ejemplarizante. En la roja, la transgresión moral (el amancebamiento, el atentado contra la Iglesia católica, etc.) se unía a la política-social, agravando el delito supuestamente cometido. La mujer revolucionaria era brutalizada y, por tanto, tras la victoria franquista, podía y debía ser represaliada con total impunidad (González, 2012: 120-121). Publicado por Laura Vicente. (...). Saber más... Pensar en el Margen.

FUENTE: LOIDA DÍEZ JIMÉNEZ (editora- Cuartopoder). Publicado por Cuarto Poder el 09-02-2012. Ver enlace.
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AUTORES.


Loida Díaz Jiménez es editora de Cuarto Poder y escritora. Cuarto Poder.

Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance. Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del Principado de Asturias (Aula Didáctica de los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de Asturias y Poitou-Charente (Francia).  Realiza ilustraciones, diseños y campañas para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).  Se estrena en 2006 con un álbum de corte histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011), que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).  Vive en la localidad francesa de Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri, 2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que constará finalmente de cuatro tomos.  Esta magnífica obra es un auténtico tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte". En un paréntesis, entre el segundo y tercer volumen de La balada del norte, Zapico completó Los puentes de Moscú (Astiberri, 2018), para mostrar de nuevo su faceta como reportero gráfico al poner el micro al diálogo entre el político Eduardo Madina y el músico Fermín Muguruza. Sus libros han sido traducidos al inglés, francés, alemán o polaco. (…). Foto: Wikipedia  Twitter.

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“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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Esta página se editó por última vez el 18 de agosto de 2023 a las 08:46 horas.

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