Jinete cántabro armado a caballo perteneciente a un fragmento de la
estela de San Vicente de Toranzo descubierta en el castro de la Espina del
Gallego. De Valdavia - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=32064784
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Lugar aproximado del conflicto. Las guerras cántabras, también
conocidas como guerras asturcántabras, fueron unos enfrentamientos que tuvieron
lugar del año 29 a. C. al 19 a. C. entre el Estado romano y los distintos
pueblos astures y cántabros que habitaban territorios conocidos ya por los
antiguos romanos como Asturiae y Cantabri en el noroeste de la península
ibérica, en regiones coincidentes en su mayor parte con las actuales
comunidades autónomas de Asturias y Cantabria y partes de las provincias de
León y de Palencia. De Ravenloft - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1500438
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La propaganda del Augusto Victorioso
tras su regreso de Hispania pronto se convirtió en chanza, con el cabreo
respectivo del Emperador, porque todos los ciudadanos romanos eran conscientes
de que la guerra por la que se le concedió el Triunfo a Octaviano César
continuaba con toda ferocidad. No se puede esconder el destino de tantas
legiones durante tanto tiempo, sobre todo cuando se necesitaban en la zona del
Rin para proteger la frontera con los belicosos germanos (los que treinta años después le darían otro de sus mayores
disgustos).
Monumento al cántabro Laro en Santander. CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1666887
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Así que la guerra con los astures y
los cántabros se decidió con una serie de asaltos romanos a las costas
cantábricas. Podría decirse: para abrir otros frentes que desviaran la
resistencia indígena en el frente del Sur. Y aparentemente funcionó. Rodeados
por todos los lados, los astures y cántabros que aún resistían fieramente en
las montañas fueron superados (muchos se
suicidaron en los altos de las montañas para evitar ser hechos prisioneros y
esclavos de los romanos) y la cosa más o menos se calmó. Más o menos, porque volvieron a
rebelarse en cuando pudieron. La cosa se puso tan chunga, y los
recursos auríferos eran tan importantes (los
mayores de todo el Imperio Romano y con diferencia), que la zona en que más
legiones hubo después de la frontera del Rin en esos años fue la Asturia y el
sur de la Cantabria. Y eso hasta ochenta años después, cuando todavía estaban
acantonadas tres legiones por aquí. Eso terminó propiciando la creación
de la capital del Convento Astur romano, Asturica Augusta (Astorga) por la
Legio X Gemina y la de la ciudad de León (por
la Legio VI Victrix), la tercera legión fue la Legio IIII Macedonica,
acantonada en Segisamo (la actual
localidad burgalesa de Sasamón) y luego en Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia) donde permaneció hasta su salida de
Hispania hacia Germania Superior hacia el 39 después de Cristo. Cosas de la
vida, las militaronas Astorga y León, y su bélico reino cristiano medieval
tenían el ADN adecuado: fueron fundadas por soldados.
(…). Una legión era una eficiente máquina de guerra, pero también un
disciplinado grupo de trabajadores capaz de construir carreteras, puentes,
acueductos, diques, puertos y fuertes. (…). https://historia.nationalgeographic.com.es/a/legiones-roma-vida-campamento_6358/7
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La pérdida del Águila de la Legio I Augusta
El caso es que en el año 20 antes de
Cristo los romanos, tras varios avatares y revueltas, habían mandado a los
cántabros como esclavos al sur de la Galia, también en Aquitania (ahí Augusto, en plan venganza del destino
por haberle tocado las narices a su tío César treinta y seis años antes) y
entonces todo salió fatal. Es complicado contar la guerra
astur-cántabra, porque fue una de las más mencionadas como terribles de la
primera época del imperio, pero no hay excesivas fuentes. Es la arqueología la
que la está explicando, con los trabajos de Esperanza Martín en La Carisa (la zona de conquista astur entre León y
Asturias) y los de Eduardo Peralta entre Palencia y Cantabria. En este
artículo, aún profuso como es, se va al lío. Al meollo del asunto. Al turrón: a
lo de la primera humillación de un emperador romano en estas tierras. Y el turrón que le dieron a la primera legión
creada por el mismo Augusto los cántabros cabreados que volvían de la Galia,
después de haber matado a todos sus dueños, fue tan brutal que supuso la
pérdida de todas sus enseñas. Y casi su exterminación y el descrédito y repudio
del emperador, que le quitó el 'cognomen' (el
sobrenombre) y la mandó a Germania (se
terminó conociendo como Legio I Germánica y apúntense este nombre, porque es
importantísimo para la historia de la ciudad de León). Los cántabros, eran conocidos por ser
tan indomables que incluso presos se encaraban con los romanos. Así que a poco
de quedar asentados con sus nuevos dueños se marcaron un 'Espartaco' de libro y
no sólo acabaron con ellos sino que fueron capaces de volver a su lejana
tierra, sorprender a la Legio I Augusta y destrozarla un año después (19. a.C), robando sus enseñas y su
Águila.
