7 de septiembre de 2012

Montepio de la Mineria Asturiana


MONTEPÍO DE LA MINERÍA ASTURIANA

 http://www.mmma.es

 

Estando muy reciente la elaboración y entrada en vigor del Régimen Especial de la Minería del Carbón, aprobado por Decreto de 17 de marzo de 1969 y desarrollado en la Orden de 20 de junio del mismo año, los representantes del colectivo minero obtuvieron del Ministerio de Trabajo la facilidad de completar el sistema de la Seguridad Social con la creación de una Mutualidad de Previsión cuyas finalidades primordiales radican en mantener determinadas prestaciones peculiares, en procurar la continuidad de la cuantía de prestaciones para una misma situación a lo largo de la permanencia en cada contingencia que sucesivamente corresponda en caso de incapacidad para el trabajo y en posibilitar la consecución de niveles mínimos y equilibrados en las prestaciones, mediante un sistema de solidaridad en las aportaciones y en los beneficiarios.
 


Sobre estas bases, el 1 de octubre de 1970, se constituyó formalmente el Montepío de la Minería Asturiana del Carbón (Mutualidad de Previsión), cuyos primeros estatutos fueron aprobados por resolución de la Dirección General de la Seguridad Social de 14 de julio de 1970, financiándose con las cuotas de los trabajadores de la minería asturiana del carbón y de los pensionistas del régimen especial de la minería del carbón que hayan prestado sus servicios en Asturias.
Su principal objetivo, en aquellos momentos, era el de complementar las prestaciones de la Seguridad Social, tanto económicas (fundamentalmente aquellos inválidos en el grado de total para la profesión habitual, derivada de accidente de trabajo, menores de 45 años, que no tenían derecho a pensión), como sanitarias, principalmente para las viudas de guerra, llegando a tener unos 16.000 beneficiarios.
En octubre de 1987, el Consejo de Ministros autoriza a favor del Montepío la enajenación del balneario de Ledesma, en la provincia de Salamanca, cuyas instalaciones ya se venían disfrutando por cesión de la Tesorería General de la Seguridad Social que se había subrogado en las obligaciones de la extinguida Caja de Jubilaciones.

 

El citado balneario se adquiere definitivamente en abril del año 1990, fecha en la que se formaliza la escritura de compra-venta.
En otro orden de cosas, el Montepío promocionó la construcción de 400 viviendas en las comarcas mineras.
Teniendo en cuenta el índice de ocupación del balneario de Ledesma y con el fin de favorecer aquellas personas, que no necesitando los servicio balneoterápicos, acudían al mismo, el Montepío Minero adquirió en la urbanización residencial Europa, situada en los Narejos, término municipal de Los Alcázares (Murcia) y en Roquetas del Mar (Almería), apartamentos y chalets con la finalidad de alquilarlos a sus mutualistas a un precio ventajosos.
Con efectos de 1 de enero de 1993 se crea el plan de pensiones que se integra en el fondo de pensiones de la Caja de Asturias, promovido por dicha entidad e inscrito en la Dirección General de Seguros.
Por último, la Comisión Regional del Montepío, en reunión celebrada el 23 de octubre de 1998, acuerda el establecimiento de una medalla de oro para distinguir a las personas o entidades que hayan colaborado de una forma excepcional en la difusión y defensa de la Minería Asturiana.

Fuente: MONTEPÍO DE LA MINERÍA ASTURIANA
Plaza General Primo de Rivera, 2 - 1ª Planta · 33001 - Oviedo (Asturias)
Teléfono: 985 96 54 85 - Fax: 985 96 37 14

