El
caso del feligrés indignado
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El sacerdote Benigno Pérez Silva |
El sacerdote Benigno Pérez
Silva, de la parroquia de San Pedro de Mieres, vio interrumpido su sermón el 3
de mayo de 1970 acusado de marxista
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Ilustración de Alfonso Zapico |
En el año
1970 las Cuencas mineras vivían en una agitación permanente. Por un lado,
empezaba a comentarse la posibilidad del desmantelamiento definitivo de la
siderurgia en Mieres y, por otro, las pérdidas de Hunosa eran escandalosas. Por
primera vez se oía en las calles la palabra prejubilación. Esta situación de
crisis, sumada al ansia de libertades que crecía en toda España en paralelo al
envejecimiento de Francisco Franco, venía haciendo crecer la conflictividad, de
modo que el 24 de enero de 1969 el ministro Manuel Fraga Iribarne había
decretado el estado de excepción, con la consecuencia del establecimiento de
medidas para desarticular a los sindicatos y partidos ilegales.
En medio
de aquella coyuntura, desde 1967 algunos sacerdotes compaginaban la labor
parroquial con su trabajo como "curas obreros", e incluso
desarrollaban labores sindicales.