Hasta entonces sólo en tres ocasiones antes las legiones las habían
perdido: las de Craso, en la espantosa derrota del soberbio triunviro con
César, en Carras (53 a. C); otra en
el año 40 antes de Cristo de las legiones de Decidio Saxa en Cilicia; y las que
perdió en el 36 a.C. Marco Antonio. Todas fueron recuperadas. Un momento. ¿Y entonces Aníbal, que
destruyó legiones y legiones en la península itálica en el río Trebia, el lago
Trasimeno y una de las batallas más estudiadas de la Historia, Cannas, no
consiguió ninguna? Pues sí, pero no; aunque consiguió multitud de enseñas. Se
explica porque las Águilas no eran la enseña más importante de aquellas
legiones, sino el 'maniple' (un puñado de
paja puesto sobre un poste, de ahí el nombre de los 'manipulos' de las
legiones). Fue Cayo Mario en su reforma militar del 107 antes de Cristo el
que puso como enseña principal el Águila, que era el animal de Júpiter y por
eso llevaba en sus garras los rayos del líder del panteón romano. Eso sí, no se
crean que eran muy grandes; eran pequeñas para que en caso de problemas serios
se pudiera esconder bajo la capa del 'signifer' que la llevaba. Así que Augusto perdió su primera
Águila en Hispania, posiblemente en la zona de Picos de Europa; aunque no se
podría decir que en la provincia de León, porque realmente no se sabe dónde los
cántabros 'crujieron' a la primera legión que, hasta entonces, llevaba su
propio apelativo. No sólo se había dejado la salud en
aquel terrible lugar, no sólo se reían de él tras un Triunfo que no era tal (una de las pocas cosas que podían hacer los
romanos para criticarle subrepticiamente), no sólo le había salido de
puñetera pena la venganza a los cántabros en Aquitania, sino que además la
legión 'Augusta' había sido humillada de forma increíble y extremadamente
ultrajante.
Agripa recupera la enseña 'a sangre y fuego'
La Legio I Germanica (Primera legión «de Germania») fue una legión
romana, que también llevaría temporalmente el sobrenombre de Augusta. Fue
creada en el año 48 a. C. por Julio César para luchar en la guerra civil que
mantenía con Pompeyo. Después de la rebelión de los bátavos de 70 d. C. los
hombres supervivientes fueron incorporados a la séptima legión de Galba,
configurando la Legio VII Gemina. Su emblema fue probablemente el toro, como el
resto de las legiones del César, a excepción de la V Alaudae. https://www.deviantart.com/aquelion/art/Legio-I-Germanica-vexillum-647223482
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Busto de Marco Vipsanio Agripa en el Museo del Louvre, en París.
De Shawn Lipowski (Shawnlipowski), 2006-07-15, Fuji F11 Camera at ISO
400, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1017478
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Ya harto de la situación, Octaviano
César ordena a su ya yerno Agripa acabar con la molestísima situación. Y sin
excusas. "Agripa, devuélveme mi Águila... o no vuelvas" pudo llegar a
decirle, y el curtidísimo general, el que le había ganado las batallas
importantes lo hizo. Vaya que sí. A sangre y fuego. Sin contemplaciones. Y sin
ambages. El experto general no se anduvo con
chiquitas. Derrotó a los cántabros de forma brutal en una breve campaña ese
mismo año 19 antes de Cristo. Y para que no se volvieran a levantar cortó las
manos de todos los hombres. Y fueron todos. Sin excepción. Incluso los ancianos
y niños. Lo cual, en una guerra de conquista, era perder un montonísimo de
dinero; ya que los esclavos eran un botín valiosísimo en aquellos tiempos por
lo que llegaba a recaudarse en sus subastas. Y no contento con ello, y para dar
ejemplo, los crucificó a todos desde la Cantabria a la frontera de la Galia (los Pirineos). Lo que dio otro momento
'Espartaco' para la Historia dejando completamente estupefactos a los romanos.
Esto que se va a contar está certificado por los historiadores latinos: los
cántabros eran tan recios que incluso crucificados se cantaban cánticos de
guerra unos a otros para darse ánimo. Las fuentes sugieren que Agripa debió
recuperar al final el Águila. En el 'Significa Res Gestae Divi Augusti',
Augusto dice lo siguiente: "Recuperé muchas enseñas militares romanas, perdidas por otros
jefes, de enemigos vencidos en Hispania" (según se lee
en la revista Zephyrus XLVIII del año 1995 en las páginas 223-234). ¿Y eso indica que terminó la guerra?
