Una de las formaciones del coro de la Sección Femenina de Mieres. (Foto Archivo) |
La Nueva España
Lo malo es cuando uno de esos proyectos termina su personal andadura, se extingue y con toda probabilidad, cierra herméticamente la puerta. Hablar de la música coral en esta casa es remontarse largamente más allá de un siglo, cuando el Orfeón de Mieres inició sus pasos con una trayectoria brillante que le llevó, en determinadas épocas, al Olimpo de los Dioses y a las más categóricas alturas. Afectadas, pero nunca rotas definitivamente, por lagunas de inactividad, aunque siempre, hasta ahora, con sus aplaudidas reapariciones en escena, al estilo más fiel de un entrañable Guadiana. A la sombra de esa larga travesía, otras iniciativas florecieron en el firmamento mierense. Ahora mismo se nos ocurre citar, los orfeones de Fábrica de Mieres, de Amigos de Mieres, junto a coros de tanta solera como el Minero de Turón, y ya a otros niveles el de Santa Eulalia de Ujo o el Coro Santarrosino.