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Asturias, el
porqué de este nombre
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«Una aldeana de Asturias» (hacia 1890-91), de Augusto Junquera Lavín. |
Acerca del
nombre de nuestro país, Asturias o Asturies, se han emitido diversas hipótesis
interpretativas. Es lógico el interés que despierta un nombre cuyos remotos
orígenes aparecen oscurecidos por la exigüidad de datos estrictamente fiables y
objetivos. Muchos piensan en un origen preindoeuropeo, etrusco en opinión de
Schulze y otros (cf. Schulten 426 p. 87), basados en la expansión mediterránea
de topónimos y antropónimos que parece que presentan algún tipo de parecido
lingüístico con Asturias y en la posibilidad de fijar un cierto parentesco con
algunas palabras pirenaicas o euskéricas. Desde Humboldt se piensa así y
autores como Hubschmid (59 p. 471; 106) admiten una formación explicable por
esa lengua en un compuesto del tipo AITZ-URA ‘agua que brota entre rocas’, esto
es, de asta ‘risco’ y ura ‘agua’, explicación que llevaría a entender Asturias
como ‘tierra rica en torrentes de montaña’ (cf. 218; 102 p. 25; 361 p. 187; 391
p.85; 387 p. 391)2. Sin
embargo es cierto que se pueden encontrar explicaciones muy diferentes pues si
nos fiamos del parentesco con el vascuence veríamos que hay otros términos que
guardan un cierto parecido fónico en palabras como asto ‘asno’ o astorki
‘pipirigallo, esparceta’ o en determinados apellidos (103 nº 104, 105, 201). Y
si vamos a ver no falta nunca algún tipo de razón para la propuesta porque país
de agua es Asturias, país de rocas es Asturias y no digamos nada de la patria
que se enorgullece del famoso asturcón ‘el caballo del ás tur’, para poder
sospechar que el nuestro podía ser el país de los asnos. Pero no
parece que vayan las cosas exactamente por ese camino ni tampoco por el de la
simplificación. Hay quien piensa en dirección contraria, acaso con menos fundamento
, que Asturias podría explicarse desde elementos indoeuropeos como
*AST(H) ‘duro’ o incluso con los emparentados con el latín ASTRUM o ASTUR ‘azor’
(104 p. 342; 185 p. 219). Se ha
querido, igualmente, incidir modernamente en el origen céltico del topónimo
dada la expansión de hidrónimos, posiblemente emparentados, diseminados por el
sur de Gran Bretaña y por zonas de actual lengua alemana. Llama la atención la
frecuencia de los hidrónimos de tipo Stura en el Piamonte italiano donde además
pervive el nombre de la ciudad Asta (cf. 406 y 407).
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Arando la tierra- de Ventura Álvarez Sala, 1910, Museo de Bellas Artes de Asturias. |
Documentación antigua
Para hacer
sugerencias etimológicas conviene apoyar los datos de que se disponga en la
documentación antigua y medieval, pues así cobrará más verosimilitud la
propuesta efectuada. En nuestro caso tomamos como punto de referencia ASTURES,
ASTURIA, ASTURA, tres elementos que aparecen escritos en la época de la
conquista romana y que hacen referencia, respectivamente, a un pueblo, al país
que habita y a un río importante que riega sus tierras. No sabemos si Astures
precede a Astura o viceversa pero en todo caso no cabe plantear duda acerca de
su interrelación lingüística. Empecemos
nuestras observaciones por el nombre del río. Hasta ahora los más convincentes
relacionan el ASTURA con el Esla (León) pues no hay objeciones serias ni desde
el punto de vista histórico ni geográfico ni lingüístico3. Ello implica que la
realización de la que debemos partir sería esdrújula, esto es ástura, al igual
que pronunciarían, muy probablemente, ástures, aplicado a los primitivos
habitantes de sus riberas (cf. 106; 59 p. 47l; 391 p. 85). El nombre de ástures
se extendía no sólo a los pobladores de la tierra llana o augustanos sino
también a la gente del lado norte de la cordillera, esto es, los ástures
transmontanos (cf. 197)4, similares a los sureños y que ocupaban un territorio
casi igual al de la Asturias actual. Los ástures, al margen de las precisiones
que puedan hacerse (cf. 427 p. 29), habitaban desde el mar hasta el Duero en un
amplio país de unos 20.000 kilómetros cuadrados, según Schulten, que se
extendería por la mayor parte de las tierras del actual Principáu d’Asturies y
por las provincias de León (desde el Cea a todo el occidente), zona
norte-occidental de Zamora, franja norte-oriental de Portugal5, tercio oriental
de Ourense6 y borde oriental de Lugo en torno a la Serra do Caurel7. El nombre
de los ástures, plural de ástur, es el responsable de que los romanos llamaran
al prin cipal núcleo sureño de su asentamiento y eje administrartivo de su
dominio, ASTURICA (augusta), “urbs magnifica” según Plinio (Nat. Hist. III,
28), de donde se originó por evolución popular el actual nombre de Astorga.
