El profeta del hormigón
Sin duda, el más famoso fue el puente de «la perra», llamado así, como ustedes saben, porque ésta era la tasa establecida para su utilización. Aunque en realidad el puente no fue siempre el mismo, ya que, a medida que la necesidad lo hizo preciso, fue mejorando su estructura para cumplir mejor su servicio. El más antiguo de los que se colocaron en este lugar se debió a la iniciativa de los industriales de la villa en 1874, cuando se dieron cuenta de que su empecinamiento en obligar a las vías del flamante ferrocarril a discurrir por el otro lado del río para dejar libre la vega había traído como consecuencia la necesidad de establecer aquella comunicación para la buena marcha del comercio.
Dos años más tarde ya fue el Ayuntamiento
quien asumió la construcción de otro de más envergadura, aunque seguía
siendo de madera. Por fin, en 1909, se abrió al tránsito de personas y
mercancías, uno de los primeros puentes que se construyeron en España
con hormigón. Vamos a saber algo sobre quién lo diseñó. El
hormigón ya se empleaba en el Imperio Romano, e incluso antes si
hacemos caso de los arqueólogos que remontan una técnica parecida nada
menos que 5.000 años atrás, cuando en el norte de Chile usaban algo
parecido utilizando como conglomerante algas calcinadas mezcladas con
agua de mar para fabricar las paredes de las chozas. Lógicamente, el
hormigón armado es otra cosa, más eficaz y mucho más fuerte al reforzar
con barras o mallas de acero y ahora también con fibras plásticas, de
vidrio, de acero o diferentes combinaciones según las características de
la obra. Lo patentó el constructor William Wilkinson en 1854 y luego se
popularizó por Europa justo con el inicio del siglo XX. En
España los pioneros en trabajar con él fueron el catalán Francesc Macià
y el ingeniero de caminos José Eugenio Ribera, nacido en 1864, viajero
impenitente y autor de numerosas obras concluidas con este material.
Pues bien, a finales del siglo XIX nuestro hombre ya se encontraba en
Asturias trabajando sin parar, tanto en construcciones menores como en
otras de tanta importancia como los forjados de la cárcel de Oviedo, el
tablero del puente de Ciaño o el depósito de aguas de Llanes, por citar
algunas, y fue a él -verdadero profeta de las bondades del hormigón en
aquellos años- a quien se le encargó la nueva obra para salvar el cauce
del río Caudal.
Si los curiosos quieren conocer hasta el
último detalle las condiciones que debía reunir el puente que
sustituyese al viejo «de la perra», pueden leerlas en la Revista de
Obras Públicas del 20 de noviembre de 1902, pero sepan que se exigía que
estuviese emplazado en el mismo lugar del anterior, que su longitud
alcanzase los 110 metros y estuviese formado por dos grandes arcos y
tres tramos rectos apoyados sobre cuatro pilares para soportar
adecuadamente una calzada central de cinco metros y dos andenes de un
metro cada uno para peatones. Una magna obra cuyo
presupuesto de ejecución material ascendía a 178.292, 83 pesetas más un
15 por ciento destinado a imprevistos, gastos de dirección,
administración y beneficio industrial. Total: 205.036,63 pesetas, que
lógicamente el Ayuntamiento de Mieres era incapaz de asumir. De manera
que tardó en hacerse, pero se hizo, porque, aunque ustedes no se lo
crean, en otros tiempos los diputados asturianos en Madrid tenían voz y
autoridad para defender nuestras cosas sin limitarse como ahora a
recoger las migajas que nos dejan otras regiones, más que nada por
cumplir.Ilustración de Alfonso Zapico |
Sin duda, el más famoso fue el puente de «la perra», llamado así, como ustedes saben, porque ésta era la tasa establecida para su utilización. Aunque en realidad el puente no fue siempre el mismo, ya que, a medida que la necesidad lo hizo preciso, fue mejorando su estructura para cumplir mejor su servicio. El más antiguo de los que se colocaron en este lugar se debió a la iniciativa de los industriales de la villa en 1874, cuando se dieron cuenta de que su empecinamiento en obligar a las vías del flamante ferrocarril a discurrir por el otro lado del río para dejar libre la vega había traído como consecuencia la necesidad de establecer aquella comunicación para la buena marcha del comercio.