Pues no. Todavía en años posteriores los astures se revolvieron contra Roma,
que tuvo que conservar tres legiones en la zona hasta cincuenta años después,
que fueron marchándose a partir del año 43 después de Cristo a Germania. Y en
el año 68 la última, la Legio VI Victrix, abandonó su campamento (la ciudad que hoy es León) con su
legión ahijada, la Legio VII para hacer emperador a Servio Sulpicio Galba el
que le concedió su Águila hace 1.950 años;
Hispania bajo Adriano (117-138), señalando el lugar del acuartelamiento
de la Legio VII Gemina y su relación con las principales calzadas y
explotaciones de metales preciosos. De Roman_Empire_125.svg: Andrei
nacuderivative work: Richardprins (talk) - Roman_Empire_125.svg, Dominio
público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6358986
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La Legio VII, fundida con la legión que perdió el Águila
El caso es que la Legio VII fue una
legión golpista, que se metió en más golpes de Estado, y para librarse de ella,
Vespasiano la mandó a cumplir un funcionariado de obras públicas al campamento
que veinte siglos después es hoy la ciudad de León. Y, casualidades del
destino, para poder hacer eso, porque estaba destrozada tras la segunda batalla
de Bedriacum, la tuvo que unir con la Legio I Germánica. Por eso el sobrenombre
('cognomen' de Gemina, que significa
"gemela"). Casualidad del destino, o no, esa
legión 'Germanica' (que les suena porque antes advertí de ella), resulta ser la
misma unidad de Augusto que perdió su enseña en la guerra astur-cántabra. Vaya
cosas que tiene la Historia: la legión que más tiempo estuvo en Hispania
acantonada en Legio-Legione-León tenía en su curriculum de unidad militar una
de las humillaciones más importantes que podía tener un soldado romano (sólo ocurrió este suceso en ocho ocasiones
desde el 104 a.C hasta el 132 d.C).
Es de imaginar, conociendo a los
militares, cómo los de un manípulo de la Legio VII fundada por Galba tomarían
el pelo a los de otro proveniente de la Legio I fundada por Augusto. Sobre todo
en las posibles salidas de vigilancia en los Picos de Europa. "¿Dónde decíais que habíais
perdido el Águila, compañeros?". A veces es divertido novelar la
Historia. Pero hay que hacerlo de forma rigurosa. Quizás falta la novela, y la
película, de una de las guerras más cruentas y terribles que Roma nunca pudo
olvidar. Que nada tiene que desmerecer a la conquista de la Dacia de Trajano,
que fue 'general' (el equivalente actual
al 'legatio legionis') de la Legio VII Gemina, encima; o a las revueltas
judías del siglo I.
Legión romana. Por Ron Embleton. https://www.facebook.com/LegioViiClaudia/photos/a.366968683402654/425498210883034/?type=3&theater
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Ilustración de Alfonso Zapico |
FUENTE:
JESÚS MARÍA LÓPEZ DE URIBE Artículo publicado por “Ileón” el 10-06-2018. Ver
enlace: https://www.ileon.com/historia/086702/las-guerras-astur-cantabras-cuando-augusto-perdio-su-primer-aguila-de-legion
Jesús María López de Uribe y García. León (España) 29-08-1970. Licenciado en
Ciencias de la Información. Universidad Complutense de Madrid. Periodista y gran
aficionado a la Historia Cursos de doctorado en Historia. Universidad de León. Curso
de Adaptación Pedagógica. Cursos de Doctorado a la ciencia, la tecnología, la
sociología, la filosofía y la política. Editor de Contenidos. Organizador de
Eventos. Divulgador de Historia y de Tecnología. Los años de periodista en
varios medios de comunicación le han permitido ser Gestor de Contenidos de todo
tipo en diversos medios de comunicación tanto en la ciudad de León, como de
ámbito nacional. Sus capacidades tecnológicas y el conocimiento de los
fundamentos lógicos de la programación le permiten diseñar nuevos medios de
comunicación y herramientas digitales dedicadas al periodismo. Además, es
experto en Comunicación Corporativa y soy capaz de colocar una noticia en casi
cualquier lugar. Premio ASEBIO 'Ciencia para la vida' (Asociación de Empresas
de Biotecnología) en el año 2015. Fuente: http://www.uribex.com/. Foto. De Jesús María
López de Uribe y García. (es.linkedin.com).
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