Esto pone de manifiesto otro dato lingüístico más, que la u tónica tenía una
cantidad breve pues sólo así se justifica
la /o/ moderna del citado topónimo.
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Elaborando el Lino. Dibujo de José Cuevas, siglo XIX |
También se
documenta en la antigüedad lo que parece una formación efectuada sobre Ástura,
esto es ASTURIA8, el país de los ástures. En la Edad Media se escribe la
expresión plural, “Asturias”, como una referencia no siempre étnica sino
geográfico-política dada la importancia expansiva que cobra la primitiva
Asturia y el reino que nace en su solar. Así se explican las denominaciones de
las “Asturias de Oviedo”, “Asturias de Santiyana”9 en el occidente de la actual
Cantabria, también las “Asturias de Transmiera” más al oriente. En nuestros
días el nombre de Asturias o Asturies designa la tierra que conforma el
Principáu d’Asturies (Principado de Asturias) que coincide en sus límites
occidental y oriental con la circunscripción medieval que, explícitamente,
sitúan los documentos “inter Oue et Deua”, esto es, entre los ríos Eo y Deva10.
Los confines sureños de Asturias fueron recortados por la geografía difícil
pero, sobre todo, por los intereses de administraciones civiles y eclesiásticas
cuya última conducta cesarista pudo observarse en la reducción de la diócesis
de Uviéu a los límites actuales debido al concordato de 1954 entre el Estado
español y el Vaticano. Otra
cuestión es saber si el macrotopónimo Asturias deriva por vía popular del
documentado y antiguo ASTURIA o por vía culta. Nuestros razonamientos tienen
este carácter: si la u tónica es breve, como acabamos de decir, ASTURIA(s)
debería haber evolucionado a *Astoria(s) y no a Asturia(s), en cuyo caso la
expresión Asturias sería un cultismo y, por consiguiente, al margen de la
antigua evolución popular. Frente a
esto podría oponerse, en sentido contrario, que Asturia(s) es un resultado
esperable popularmente debido al comportamiento del sufijo -URIUM que se
observa en la evolución histórica de nuestra lengua. En efecto, tal sufijo
presenta evolutivamente una notable inseguridad como muestra el triple
resultado que ofrece un ejemplo similar debido al lat. *STATORIUM >
estandoriu /* estadoiru —> estadueñu ‘estaca’/* estadoiru —> *estadui(r)u
—> esta(n)duyu11.
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«Campesina» (1889), de Tomás García Sampedro; |
Esa misma
inseguridad evolutiva es la que deberíamos ver en los resultados actuales del
antiguo ASTURIA(S):
- a)
*Astoria(s) o *Estoria(s) no documentado entre nosotros, pero sí lo que sin
duda es su equivalente, el hidrónimo de llena La Fuente las Istodias ‘la fuente
las aguas’.
- b)
*Astoira(s) o *Estoira(s) —> *Astoera —> Astuera nombre de un arroyo y
casería en Llastres (Cg).
- c)
Asturias, junto a su equivalente Las Estudias ‘las aguas’, un manantial en
términos de Llanes; y acaso junto a lo que podría resultar similar, el abundativo
Laguna Asturiega, al occidente de Santa María del Páramo en tierras que fueron
de los ástures augustanos.
Este
triple comportamiento (Las Istodias / Astuera / Las Estudias) es plenamente
concordante con la diacronía de la lengua asturiana y nos permite admitir que
Asturias o Asturies pueden considerarse resultados populares aunque
coincidentes con los que ofrecería la tendencia cultizante. Esas diversas
tendencias explican los nombres que se dan a los naturales de la tierra,
asturianos12, y a su propagación toponímica por algunos territorios repoblados
como es el caso de Asturianos, en Palencia (345 p. 156), Asturianos, en
Senabria en documento de 977 (12 p. 442). A su lado Estorâos, dos parroquias y
un lugar en Portugal (Piel: RPF 4, 195 1, pp. 197)13, exigen partir de una
realización *esto(i)ranos. Finalmente Astureses, en Ourense, está formado sobre
un adjetivo en -ENSE.