6 de septiembre de 2012

Toponimia Asturiana, Mieres y Asturias

Mieres, el porqué de este nombre
Foto, archivo del Blog de Acebedo
Mieres acaso deba su denominación al hecho de estar parte de sus tierras afectadas por el agua dado que se sitúa en las inmediaciones del río hoy conocido todavía como Río Grande o Caudal y de su afluente el San Xuan
Caserío asturiano. Captura de pantalla de Toponimia Asturiana. https://mas.lne.es/toponimia/index.php?leer=80&palabra=faro&fbclid=IwAR3PjsWjqoQrIgq8Q4vPnnBbw-CxNI9Y57UN1UbcVs8GtnvxROGzhzBa1ds
En épocas pasadas al río lo llamaban Ayer, como constata un documento del siglo X que dice “In territorio Meres secus flumen Alier” (es decir ‘en el territorio de Mieres junto al río Ayer’). Esta temprana documentación no aconseja relacionar el nombre del concejo con el que parece su homónimo y que llevan algunas tierras dedicadas al cultivo del miyu o mijo, esto es *(tierres) miyeres.
Foto, archivo del Blog de Acebedo
En esa dirección los citados Mieres parecen, en principio, un simple plural de lo que hoy representa Miera y, por consiguiente, un posible hidronímico alusivo a una corriente de agua. En ese sentido va un documento del siglo IX (DCO p. 23, a. 857, c. XII) que dice “in territorio Meres secus flumen Alier” (‘en el territorio de Mieres junto al río Ayer’) donde “Meres” (esto es el actual Mieres)53 parece que podría aludir, en plural, a las tierras acotadas entre el citado río Ayer (hoy a su paso por Mieres conocido como Caudal o, muy minoritariamente, Río Grande) y el llamado Río San Xuan que confluye con él. Lo que da a entender ese viejo documento es que el citado Mieres nada tiene que ver, etimológicamente, con *(tierres) miyeres ‘tierras dedicadas al cultivo del mijo’ porque, entonces, aparecería escrito de otra manera bastante distinta.
Foto, archivo del Blog de Acebedo
Lo que nos llama la atención es que el documentado “Meres” presente hoy un diptongo, Mieres, mientras que en ese mismo documento se alude también al “riuulo qui dicitur Mera’’ que probablemente ha de reconocerse hoy en el ayerano Casomera (Ay) que podría significar ‘casa sobre el río Mera’, pero, extrañamente, sin diptongar. Esa falta de diptongación llamativa se observa también en los topónimos que podrían ser tautológicos, a no ser que se trate de fitotopónimos, del tipo El Romeru (Sg, Sr), Romero (Vv), El Romeiru (Vd), y acaso El Romedal (Vd). Este mismo vocalismo podría estar representado en Antromero (Go), “Sancta Maria de Entromerio” (DCO p. 62, a. 905, c. XII), acaso un compuesto de INTR¯O ‘dentro’ (OLD) o INTER ‘entre’, ‘en’ (OLD) y MERO dado que el pueblo se encuentra situado precisamente entre los arroyos de La Grande y de La Gallega. De todas formas en ese caso ¿no deberíamos esperar *Antromeros?
Foto, archivo del Blog de Acebedo
Acaso algunos del tipo Mirayu (Ti), Mirayos (Tp), documentado “Miraio” (DCO p. 81 a. 912 c. XII), se expliquen también así, desde el derivado MER¯ACULUM ‘puro’ (OLD), aunque es verdad que pueden estar motivados por M¯IR¯ACULUM ‘objeto o visión extraordinaria’ (OLD), en relación con el verbo mirar referente a lugares de observación o vigilancia.
Foto, archivo del Blog de Acebedo
FUENTE: TOPONIMIA ASTURIANA. 
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Asturias, el porqué de este nombre
«Una aldeana de Asturias» (hacia 1890-91), de Augusto Junquera Lavín.
Acerca del nombre de nuestro país, Asturias o Asturies, se han emitido diversas hipótesis interpretativas. Es lógico el interés que despierta un nombre cuyos remotos orígenes aparecen oscurecidos por la exigüidad de datos estrictamente fiables y objetivos. Muchos piensan en un origen preindoeuropeo, etrusco en opinión de Schulze y otros (cf. Schulten 426 p. 87), basados en la expansión mediterránea de topónimos y antropónimos que parece que presentan algún tipo de parecido lingüístico con Asturias y en la posibilidad de fijar un cierto parentesco con algunas palabras pirenaicas o euskéricas. Desde Humboldt se piensa así y autores como Hubschmid (59 p. 471; 106) admiten una formación explicable por esa lengua en un compuesto del tipo AITZ-URA ‘agua que brota entre rocas’, esto es, de asta ‘risco’ y ura ‘agua’, explicación que llevaría a entender Asturias como ‘tierra rica en torrentes de montaña’ (cf. 218; 102 p. 25; 361 p. 187; 391 p.85; 387 p. 391)2. Sin embargo es cierto que se pueden encontrar explicaciones muy diferentes pues si nos fiamos del parentesco con el vascuence veríamos que hay otros términos que guardan un cierto parecido fónico en palabras como asto ‘asno’ o astorki ‘pipirigallo, esparceta’ o en determinados apellidos (103 nº 104, 105, 201). Y si vamos a ver no falta nunca algún tipo de razón para la propuesta porque país de agua es Asturias, país de rocas es Asturias y no digamos nada de la patria que se enorgullece del famoso asturcón ‘el caballo del ás tur’, para poder sospechar que el nuestro podía ser el país de los asnos. Pero no parece que vayan las cosas exactamente por ese camino ni tampoco por el de la simplificación. Hay quien piensa en dirección contraria, acaso con menos fundamento, que Asturias podría explicarse desde elementos indoeuropeos como *AST(H) ‘duro’ o incluso con los emparentados con el latín ASTRUM o ASTUR ‘azor’ (104 p. 342; 185 p. 219). Se ha querido, igualmente, incidir modernamente en el origen céltico del topónimo dada la expansión de hidrónimos, posiblemente emparentados, diseminados por el sur de Gran Bretaña y por zonas de actual lengua alemana. Llama la atención la frecuencia de los hidrónimos de tipo Stura en el Piamonte italiano donde además pervive el nombre de la ciudad Asta (cf. 406 y 407).
