Primera sede
del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), en Vegadotos (Mieres),
muy cerca de la explotación cerrada en el 30-12-2000 (Pozo Tres Amigos). Archivo del Blog |
Manuel Llaneza Zapico. Fundación Pablo Iglesias. |
La Nueva España.
Manuel Llaneza Zapico, junto al resto de fundadores del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), extrajo del más hondo de los fracasos el oro del éxito. Lo logró hace más de un siglo y aún brilla. En 1906, Llaneza, un minero de 27 años de la aldea langreana de Los Veneros que se había criado al pie de la minas de Barruelo, en Palencia, fue despedido de la explotación de Vegadotos en la que trabajaba por su participación en la «huelgona» de Fábrica de Mieres. "Fue una protesta inútil que duró cerca de dos meses, que se saldó con más de 800 despidos, que prácticamente provocó el desmantelamiento de las organizaciones sindicales en las Cuencas y que puso de manifiesto la debilidad organizativa de los trabajadores de la industria asturiana". Era el enésimo fracaso del incipiente movimiento obrero, y Llaneza, sin empleo, se vio obligado a emigrar. Acabó trabajando en las minas del norte de Francia, en la región de Norte-Paso de Calais, y allí descubrió la veta de los nuevos modelos de organización sindical inspirados en los postulados de Jean Jaurès y Jules Guesde, donde se agrupaban obreros de distintas localidades y empresas en una organización minera unitaria, centralizada y que contaba con una fuerte caja central de resistencia para sostener luchas prolongadas
Manuel Llaneza Zapico, junto al resto de fundadores del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA), extrajo del más hondo de los fracasos el oro del éxito. Lo logró hace más de un siglo y aún brilla. En 1906, Llaneza, un minero de 27 años de la aldea langreana de Los Veneros que se había criado al pie de la minas de Barruelo, en Palencia, fue despedido de la explotación de Vegadotos en la que trabajaba por su participación en la «huelgona» de Fábrica de Mieres. "Fue una protesta inútil que duró cerca de dos meses, que se saldó con más de 800 despidos, que prácticamente provocó el desmantelamiento de las organizaciones sindicales en las Cuencas y que puso de manifiesto la debilidad organizativa de los trabajadores de la industria asturiana". Era el enésimo fracaso del incipiente movimiento obrero, y Llaneza, sin empleo, se vio obligado a emigrar. Acabó trabajando en las minas del norte de Francia, en la región de Norte-Paso de Calais, y allí descubrió la veta de los nuevos modelos de organización sindical inspirados en los postulados de Jean Jaurès y Jules Guesde, donde se agrupaban obreros de distintas localidades y empresas en una organización minera unitaria, centralizada y que contaba con una fuerte caja central de resistencia para sostener luchas prolongadas