20 de julio de 2017

Dos novillos se escaparon del Bibio de Gijón en 1913

¡Toros a la fuga! Pánico en la noche gijonesa de 1913
La primera corrida celebrada en Gijón de la que se tiene noticia nos lleva hasta el año 1660. (El Comercio)
En la madrugada del sábado 10 al domingo 11 de mayo de 1913, dos novillos de cerca de trescientos kilos se escaparon de El Bibio, pasando la noche por las calles de la ciudad y viviendo no pocas aventuras y desventuras que los gijoneses tardarían en olvidar
Jardinera en el apartadero del Natahoyo , 1899 ( Archivo CT . G . ). (Pinterest)
http://asturmix.elcomercio.es
Noche cerrada en el barrio alto y que los críos, ¡vaya por Dios!, no quieren dormir. «Mamá, todo». Así lleva el pequeño cinco minutos, haciendo rodar su lengua de trapo en combinación con el timbre agudo de los pocos años, insistente y pesadillo: «Mamá, todo. ¡Mamá, todo!» ¡Qué cruz, qué imaginación desbordante, qué cansancio de guaje! La madre prende un candil y respira hondo: las voces, lo sabe bien, no funcionan con ese par de demonios; es mejor la diplomacia y la paciencia para atajar los malos sueños de los chavales. «Vamos ver, Fulanito», murmura, frotándose las legañas. «Cómo va haber toros en Cimavilla». Hace calor esa noche, es mayo. Quizás más de la cuenta para la primavera. ¿No hace más de la cuenta? La mujer se gira para abrir las ventanas. Y lo ve. «Mamá, todo». Ahí está, ahí está el «todo»: un hermoso cornúpeto de pelo azabache, bocinegro, con el moquillo colgando del morro e inmensas pestañas bovinas, que sabe Dios cómo ha logrado introducir el velamen entre las hojas de la ventana de una de las casas de la calle de la Vicaría y que, ante la perpleja mirada de la máter, tuerce la cabeza y dice, así de sencillo, «mú». He ahí su sentencia. «Mamá, todo». Hay que buscar una salida, rápido. Algo que tranquilice a los chiquillos. «¡Ah, nenos!», chilla la madre, fracasando en el intento de ocultar los nervios, «¡mirái al vuestru padre los cuernos que-y salieron! ¡Ya-y debe durar el Antroxu!»

19 de julio de 2017

El deporte de la canasta en el concejo de Mieres

De cara a la canasta
El Fabrimieres. Por la izquierda, detrás. Baragaño, Carballido, Jorge, Montoto y Hevia. Delante. Fernando, Pelayo, Chema, Javier Puerta y Juan Luis.
Un repaso por el pasado del baloncesto masculino con algunas figuras como Ricardo Hevia y Juan Luis Fernández
Juvenil de fabrimieres-1958
No existe duda de que en Mieres el fútbol ha sido el rey, tal como ocurre actualmente en todo el globo terráqueo. Sin embargo, esta villa supo sacarle el jugo a la modalidad del hockey sobre patines hasta el punto de plantarle cara a los catalanes, "reyes del universo español", de la mano del inolvidable Alfredo Visiola Rollán. Pero también se movieron, en el marco local, compitiendo con el regional, otras modalidades deportivas que, sin apenas medios materiales, llegaron a escribir páginas de interés y brillantez. El baloncesto masculino fue una de ellas.

18 de julio de 2017

Andrés Lerín, el guardameta con el que el Gijón consiguió el primer ascenso de su historia