Arando la tierra- de Ventura Álvarez Sala, 1910, Museo de Bellas Artes de Asturias.
Documentación antigua
Para hacer sugerencias etimológicas conviene apoyar los datos de que se disponga en la documentación antigua y medieval, pues así cobrará más verosimilitud la propuesta efectuada. En nuestro caso tomamos como punto de referencia ASTURES, ASTURIA, ASTURA, tres elementos que aparecen escritos en la época de la conquista romana y que hacen referencia, respectivamente, a un pueblo, al país que habita y a un río importante que riega sus tierras. No sabemos si Astures precede a Astura o viceversa pero en todo caso no cabe plantear duda acerca de su interrelación lingüística. Empecemos nuestras observaciones por el nombre del río. Hasta ahora los más convincentes relacionan el ASTURA con el Esla (León) pues no hay objeciones serias ni desde el punto de vista histórico ni geográfico ni lingüístico3. Ello implica que la realización de la que debemos partir sería esdrújula, esto es ástura, al igual que pronunciarían, muy probablemente, ástures, aplicado a los primitivos habitantes de sus riberas (cf. 106; 59 p. 47l; 391 p. 85). El nombre de ástures se extendía no sólo a los pobladores de la tierra llana o augustanos sino también a la gente del lado norte de la cordillera, esto es, los ástures transmontanos (cf. 197)4, similares a los sureños y que ocupaban un territorio casi igual al de la Asturias actual. Los ástures, al margen de las precisiones que puedan hacerse (cf. 427 p. 29), habitaban desde el mar hasta el Duero en un amplio país de unos 20.000 kilómetros cuadrados, según Schulten, que se extendería por la mayor parte de las tierras del actual Principáu d’Asturies y por las provincias de León (desde el Cea a todo el occidente), zona norte-occidental de Zamora, franja norte-oriental de Portugal5, tercio oriental de Ourense6 y borde oriental de Lugo en torno a la Serra do Caurel7. El nombre de los ástures, plural de ástur, es el responsable de que los romanos llamaran al prin cipal núcleo sureño de su asentamiento y eje administrartivo de su dominio, ASTURICA (augusta), “urbs magnifica” según Plinio (Nat. Hist. III, 28), de donde se originó por evolución popular el actual nombre de Astorga. Esto pone de manifiesto otro dato lingüístico más, que la u tónica tenía una cantidad breve pues sólo así se justifica la /o/ moderna del citado topónimo.
Elaborando el Lino. Dibujo de José Cuevas, siglo XIX
También se documenta en la antigüedad lo que parece una formación efectuada sobre Ástura, esto es ASTURIA8, el país de los ástures. En la Edad Media se escribe la expresión plural, “Asturias”, como una referencia no siempre étnica sino geográfico-política dada la importancia expansiva que cobra la primitiva Asturia y el reino que nace en su solar. Así se explican las denominaciones de las “Asturias de Oviedo”, “Asturias de Santiyana”9 en el occidente de la actual Cantabria, también las “Asturias de Transmiera” más al oriente. En nuestros días el nombre de Asturias o Asturies designa la tierra que conforma el Principáu d’Asturies (Principado de Asturias) que coincide en sus límites occidental y oriental con la circunscripción medieval que, explícitamente, sitúan los documentos “inter Oue et Deua”, esto es, entre los ríos Eo y Deva10. Los confines sureños de Asturias fueron recortados por la geografía difícil pero, sobre todo, por los intereses de administraciones civiles y eclesiásticas cuya última conducta cesarista pudo observarse en la reducción de la diócesis de Uviéu a los límites actuales debido al concordato de 1954 entre el Estado español y el Vaticano. Otra cuestión es saber si el macrotopónimo Asturias deriva por vía popular del documentado y antiguo ASTURIA o por vía culta. Nuestros razonamientos tienen este carácter: si la u tónica es breve, como acabamos de decir, ASTURIA(s) debería haber evolucionado a *Astoria(s) y no a Asturia(s), en cuyo caso la expresión Asturias sería un cultismo y, por consiguiente, al margen de la antigua evolución popular. Frente a esto podría oponerse, en sentido contrario, que Asturia(s) es un resultado esperable popularmente debido al comportamiento del sufijo -URIUM que se observa en la evolución histórica de nuestra lengua. En efecto, tal sufijo presenta evolutivamente una notable inseguridad como muestra el triple resultado que ofrece un ejemplo similar debido al lat. *STATORIUM > estandoriu /* estadoiru —> estadueñu ‘estaca’/* estadoiru —> *estadui(r)u —> esta(n)duyu11.
«Campesina» (1889), de Tomás García Sampedro;
Esa misma inseguridad evolutiva es la que deberíamos ver en los resultados actuales del antiguo ASTURIA(S):
  • a) *Astoria(s) o *Estoria(s) no documentado entre nosotros, pero sí lo que sin duda es su equivalente, el hidrónimo de llena La Fuente las Istodias ‘la fuente las aguas’.
