18 de septiembre de 2018

Café histórico en Mieres

El Café Carolina
Cafe Carolina con los taxis junto al toldo, de frente Escuela de Capataces. La calle tuvo varios nombres; De 1909 a 1931 Calle Camposagrado; de  1931 a diciembre de 1937 Calle Manuel Llaneza; de 1937 a junio de 1982 Avenida  José Antonio y desde 1982 a la actualidad , Calle Manuel Llaneza. La imagen es hacia los años 30 del pasado siglo XX. Archivo: Dario F. Rico. Facebook Mieres años 80 y90 de José R. Viejo
La historia de uno de los tradicionales establecimientos hosteleros de Mieres
El café teatro Carolina a principios del siglo XX. (Archivo del Blog)
https://www.lne.es
Hoy muchos mierenses y en especial los más jóvenes, apenas recuerdan lo que fue el viejo Café Carolina, en la vida de Mieres. Para empezar diremos que este café estaba situado en el mismo lugar donde hoy está el también llamado Café Carolina. El anterior edificio estaba datado en 1878, un año después de haber sido construida la carretera a la estación del Ferrocarril del Noroeste. En aquellos años, lo que hoy conocemos como la avenida Manuel Llaneza, apenas tenía construidas a sus orillas más de media docena de edificios y estaba entre ellos la Escuela de Capataces. Su edificio era de planta, piso y buhardilla. Los inicios de este bajo para actividad comercial comenzaron como restaurante, en propiedad de Celestino Lastra y Magdalena Rodríguez, ambos eran los conserjes de la Escuela de Facultativos y padres de Concha Lastra (fundadora de la Academia Lastra). Al cesar esta primera actividad, el local pasaría a ser ocupado por la Cooperativa del Sindicato Minero administrado por Esteban García (1913-1918).

17 de septiembre de 2018

Asesinato por 25 pesetas en 1927

Tolivia, cuna de bandoleros
A caballo.Dibujo tomado de http://elpeliciego.com
Hace MÁS DE 95 años, una pareja de bandoleros acabó con la vida de Robert Horme, inglés empleado en las minas de Buferrera. El botín apenas llegó a veinticinco pesetas
Ilustración de Daniel Castaño
A las puertas de la Audiencia Provincial, lo nunca visto. Un guaje menudo, escurrido y en madreñas miraba fijamente a la cámara de fotos con un par de esposas atenazándole las muñecas. Juan de la Fuente no llegaba a los quince años y lo único que había querido en la vida era dejar de llindar vacas. Sencillamente. Alfonso Camín, testigo de excepción, narraba así las aspiraciones truncadas del pequeño pastor: «Solía quedarse pensativo frente al horizonte que cerraba en los prados. ¿Qué habría más allá? Pensaba en América y en la guerra. En todo ese trágico juego de gentes mayores».
¡América, la gran deseada! Días atrás del juicio que le condenaría a casi tantos años de prisión como los que llevaba de vida, Juan se lo había dicho al periodista Francisco Caramés: «No sabe usted lo aburridísimo que resulta el pastoreo». Por eso, cuando Benjamín el de la Bárgana le había ofrecido embarcarse en un negocio que les reportaría el dinero suficiente como para pagarse el pasaje a América, Juan de la Fuente no se lo pensó dos veces.

16 de septiembre de 2018

Nadie pudo hablar con ellos

Los nombres de Parasimón
Fosa de Parasimón. (Diario Público)
La Asociación Memoria Allerana rescata las biografías de nueve hombres que pudieron ser arrojados a la fosa donde se hallaron doce cuerpos
Recreación de la posición en la que estaban los cuerpos
Nadie pudo hablar por ellos. Nadie sabe si sintieron el frío aquella noche de noviembre de 1937, en el alto de Pajares, cuando los colocaron en un pelotón para fusilarlos. Tampoco a quién dedicaron su último pensamiento cuando empezaron los disparos. Eran doce hombres. Los doce cuerpos hallados en la fosa de Parasimón durante la exhumación del enterramiento, abanderada por el arqueólogo Antxoka Martínez en colaboración con la Sociedad de Ciencia Aranzadi (a la cabeza su presidente, el prestigioso antropólogo Francisco Etxeberría). Uno de los hombres fusilados fue, según los testigos de la época, Luis Cienfuegos. Un hombre casado y padre de cinco hijos, trabajador del Ayuntamiento de Aller.

15 de septiembre de 2018

Presencia y vigor en América

Asturias en los fondos de la Hispanic Society of America: de Carreño Miranda a Pérez de Ayala
Interior de Casa Condarco, en San Andrés de Valdebárzana, en Villaviciosa (1925).
La institución, que recibió el premio "Princesa", tiene entre sus fondos una genial Inmaculada del pintor avilesino y el mejor retrato del autor de "Tigre Juan"
Archer Milton Huntington (1870-1955), un hispanista que alertó hace un siglo de los mundos dispares de España

Archer Milton Huntington heredó en 1890 una fortuna que le aseguraba caudales suficientes para toda su vida y generaciones venideras por mucho que se esforzaran en gastarla. Estaba llamado a gestionar desde los despachos un inmenso imperio industrial, de ferrocarriles y astilleros. Pero Archer Milton tenía otros planes que rompían la lógica familiar y el espíritu mercantil. A Huntington, nacido en 1870, le fascinaba el mundo hispánico. Algo tuvo que ver su madre, Arabela Duvall, coleccionista de arte y experta en pintura flamenca del siglo XVII. Huntington recordaba la primera vez en su vida que se acercó, aunque fuera muy superficialmente, a esa España que no era España, sino un leve influjo al otro lado del Atlántico. Diez años, un rancho familiar en Texas, la lengua de los peones hispanos, a buen seguro mexicanos... Allí en México, muy poco después, encontró de verdad la huella de España y su arte. Jamás se separó de ella. Su gran logro fue la fundación de la Hispanic Society of America, que recibió en Oviedo el premio "Princesa de Asturias" de Cooperación Internacional 2017. La Hispanic, que comenzó su andadura en 1904, ha sido el principal centro de estudios hispánicos en los Estados Unidos. Mucho más, por tanto, que una colección extraordinaria de arte.