Ilustración de Alfonso Zapico |
José Eugenio Ribera Dutaste (París, 1864 - 1936) es uno de los primeros investigadores del hormigón armado en España. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Eugenio_Ribera. La imagen de De Anónimo - Eusko Entziklopedia, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=47530590 |
RETRATO
MELQUIADES ÁLVAREZ- BOCETO ORIGINAL DE NICANOR PIÑOLE. https://www.todocoleccion.net/varios-objetos-arte/retrato-melquiades-alvarez-boceto-original-nicanor-pinole-30x53~x110263447
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Entre tanto, en la primavera de 1903 José Eugenio Ribera pronunció una conferencia en el Ateneo madrileño en la que declaraba que había llegado la hora del hormigón. Según su teoría, en la exposición universal celebrada en París en 1899 el hierro había tocado techo -nunca mejor dicho- con la construcción de la Torre Eiffel, a la que no auguraba muchos años porque este metal tenía inconvenientes inevitables como la oxidación, el aflojamiento de los roblones o la deformación en caso de incendio. Ahora vemos que el ingeniero exageró un poco y la torre sigue en pie, pero lo que él quería explicar con su argumento eran las ventajas del nuevo material y en su disertación no ahorró ejemplos ni fotografías para ilustrar al público con sus trabajos por toda la península y especialmente en Asturias. Con un poco de imaginación, vamos a escuchar sus palabras. En Las Segadas -afirmó- acaba de aprobarse el proyecto para un puente de hormigón, sin armaduras, con articulaciones en la clave y arranques y con único arco de nada menos que 50 metros de luz y en Gijón se está levantando un cuartel en este material que tiene entre sus ventajas el evitar la propagación de insectos y microbios. Y qué me dicen ustedes -preguntó- del Teatro de Avilés con sus palcos en voladizo y columnas que llegan hasta los 20 metros produciendo el asombro de quienes las ven. Y es que el hormigón sirve para todo, incluso para soportar el calor de las industrias y los hornos.
El Ayuntamiento de Mieres es obra del arquitecto Lucas María Palacio. Con el tiempo se le añade otro piso obra de Juan Miguel de la Guardia. El edificio tiene la fachada porticada con cinco arcos sobre pilastras, balcones con frontón triangular excepto el central que es curvo rematado en un templete con reloj y campana. https://www.bibliotecaspublicas.es/mieres/bpes_colaborar.htm |
El puente de
Santullano data del siglo XVIII. Fue construido entre 1789 y 1798. En la imagen
el puente en los años 70 del pasado siglo XX. Foto extraída del http://elblogdelmierense.blogspot.com/2012/02/como-han-pasado-los-anos-especial_24.html
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Ernesto Burgos Fernández (historiador).
Nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957. Licenciado en Geografía e
Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006).Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los institutos
«Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino de La
Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES «Mata
Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de
“Mierense del año”.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::José Eugenio Ribera, el primer gran constructor moderno de obras públicas en España
José Eugenio Ribera (1864-1936). http://bioducto.blogspot.com/ |
Retrato de José
Eugenio Ribera (1864-1936). Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos de Madrid. http://www.cehopu.cedex.es/hormigon/fichas/img_ficha.php?id_img=112
|
http://elpais.com
El colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid (Calle Almagro, 42) inauguro en 1982 una exposición sobre la vida y la obra de José Eugenio Ribera (1864-1936), el introductor del hormigón armado en España y, al mismo tiempo, el primer contratista general de obras públicas en el sentido actual del término. Concesionario del sistema Hennebique, vanguardista y conocedor de la ingeniería vigente entonces en Europa, Ribera construye en 1897 el puente de Ciaño (Asturias), y recibe consagración nacional con su puente María Cristina, sobre el río Urumea de San Sebastián, en colaboración con el arquitecto Zapata. Esta es su trayectoria profesional. Son muchos y muy ricos los aspectos que justifican que la vida y la obra del ingeniero de caminos José Eugenio Ribera. (1864-1936) sea ahora recordada en una sencilla y magnífica exposición organizada por nuestro Colegio. Dos son las principales características, a mi juicio, que confieren a Ribera, desde el punto de vista histórico, un especial interés: ser el introductor indiscutible del hormigón armado en España y, al mismo tiempo, ser el primer contratista general de obras públicas en el sentido actual del término.
La vida y la obra de Ribera están
íntimamente ligadas al origen del hormigón armado en España que hasta
Ribera no sólo no existe aquí prácticamente el hormigón armado sino que
ni siquiera existe fábrica alguna de cemento Portland.Son los ingenieros
militares los únicos que muestran interés por el hormigón armado antes
que Ribera, aunque la repercusión de sus publicaciones y trabajos sea
prácticamente nula. Tenemos que llegar a Ribera para encontrarnos de
sopetón con el hormigón armado, ya que sus antecedentes no pasan de ser
infructuosas propuestas o tímidos ensayos, sin repercusión alguna. Ribera construye en 1897 el puente de Ciaño (Asturias), sustituyendo
un tablero de madera por otro de hormigón armado, utilizando el sistema
de Hennebique, quien desde 1892 propagaba desde París el hormigón armado
por el mundo entero. Ribera, tras un viaje a Ginebra, en 1895, donde
vió la construcción de los arcos articulados de hormigón armado del
puente de la Coulouvreniére y las obras de los forjados del nuevo
edificio de Correos de Lausana, decide convertirse en el concesionario
del sistema Hennebique en España: "Confieso el asombro que me produjo
esta clase de construcciones que rompía con todas las tradiciones, más o
menos anticuadas, con que suelen armamentarnos en nuestras escuelas".