  • b) *Astoira(s) o *Estoira(s) —> *Astoera —> Astuera nombre de un arroyo y casería en Llastres (Cg).
  • c) Asturias, junto a su equivalente Las Estudias ‘las aguas’, un manantial en términos de Llanes; y acaso junto a lo que podría resultar similar, el abundativo Laguna Asturiega, al occidente de Santa María del Páramo en tierras que fueron de los ástures augustanos.
Este triple comportamiento (Las Istodias / Astuera / Las Estudias) es plenamente concordante con la diacronía de la lengua asturiana y nos permite admitir que Asturias o Asturies pueden considerarse resultados populares aunque coincidentes con los que ofrecería la tendencia cultizante. Esas diversas tendencias explican los nombres que se dan a los naturales de la tierra, asturianos12, y a su propagación toponímica por algunos territorios repoblados como es el caso de Asturianos, en Palencia (345 p. 156), Asturianos, en Senabria en documento de 977 (12 p. 442). A su lado Estorâos, dos parroquias y un lugar en Portugal (Piel: RPF 4, 195 1, pp. 197)13, exigen partir de una realización *esto(i)ranos. Finalmente Astureses, en Ourense, está formado sobre un adjetivo en -ENSE.
Dibujo de José Cuevas. Siglo XIX
El problema de Estora y Estorâos
Pero al lado del citado esdrújulo AST(U)RA > Esla, podríamos sentirnos inclinados a admitir una expresión similar llana o paroxítona, pues así parece aconsejarlo el topónimo asturiano Estora, nombre actual de unas fincas situadas a la orilla misma del río Seya junto a la iglesia de Santianes del Agua (Rs), es decir, la conocida históricamente como de “Sancti Iohannis de Stola” de un documento de 1147 (MSVO) y que vuelve a aparecer como “Stora” en 1153 (MSMV p. 8). La vocal tónica evidencia, una vez más, el carácter breve de la u etimológica. Sin embargo es mejor admitir que Estora ha de interpretarse como un derivado más de ASTURIA > *Esto(i)ra, con acentuación sobre la velar tal y como exige la presencia de la yod (la i) después perdida. Ése sería el origen de Estora, testimoniado hoy en el oriente de Asturias, y del etnónimo Estorâos testificado en Portugal.
Los bebedores de sidra de D. G. Meléndez. Siglo XIX
Asta y ura
La documentación nos testimonia, por otro lado, la existencia de dos variantes fónicas equivalentes, ast- y est-, que no plantean ninguna objeción seria a nuestro trabajo. Parece, como venimos diciendo, que semánticamente ASTURA se refiere originariamente a una realidad hidronímica; pero lo que no queda claro es si la alusión al agua se debe sólo a lo que parece un segundo elemento de la composición, -URA, o a lo que podría ser el primero, ASTA-, o a la unión de ambos. Nuestra observación nos permite afirmar:
  • a) Hay toda una serie de topónimos, asturianos y no asturianos, que parece que portan un elemento prerromano *UR ‘agua’. Son topónimos como Valledor (An), Río Órbigo (León) Puente Orugu (Babia), Uría (Ib) y, quizá, alguno de los del tipo Ouru, etc. (cap. 6).
  • b) Hay topónimos que portan el elemento *ASTA y que parece que también hacen referencia al agua; son casos como Rebaste ‘el río asta’, riachuelo que baja de Valdediós, en Villaviciosa; “la fuente de Vardasta” en los límites del monasterio de Fano (Xx)14; acaso Valdabasta (León), junto al Esla (cf. 258).c) Hay topónimos en que parece que el conjunto ASTURA se utilizó para referirse al agua; en este caso -URA sería simplemente un viejo sufijo que, como a veces ocurre con los también átonos -ara, -ana, no haría sino dar un mayor cuerpo fónico al primitivo AST-.
A favor de la interpretación hidronímica para el conjunto ASTUR(I)A actúa la traducción que se nos ha transmitido al generalizar Santianes del Agua por lo que el documento medieval conoce como “Sancti Johannis de Stola”15. En la misma dirección trabajan los citados La Fuente las Istodias (Ll) y Las Estudias (Lln) que resultan inequívocamente hidrónimos que pueden traducirse también por ‘aguas’.
Ventura Alvarez Sala - -La promesa- - 1903
El país del agua, el país de los ástures
Como en su momento expusimos (cf. 258), creemos que se encuentra el mismo elemento hidronímico ASTUR(I)A tanto al norte como al sur del viejo país de los ástures, donde casi se dan la mano en su nacimiento el antiguo Estora y el Esla. No deja de tener interés que en los confines orientales de los ástures, tanto al norte como al sur de la cordillera, dos corrientes de agua lleven el nombre del mismo pueblo, acaso porque este pueblo recibe su denominación de tales aguas. El Esla al sur y el Estora (esto es, el actual Seya), al norte, eran ríos plenamente ástures y, acaso, explicables por la misma lengua de los ástures. Sus aguas eran, para los que venían desde el este, las primeras corrientes de gran entidad que encontra ban en tierra ástur. Lo que por otro lado se testifica al norte es que el nombre más antiguo hoy conocido de esa corriente era el posiblemente preindoeuropeo ASTURIA (> Estora) al que se superpuso el indoeuropeo SALIA (> Seya) y, aunque sin éxito, el latino FLUVIUM ‘río’ (> Lloviu). Sus continuadores actuales Estora, Seya y Lloviu son, en consecuencia, tres puntos de referencia de profundo interés que dan cuenta de la gran entidad lingüística que encierra nuestro país.
La danza prima de J.Cuevas

