Ilustración de Alfonso Zapico |
La
muerte de nueve personas ahogadas y abrasadas al no admitir la familia Vázquez
de Prada el matrimonio de su hija con un plebeyo
Ilustración de Alfonso Zapico |
Es difícil encontrar otra familia tan
vinculada a este concejo como los Vázquez de Prada. Sabemos que, en el año
1627, andaba por aquí el licenciado don Lope Vázquez, con el beneficio
eclesiástico de la parroquia de Santa María de Valdecuna, quien hizo testamento
de la totalidad de sus posesiones raíces y muebles en beneficio de su sobrino
de Lena don Gregorio Vázquez de Prada y lo trajo a vivir con él, y según
Alberto Montero Prieto hacia 1649 ya se hizo la casona-palacio de El Valletu
ampliando una vivienda anterior. Para conocer su historia les recomiendo
los escritos de Alberto, verdadero cronista del valle de Cuna, pero hoy no
vamos a referirnos a la rama mierense de este linaje, aunque quiero aprovechar
para agradecer las facilidades y el buen trato que siempre han dado a los
historiadores que se acercan hasta allí para consultar cualquier dato.
Ilustración de Alfonso Zapico |
El padre Carvallo quiso explicar la
falta de piedad Diego Vázquez de Prada en un enfrentamiento anterior con el
notario de Tuñón, por eso lo persiguió hasta una gruta donde se refugió con los
suyos y allí "hizo juntar mucha leña en la boca de la cueva para
abrasarles dentro y, habiendo salido su hermana a la puerta, le pidió con
muchas lágrimas que no usase de tal crueldad con ella, su marido, y los demás". La respuesta fue "que se saliese
ella y dejase a su marido, que le habría de abrasar con los otros, y si querían
salir les recibiría con las puntas de las lanzas. La valerosa asturiana dijo
que no quería vivir para ver a su marido morir tan ferozmente. Esto fue causa
para embravecer mucho más a Diego de Prada, y así, pegando fuego a la leña y
añadiendo otra, no cesó hasta que todos fueron ahogados y abrasados. Ayudáronle
en esta ferocidad Alonso Vázquez y Andrés Vázquez, sus hermanos". Carvallo añadió otros datos, como el
nombre original de que la cueva, "del Zaramal", o lo que ocurrió con
los criminales, que fueron desterrados de Proaza por orden del rey Católico:
Alonso se casó en Valladolid, Andrés se estableció en Valdeorras y Diego permaneció
alejado en Álava hasta alcanzó el perdón real y pudo regresar para morir en su
solar en 1491.
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Más adornada fue la versión de Alejandro
Pidal, el cacique de la Asturias decimonónica, casado también con una Bernaldo
de Quirós y, como recordarán, consuegro de Ernesto Guilhou, ya que su hijo
Pedro, marqués de Villaviciosa, se unió en 1892 a Jacqueline, nieta del
fundador de Fábrica de Mieres. No tengo espacio para transcribir el
texto entero, pero voy a suprimir las frases que pone en boca de los
personajes, guardando los párrafos más interesantes para que ustedes puedan
seguir el hilo y a la vez se hagan una idea del estilo barroco de don
Alejandro. Así, después de hacer una introducción sobre la época en que se
desarrollaron los hechos, describió la partida nocturna de los asesinos:"Como las dos de la madrugada
serían, cuando a la cárdena luz con que los relámpagos iluminaban el valle y la
montaña, que cercan el lugar de Prada, veíase descender desde el castillo
feudal que coronaba la cima del monte hasta el comienzo de la vega, una unida
cabalgata, compuesta de homes de armas, y a cuya cabeza marchaba el valeroso D.
Diego Vázquez de Quirós, Señor de horca y cuchillo; cabe él y en poderosos
corceles caminaban sus hermanos D. Alonso y D. Andrés, vástagos todos de la misma
casa y familia".
Ilustración de Alfonso Zapico |
Luego el de Pidal se imaginó la
conversación que pudieron mantener mientras cabalgaban, y a renglón seguido, la
situación de las víctimas que aún desconocían lo que iba a pasar:
"Al pie del fuego que ya estalla en
mil lucientes y brillantísimas chispas, duermen tranquilos nueve paisanos
provistos de ballestas de caza y bien afiladas jaras. Y allá, en el fondo de la
cabaña, apuran juntos las primicias del amor, el notario Tuñón y su mujer Elena
Vázquez, recién casados contra la voluntad de su familia, y huidos de su casa
para la celebración del matrimonio". Hasta que da inicio el drama y los
amantes logran escapar para refugiarse en la cueva:
"Era tiempo: un humo denso y
blanquecino comenzaba a penetrar por entre las rendijas de la puerta, y a los
gritos de los paisanos respondió la algazara de los homes de armas de D. Diego,
que contemplaba el progreso seguro del voraz incendio. Al amparo de la
oscuridad profunda que todavía en rededor reinaba, pudieron, sin ser vistos,
ganar la montaña y empezar a trepar por sitios inaccesibles a la caballería,
ansiosos de ganar una cueva que en los flancos de la montaña se abría".
"Cercanos a su tortuosa entrada se
hallaban cuando la blanca columna de humo que de la choza se alzaba, trocóse de
repente en deslumbradora columna de fuego que derramó vivísima claridad en todo
el valle y destacó el temeroso grupo de entre las sombras que velaban la
escarpada roca. Fortificados los unos y aprestados los otros para el ataque,
comenzaron a ofenderse con armas arrojadizas y piedras, con gran daño de los
sitiadores y poco de los sitiados que tras de la peña se guarecían. Pero,
ganada que fue por los homes de don Diego la altura de la Peña, comenzaron a
cortar árboles y rodados hasta la entrada de la cueva, con ánimo manifiesto de
renovar su intento de abrasarlos. Visto lo cual por los de adentro, comenzaron
a hacer gran llanto y a confesar en alta voz sus pecados y a pedir a Dios por
sus pecadoras ánimas".
Ilustración de Alfonso Zapico |
Luego narró el fallido intento de la
joven esposa, quien salió a la boca de la cueva para pedir clemencia, y por fin
el desenlace:
"Murieron todos abrasados por mano
de don Diego y su hermano, que temerosos de los Católicos Reyes, huyeron de
Asturias y contornos, pues su castillo fue arrasado, y solo se conserva la
cueva en que fenecieron sus víctimas, cueva conocida hoy en día con el terrible
nombre de La Cueva del Notario". Debemos saber que la entrada de la cueva
fue alterada en la década de 1990 por unos trabajos para hacer una carretera y
también que en 2006 se hizo en ella un infructuoso sondeo arqueológico, porque
en la misma zona está otra cueva, la del Conde, con un importante yacimiento
paleolítico. Sin embargo la verdadera riqueza del lugar está en lo que nos
enseña su historia sobre la miseria de la condición humana.
Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE:
ERNESTO BURGOS-HISTORIADOR
Ernesto Burgos Fernández nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957.
Licenciado en Geografía e Historia
por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los
institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino
de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES
«Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de
“Mierense del año”.
Alfonso
Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de
los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de
Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).
Se estrena en 2006 con un álbum de corte
histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo
publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción
determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto
palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James
Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011),
que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno
de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).
Vive en la localidad francesa de
Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri,
2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se
encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que
constará finalmente de tres tomos.
Esta magnífica obra es un autentico
tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros
de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador
de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos
y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a
la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte".
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