Retraso de casi medio siglo.
Ribera tiene que importar el cemento Portland Boulonnais- para su puente de Ciaño, como para la losa que ensaya en Oviedo, en febrero de 1898, con acero dulce fabricado en Mieres, experiencias que considera concluyentes, a partir de las cuales decide dedicarse por entero al desarrollo del hormigón armado en España, abandonando en 1899 el Cuerpo de Caminos, Canales y Puertos y fundando el mismo año la sociedad limitada J. Eugenio Ribera y Compañía con los hermanos Manuel y Luis Gomendio. La primera repercusión de alcance nacional que tiene la actitud de Ribera es la construcción de la fábrica de cemento Portland Tudela-Veguín, primera instalada en España, cuyos pilares, forjados y depósitos proyecta y construye el propio Ribera con hormigón armado. Más tarde se instaló en la fábrica de Quinto (Zaragoza) y ya en 1900 la de Añorga-Chiqui, en Guipúzcoa. En 1901 se construyó la fábrica de la Pobla de Lillet, en Castellar d'En Huch (Barcelona) y la de Olazagutia, en Navarra. La frenética actividad de Ribera -"ignoramos de dónde obtiene el tiempo indispensable para acudir a tantas partes con sus talentos e iniciativas y para formular sus numerosos proyectos", dice El Cemento Armado, 1901)- iba a reducir retraso respecto a Europa al mínimo en pocos años. Antes de finalizar el siglo ya está construyendo los forjados de la nueva cárcel de Oviedo, un acueducto para la papelera del Araxes, en Tolosa, el depósito de aguas de Llanes y tres puentes para el Ayuntamiento de Mieres.
En 1902 pronuncia Ribera una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre
hormigón armado y, en un intento de cimentación teórica, publica su
libro Hormigón y cemento armado, con prólogo de José Echegaray.
El ingeniero militar Ricardo Martínez Unciti, a quien Ribera llamaba
compañero de apostolado, escribe en 1903 a propósito de este libro:
"Ayer, Edison, y hoy, Echegaray, dos estrellas de primera magnitud en el
mundo de la ciencia, consagran el cemento armado como sistema de
construcción racional, ventajoso y de porvenir, y después de esta
solemne consagración, hecha desde sitios tan elevados, ¿habrá quien dude
de la verdad?". Ribera mantendría desde entonces amistad con su
compañero Echegaray, a cuya actuación como perito debería su absolución
tras la tragedia del hundimiento, en 1905, de la cubierta del tercer
depósito de Madrid, con veintinueve muertos y sesenta heridos.
El puente sobre el Urumea
En 1903 Ribera consigue la adjudicación del puente de M.ª Cristina sobre el río Urumea, en San Sebastián, en colaboración con el arquitecto Zapata, primera gran obra que le consagrará a nivel nacional. En las bases del concurso se advierte "que si se adopta para material de construcción el cemento armado, habrá de quedar completamente oculto en los paramentos principales y recubierto con azulejos, mármoles u otros elementos decorativos". En la resolución del concurso "reconociendo el mérito de los puentes de piedra proyectados para el certamen, ha entendido el jurado que el espíritu progresivo característico de los tiempos presentes exigía el empleo del hormigón armado como factor más moderno y adecuado para dar a la obra las condiciones de ligereza y elegancia apetecibles".
Ribera no fue el primer ingeniero de caminos que abandona una carrera segura y brillante en la Administración para dedicarse a la actividad profesional privada. Cerdá fue su primer y más ilustre antecesor cuando, en 1849, decidió abandonar el servicio del Estado para dedicarse exclusivamente al urbanismo. Pero Ribera es el primer ingeniero de caminos que funda una empresa de ámbito nacional (poco después internacional) con el propósito especializado de construir obras públicas con un alto nivel tecnológico. "Por aquel entonces", recuerda Ribera en su última lección en la Escuela, al jubilarse en 1931, "el oficio de contratista merecía escasa estimación, por estar casi vinculado en obreros aventajados, pero indoctos". El intento empresarial de Ribera significaba la reforma y mejora de los proyectos -antes intocables- de la Administración, realizados por sus propios compañeros, a base principalmente de la utilización del hormigón armado así como la introducción de medios auxiliares modernos y procesos constructivos originales con fuertes reducciones en el coste de la mano de obra. Quizá sea la invención de la armadura rígida para las bóvedas de hormigón su aportación más notable en este último campo.
