La verdadera muerte heroica del cabo Noval
El militar asturiano no llegó a ser hecho prisionero por los
moros, pero aislado en una posición entre dos fuegos y con el riesgo cierto de
morir, pidió a sus compañeros que disparasen sobre su propia posición al sentir
al enemigo cerca
Ya pasaron más de 100 años de su heroica muerte, la figura
del ovetense Luis Noval Ferrao, el cabo Noval, ha vuelto a la actualidad. César
González Antuña, habitual investigador de historias asturianas, ha optado por
ir a su encuentro recurriendo a las fuentes a su alcance. Para ello ha acudido
a las páginas de los periódicos de la época. Las circunstancias verdaderas de
la muerte del cabo Noval, depuradas de los aspectos inexactos de las primeras
versiones, quedan así fijadas para la posteridad. Luis Noval Ferrao nació en Oviedo, en la calle de Santa
Susana, número 10, el 15 de noviembre de 1887. Sus padres, Ramón Noval Suárez y
Perfecta Ferrao Sordo, eran naturales de Valdesoto y Piloña, respectivamente.
Hizo sus primeros estudios en la escuela del maestro Manuel Santullano. A los
15 años los abandonó para dedicarse al trabajo de ebanista. En las Escuelas de
Bellas Artes, donde acudía a clases nocturnas de dibujo natural obtuvo siempre
sobresaliente. Luis Noval era quinto del año anterior e ingresó en filas en
febrero de 1909, destinado al Regimiento del Príncipe. Aprendió la instrucción
el Campo San Francisco, en el Salón del Bombé. Quién iba a decir entonces que
aquel bisoño soldado de gallarda figura, simpático, muy inteligente en los
ejercicios tácticos, sería un futuro héroe de la patria, un mártir que
sacrificaría su vida en un momento sublime de acendrado patriotismo. La campaña de Melilla. Agosto 1909. Un telegrama confirma
los rumores sobre el destino de Melilla del Regimiento del Príncipe. En el
despacho se hace constar que formará con el de Burgos la segunda brigada de la
nueva división, destinada al Ejército de operaciones.
La alegría del regimiento. La carta de un soldado, César
Pineda, refleja el entusiasmo del regimiento: «En cuanto tuvimos noticias de
que iríamos para Marruecos, todos nos hemos mostrado sumamente alegres. En
pocos regimientos reinará tanta cordialidad como en éste para partir a la
guerra. Querido padre: Nuestro regimiento marchará muy pronto para Melilla, es
un sagrado deber defender a la patria. Dígale a mi madre que acordándome de
ella, de sus caricias, de lo buena que siempre fue para mí, tendré en su
persona puesto el pensamiento cuando esté en la guerra. Yo lo que siento es que
en el tiempo que yo esté en Melilla no pruebe la sidra que tanto abunda en
nuestra casa». Disposiciones para la marcha. Para el mejor orden de la
marcha se dictaron varias disposiciones, algunas, curiosas: Los devengos que disfrutarán los señores jefes y oficiales o
individuos de tropa desde su salida de esta plaza serán: Coronel: 10 pesetas.
Tenientes coroneles y comandantes, 8. Capitanes, 5. Subalternos, 4. Sargentos,
1. Cabos y soldados, 0,30. Maestros armeros, 3. Los señores jefes y oficiales
tienen el 12% de descuentos en sus indemnizaciones.
A las diez se distribuirá a la fuerza que debe marchar medio
litro de vino por plaza, que regala la Comisión de la Cruz Roja de Oviedo. A
las doce se distribuirá por la Junta de Damas de la Cruz Roja una merienda a
cada uno de los individuos que deben marchar. Antes de efectuarse la marcha se
hará el reparto en metálico entre los soldados, correspondiente al donativo
hecho por la Diputación. La marcha. El jueves 9 de septiembre, a las cinco de la
mañana, se tocaba la diana floreada, «La Triunfal». A las 10 se tocó fajina
para el primer batallón. Menú: arroz con patatas, carne, fruta y vino. A las
tres sale de Oviedo el primer tren expedicionario. Hará un alto en Palencia de
madrugada para comer el rancho y llegar el viernes por la tarde a Madrid. El
viernes, a las doce y media de la madrugada, salía la segunda expedición con el
segundo batallón. El mismo día, pasadas las quince horas, salían el resto del
tren, con el coronel Molo al frente. Antes de ponerse en marcha las fuerzas
fueron revistadas por el general Brualia, gobernador militar de la plaza. El viaje.
En todas las estaciones fueron los soldados objeto
de despedidas y atenciones. En Ujo las tropas recibieron cigarros, meriendas,
frutas y flores. En Medina del Campo se sirvió rancho extraordinario. En
Valladolid, lo mismo. En todos los pueblos del trayecto a Madrid fueron
obsequiados. No digamos nada en ruta por La Mancha, Andalucía y Málaga, donde
el recibimiento de la población superó toda comparación. De la estación de
Málaga se dirigieron hasta el muelle donde, el día 12, embarcaron en el
trasatlántico «Alfonso XIII» rumbo a Melilla. El resto de la expedición lo hizo
en el «Ciudad de Cádiz» dos días después. Gaitas en Melilla. Con el desembarco del Regimiento del
Príncipe las calles de Melilla han adquirido inusitada animación. Lo soldados
asturianos promueven gran algazara, tocando la gaita y dando vivas a Asturias.
Las gentes se aglomeraban alrededor de la gaita, obligándolos a repetir. La versión más extendida sobre su muerte. 29 de septiembre
de 1909. Se conocen en la plaza detalles del heroísmo del cabo Luis Noval, del
Regimiento del Príncipe.
