Castillete y casa de máquinas del Pozo Esperanza en El Terronal. Fotografía de Roberto Álvarez Espinedo. Saber más... Territorio Museo |
Mineros del
Tarronal, (Mieres), hacia el año 1905. Facebook de Carlos Díaz Marcos. Mieres
antes y ahora. |
No es ciencia-ficción, sino una parte olvidada —una de tantas— de la historia contemporánea de esta región, ceñida a un rígido canon de ochobres y dinamitas que tal vez niegue la entrada al castillete de El Tarronal porque ninguna revolución pasó jamás por allí. Nada heroico hubo, salvo la dignidad de la clase obrera, en aquella mina-infierno en la que los seres humanos morían como ratas, ahogados por una especie de silicosis acentuada, más dura y más letal que la carbonífera. Los mineros del mercurio no salían de las entrañas terrestres para asaltar los cielos, porque esas entrañas terrestres se los tragaban. Por la misma razón, apenas se ha reivindicado su memoria: no había nadie para hacerlo hasta que Luis Felipe Capellín tuvo la feliz idea de rodar un documental sobre el tema, que ayer se presentó en la Laboral gijonesa en el marco del FICX. Morir en El Tarronal es su inevitable título.