San Justo de Turón

http://bloggerdasturias.blogspot.com

MIERES, la aldea de San Justo en Turón.


San Justo es una aldea que pertenece a la parroquia de San Andrés del Valle de Turón situada a una altura de 740 metros. Se tiene referencia de este lugar por un diploma real de 20 de abril del 857 por el que Ordoño I dona a la Iglesia de Oviedo bienes entre los que se encuentra la iglesia de los Santos Justo y Pastor en Polio "in valle Turone...ecclesia Sanctorun Iusti et Pastoris in Porio".
Acerca de este antiguo y precioso lugar del Concejo de Mieres se ha escrito mucho ultimamente a raiz de los hallazgos efectuados junto a la iglesia del lugar por ello nos vamos a remitir a tres artículos aparecidos en los diarios de mayor tirada de la región LA NUEVA ESPAÑA, EL COMERCIO Y LA VOZ DE ASTURIAS, aunque esta importante noticia que confirma la relevancia histórica de San Justo, ha sido también reflejada en otros medios de comunicación; páginas de Internet, revistas...

Sobre la toponimia de este lugar: Pero el culto se manifiesta externamente, además de en capillas, iglesias, oratorios, en las advocaciones de santos venerados y en las virtualidades que se les atribuyen; concretamente en muchos casos una iglesia pasa a dar nombre a todo el pueblo que se desarrolla en sus inmediaciones. Y el nombre del santo de su advocación puede haberse extendido al núcleo habitado, desplazando, a veces, a una denominación anterior, en algunos casos continuadora de una vieja villa de fundación romana. Y refiriéndonos a San Justo, al que se reza un padrenuestro mientras se cuece el pan en horno; según se cree hay que rezar a San Xustu pa que de poucu saque muchu. Este santo aparece en San Xustu (Vv, Sl, Vd), San Xusto (Llg, Mi) y, en genitivo, Santiuste (Lln).


