Oviedo, Gijón y Avilés: cuando las ciudades abrazaron la modernidad |
Postal de Oviedo
coloreada. Calle de la Magdalena. Fuente: Postales de Oviedo Antiguo. Foto
Archivo. |
Los siglos XVI, XVII y XVIII configuraron el
urbanismo asturiano a partir de grandes proyectos y de un poder
municipal favorecido por los Reyes Católicos |
Plano de Oviedo
dibujado por Francisco Reiter, 1777. Archivo Municipal de Oviedo. (...). Saber
más... Documento DOCPLAYER: «LOS PRIMEROS DIBUJOS Y PLANOS DE LA CIUDAD DE
OVIEDO». Plano con la
muralla ya desbordada. Para fijar escenarios, el número 30 es la plaza del
Ayuntamiento y el 31 es el Fontán. Autora: Marta Alonso Rodríguez. Ver enlace.... |
La Nueva España
Oviedo, siglo XVII: la modernidad que llega con el agua. En torno al año 1630 se respiraban por Oviedo aires de modernidad. La vieja ciudad, enclaustrada durante siglos en sus murallas defensivas, buscaba horizontes nuevos. La década es significativa porque coincide con el estreno de una nueva Casa Consistorial, edificio de corte clasicista que se levantaba donde hoy se ubica el actual Ayuntamiento, pero sólo en su ala izquierda, según se mira desde la calle Magdalena.
Esta, era entrada principal de la ciudad, y la ubicación elegida
para la Casa Consistorial respondía a lo que la profesora de Historia de
la Universidad de Oviedo Yayoi Kawamura entiende como "una proyección
de representatividad por parte del poder civil", lo mismo que la torre
de la Catedral representaba desde mucho antes al poder religioso.
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Yayoi Kawamura
Kawamura. Profesora Titular de Universidad de Oviedo. Doctora en Historia del
Arte desde 1990. Investiga la materia relativa a la Historia del Arte de la
Edad Moderna e imparte la docencia sobre dicha materia principalmente. (...). Saber más... Universidad de Oviedo.
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El estilo del nuevo Ayuntamiento viene marcado por El Escorial, la
impresionante obra mandada levantar a finales del XVI por Felipe II. Y
si hay un elemento que simbolice ese nuevo marco arquitectónico ése es
el arco de medio punto.
Lo primero que ven muchos de los viajeros que se
acercaban a Oviedo era ese edificio consistorial, que se iniciaba en lo
que hoy es el arco de Cimadevilla, apuntando a San Isidoro y al antiguo
colegio de San Matías, de los Jesuitas, donde hoy se ubica el mercado
de abastos.
Era el embrión de una gran plaza Mayor al estilo, salvando
las distancias, de la de Valladolid (1617) y la de Madrid, que copia a
la anterior y que se levanta en 1729. Los planes ovetenses chocaron con
los intereses de los propietarios de casas cercanas y el proyecto se
diluyó. Aquel Oviedo, y en menor medida Avilés y Gijón, era ya
el resultado de la estructura urbana nacida a fines del siglo XV al
amparo de los Reyes Católicos.
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Postal de
Oviedo. Plaza Mayor y Ayuntamiento. Foto coloreada. La fotografía tal vez más
antigua conservada de la plaza del ayuntamiento de Oviedo. A la izquierda se
aprecia la iglesia de San Isidoro. (...). Saber más... La Voz de Asturias.
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El poder municipal nace en tiempos de
Isabel y Fernando y se consolida en el XVI y XVII de la mano de un
crecimiento urbano y demográfico muy evidente a pesar de las periódicas
malas cosechas y la lacra intermitente de las epidemias de peste. La construcción de la nueva Casa Consistorial tenía mucho de simbólica
porque con ella nacía una nueva ciudad.
Pero la modernidad también
pasaba por el subsuelo.
A finales del XVI Oviedo había abordado la gran
obra: el suministro de agua procedente de Fitoria. Gonzalo de Bárcena,
arquitecto que contaba con el título de maestro fontanero del rey, fue
el artífice de aquel proyecto, que incluía el acueducto de Pilares y que
sirvió para multiplicar las fuentes urbanas y llevar el agua a algunos
edificios escogidos. Siglos después el acueducto fue lamentablemente
derribado.
"En 1600 ya hay agua suficiente en Oviedo" -señala la
profesora Kawamura-, incluso en casas particulares de familias con
poder económico y en los monasterios. En la plaza de la Catedral había
una fuente, en la de Porlier otra. En la fortaleza de Porlier se
levantaba la cárcel, donde también llega el suministro de agua. Hay
fuentes en la plaza del Ayuntamiento (mucho menos amplia que la que
conocemos) y en la Corrada del Obispo.
