3 de febrero de 2019

El paso de Mieres a la Industria

Un valle de «alma legendaria»
Postal del Bazar X. Mercado de ganados de Requejo (Mieres), en la primera década del siglo XX. Foto Archivo  

El paso del mundo agrícola y ganadero de Mieres al industrial de fábricas y minas
Mineros de Mina El Peñón (L'Agüeria San Xuan de Mieres) en el año 1920. Foto Archivo  
La Nueva España.

El Mieres de la prosperidad, comenzó a exigir a sus trabajadores que cambiaran su hábitat tradicional. A finales del siglo XIX y en los albores del siglo XX, Mieres ya era conocido y comenzaba a tener presencia social y económica en España. La industria comenzaba a despegar y en el año 1870, la fábrica de hierro de Mieres, junto a otras industrias como la fábrica de acero de Villallana y minas de carbón de Langreo y Mieres junto a los terrenos y propiedades de dichas fábricas y el Ferrocarril de Langreo a Gijón, son adquiridas por el empresario francés Jean Antoine Numa Guilhou. Tres años más tarde, en 1873, el nuevo dueño incorpora a la empresa al afamado ingeniero Jerónimo Ibrán y Mula, que con un buen equipo renueva las instalaciones, crea nuevos talleres y pone gran interés en la formación técnica y profesional de los trabajadores para reconvertir el negocio en una empresa rentable.

1 de febrero de 2019

Una solución imposible

La buena vida de Ernesto Guilhou
El profesor Ramón Mañana Vázquez fue desde 1974, catedrático de Electrotecnia en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, de la que se jubiló voluntariamente en 1996. Ramón Mañana es autor de numerosos libros y publicaciones de su especialidad, así como de otros trabajos afines, siendo asimismo autor de una biografía de Luis Adaro y Magro (1849-1915) en el año 2002 y de dos monografías sobre Santa Bárbara, patrona de los mineros, y su iconografía. (…). Fuente: Libro “Luis Adaro y Magro (1849-1915). Foto y Texto archivo.

Una de las últimas decisiones tomadas en nombre de Fábrica de Mieres meses antes de su disolución en junio de 2010 fue la publicación de una monografía sobre su historia, de la que es autor el catedrático emérito Ramón Mañana Vázquez
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
Magnífico trabajo y excelente edición, que lógicamente se cuida mucho de guardar el buen nombre de la institución y de quienes la dirigieron a lo largo de su existencia. De modo que no nos puede sorprender, por ejemplo, la referencia que se hace en la bibliografía al libro de Ciges Aparicio «Los vencedores»: «Se trata de un lamentable libelo cuyo único valor para esta historia es revelar el rastro de odio, convenientemente explotado por algunos, que dejó la Huelgona y sus secuelas en Mieres». Una respetable pero discutible opinión, ya que aunque realmente nos encontremos ante un libelo impregnado de la subjetividad de quien lo escribió, resulta un documento imprescindible para comprender la represión que siguió a la gran huelga de 1906 y nos consta que refleja lo que pensaba gran parte del Mieres de entonces sobre sus dueños. Sin olvidar tampoco que el odio que impregna sus páginas se debe en gran manera a la persecución que sufrió aquí el propio Manuel Ciges, amenazado de muerte y hasta agredido físicamente por los matones del «Gabinete Negro» creado desde la propia dirección de la empresa para castigar a quienes habían participado en la protesta; unos hechos que me contó en su día el histórico socialista Prudencio Magdalena. 

27 de enero de 2019

Señor Feudal Gonzalo López de Coalla

Un allerano de armas tomar

La vieja catedral de Oviedo según Juan Pablo Moratiel. Fernando Álvarez de las Asturias, obispo de Oviedo entre 1302 y 1323. Posiblemente el hecho más famoso de este obispo del medioevo asturiano sea que comenzó la construcción de la catedral gótica de Oviedo, encargando las obras de reforma del claustro para sustituir el antiguo de carácter románico (…). Saber más… aquerasturias.

El allerano Gonzalo López de Coalla, un típico ejemplo de señor feudal, soberbio, fanático y analfabeto que gozaba de la protección del obispo de Oviedo Fernando Álvarez y aterrorizó durante años a nuestros ancestros desde su castillo de Tudela
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
En la actualidad, basándose en los documentos que de vez en cuando van apareciendo por los últimos rincones de los archivos, se revisan capítulos de la historia que todos habíamos dado por buenos y se ponen del revés personajes y situaciones que con esa nueva luz resucitan con un nuevo aspecto. Nada que objetar cuando las cosas se hacen bien, pero en otras ocasiones se trata simplemente de una disculpa para vender libros o intentar destacar en el gris y monótono mundo de los investigadores. Una de las épocas en las que se quieren introducir más novedades es la Edad Media y así venimos leyendo que aquélla no fue una época tan oscura ni sus coetáneos tan bárbaros. Yo aquí discrepo: es indudable que la forma de tallar la piedra o de construir catedrales no ha vuelto a tener parangón, pero también lo es que fueron tiempos confusos y violentos. Por ejemplo en los caminos, donde los salteadores hacían lo que les venía en gana.

24 de enero de 2019

La “tierra prometida” del pueblo soberano

El estreno de la democracia
Ilustración de Pablo García

Las elecciones del 15 de junio de 1977 configuraron un mapa político en torno a un centro y a una izquierda que el electorado quería considerar como moderada
Resultado de las elecciones generales de 1977 por provincias
http://www.lne.es
Decía Antonio Machado, que cuando no le entraba la venada de «progre bélico» era razonable, que era posible que los españoles se acostaran cierto día siendo monárquicos y se levantaran al siguiente siendo republicanos. Con esto se daba a entender que los movimientos políticos aparentemente más populares en España se producían sin que la intervención del «pueblo soberano» fuera decisiva, ni siquiera significativa. A partir de la muerte de Franco el pueblo, que iba camino de ser «soberano», se mantuvo a la expectativa con mucha prudencia. Dos cosas le movían a ello: el recuerdo de la Guerra Civil y el temor a perder el bienestar de que disfrutaban y que habían ganado con mucho esfuerzo; por lo que contemplaban la posibilidad de cualquier cambio con recelosa suspicacia.