En la placa informativa situada en la fachada de San Justo leemos:
Ya se cita su existencia en el año 857, en un documento donde Ordoño I la cede a la iglesia de Oviedo. Su origen parece provenir de la asentamiento de unos frailes eremitas que fundaron un monasterio y la citada ermita. En ella depositaron un arca conteniendo algunas reliquias de los niños mártires Justo y Pastor. Se habla incluso de la existencia de culto pre cristiano al encontrarse huellas de la existencia de un dolmen prehistorico o piedra sagrada. Fue centro de peregrinación por los milagros atribuidos a sus mártires, convirtiéndose en variante del Camino de Santiago, y fue también cenobio y hospital de peregrinos. Arquitectónicamente sufre su primera transformación en el siglo XV. Destaca la existencia de un retablo de madera policromada de estilo churrigueresco, datado en el siglo XVIII, que dotan a este monumento de un valor intrínseco muy destacado.
LA NUEVA ESPAÑA.- Entre robles, castaños y hayas. A 740 metros de altura y rodeado de bocaminas. El pueblo mierense de San Justo parece la postal de una aldea asturiana cualquiera. A poco que el caminante se introduzca en sus calles y hable con su gente, las apariencias cambian. San Justo no sólo es el pueblo más antiguo de Mieres, según los datos históricos, también guarda en su interior secretos artísticos y etnográficos fabulosos. Uno de esos enigmas surgió, hace un par de semanas, cuando un operario de las obras del alcantarillado trabajaba junto a la ermita. El obrero, precavido, apartó las dos grandes piedras halladas y continuó su labor. Después vinieron los expertos para determinar que se trataba de un capitel en el que se pueden distinguir dos figuras «como de animales mitológicos, con garras» y la base donde arranca el fuste de una columna con volutas. Las piezas se encuentran en poder de la Consejería de Cultura. Los técnicos tendrán que determinar a qué época pertenecen, aunque todo indica que se trata de elementos del siglo XII.
El capitel y la basa de columna encontrados han sacado a la luz el «potencial» de San Justo. Los vecinos nacidos y criados allí ya sabían la importancia de su pueblo. José Luis Soto lo resume en una frase: «Hace años que conocemos que bajo las calles de San Justo hay restos de importancia. Esto no ha hecho más que empezar».
San Justo llegó a ser un pueblo de ochenta habitantes, todos pertenecían a tres familias: los García, los Gutiérrez y los González. Ahora, aunque muy frecuentado y con casas cuidadas, en las calles sólo caminan una madre y su hijo.
El legado de esta aldea bien se puede dividir en dos apartados: lo material (la ermita, su retablo, el convento, las casas) y lo inmaterial, aquello que se recoge en la tradición oral, en el Camino de Santiago que circula por San Justo.
La ermita: La referencia escrita más antigua sobre el templo está datada el 20 de abril de 857. Se trata de un diploma real por el que Ordoño I dona a la Iglesia de Oviedo diversos bienes, entre ellos la ermita de San Justo y San Pastor de Mieres. Soto explica que «en el interior del local existe un pozo de tierra bendita. Allí se supone que hubo un dolmen de culto precristiano en el cual se depositaron, después, las reliquias de los santos mártires». No se conserva la planta antigua, que tenía 9,5 metros de ancho por 16 metros de largo. «Era una iglesia grande para sus tiempos», apunta Soto, que enumera las características del templo: «Tenía, al menos, dos arcos y una pequeña antesala, dentro había varias filas de bancos de madera y una reja que separaba la zona sacra del resto. La reja estaba torneada y el altar estaba labrado en piedra al estilo asturiano, con motivos geométricos».
A la entrada de la ermita, a mano derecha, se guardaban las reliquias de los santos mártires. En una de sus paredes había pinturas realizadas por los monjes. Han desaparecido. Se tienen conocimiento de que en 1457 se llevó a cabo un trabajo de restauración, así lo atestigua un documento que se conserva en la Catedral de Oviedo. En 1936, en plena Guerra Civil, fue destruida y posteriormente restaurada por Hulleras de Turón. En la actualidad permanecen en pie el tejado del cabildo, un solo arco y la nave central.
El retablo. La pieza, en restauración, es policroma. El estilo al que pertenece es fruto de discusión, algunos expertos defienden que es churriguerismo y otros, gótico. «A todos los entendidos que se han acercado hasta la capilla les ha impresionado», explica José Luis Soto. La madera de la que está hecho el retablo, nogal, es uno de los aspectos que más llaman la atención a los que se acercan hasta la ermita. Soto señala que «en la zona hay castaños y robles, pero no nogales, y el hecho de que esté confeccionado con esta madera le da un aire más especial al elemento artístico».
El convento. A la salida del pueblo, y como una sombra de lo que fue, se encuentra el convento de los benedictinos de San Busto. «Se puede apuntar la posibilidad de que alguno de los dueños del territorio cediera el solar para la construcción del convento, que data de finales del siglo VIII y principios del IX. El convento es un gran pabellón que, en la actualidad, se compone de tres piezas (separadas hacia 1700). En sus días habitados, el monasterio tenía capilla, huerto, cuadra de animales y estancias para los monjes. En torno a la capilla se construyó un cementerio, abierto, en un principio, a los benedictinos y, después, a los vecinos. Hoy en día, el edificio está distribuido en tres viviendas, con inscripciones del siglo XVI y XVII.
Las casas. El actual valor etnográfico de San Justo viene dado por la manera en que sus gentes han conservado sus hogares. En el pueblo abundan las casas con piedra tallada, hornos de leña y horros que en los días de mayor apogeo de la minería de montaña se acondicionaron como viviendas. Los lavaderos, los carros del país y el molían de escanda de la aldea son el orgullo de los habitantes de la zona.
La leyenda. El pueblo de San Justo tiene su origen en una leyenda que apunta que los santos mártires venían huyendo de los romanos «montas una mula blanca y, el sitia que güei conócese comu la Patatera, la mula dio una patá nuna peñasca dexando marcá la ferraúra al revés y engañando asina a sos perseguiores». San Justo y San Pastor amarraron la mula donde los caños, junto a una piedra que traía escrito: «Cuandu Dios quería equi augua había». «Entós la mula dio otra patá y tornó a surdir augua», concluye la historia.
El Camino de Santiago. La ermita de San Justo era parada para los peregrinos que hacían el Camino de Santiago por la ruta que discurría después hacia Ujo y el Carbayu de Langreo. «Los peregrinos se acercaban a San Justo y visitaban su ermita llevando sus exvotos, y si sufrían de una dolencia, recogían tierra del pozo donde se dice que están depositadas las reliquias de los mártires y se la pasaban por el sitio dolorido con el objeto de su milagrosa curación», explica José Luis Soto.










