8 de mayo de 2019

Tranvía de Mieres a la estación

El ferrocarril del Peñón
Vista del Tren del Peñón en 1935 por la calle Manuel Llaneza. (Archivo del Museo del Ferrocarril de Asturias)
Se cumplen 62 años desde la última vez que este tranvía circuló por la calle Manuel Llaneza de Mieres
El tren del Peñón. (Archivo del Museo del Ferrocarril de Asturias)
Este tramo por la principal vía de Mieres (hoy calle Manuel Llaneza) sería denominado oficialmente como "Tranvía de Mieres a la estación" de acuerdo con la Ley de Ferrocarriles de 1877, que especificaba que los ferrocarriles establecidos sobre vías públicas se denominarían tranvías. Este tranvía constituía el segundo tramo de un ferrocarril establecido desde las minas del valle San Juan y que estaban ubicadas en el Peñón, Vegadotos y el Casar, y que terminaba en el plano inclinado situado sobre La Pasera y construido en 1888. Este tramo ferrocarril por la Hueria nunca contó con concesión alguna al discurrir por terrenos propiedad de la compañía. Por ello Mieres fue uno de los primeros lugares de Asturias en los que se emplearon las vías, siempre asociadas a las minas de carbón. Una vez conseguido esto, la empresa minera trazaría su recorrido por la "nueva carretera a la estación" y pasando ésta por el puente de La Perra hasta los cargaderos del ferrocarril del Noroeste. Siendo de vía única de 0,60 metros de ancho y con escasa longitud, sin apartaderos intermedios, formada por el carril Vignole asentados con escarpias sobre traviesas de madera de roble. Las obras de construcción de este tramo inferior transcurrieron con bastante rapidez ya que el terreno era bastante favorable al discurrir por una carretera.

7 de mayo de 2019

Un pequeño incordio para Silvino Morán

El médico a palos
Ilustración de Alfonso Zapico
El caso de la agresión de Silvino Morán al teniente Fernández Jardón en Mieres
Ilustración de Alfonso Zapico
Así se traduce siempre al castellano una comedia que Molière estrenó en 1666, en la que un hombre se ve forzado a ejercer esa profesión para evitar que dos criados engañados por su mujer, que quiere vengarse de un agravio anterior, lo maten de una paliza. La historia de hoy tiene el mismo título que esta farsa, aunque su argumento es muy distinto, pero -como verán- me viene al pelo para resumir un curioso incidente del que fue protagonista el famoso comandante republicano Silvino Morán durante nuestra guerra civil. La escritora Silvia Carrandi, me dio el otro día los informes sobre este hecho, que rescató de los archivos cuando recopilaba datos para su segundo libro, ambientado en el concejo de Aller durante la primera mitad del siglo XX. Me refiero a "Las flores del frío", una novela en la que se mezclan ficción y realidad con un marco de acontecimientos reales que la autora se ha preocupado de documentar hasta el detalle, lo que sumado al interés del argumento y la propia calidad de la narración hacen sumamente recomendable su lectura.

6 de mayo de 2019

El peso de las manos eclesiásticas en Oviedo

Todo esto eran conventos
Grabado del claustro de San Francisco. (Iglesias y capillas de Oviedo)
El Oviedo medieval gira alrededor de cuatro grandes parroquias: San Juan, Santa María de la Corte, San Isidoro y San Tirso. Las comunidades religiosas vertebran la evolución de la ciudad, desde su propia fundación hasta el desarrollo de sus barrios
Ruinas de Santa María de la Vega. (LNE)
Oviedo no se puede entender sin lo eclesiástico. Iglesias y comunidades religiosas están presentes en el origen mismo del ciudad, o al menos en su mito fundacional, y extienden su influencia a lo largo de los siglos. Por eso dentro de las categorías propuestas para el análisis urbano por el arquitecto Víctor García Oviedo, esta ciudad eclesiástica cobra un peso fundamental: "Lo que singularizó a Oviedo", escribe el urbanista, "fue el peso de las manos eclesiásticas, que arranca con los conventos benedictinos de San Vicente y Las Pelayas, sigue con el decisivo papel jugado por la desamortización en la configuración de la ciudad liberal decimonónica, pues se utilizaron los monasterios y sus solares para equipar y su huella está presente en la traza actual".

4 de mayo de 2019

El siglo V, la época más «desconocida» de nuestra historia

La batalla de los montes de Arbas
Romano leyendo en una librería/ Science photo library. Idacio de Limia, obispo (probablemente de Chaves), e historiador, es uno de los primeros escritores conocidos en la Historia de la Península Ibérica,. Su Cronicón es la fuente directa más importante para el estudio del siglo V galaico e ibérico. (...). Saber más... Vía Lethes.

Vamos a contar algo sobre la época más desconocida de nuestra historia, me refiero al lejano siglo V, sobre el cual los historiadores suponen más que aseguran
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
La mayor parte de lo poco que sabemos, lo escribió Hidacio, un hombre de aquellos años, que inició una crónica ambiciosa para contar todo lo que había pasado desde que Adán y Eva cometieron el primer pecado en el Paraíso, y terminó centrándose en los sucesos más próximos: los acontecimientos que pudo observar como testigo antes de su muerte, en el año 469. Un cambio de planteamiento que ahora le tenemos que agradecer, puesto que su obra, junto a la de Paulo Orosio, otro cronista que se ocupó de las décadas anteriores, son los únicos testimonios con los que contamos para acercarnos a este siglo oscuro. Hidacio pudo dedicarse a la literatura mientras los demás abrían surcos en la tierra, porque nació en una familia rica de la ciudad romana de Lemica, que hoy podemos situar cerca de Xinzo de Limia, y después de estudiar y viajar, llegando hasta palestina, fue nombrado obispo de Aquae Flaviae, lo que hoy es Chaves, en la frontera norte de Portugal, y allí estaba cuando dos pueblos extranjeros y salvajes llegaron desde muy lejos para quedarse en el noroeste peninsular.

Paulo Orosio representado en una miniatura perteneciente al códice de Saint-Epure. (...). Saber más... WIKIPEDIA.

Antes de traer aquí cuatro datos y fechas imprescindibles para que comprendan la situación sin que les resulte pesado, debemos aclarar que la narración de Hidacio pasa por alto lo que ocurrió a este lado de la cordillera Cantábrica, pero, como no tenía que ser muy distinto de lo que estaba ocurriendo en los territorios limítrofes, podemos deducir que los hechos bélicos que se desarrollaron afectaron por igual a los astures que vivían detrás de las montañas que a los que lo hacían en la Meseta, porque entonces tan astures eran los unos como los otros. Ahora recordemos que los suevos, vándalos y alanos entraron en Hispania por los Pirineos en el 409 y la saquearon hasta que dos años más tarde decidieron tranquilizarse y se repartieron el territorio. Según La Crónica de Hidacio, los bárbaros se repartieron por sorteo las zonas en las que iban a asentarse.