21 de enero de 2019

Teorías arqueológicas de un minero mierense

Los megalitos de César Rubín (02/11-1920- 15-02-2008)
Cesar Rubín. Foto Alonso. Ayuntamiento de Mieres
El prolífico legado escrito de este minero no ha tenido el reconocimiento que merece, incluidas sus teorías arqueológicas
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
César Rubín nació en Yenu La Cuba, un lugar cercano a La Faidosa, o Fayosa como él prefería decir, que convirtió en el epicentro de sus 87 años de vida, hasta su fallecimiento el 15 de febrero de 2008. Fue minero, vigilante de interior en Mina Llamas durante más de cuatro décadas, colaborador en todas las revistas locales de su época y prolífico escritor de novelas y versos. Incluso el RIDEA le publicó en 1981 su "Diccionario minero-astur", que con el tiempo y el auge de la filología asturiana ha crecido en valor aunque lo olviden aquellos que deberían defenderlo. Según un cálculo aproximado. Su archivo guarda más de 22.000 folios mecanografiados y casi trescientas obras concluidas, la mayor parte de ellas inéditas. Quienes hayan leído alguno de los libros que sí pudo editar, sabrán que su legado debería tener mayor reconocimiento. Cuando murió, traje hasta esta página sus interpretaciones arqueológicas sobre el monte Llosorio, y ahora, después de una década, quiero volver a recordar este asunto porque me parece que es bueno para que veamos como la historia de la Montaña Central no puede quedarse en los tópicos de siempre. 

20 de enero de 2019

Armand André Thily

André Thily, asturiano por derecho           
Ilustración de Alfonso Zapico
El quiso ser asturiano y estar al lado de sus paisanos hasta el final. Incluso en sus últimos meses se inventó un nuevo nombre: Andrés Álvarez
Ilustración de Alfonso Zapico

http://www.lne.es
Desgraciadamente, la segunda parte de su deseo se cumplió demasiado rápido y su cuerpo reposa desde 1938 en la fosa común de Oviedo. Ahora, es nuestra obligación pedir que se le reconozca como uno más de los nuestros, porque, a pesar de haber nacido en París, hizo más por esta tierra que muchos de los que presumían de haber nacido en ella y se apresuraron a abandonarla en cuanto vinieron mal dadas. Se llamaba Armand André Thily y había nacido en el seno de una familia de origen rumano en el número 21 de la calle Close Fouquieres en Boulogne-Billancourt, una zona parisina que, en sus mejores tiempos, llegó a contar con cerca de 40.000 trabajadores y que se hizo popular en mayo del 68 cuando los estudiantes revoltosos marcharon hasta allí pidiendo la solidaridad de los trabajadores en huelga.

18 de enero de 2019

Las "vicisitudes" del levantamiento asturiano contra los franceses

El paquete del puente de Santullano
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La guerra de la Independencia planteó un dilema a muchos españoles. Por un lado, el corazón mandaba luchar contra el francés invasor, pero muchos sabían que Francia en aquel momento significaba progreso y defender a los Borbones españoles era apoyar el retraso, la crisis y la condena del país a seguir anclado en el Antiguo Régimen
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
En esa tesitura estuvo el mismo Jovellanos, quien finalmente se inclinó por Fernando VII, y la mayor parte de sus amigos, que también dudaron en un principio entre las dos orillas. Este fue el caso de José Antonio Mon y Velarde, conde del Pinar, y el poeta Juan Menéndez Valdés. Luego veremos como acabaron tomando distintos caminos, pero al inicio de la contienda, en mayo de 1808, los dos eran consejeros de Castilla y compartieron una aventura que casi les cuesta la vida y que ahora les voy a contar. Aunque antes debo señalar los antecedentes. Los primeros incidentes registrados en Asturias al saberse que las tropas napoleónicas estaban invadiendo el país se produjeron el 27 de abril en 1808, en Gijón, cuando una manifestación respondió tirando piedras contra la casa del cónsul francés, quien previamente había cometido la imprudencia de lanzar desde allí unos panfletos contra la monarquía española. 

16 de enero de 2019

Acciones bélicas durante la invasión napoleónica en la Montaña Central

El heroico otoño de 1810
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Montaña Central de Asturias fue escenario de numerosas acciones bélicas durante la invasión napoleónica, según los partes de guerra firmados por Diego Fernández del Barrio y Pedro de la Bárcena
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
Se dice que la guerra de guerrillas es un invento español que nació para combatir a los invasores franceses en 1808. El dato, aunque no es exacto, está bien traído. De hecho, aquí fue donde se empezó a emplear este término y también donde se demostró lo eficaz que resulta atacar a un enemigo superior con pequeños golpes de desgaste; hasta el punto de que la derrota de las tropas francesas nunca habría sido posible sin la presión constante que ejercieron los guerrilleros. Por su parte, los ejércitos regulares también supieron emplear esta táctica cuando la diferencia numérica hacía imposible el enfrentamiento en campo abierto, una circunstancia que se dio en Asturias en muchas ocasiones, donde no hubo grandes batallas y, en cambio, se repitieron constantemente las escaramuzas. En otro orden, la Guerra de la Independencia también se caracterizó por la facilidad que tuvo la población para saber lo que estaba sucediendo en los distintos frentes, algo que ya no pudo verse en contiendas más modernas: por toda la Península surgieron numerosos periódicos que fueron recogiendo en sus páginas los acontecimientos de la guerra, que se daban a conocer sirviendo eficazmente a la propaganda constitucional.