Dibujos que realizó en San Justo Benjamín Álvarez, BENXA. De su Laminarium de Mieres y Lena.


EL COMERCIO.- A sus 78 años, Generosa Gutiérrez, trata de mantener viva la memoria de San Justo. Es, junto a su hijo, la única habitante del pueblo que hace más de once siglos inauguró la historia de Mieres. La referencia escrita más antigua data de un diploma real del 20 de abril de 857 con el que Ordoño I donó a la iglesia de Oviedo varios de los bienes que encontró en su ermita, otrora centro de peregrinación del Camino de Santiago que enlazaba con la ermita del Carbayu, en Langreo.
La vida cotidiana de Generosa, desde hace muchos años, ha estado plagada de hallazgos sorprendentes y valiosos: urnas funerarias, monedas romanas, tumbas, restos humanos «Cada rincón tiene su historia», narra. Sus relatos entremezclan tradición y leyenda y vuelven a llenar de vida un pueblo que no hace mucho tiempo, en el siglo pasado, estaba habitado y bullicioso debido al peculiar trabajo minero que ofrecía su entorno, basado en un sistema de bocaminas, trincheras y planos inclinados que, partiendo del Pico Cogollo se deslizaban hasta el pozo Fortuna para enlazar, gracias al tren minero, con los lavaderos de La Cuadriella, en Turón.
Tres familias -con unos 17 miembros y «cada una con entrada propia al pueblo»- completaban los bajos salarios de la mina explotando los recursos de la tierra y criando su propio ganado. Generosa lamenta que «nadie haya hecho nada por el pueblo», Ni «medio asfaltar» su principal vía de acceso. «Ahora los herederos empiezan a volver y a rehabilitar alguna de las casas», dice esperanzada.
Riqueza etnográfica.-
Flanqueado por dos yacimientos castreños catalogados -el Castil de Muries al este, y el Pico Escucha al oeste-, y a escasos 14 kilómetros de Mieres, San Justo podría potenciar su riqueza etnográfica y natural convirtiéndose en la puerta del Paisaje Protegido de las Cuencas a través de un novedoso núcleo de turismo rural.
Al menos, con esa idea trabajan ya los responsables municipales, que en el último reparto de fondos mineros del bienio 2006-2007, con cargo a la línea municipal, decidieron incluir, a instancias de de Izquierda Unida, una partida de 195.336 euros para recuperar el malogrado patrimonio, como la ermita de los santos -Justo y Pastor-, a la que, según cuenta la tradición, los peregrinos se acercaban llevando sus exvotos con el objeto de lograr la milagrosa curación de sus dolencias.
Todo fue destruido en el bañode sange de 1936 y, aunque sin tardar demasiado apareció el proyecto de reconstrucción que en 1949 la dotó de un ábside, dos arcos y un techado completo, actualmente estos elementos casi han desaparecido. «La gente iba recuperando lo que podía para volver a construir», cuenta José Luis Soto, uno de los herederos.
La arquitectura de San Justo es enteramente rústica, con casas y cuadras de piedra y madera. Sólo una de las viviendas es de construcción moderna, tras haber sido arrasada por el fuego en los años sesenta. Varias cuentan con equipamientos tradicionales como hornos de pan, molino de rebilar la escanda y carros del país.
Valor histórico.-
Entre ellas, se encuentran tres edificaciones con inscripciones datadas entre los años 1600 y 1700 en el dintel de dos de las viviendas en las que, en su día, se instalaron unos monjes de la orden de los benedictinos y fundaron un monasterio-hospedería que atendía a las necesidades de los caminantes. También la fuente más antigua del pueblo tiene inscripciones y dibujos referentes a la leyenda de los santos mártires, Justo y Pastor.
Alguna de las propuestas que barajan los responsables locales para incrementar el atractivo de la zona pasan por la recuperación del sistema de explotación de minas de montaña, que podría servir de balanza al Museo de la Minería de El Entrego, a escasos diez kilómetros de San Justo. Además, se plantea destinar a vivienda rural un hórreo que se ubicaría en una de las fincas que hay frente a la ermita.


