8 de junio de 2014

La historia de la agrupación vocal femenina de Mieres

La larga estela histórica de unas voces blancas
Foto coloreada del 12 de octubre de 1923. En la foto, entre otros, se distingue a: Ramonín Antuña, Elena Vigil, y Reinerio García, el director del Orfeón de Mieres y quien años más tarde (1944), puso en marcha el proyecto del la vocal femenina.. Foto Archivo.

La dilatada tradición coral de la comarca y la agrupación vocal femenina de Mieres, única en su ámbito. Si la historia de un pueblo se escribe con el largo trazo de una pluma singular, Mieres tiene ejemplos de auténtica singularidad, sobre todo en su bagaje artístico-musical que habla de unos valores posiblemente sin parangón en toda la piel asturiana
Una de las formaciones del coro de la Sección Femenina de Mieres. (Foto Archivo)
La Nueva España
Lo malo es cuando uno de esos proyectos termina su personal andadura, se extingue y con toda probabilidad, cierra herméticamente la puerta. Hablar de la música coral en esta casa es remontarse largamente más allá de un siglo, cuando el Orfeón de Mieres inició sus pasos con una trayectoria brillante que le llevó, en determinadas épocas, al Olimpo de los Dioses y a las más categóricas alturas. Afectadas, pero nunca rotas definitivamente, por lagunas de inactividad, aunque siempre, hasta ahora, con sus aplaudidas reapariciones en escena, al estilo más fiel de un entrañable Guadiana. A la sombra de esa larga travesía, otras iniciativas florecieron en el firmamento mierense. Ahora mismo se nos ocurre citar, los orfeones de Fábrica de Mieres, de Amigos de Mieres, junto a coros de tanta solera como el Minero de Turón, y ya a otros niveles el de Santa Eulalia de Ujo o el Coro Santarrosino. 

5 de junio de 2014

La tragedia del hospital de Valdedios 27 de octubre de 1937

Informe histórico y antecedentes de la fosa de Valdediós (Asturias)
Personal del Hospital de Valdediós. Enero 1937. (Fotografía: Constantino Suárez). Nota: Con todas las reservas propias del caso, las personas identificadas serían: 1. desconocido; 2. Adela Alvarez; 3. desconocida; 4. desconocida; 5. E. Montoto; 6. desconocido; 7. Sagrario Estébanez; 8. desconocida; 9. Maximino Manuel González; 10. Lucía González; 11. Concha Moslares?; 12. desconocida; 13.  desconocido; 14. desconocido; 15. desconocido; 16. Antonio Piedrahita; 17. Urbano Menéndez; 18. desconocido; 19. Domingo González; 20. Gerardo Pérez. (Foto de Constantino Suarez tomada en Valdediós en enero de 1937 que se conserva en el Archivo Municipal de Gijón). Universidad del País vasco.

Al estallar la Guerra Civil el coronel Aranda, que hasta entonces ha tenido engañadas a las autoridades republicanas, se traslada al cuartel de Pelayo, donde se encontraban el resto de los mandos militares de la ciudad de Oviedo con excepción de los correspondientes al 10º Grupo de Asalto, cuyo jefe el comandante Alfredo Ros Hernández era adicto a la República
Área del prado en donde se encontraba la fosa. Universidad del País vasco.
Según diario anónimo existente en el Archivo Histórico Militar de Avila había recibido del Ministro de Guerra el siguiente mensaje: “Fusiles en Cuartel Pelayo trasládense inmediatamente a Cuartel Santa Clara. Personal armado con fusiles sobrantes en mayor número que pueda y municionado debe marchar ferrocarril con urgencia sobre Palencia y Valladolid. Dé cuenta del cumplimiento y salida”. Todos los allí reunidos son partidarios de desobedecer la orden y de la sublevación. Aranda encarga al comandante Caballero, que hasta entonces se había mantenido escondido, que tome el Cuartel de Santa Clara, antiguo convento y sede del mencionado Grupo de Asalto y en donde se encontraban ya civiles en busca de armas. En cambio, hay pocos guardias pues se encontraban dispersos en la ciudad al cuidado de centros de interés. A pesar de ser sorprendidos los guardias y los paisanos que se encontraban en el Cuartel consiguen presentar resistencia hasta el día siguiente en el que tienen que rendirse. 

