El ombligo de la "belle époque"Bajo el subsuelo de la plaza se encuentran los restos del acueducto de La Matriz, la primera traída de aguas de la ciudad |
El céntrico espacio urbano, en una foto de época. LNE |
La Nueva EspañaSi hace 150 años nos situásemos en el centro de lo que hoy es la plaza de Evaristo Fernández de San Miguel nos encontraríamos a las afueras de la villa, ante una vasta planicie bañada por el mar hacia levante, cercada al poniente por la elevación que hoy acoge al paseo de Begoña y al sur por las colinas del Coto de San Nicolás y Ceares. Hacia el norte veríamos la ermita de Santa Catalina coronando el Cerro y la torre del Reloj dominando la población, que en este punto quedaba separada del arenal por las tapias y muros de un baluarte de la fortificación levantada durante la primera guerra carlista aunque, en esa zona, nunca llegó a terminarse con la envergadura con la que había sido proyectada en 1837 por Celestino del Piélago.
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Bajo el parque
de Cocheras. La cantería del antiguo acueducto entre La Guía y la plaza Mayor
conserva su trazado. / CRISTINA HEREDIA. Gonzalo de la Bárcena diseñó la
primera traída de agua hasta el actual muelle en 1590. En el siglo XVII se
construyó desde La Guía un acueducto del que apenas quedan vestigios. Saber más…El Comercio. |
Dejando la ciudad a nuestras espaldas, estaríamos ante un paisaje abierto en el que veríamos como, a pesar de los rellenos efectuados por el Marqués de Casa Valdés desde la década de 1850 tras adquirir al Municipio la mayor parte de estos terrenos, con vientos fuertes la arena aún se movía libremente, percibiríamos el olor a salitre y oiríamos la rompiente de la playa de San Lorenzo. Un paisaje que había permanecido casi inmutable durante milenios pero que hace siglo y medio estaba llamado a desaparecer en aras del progreso. Gijón quedó en 1867 libre de las servidumbres impuestas por su condición de plaza fuerte, propiciando que en octubre de ese mismo año se aprobase el plano de ensanche sobre el arenal de San Lorenzo trazado por los arquitectos Palacios y Díaz y el ingeniero García de los Ríos, el mayor logro urbanístico de aquella época y origen de la parte oriental del actual centro urbano y del barrio de La Arena. En aquella gran extensión de terreno esta plaza elíptica fue la única zona verde que se ejecutó tal cual fue concebida en ese documento.
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La Fontica (también
conocida como fuente de Santa Catalina) era, según análisis realizados en 1874, la
fuente pública con el agua de mayor calidad de las que surtían al Gijón del
siglo XIX. Saber más… La Ciudad del Agua de Héctor Blanco
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La desproporción entre la superficie de la plaza y la de la totalidad del ensanche es evidente (la especulación urbanística es ya tradición histórica) y quizás de ahí provenga la singularidad de que el mítico grandonismo gijonés y su afición por los aumentativos tuviese aquí el contrapunto de considerar San Miguel plazuela en lugar de plaza. En todo caso durante la "belle époque" gijonesa la plazuela se convirtió en el ombligo de Gijón, entre la playa y Begoña, entre Cimavilla y Los Campos Elíseos, y era cruzada por miles de personas en fechas señaladas mediante la línea del tranvía de Somió que acarreó durante décadas -primero atravesando su eje y después circundándola- a locales y visitantes hacia Los Campos, la plaza de toros y los merenderos de La Guía y Villamanín. Bajo el subsuelo de la plaza están los restos del acueducto de La Matriz, la primera traída de aguas con que contó Gijón, construido a mediados del siglo XVII. Sobre el terreno se mantiene el mismo diseño de la zona ajardinada, con la doble hilera de tilos dominando el paseo central, mientras una gran variedad de especies de arbolado y vegetación se han sucedido en el espacio restante.
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(…). La última
carta jugada por el Ayuntamiento de Gijón, antes del conflicto bélico de
1936-1939, fue la apuesta por conseguir los beneficios estatales derivados de
la promulgación de la Ley del Paro Obrero, buscando la aportación del Estado
para cubrir los casi 3,5 millones de pesetas necesarios para la finalización de
las obras de Los Arrudos, esfuerzo que resultó vano. (…). Saber más… La Ciudad del Agua de Héctor Blanco |
En la década de 1920 se ubicaron en ella dos hitos: el monumento a San Miguel y una columna con reloj de 1899 proveniente de la calle Corrida y que hoy se encuentra abandonada y sin su esfera en el parque de Isabel la Católica. El perímetro de la plaza es un resumen completo de la arquitectura contemporánea gijonesa, incluyendo algún mazacote desarrollista y los poco afortunados recrecidos de las últimas décadas del siglo XX. El edificio más antiguo, entre las calles Covadonga y Menéndez Valdés, fue realizado por el maestro de obras Pedro Cabal en 1893 y en él pueden apreciarse el buen hacer de estos profesionales hoy olvidados que levantaron casi la mitad de las construcciones iniciales de la plaza. En el lado casi opuesto, se ubica el inmueble que fue la sede del café San Miguel durante casi un siglo, con su empaque plenamente ecléctico y que es una de las primeras obras del arquitecto Manuel del Busto en la ciudad. Su hijo Juan Manuel proyecto el edificio Art-Decó que hace esquina con la calle Celestino Junquera y ambos abordaron en 1931 el diseño del colindante (el nº 10) siguiendo la misma estética y con la llamativa representación del dios azteca Quetzalcóatl sobre el portal. Por su parte, el gusto historicista propio de los años veinte queda representado por el edificio emplazado entre Ruiz Gómez y Uría, obra de Mariano Marín de la Viña.