LA VOZ DE ASTURIAS.- La casualidad ha actuado, una vez más, como sustento adyacente de la arqueología. El Ayuntamiento de Mieres informó ayer de que, en el desarrollo de las obras de saneamiento del pueblo turonés de San Justo, ha sido realizado un importante hallazgo arqueológico, un descubrimiento que no pasará a engrosar, como viene siendo habitual, el patrimonio arqueológico industrial de los valles, sino que esta vez se añadirá a los descubrimientos puramente artísticos, más concretamente a los religiosos. Se trata de los restos de un capitel presumiblemente medieval que fue localizado durante el transcurso de las excavaciones próximas a la ermita que da nombre a la localidad.
La concejal de Cultura de Mieres, Diana González, señaló que, una vez reconocido entre los escombros, el capitel fue trasladado de inmediato a la dirección general de Patrimonio Cultural perteneciente a la consejería de Cultura del Principado de Asturias, resaltando "la celeridad" con la que los miembros del equipo de trabajo del la citada dirección general se acercaron a la localidad mierense para recoger y trasladar el material. González también destacó la importancia que tuvieron los vecinos de San Justo en toda la operación, ya que su presencia "fue determinante en el hallazgo".
La edil mierense informó asimismo de que, a bote pronto, todo parece indicar que el capitel data de la Baja Edad Media, concretamente del siglo XII, aunque también se mostró cautelosa a la hora de confirmar tal circunstancia: "es necesario esperar al resultado de los pertinentes informes de la dirección general de Patrimonio, por lo que hay que ser prudentes a la hora de extraer conclusiones".
Además, es probable que en la zona en la que se encontró el capitel aparezcan, de aquí en adelante, más elementos de estas características, ya que es extraño que se presente solamente una pieza aislada. Es por eso por lo que González ha asegurado que "se extremarán las medidas de seguridad a este respecto en el desarrollo de los trabajos que restan por realizarse en la zona", y que hay que dejar abierta la posibilidad de que San Justo "nos dé muchas más sorpresas".
La circunstancia fundamental que revela la importancia de este hallazgo es la escasez de datos que se poseen sobre la supuesta época del capitel en la zona del valle del Caudal, cuyo primer asentamiento urbano conocido fue precisamente San Justo, un lugar que destaca dentro del Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras.
Por último, indicar que los capiteles son construcciones que se disponen en el extremo superior de las columnas o pilares para trasmitir a estas piezas estructurales verticales las carga de peso que reciben. Por ello, lo lógico es pensar que el capitel hallado pertenecía a una capilla situada más o menos en el mismo sitio en el que se encuentra la actual ermita, algo bastante común.