En la primera versión de su hazaña se afirma que
durante el ataque de los moros al zoco El Hadde Beni-Sicar dicho cabo se apartó
de las avanzadas, haciendo fuego y los moros lo cogieron prisionero. Después le
ofrecieron no matarlo si los acompañaba a las avanzadas españolas. Noval
accedió a ello y los moros lo siguieron gozosos, creyendo que podrían
sorprender al campamento. Cuando los moros y el cabo llegaron a ser vistos por
el centinela en la oscuridad de la noche, éste dio el ¿Quién vive?. Entonces el
cabo Noval, a grandes voces, gritó: «¡España, pero tirar, que los moros vienen
conmigo!». Al oír estas palabras los centinelas dispararon. El cabo sacrificó
así su vida por salvar la de sus compañeros y poder castigar mejor a los
rifeños. En seguida se trabó la lucha y quedó desbaratada la estratagema de los
moros. Al llegar el día las fuerzas españolas que hicieron la exploración del
terreno encontraron en las avanzadas el cadáver del bravo Noval. Junto a él
había muertos dos moros que lo custodiaban.
La familia llora a su hijo. Así relataba la prensa asturiana
de la época la reacción de la familia del héroe y el eco en la sociedad: En la plaza San Miguel de Oviedo n.º 1 habita la
desconsolada familia del cabo Noval. Todavía recuerdo haberme encontrado en
este portal al glorioso soldado conversando con sus amigos. En su casa, en una
habitación muy humilde, está la afligida madre de Noval, que, postrada ante una
imagen, lloraba la desdicha de no poder abrazar a su querido hijo en los
últimos momentos y haberle prodigado el amor maternal que tanto consuela en la
hora suprema de la muerte, a la vez que sentía mucha satisfacción, al
considerar que su hijo había salvado de una muerte cruel y villana a sus
compañeros. La verdadera y heroica historia. En febrero de 1910, en
Oviedo, el general Brualia, gobernador militar de Asturias, cuenta la verdadera
versión de la muerte del cabo. De nuevo acudimos a noticias de la prensa para
rescatarla:
El general don Enrique Brualia hace en Oviedo una
declaraciones sobre los hechos de la guerra de Melilla y, muy especialmente, de
la muerte de nuestro heroico paisano, el cabo Noval. La versión que hemos oído al general Brualia acerca del acto
sublime patriótico realizado por el cabo Noval es completamente nueva y
distinta de cuantas se han hecho públicas, siendo de advertir que esta versión,
rigurosamente cierta, como es natural, valora más el riesgo del héroe
asturiano. El cabo Noval no fue apresado por los moros y conducido
después hasta las alambradas, según aseguraban los relatos públicos. El acto
del cabo Noval ha sido más consciente, más espontáneo y más libre. Hallábase
prestando el servicio de escucha entre dos campamentos que distaban entre si
varios centenares de metros. A eso de las tres de la mañana se sintió una
descarga que puso en guardia a los centinelas. El ruido de una segunda descarga
hizo comprender a Noval que los moros se acercaban a la alambrada, y entonces
se dispuso a dar la voz de aviso al campamento más próximo. Cuando se dirigía a
éste, los moros arreciaron las descargas.
La vida de Noval corría inminente
peligro y únicamente podía salvarse escondiéndose en alguna de las sinuosidades
que el terreno ofrecía, con la circunstancia favorable, además, de hallarse
protegido por la oscuridad de la noche. Pero la salvación de la vida por este medio llevaba consigo
la sorpresa del destacamento español. Noval continuó su marcha en dirección al
campamento para dar el aviso. Cuando se acercaba a éste fue distinguido su
bulto por un teniente de la avanzada, el cual, en el momento en que se disponía
a ordenar el fuego conoció al cabo Noval, exclamando rápidamente: ¡Esperar, no
hacer fuego todavía, que viene un centinela nuestro!. Pero Noval, que veía a
los moros que se acercaban dispuestos a sorprender al campamento, contestó en
voz alta: "¡No importa hacer fuego, que los moros se acercan!". Las fuerzas españolas hicieron entonces varias descargas
cerradas rechazando a los moros. Cuando terminó el combate se hizo el
reconocimiento, encontrando al cabo Noval con la bayoneta ensangrentada, lo que
hace creer que luchó cuerpo a cuerpo con los moros. Como se ve, el acto de Noval
ha sido realmente heroico». La leyenda de su efímera prisión desaparece, pero su figura
se eleva hasta lo sublime.
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Monumento al
cabo Noval en Madrid. Luis Noval Ferrao ( Oviedo ; 15 de noviembre de 1887 -
Beni Chikar , Marruecos ; 28 de septiembre de 1909 ), conocido como el cabo
Noval , fue un militar español muerto en la guerra de Melilla tras una
actuación heroica, convertida en ejemplo de patriotismo por el nacionalismo
español. https://www.wikiwand.com/es/Luis_Noval_Ferrao
|
FUENTE: CÉSAR GONZÁLEZ ANTUÑA. Publicado por la nueva España el 18-10-2009. ver enlace. __________________________________________________________________________
AUTORES.
César González Antuña,
escritor y «un gran conocedor de la historia de San Martín del rey Aurelio».
colaborador de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. Fuente: La
Nueva España.
La
Nueva España ha sido
testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la
calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder
indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria
en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de
Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas
las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder
indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los
principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número
de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General,
Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las
redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una
amplia red de corresponsales. FUENTE.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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