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(…). En una
Asturias devastada por la Guerra Civil, de la que a duras penas logra reponerse,
y asfixiada por una posguerra en la que la imposición de una economía autárquica
sumió en la miseria a la mayor parte de la población, hablar de grandes obras
civiles era mera utopía. (…). Saber más… La Ciudad del Agua de Héctor Blanco |
Entre Menéndez Valdés y Capua se alza el que fue en su momento el edificio de viviendas más alto de Asturias, proyectado en 1935 por Manuel García Rodríguez y Joaquín Ortiz, aunque no se finalizó hasta una década más tarde. Esta gran construcción racionalista contrasta con el kiosco de la plaza, también obra de García Rodríguez. Cierra el elenco el edificio del banco de Santander, entre Capua y Cura Sama, muestra de la contada arquitectura de calidad realizada en los años setenta, en este caso obra de Miguel Díaz y Negrete. Todo este patrimonio y toda esta historia quedan en nada si no se reivindican y no se dan a conocer. Vivimos tiempos de desmemoria, fruto de una política cultural que ha dejado al margen de sus prioridades dar a conocer la historia contemporánea de la ciudad. Hace un par de años el edificio del Ayuntamiento cumplió siglo y medio y no fue posible ni tan siquiera realizar una jornada de puertas abiertas, el año pasado las estatuas de Jovellanos y de Pelayo llegaron a los 125 años y, oficialmente, no hubo ni una sola iniciativa para recordarlo. Ahora tocaría conmemorar los orígenes de uno de nuestros espacios urbanos más significativos, la plazuela, y de todo un barrio, el de La Arena, pero es muy probable que desde el Consistorio todo quede sumido en la nada que a estos efectos nos envuelve durante el último lustro.
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(…). En 1936 se
constituye un plan general de mejora y finalización de la red general de
distribución, aun inexistente o deficitaria en muchos sitios — en pleno barrio de
Cimadevilla aún se cuentan, en 1932, 36 edificios sin acometida de agua—, cuyo anuncio
público sale a concurso en el Boletín Oficial de la Provincia de Asturias del
16 de julio de 1936. Dos días más tarde se produjo la rebelión militar que
inició la Guerra Civil y, entre otras muchas cosas, dejó en el limbo la
culminación de tan importante obra durante varias décadas. (…). Saber más… La Ciudad del Agua de Héctor Blanco |
Recomendación del blog: Trabajo de Héctor blanco "Ciudad del Agua de Héctor Blanco" Historia del abastecimiento público de agua en Gijón. Ver y descargar PDFFUENTE: HÉCTOR BLANCO - HISTORIADOR. Publicado por La nueva España el 09-08-2017. Ver enlace. _________________________________________________________________________
AUTORES.
Héctor Blanco González (Mieres del Camino, 1970) es doctor por la Universidad de Oviedo, licenciado en Geografía e
Historia y diplomado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Desde
1991 investiga sobre la arquitectura
contemporánea de Gijón, actividad que ha propiciado la
elaboración de varias exposiciones y la publicación de las monografías El Gijón
que nunca existió, El Gijón de Manuel del Busto, Miguel García de la Cruz:
arquitecto, Gijón te mira, Gijón 1900: la arquitectura de Mariano Marín
Magallón, Arquitectura moderna en Gijón (1950-1965), Ave Fénix:
la recuperación del edificio de la
calle Cabrales n.º 18 de Gijón, Juan Manuel
del Busto: vida y obra de un
arquitecto, Manuel García Rodríguez: arquitectura y vanguardia y Gijón,
arquitecturas singulares (1929_1943).También ha realizado
para el Ayuntamiento de Gijón publicaciones
y exposiciones, como las tituladas La ciudad del agua: historia del
abastecimiento público de agua en Gijón, EMA: 40 años. Historia de la Empresa
Municipal de Aguas de Gijón (1965-2005), Historia de la obra pública municipal
en Gijón (1782-1937), Caminando con Camín y Gijón bajo las bombas. Ha sido
galardonado con el VII premio de investigación «Padre Patac» (2001) así como
con el premio «Rosario de Acuña» en sus ediciones v (2003) y XV (2013). Saber más. Foto.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica
que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el
presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado
a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS,
MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros
mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío
nella”
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NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
autores.
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