Lerín, la gesta de un gigante
Andrés Lerín
El nueve de abril de 1944, la victoria ante el Betis en El Molinón hizo al Sporting ascender a Primera División por primera vez en su historia
El ansiado ascenso a Primera División del sporting por primera vez en su historia .http://asturmix.elcomercio.es
Andrés Lerín, el guardameta que defendía la portería del equipo rojiblanco, escondía tras de sí una triste historia: su compromiso político anterior a la Guerra Civil había marcado, y marcaría, su carrera futbolística. Fue de justicia que aquel glorioso domingo, nueve de abril del 44, El Molinón estallase en una ovación unánime cuando el balón, disparado por un oportuno cabezazo de Calleja después de haber sido sacado a córner por Armando, sobrepasó la red defendida por Bueno, el guardameta del Betis. Por varias razones: la primera, porque aquel día los béticos jugaron más que peor –por más que asegurasen que el Sporting tenía el viento a favor-; la segunda, porque los rojiblancos, que jugaban en casa, fueron muy superiores y, la tercera y principal, porque aquel tanto estaba por otorgar al Sporting el ansiado ascenso a Primera División por primera vez en su historia.

17 de julio de 2017

El fatídico veintiocho de mayo de 1978 en Gijón

Siete vidas bajo el mar
Lucio Torrente el día del fatídico accidente. El Comercio.
De todos los años que le quedaron por vivir (y murió hace diez), Lucio Torrente no olvidaría la tarde del domingo veintiocho de mayo de 1978
Familiar de las victimas. Asturmix-El Comercio.
Aquel día, quizás por vez primera, acarició un cuerpo inerte y, con sus propios brazos, modelados a fuerza de batirse contra el mar, lo devolvió a la vida. Y eso que Torrente, a la sazón jefe de Salvamento de la playa de San Lorenzo, había acabado su turno una hora antes de que el Cantábrico decidiera tragarse a más de una decena de críos que, a escasos metros de la orilla, braceaban sin saber nadar. Ocurrió, como suelen hacerlo las desgracias, sin previo aviso, sin algaradas que advirtieran a los paseantes de lo que pasaba. A las cinco de la tarde de aquel día, Gijón entero se desperezaba de la siesta sin darse cuenta de que lo hacía vestido de luto.

16 de julio de 2017

Una parte de nuestra historia que se desmorona

La ruina de la casa de José Maldonado en Tineo

José Maldonado González. Nació en la villa de Tineo el 12 de Noviembre de 1900. Leer más en: https://www.tineo.es/personajes-ilustres/-/asset_publisher/3e050ac34bcc/content/municipio-historia-personajes-ilustres-jose-maldonado-gonzalez?inheritRedirect=false

Las tradiciones, las costumbres, conforman las señas de identidad de un pueblo. Las gentes le dan esa entidad que marca las diferencias, siempre más exiguas de lo que se piensa

La casa de Maldonado, en Tineo. https://www.lne.es/servicios/multimedia/imagenes.jsp?pRef=2017030600_118_2068223__Occidente-Opinion-parte-nuestra-historia-desmorona

La transformación del paisaje, la humanización del entorno, da también unas pautas que contribuyen a la comprensión de las formas de vida de una determinada zona. Otra de las referencias que permiten hacer una lectura del pasado -y del presente- es la arquitectura. El trazado urbano, lo público y lo privado, los edificios, nos dicen mucho. El paso del tiempo, la nula planificación, el desdén público y privado por conservar nuestro patrimonio arquitectónico -sí, es de todos- nos ha llevado a una homogeneización de nuestro entorno urbano, e incluyo el rural. Los gustos urbanos han empobrecido la estética de nuestros pueblos. Donde antes existía variedad, adaptación al medio, ahora impera la uniformidad y en muchos casos el mal gusto.

15 de julio de 2017

La ciénaga de Oviedo

El mercado creció en la laguna
El mercado del Fontan, fundamentalmente de frutas, que se celebraba delante del Palacio del Marqués de San Feliz en el llamado casco antiguo de Oviedo fue, durante mucho tiempo, uno de los emblemas o lugares representativos de la ciudad. (...). Saber más... Alonso Robisco.