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Dibujo de José Cuevas. Siglo XIX |
El problema de Estora y Estorâos
Pero al
lado del citado esdrújulo AST(U)RA > Esla, podríamos sentirnos inclinados a
admitir una expresión similar llana o paroxítona, pues así parece aconsejarlo
el topónimo asturiano Estora, nombre actual de unas fincas situadas a la orilla
misma del río Seya junto a la iglesia de Santianes del Agua (Rs), es decir, la
conocida históricamente como de “Sancti Iohannis de Stola” de un documento de
1147 (MSVO) y que vuelve a aparecer como “Stora” en 1153 (MSMV p. 8). La vocal
tónica evidencia, una vez más, el carácter breve de la u etimológica. Sin
embargo es mejor admitir que Estora ha de interpretarse como un derivado más de
ASTURIA > *Esto(i)ra, con acentuación sobre la velar tal y como exige la
presencia de la yod (la i) después perdida. Ése sería el origen de Estora,
testimoniado hoy en el oriente de Asturias, y del etnónimo Estorâos testificado
en Portugal.
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Los bebedores de sidra de D. G. Meléndez. Siglo XIX |
Asta y ura
La
documentación nos testimonia, por otro lado, la existencia de dos variantes
fónicas equivalentes, ast- y est-, que no plantean ninguna objeción seria a
nuestro trabajo. Parece, como venimos diciendo, que semánticamente ASTURA se
refiere originariamente a una realidad hidronímica; pero lo que no queda claro
es si la alusión al agua se debe sólo a lo que parece un segundo elemento de la
composición, -URA, o a lo que podría ser el primero, ASTA-, o a la unión de
ambos. Nuestra observación nos permite afirmar:
- a) Hay
toda una serie de topónimos, asturianos y no asturianos, que parece que portan
un elemento prerromano *UR ‘agua’. Son topónimos como Valledor (An), Río Órbigo
(León) Puente Orugu (Babia), Uría (Ib) y, quizá, alguno de los del tipo Ouru,
etc. (cap. 6).
- b) Hay
topónimos que portan el elemento *ASTA y que parece que también hacen
referencia al agua; son casos como Rebaste ‘el río asta’, riachuelo que baja de
Valdediós, en Villaviciosa; “la fuente de Vardasta” en los límites del
monasterio de Fano (Xx)14; acaso Valdabasta (León), junto al Esla (cf. 258).c)
Hay topónimos en que parece que el conjunto ASTURA se utilizó para referirse al
agua; en este caso -URA sería simplemente un viejo sufijo que, como a veces
ocurre con los también átonos -ara, -ana, no haría sino dar un mayor cuerpo
fónico al primitivo AST-.
A favor de
la interpretación hidronímica para el conjunto ASTUR(I)A actúa la traducción
que se nos ha transmitido al generalizar Santianes del Agua por lo que el
documento medieval conoce como “Sancti Johannis de Stola”15. En la misma
dirección trabajan los citados La Fuente las Istodias (Ll) y Las Estudias (Lln)
que resultan inequívocamente hidrónimos que pueden traducirse también por
‘aguas’.
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Ventura Alvarez Sala - -La promesa- - 1903 |
El país del agua, el país de los ástures
Como en su
momento expusimos (cf. 258), creemos que se encuentra el mismo elemento
hidronímico ASTUR(I)A tanto al norte como al sur del viejo país de los ástures,
donde casi se dan la mano en su nacimiento el antiguo Estora y el Esla. No deja
de tener interés que en los confines orientales de los ástures, tanto al norte
como al sur de la cordillera, dos corrientes de agua lleven el nombre del mismo
pueblo, acaso porque este pueblo recibe su denominación de tales aguas. El Esla
al sur y el Estora (esto es, el actual Seya), al norte, eran ríos plenamente
ástures y, acaso, explicables por la misma lengua de los ástures. Sus aguas
eran, para los que venían desde el este, las primeras corrientes de gran
entidad que encontra ban en tierra ástur. Lo que por otro lado se testifica al
norte es que el nombre más antiguo hoy conocido de esa corriente era el
posiblemente preindoeuropeo ASTURIA (> Estora) al que se superpuso el
indoeuropeo SALIA (> Seya) y, aunque sin éxito, el latino FLUVIUM ‘río’
(> Lloviu). Sus continuadores actuales Estora, Seya y Lloviu son, en
consecuencia, tres puntos de referencia de profundo interés que dan cuenta de
la gran entidad lingüística que encierra nuestro país.
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La danza prima de J.Cuevas |
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