La
peluca de Tati Valdés
|
Tati Valdés o la 'Maquinona' (archivo del blog) |
Su compañero de club, Lavandera, lo definió
así: «Tati Valdés era el Zidane del fútbol asturiano»
|
Tati Valdés
(1947, Mieres) apodado "La Maquinona" centrocampista durante 14
temporadas en el Sporting de Gijón (1965-1979), ocho en 1ª estando presente en
dos ascensos del equipo, disputando 357 partidos, marcando 45 goles, 21 en 1ª
división. Pinterest |
El País
Un día me
dijo Gordillo: “Tengo suerte de no ser calvo. Empecé a jugar con 17 años y
ahora tengo 25 y estoy muy visto. Si puedo seguir jugando es porque no soy
calvo”. Años atrás a los futbolistas les mortificaba ser calvos. Eso ha pasado
desde la moda de pelarse completamente, al modo de Ronaldo y Roberto Carlos, pero
hasta no hace mucho era casi un drama. Los públicos eran crueles con los
calvos. “¡Calvo!” “¡Viejo!” O les cantaban aquello de “¡pelonaaaaá, sin
peloooo… cuatro pelos que tenías los vendiste de estraperloooo!”. Para ser
calvo, futbolista y respetado había que ser Di Stéfano, o, por lo menos, Bobby
Charlton. O aún así. Di Stéfano me dijo un día que una de sus hijas, pequeña
aún, le regañó por jugar así, un calvo entre jóvenes. “Le contesté: ¿Y tú sabes
de qué comemos, niña?”. Charlton, a su
vez, disimulaba su calvicie dejando crecer el pelo de un parietal para pasarlo
sobre la calva, en lo que los guasones llamaban el cruzado mágico. Cada poco se
le desbarataba y le colgaba una guedeja que se colocaba una y otra vez.