Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Tres
accidentes se cobraron en 1958 la vida de diecinueve trabajadores del sector
del carbón en el Principado
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
En este año de 2018, se cumple el sexto
decenio de una grave trilogía minera que llenó de luto y de dolor a tres
concejos asturianos. De nuevo nuestra minería sufrió en sus carnes el abrazo
mortal de la pérfida diosa Parca al arrebatar súbitamente la vida a 19 obreros,
utilizando el temible poderío del maldito, nefasto, cobarde y silencioso gas
grisú, cebándose de la buena voluntad y laboriosidad de los esforzados
trabajadores mineros. Este fatídico año de 1958, fue el segundo en número de
catástrofes que más sangría humana dejó escrita, después del año 1967, donde en
cuatro catástrofes perdieron la vida 23 obreros. En esta ocasión, tres
fatídicas fechas nos recuerdan la espantosa fatalidad que sufrieron los
trabajadores de las minas citadas en el encabezamiento, y que, como tantos
otros, no podemos olvidar a los héroes del subsuelo asturiano. ¡Siempre
recordaremos la terrible tragedia que sufrió la minería asturiana!
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Cuando se encontraban realizando las
funciones propias de su categoría, esta mala condición en la lámpara hizo que,
a las seis y media de la tarde, del jueves, 2 de enero de 1958, una explosión
de grisú de mediana intensidad, producida de un modo brusco e inesperado en la
serie 4ª del taller de arranque formado sobre la galería Sur de 1ª planta,
arrebatara la vida en el acto a los obreros José Luis Alonso Antuña, picador de
21 años, natural y vecino de Carrandi, y Casimiro Armando del Valle Bárzana,
joven vagonero de 17 años, natural de Gobiendes, vecino de Loroñe, siendo
alcanzados de lleno y estrellándoles violentamente contra los hastiales.
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Debido a las gravísimas lesiones, el
sábado día 4, a las 5 de la tarde, en su domicilio de Colunga, fallecía Agustín
Miguel Ángel Coya Candás, joven vagonero de 17 años. Al miércoles siguiente,
día 8, a las 8 de la mañana, dejaba de existir en su lecho familiar de Coceña
(Gobiendes), el joven vagonero de 17 años, Raúl Fernández García, natural de
Bieres, Infiesto. Otro joven vagonero de la misma edad, Ignacio Alba Montoto,
fallecía en su casa de Colunga a las 4 y media de la tarde del mismo día. Era
natural de Villafranca del Bierzo, en León. Por último, a las 7 de la tarde, en
su domicilio de San Juan de Duz, se le escapaba la vida al picador Evaristo
Mariano Vigil Lueje, de 33 años.
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Aunque en principio no se sospechaba de
la causa que pudiera haber originado la explosión de grisú, teniendo en cuenta
que el grisú solamente hace acto de presencia cuando alguna llama desnuda le
despierta de su letargo, posteriores investigaciones llegaron a la conclusión
que la causa primaria que originó la explosión fue la existencia de grisú
acumulado en la corona de la guía, agravado con el acto desgraciado de un
vagonero que al desplazarse por la galería y ante la dificultad en el encendido
de la lámpara, alzando el brazo golpeó la misma contra un poste de la galería
(costumbre muy generalizada), con tan mala fortuna que se rompió por la débil
junta cogida con soldadura de estaño entre la cepa y la tuerca fija.
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Al momento de conocerse la tragedia,
rápidamente se organizaron los primeros auxilios efectuados por los propios
compañeros, hasta que llegó la Brigada de Salvamento del Caudal, que trabajaron
denodadamente para rescatar y bajar los cadáveres y accidentados hasta las
oficinas que la Empresa tenía en Levinco. Llegamos, así, al último aldabonazo
trágico que marcó el año 1958. En esta ocasión, la maldad del gas grisú se
presentó, hacia las 11 y media de la noche, del día 2 de septiembre, martes, en
la mina Fradera, también llamada La Perenal, al estar situada en este paraje
del pueblo de Villoria, municipio de Laviana, perteneciente a la empresa
Cementos Fradera, S. A. La fatalidad quiso que en la galería
montada sobre la capa 2ª, piso 1º, el maldito, nefasto, cobarde y silencioso
gas grisú hiciera acto de presencia, arrebatando la vida a 5 obreros en el
momento de salir.
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Ilustración de Alfonso Zapico (La Balada del Norte) |
Sirvan estas líneas para recordar en
este 60.º aniversario a las víctimas y familiares que sufrieron el desgarrador
trauma de soportar la pérdida de su ser querido.
El féretro de una de las víctimas del accidente de La Carinsa. REPRODUCCIÓN DE LEONCIO CAMPORRO |
FUENTE:
MARIO G. ANTUÑA
Las ilustraciones del artículo son del ilustrador asturiano Alfonso Zapico y de su ambiciosa obra "La balada del norte"
Mario García Antuña
(Moreda, 1940), casado y con tres hijos y dos nietos, es ingeniero técnico de
minas y trabajó en la empresa pública minera HUNOSA hasta su prejubilación, en
1993.
Durante más de cinco años estudió los accidentes mineros
producidos en Asturias y fruto de ello es el libro "Catástrofes mineras
asturianas".
Alfonso
Zapico (Blimea, Asturias, 1981). Historietista e ilustrador freelance.
Profesional gráfico desde el año 2006. Trabaja en proyectos educativos del
Principado de Asturias (Aula Didáctica de
los Oficios) e impartido talleres de ilustración en centros educativos de
Asturias y Poitou-Charente (Francia). Realiza ilustraciones, diseños y campañas
para diversas agencias de publicidad, editoriales e instituciones. Es
ilustrador de prensa en diarios regionales asturianos (La Nueva España, Cuenca del Nalón, Les Noticies…).
Se estrena en 2006 con un álbum de corte
histórico para el mercado franco-belga, La guerra del profesor Bertenev (Dolmen, 2009). Su primer trabajo
publicado directamente en España es Café Budapest (Astiberri, 2008), donde se mete de lleno en una ficción
determinada por los orígenes del todavía no resuelto conflicto
palestino-israelí. Acto seguido apuesta por recrear en cómic la vida de James
Joyce, Dublinés (Astiberri, 2011),
que gana el Premio Nacional del Cómic 2012 y a raíz del cual surge el cuaderno
de viaje La ruta Joyce (Astiberri, 2011).
Vive en la localidad francesa de
Angouléme, donde, tras realizar El otro mar (Astiberri,
2013) a caballo de su Asturias natal, a la que vuelve con regularidad, se
encuentra preparando su nueva y ambiciosa obra, “La balada del norte”, que
constará finalmente de tres tomos.
Esta magnífica obra es un autentico
tesoro de la novela gráfica española y refleja la negrura de los valles mineros
de Asturias de los que surgen personajes luminosos, y bajo el ruido atronador
de las minas de carbón se escucha el susurro de una canción antigua. Los viejos
y nuevos tiempos chocan brutalmente poniendo a prueba al protagonista, pronto a
la Humanidad entera. Éste es el sonido de "La balada del norte".
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