La proclamación de la República fue saludada con alborozo por la clase obrera asturiana. En la imagen manifestación minera en Mieres en octubre de 1934. Archivo. Alberto Montero. (Archivo del Blog) |
José SAAVEDRA Zapico “José
Cantera” (1º de la izquierda), Abuelo de Antón Saavedra, y Teodomiro Menéndez
en plena preparación de la revolución del 34 en la localidad asturiana de
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El refranero popular rememora la época en la que «Franco era corneta» para hacer referencia a un pasado distante y casi olvidado. A pesar de que los dichos suelen albergar más verdad que muchos libros de texto, este no es demasiado preciso. No ya porque no hayan pasado una infinidad de años desde aquello (que es cierto), sino porque existe una etapa en la vida del ferrolano que es más desconocida todavía: aquella en la que, como abanderado general de brigada de la Segunda República, reprimió en nombre del gobierno central la revolución protagonizada por socialistas y sindicalistas en Asturias allá por octubre de 1934. Su rudeza contra los obreros (similar a la que había demostrado años antes contra los rifeños) no impidió que la prensa empezara a conocerlo como el «Salvador de la República».