La ciénaga que se encontraba en gran parte de la actual plaza de Daoíz y Velarde y el Fontán llegó a ser un notable foco de insalubridad denostado por los vecinos
Plaza de Daoíz y Velarde, con el palacio del Duque del Parque a la izquierda, donde estuvo la charca. M. G. C. La Nueva España.
La Nueva España.
El entorno del Fontán representa uno de los más bellos, emblemáticos y queridos de Oviedo. Pero no siempre fue así, hubo épocas en las que constituía un foco permanente de aguas putrefactas, acumuladas en una depresión del terreno de origen kárstico, provenientes de pequeños manantiales (el simbólico "cañu del Fontán" fue inaugurado en 1657), a las que se añadían las drenadas en una reducida cuenca hidrográfica existente al sur. Señala mi amigo Emilio Campos (firma con el seudónimo de Ernesto Conde), eminente conocedor de las crónicas referentes a Oviedo, que la hediondez del agua aumentó cuando se establecieron en la colindante calle del Fierro las primitivas carnicerías y se utilizaba la charca como un estercolero, arrojando en ella despojos y heces de las reses degolladas en el matadero situado en la calle homónima, hoy Marqués de Gastañaga. El degradado humedal ocupaba gran parte de la actual plaza de Daoíz y Velarde, y continuaba por la plaza del Fontán, estrechándose a la altura del Arco de los Zapatos hacia el norte hasta finalizar a la altura de la calle Rosal. El contorno de la poza era un lodazal bastante inhóspito que estaba cercado por una valla protectora para evitar el acceso del ganado.

11 de julio de 2017

La imaginación al poder de los gijoneses

La demolición de la pérgola de Los Campinos, un paraíso para los patos
La pérgola de los gatos- (Gijón en retrovisor)
El derribo se hizo para construir una plaza en homenaje a los Alféreces Provisionales
La plaza del Alférez Provisional, tras la demolición de la pérgola de Los Campinos de Begoña (Gijón)
La primavera había llegado en el año de 1968 con más esplendor que nunca a París, los estudiantes comenzaban a sacar los adoquines del bulevar de Saint Michel para romper los escaparates y desde la espectacular cúpula de las galerías Lafayette, al lado del teatro de "La Ópera", desconcertaban a los alumnos en viaje de estudios del Corazón de María al escuchar los versos en catalán del "La, la, la" del Dúo Dinámico y Augusto Algueró cantados por Joan Manuel Serrat, quien había sido designado para representar a España en el Festival de Eurovisión. En el Barrio Latino aparecieron históricas pintadas que dieron la vuelta al mundo y nos hicieron reflexionar sobre dónde estábamos y cuál era nuestro futuro: "La imaginación al poder", "Prohibido prohibir" y "Seamos realistas: pidamos lo imposible". 

10 de julio de 2017

Llegó la guerra, pero también el circo

Violeta, la maga que rompió moldes
Manuelarejas
Cuentan, dicen y comentan, sin que podamos a ciencia cierta saber si el rumor es cierto o si más bien nada dentro de las fértiles aguas de la leyenda, que la mujer que inspiró a Julio Cortázar para perfilar a la Maga de su Rayuela se llamaba Manuela y vivió, durante gran parte de la vida, en el barrio de La Luz (Aviles)
Puerto de Avilés, en 1920. (Foto Ayto. Avilés)
 Allí, en Avilés, se estableció cuando quiso volver a ser Manuela y dejar de lado el ‘alter ego’ que la llevaría, aun octogenaria, a ser objeto de no pocos homenajes y hasta de un documental: Violeta Ritter. La Maga Violeta.
Todo empezó en Morazarzal de la Sierra, muy allende el Pajares. Allí, a mediados de los años 20, nació Manuela Rejas. No lo hizo, ni mucho menos, con un pan bajo el brazo. No la querían. Nunca lo hicieron. El padre, obsesionado con la idea de tener un hijo varón, rechazó a Manuela desde el mismo momento en que nació y la niña –emigrada con su familia, pocos años más tarde, a la capital- se vio obligada a evadirse en un mundo de fantasía que le proporcionase el cariño que su padre, asegura ella, ya anciana, en el corto documental ‘Violeta y el baúl americano’ (Rocío González, 2008), jamás le dio. «Nunca me dio una caricia». En estas, para empeorarlo todo, le llegó la guerra. Pero también el circo.