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Antiguo
acueducto de Los Pilares de Oviedo. Foto coloreada. Fototipia Thomas
(Barcelona). Imagen cedida por el Archivo Municipal. (...). Saber más... El Comercio.
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Se promueve un gran lavadero en
la calle Magdalena y los ojos de los regidores apuntan a los terrenos
del Fontán, convertido en la primera mitad del XVII en una ciénaga. Un arquitecto cántabro, Melchor de Velasco, llega a Oviedo con todo su
equipo dispuesto a resecar el Fontán y convertir aquella zona pantanosa
en una plaza digna. Lo consigue. El Fontán es la primera gran zona de
expansión urbana, un área edificable en la que algunos regidores dieron
grandes pelotazos. La información privilegiada también funcionaba
entonces. Los regidores compraron terrenos, levantaron casas o, en su
caso, revendieron. El Ayuntamiento levantó el Hospital de Niños
Expósitos (hoy Biblioteca de Asturias), que, a juicio de Kawamura, es
"el primer edificio que se podría calificar como de bienestar social".
No muy lejos de allí, en la plaza de Trascorrales, se construye, con
planta cuadrada, la carnicería de la ciudad. Felipe IV llega al
trono en 1621. La población en Oviedo gira en torno a unos 800 vecinos o
unidades familiares, así que no es descabellado pensar que viven en la
capital unas tres mil almas. La nobleza rural comienza a desplazarse a
las ciudades, que es donde se toman las decisiones de poder.
Desde 1604
Oviedo tiene su Universidad y ya no parará de crecer. La antigua muralla
medieval se ve definitivamente desbordada hasta convertirse hoy en mero
vestigio. |
Murallas de
Oviedo. A la espera de un estudio en profundidad, todo apunta a que se trata de
un fragmento de la primitiva muralla prerrománica de Oviedo, construida por
Alfonso II en el siglo IX. (...). Saber más... WIKIPEDIA.
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Gijón, siglo XVIII: terratenientes y hambres.
Cuando a mediados del siglo XVIII se publica el Catastro de Ensenada,
siete regidores de la ciudad agrupaban cerca de 15.000 días de bueyes de
tierras, casi el 10% de la superficie del concejo. Entre Alonso Ramírez
de Jove, el marqués de San Esteban, y Pedro de Valdés Bernardo de
Quirós sumaban la propiedad de casi 10.000 días de bueyes y más de un
centenar de casas. Los datos los recoge la doctora en Historia Lucía
Fernández Secades en su libro "La oligarquía gijonesa y el gobierno de
la villa en el siglo XVIII". La obra, minuciosa y apasionante,
sirve para explicar el funcionamiento municipal de las ciudades y villas
asturianas, que cambia radicalmente en relación con el sistema
tradicional de plaza pública que funcionó hasta mediados del XVI. En
Gijón la plaza pública se situaba en lo que hoy es la plaza del Marqués,
sin días señalados pero con capacidad de recurso de urgencia a base de
toque de campanas. Hubo que esperar a finales del XVIII para que una
real provisión estableciera la obligación a todos los municipios
asturianos de celebrar sesión al menos una vez al mes. Si era día de
mercado, mejor. Había absentismo entre los regidores, todos ellos
pertenecientes a las oligarquías locales.
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GIJÓN. Mapa
firmado por el geógrafo portugués Manuel Texeira en 1634. Texeira había
trabajado desde 1622 en el encargo de un mapa de la costa española por encargo
de Felipe IV. (...). Saber más... «Un atlas por encargo del Rey Planeta». Publicado
el 15-05-2017 por Celia Chaín-Navarro. Ver enlace...
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La cosa fue tan grave que en
1750 se instauró una pena de dos ducados por incomparecencia. Era mucho
dinero.Aquel Gijón que a mediados del siglo XVIII estaba a
punto de eclosionar tenía 18 tiendas de lo que hoy podíamos denominar
ultramarinos, 23 tiendas al por menor, 16 estanquillos de tabaco, 10
panaderías, 12 tabernas de vino y 4 tabernas de sidra, entre otros
locales. En total, señala Lucía Fernández en su estudio, 68
establecimientos fijos y otros 39 comerciantes que también vendían al
por menor en tienda abierta o en sus casas. Había también frecuente
comercio ambulante. El Ayuntamiento regulaba el precio del pan
calculando el valor del grano antes de la cosecha, pero por mucho que la
autoridad municipal tratara de influir, el factor fundamental era la
mayor o menor abundancia del trigo. El siglo XVII salió y el
siglo XVIII entró en medio de dos años de terribles cosechas en el
Principado. La situación se repitió en 1709 y 1710 y volvió a
reproducirse de forma dramática en 1741 y 1742. Es en esta última crisis
cuando Gijón tiene un papel fundamental porque la Corona socorre a
Asturias con 20.000 fanegas de trigo que llegan a diversos puertos
asturianos, sobre todo el gijonés.