4 de junio de 2014

El descanso eterno del Adelantado de la Florida, a la séptima

Los siete entierros de Pedro Menéndez
Pedro Menéndez de Avilés (Avilés, 15 de febrero de 1519 - Santander, 16 de septiembre de 1574) fue un militar y marino español y gobernante de Indias. En 1565 reconquistó la Florida, tras destruir Fort Caroline y otros asentamientos de hugonotes franceses que la ocupaban, y fundó la ciudad de San Agustín. Gobernó dicha provincia con título de adelantado mayor perpetuo, y también fue gobernador de la isla de Cuba entre 1567 y 1574. (…). Saber más... WIKIPEDIA.

Los restos mortales del Adelantado de la Florida reposan en la iglesia de los Padres, después de que estuvieran en Llanes, en la iglesia de San Nicolás y en el cementerio
Un fotograma de la película grabada en 1924 con motivo del cuarto entierro del Adelantado. La Nueva España
La Nueva España
Pedro Menéndez de Avilés, el Adelantado de la Florida, murió el 16 de septiembre de 1574 y, desde entonces, ha recibido sepultura en siete ocasiones. La primera, en la iglesia parroquial de Llanes, cuando el navío que trasladaba sus restos mortales desde Santander tuvo que refugiarse en el puerto oriental para salvar una gran tormenta. «Y porque su cadáver empezaba ya a consumirse», apostilla Román Antonio Álvarez, historiador y concejal de Cultura de Avilés. El marino avilesino había regresado a la península para cumplir una orden del rey Felipe II: tenía que hacerse cargo de la armada que tenía que apoyar a Luis de Requesens, que gobernaba los Países Bajos, levantados en armas contra España. Atracó en Sanlúcar de Barrameda el 7 de enero de 1574 y, según las crónicas principales, el Adelantado se encontraba ya mal. «Dictó testamento y vuelve a embarcar, aunque, en esta ocasión, en dirección a Santander», señala Román Antonio Álvarez. «En Santander ratificó el testamento. En él ordenaba que le enterrasen en la iglesia parroquial de la villa en que nació, junto a su familia», apostilla el concejal de Cultura. 

El desmantelamiento industrial de Mieres estaba bien planificado por el franquismo

La rebeldía de un pueblo... ¿punto final?
Movilizaciones en los años 70 del pasado siglo XX en protesta por el desmantelamiento industrial de Mieres. En la foto un grupo de personas encaramadas en el gasómetro de Fábrica Mieres. (Colección Amadeo Gancedo). Facebook: “Mieres Antes y Ahora” de Carlos Díaz Marcos.
Las fuerzas vivas de Mieres lucharon contra el desmantelamiento industrial desde los años 60 del pasado siglo XX 
Cartel de Garrido que estuvo puesto en todos los establecimientos de Mieres a finales de los años 70 del pasado siglo XX. Foto Archivo.
La Nueva España
El declive sufrido por la industria mierense, trae a la mente los estudiosos de una etapa anterior, pertenecientes a las décadas de los sesenta y setenta del pasado siglo, cuando el desmantelamiento siderúrgico y el éxodo de mano de obra hacia el litoral cantábrico puso en jaque el espíritu de rebeldía del pueblo llano, personificado en determinados movimientos representativos. Igual actitud se vivió posteriormente ante el anuncio de que la minería ponía punto final unos cuantos años más tarde. Fueron dos gritos de supervivencia contrapuestos en los resultados, ya que, mientras el segundo levantó, con ciertas garantías en el tiempo, la bandera del éxito, el primero hubo de claudicar con todas las consecuencias de un designio irremediable. Y en este episodio, en su segunda y definitiva parte, es obligado detenerse hoy para recordar que, pese a ello, la fuerza de un pueblo estaba en plena efervescencia.