Lo que ocurre en 1789 es una
versión ampliada de crisis anteriores. Cosecha mala y llegada de grano
por vía marítima. El puerto gijonés se llenaba de gente, mucha llegada
de otros concejos, en busca de trigo. Señalan las actas municipales que
entre 300 y 400 personas llegaban cada día a los muelles para proveerse
de grano. Llegaron hasta 40.000 fanegas de trigo procedentes de
Marruecos y América que desde Gijón se distribuyeron a toda Asturias.
Las demandas de alimento eran constantes. El Ayuntamiento compra grano y
se endeuda, pero el pan escasea a pesar de que la población está "a
media ración". Leemos en "La oligarquía gijonesa y el gobierno
de la villa en el siglo XVIII": "Las continuas demandas de grano de
Oviedo contribuyeron al desabastecimiento de Gijón. En junio de 1789 la
Junta (General) mandó contabilizar el trigo existente en los almacenes
de la villa para dar una parte importante a Oviedo, bajo pena de multa
al Ayuntamiento gijonés. Aproximadamente un 60% de las reservas de trigo
se tuvieron que entregar a Oviedo" a pesar de que la necesidad de la
villa era en aquellos momentos superior a la de la capital.
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El Gijón de
finales del siglo XIX que recogía 'La Guía ilustrada de la villa y puerto', que
Nemesio Martínez publicó en 1884. En esta imagen, Aduana y Puerto Victoria. Así
era el Gijón de 1884. El Comercio.
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Esas
necesidades fueron tales que incluso generaron episodios de violencia
popular, como el asalto y saqueo de la panera de Ramón de Jove, que
además de comerciante era regidor. El precio del grano se disparó y el
Ayuntamiento tuvo que recurrir a una medida extrema, la retención de
mercancía en el puerto. Las crisis del pan también influyeron en el
tradicional cantonalismo gijonés. Faltaban pocos meses para que
Jovellanos regresara a su ciudad natal (1790) tras su primera caída en
desgracia en la Corte de Carlos IV. Cuatro años más tarde se fundaría el
Instituto de Náutica y Mineralogía.
Lo que representó aquella
institución para la modernidad gijonesa queda patente, a modo de
contraste, con la situación del único maestro de primeras letras de la
villa, explicada por la historiadora Lucía Fernández. En 1786 Manuel
Menéndez pide la jubilación por su avanzada edad y escasa salud. Cobraba
600 reales anuales. El médico cobraba 4.000; el pregonero, 750, y el
maestro de Gramática, 700 complementado con un "extra" de los padres.
Cuando Menéndez se jubila el Ayuntamiento le concede de pensión la mitad
de su sueldo, o sea, 300 reales, y fija el sueldo anual de su sucesor
en otros 300 reales. A pasar hambre. |
El Gijón de
finales del siglo XIX que recogía 'La Guía ilustrada de la villa y puerto', que
Nemesio Martínez publicó en 1884. En esta imagen, Vista general de Gijón. Así
era el Gijón de 1884. El Comercio.
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Avilés, siglo XV: el incendio del que nació una nueva villa. La larga historia de Avilés tiene momentos cruciales. Uno de ellos, en
1478, cuando un devastador incendio asuela la villa. El fuego se llevó
por delante la mayor parte de las construcciones intramuros y tan sólo
se salvan la iglesia parroquial y algunas edificaciones nobiliarias. Hay un antes y un después de aquel incendio, que, en palabras del
historiador de la Universidad de Oviedo Vidal De la Madrid, supone "el
fin del periodo medieval" y el inicio "de la expansión urbana moderna".
Las décadas finales del siglo XV sirven para reconstruir el caserío
destruido. Desde la Corte de los Reyes Católicos se ayuda con la
concesión de un mercado libre de alcabala, tributos que se debían pagar
al fisco por determinadas compraventas. Aquel Avilés de antes
del incendio era "una villa encerrada en su muralla, sin apenas
extensión urbana, con un caserío abigarrado y mucha casa de comerciante.
Es una típica villa comercial cantábrica, con un único suburbio
exterior, el de Sabugo, donde habitaban los pescadores".
La estructura
urbana siempre la marca la orografía y en el caso avilesino de forma muy
especial. "Solamente había opción de crecer por el Sur", explica Vidal
De la Madrid. La ría es la razón de la existencia de la villa y también
de su esplendor, "pero a partir del siglo XVII las necesidades de mayor
calado de los buques marcan una limitación insalvable". Habría que
esperar a mediados del siglo XIX, cuando la canalización de la ría abre
la puerta al primer ensanche urbano. Ya muy avanzado el siglo
XVI Avilés estrena traída de aguas. La villa costera más antigua del
norte de España ejercía de puerto de Oviedo, una relación constante y ya
por entonces secular. Desde Avilés se distribuían paños y sal, entre
otras muchas mercancías que llegaban por vía marítima, y se embarcaban
productos asturianos como naranjas, limones y avellanas. La sal era
imprescindible para la vida y el alfolí (almacén de sal) de Avilés era
de los más importantes del país. Cuando a partir de 1573 se construye el
puente de los Pilares, que unía las dos orillas de la ría, se concretan
en sus tres ojos desiguales y en su cuidada sillería las ansias de
expansión de una villa que viviría poco tiempo después, ya en el siglo
XVII, su gran época. El crecimiento urbano va a convertir a Rivero y
Galiana, las vías que iniciaban la comunicación con Oviedo y Grado,
respectivamente, en calles. Es un proceso lógico porque "cuando se rompe
la muralla lo primero que se ocupa son los caminos ya consolidados".
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Esta imagen es
una obra de Cástor González Álvarez, artista avilesino que nació en 1913 y fue
pintor, dibujante, ilustrador, intérprete y compositor de música y hasta
librero. En ella representa el puerto asturiano de Avilés en el siglo XIX,
considerado un punto estratégico por ser parada de rutas comerciales en barco.
(...). Saber más... La ciudad en el arte.
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A principios del siglo XVII Avilés cuenta con unas 380 familias, pero
termina la centuria con unas 900. Una eclosión demográfica que no
prosigue, al menos no con esa intensidad, en el siglo XVIII, que
finaliza con unas 1.200 familias. En 1677 es inaugurado el nuevo
edificio del Ayuntamiento. Junto a él se abría el hospital de San Juan.
"La reconstrucción del viejo hospital estaba pensada para integrar
también en la nueva obra Audiencia, cárcel y capilla", además de sus
usos sanitarios, explica De la Madrid. El Ayuntamiento (lo
llamamos Regimiento) estaba compuesto por regidores, equivalentes, con
todas las reservas, de los actuales concejales, pero con mucho más
poder. El Regimiento era el cuerpo de regidores, es decir, lo que
podemos conocer como la Corporación municipal. El corregidor es algo
parecido al delegado del rey, con atribuciones judiciales.
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Los
corregidores provenían de la Chancillería de Valladolid, alto tribunal
de justicia del Reino. El poder municipal está en manos de
oligarquías cerradas y nobiliarias. En España la venta de cargos
municipales por parte de la Corona era habitual y generaba importantes
beneficios. Se sucede desde el reinado de Carlos I al de Felipe IV.
Invertir en cargos era habitual entre la nobleza. Construir un palacio
en Oviedo en los siglos XVI o XVII podía suponer un desembolso de más de
treinta mil ducados, lo que hipotecaba a la familia durante
generaciones. Acceder al poder municipal era para muchos un mero eslabón
en su escalada hacia la Corte. Y por encima de los regimientos
está la Junta General, "que representa y gobierna la provincia, que es
la unión de concejos que son, asimismo, la unión de la justicia y el
gobierno de los pueblos con los que se identifican", en palabras de la
historiadora de la Universidad de Oviedo Marta Friera. La Junta
coordina, vela por el cumplimiento de la normativa real y presta
servicios monetarios y militares.
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Tres de los
autores del libro que aportaron datos a este reportaje, Vidal De la Madrid,
María Ángeles Faya y Marta Friera. La Nueva España.
|
FUENTE: EDUARDO GARCÍA. Publicado por La Nueva España el 07-12-2014. Ver enlace.__________________________________________________________________________
"Las ciudades españolas en la Edad Moderna: oligarquías urbanas y
gobierno municipal" es un libro
de diversos autores, coordinados por la profesora Ángeles Faya, aportan
datos sobre la evolución de Oviedo, Gijón, Avilés y otras villas
asturianas, fundamentalmente entre los siglos XVI y XVIII. En estas
páginas se eligen tres momentos históricos que sirven para perfilar la
evolución de cada una de las tres principales ciudades asturianas. (La Nueva España)
|
Las ciudades españolas Cubierta del libro |
_________________________________________________________________________ AUTORES.
Eduardo García García (Oviedo, 1957), escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA. Afincado desde niño en
Gijón, promovió y coordinó la Biblioteca Gijonesa del siglo XX, editada con el
patrocinio del Ayuntamiento de Gijón, siendo autor además del primer título de
la colección, "Un tiempo, una ciudad, las fotos de un siglo". Otros
libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias";
"Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y
"Un Ayuntamiento al Norte". Otros libros de este periodista asturiano
son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al
paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al
Norte". La Nueva España.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
__________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________ NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su
deseo, porque es justo reconocer a los autores.
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