En 1915 transforma su compañía de responsabilidad limitada en la
Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles (Hidrocivil), Sociedad
Anónima. La notable reducción de plazos y presupuestos que conseguía
Ribera con su potente equipo de ingenieros -con él trabajaron en los
años veinte Eduardo Torreja y José Entrecanales- construyendo por toda
España en base al hormigón armado como lenguaje técnico universal y de
vanguardia, forzó la fundación de nuevas empresas constructoras del
mismo tipo y elevó en muy pocos años el nivel tecnológico de las
restantes que subsistieron. Ribera se propuso 'la dignificación técnica del oficio de
constructor" y, ciertamente, lo consiguió. No he podido encontrar ningún
ingeniero de Caminos, antes de Ribera, que haya dedicado su actividad
profesional a la contratación de obras públicas. Los nombres de los
contratistas, de obras públicas durante el siglo XIX apenas tuvieron
significación desde el punto de vista de la historia de la ingeniería
civil. Hasta Ribera, estos contratistas tenían un carácter local y
prácticamente ninguna capacitación técnica ni organizativa,
acostumbrados a seguir ciegamente las órdenes de los ingenieros de la
Administración por los caminos de la rutina en los procesos
constructivos y medios auxiliares, lo que a veces se pagaba con
terribles desastres y con mayores costes y plazos. Cuando una gran obra
exigía algún tramo metálico de envergadura, normalmente eran sociedades
extranjeras las que resolvían el problema.
Plantó cara a la Administración
Ribera fue el primer contratista que plantó cara a la Administración exigiendo continuamente la redacción de modernos pliegos de condiciones, la responsabilidad de los ingenieros del Estado en los proyectos defectuosos, el pago puntual de las obras realizadas con los intereses de demora y las revisiones de precios. Fue él quien consiguió de Maura, después de una larga lucha con sucesivos ministros de Fomento, el decreto de Revisiones de Precios "que salvé a todos los contratistas de la ruina inevitable y al país de una suspensión forzosa de todas las obras públicas". Ribera es el primer gran constructor moderno de obras públicas en España y su empresa (en aquellos años en suspensión de pagos) ha sido el modelo que luego han seguido las que después han fundado otros ingenieros de caminos, como Agromán, Entrecanales y Távora y Dragados y Construcciones, entre otras. A partir de Ribera, son innumerables los ingenieros de caminos que han desarrollado su vida profesional en empresas constructoras, un trabajo a veces incomprendido o minimizado incluso entre profesionales, cuando es absolutamente necesario y vital para el desarrollo y avance tecnológico de las obras públicas.
FUENTE: JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ ORDOÑEZ.
Artículo del diario el País el día 3 junio de 1982. https://elpais.com/diario/1982/06/03/cultura/391903205_850215.html
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El colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid (Calle Almagro, 42) inauguro en 1982 una exposición sobre la vida y la obra de José Eugenio Ribera (1864-1936), el introductor del hormigón armado en España y, al mismo tiempo, el primer contratista general de obras públicas en el sentido actual del término. Concesionario del sistema Hennebique, vanguardista y conocedor de la ingeniería vigente entonces en Europa, Ribera construye en 1897 el puente de Ciaño (Asturias), y recibe consagración nacional con su puente María Cristina, sobre el río Urumea de San Sebastián, en colaboración con el arquitecto Zapata. Esta es su trayectoria profesional. Son muchos y muy ricos los aspectos que justifican que la vida y la obra del ingeniero de caminos José Eugenio Ribera. (1864-1936) sea ahora recordada en una sencilla y magnífica exposición organizada por nuestro Colegio. Dos son las principales características, a mi juicio, que confieren a Ribera, desde el punto de vista histórico, un especial interés: ser el introductor indiscutible del hormigón armado en España y, al mismo tiempo, ser el primer contratista general de obras públicas en el sentido actual del término.
Construcción
del acueducto de hormigón armado de El Chorro (Málaga),
José Eugenio
Ribera Los progresos del Hormigón Armado en España, 1907 Biblioteca Nacional de
España. http://www.cehopu.cedex.es/hormigon/temas/H26.php?id_tema=15
|
Construcción
del puente de hormigón armado de Golbardo (Cantabria), con el sistema de
armadura rígida patentado por J.E. Ribera. 1902. Ingeniero José Eugenio Ribera.
Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles. http://www.cehopu.cedex.es/hormigon/fichas/img_ficha.php?id_img=32
|
Ribera tiene que importar el cemento Portland Boulonnais- para su puente de Ciaño, como para la losa que ensaya en Oviedo, en febrero de 1898, con acero dulce fabricado en Mieres, experiencias que considera concluyentes, a partir de las cuales decide dedicarse por entero al desarrollo del hormigón armado en España, abandonando en 1899 el Cuerpo de Caminos, Canales y Puertos y fundando el mismo año la sociedad limitada J. Eugenio Ribera y Compañía con los hermanos Manuel y Luis Gomendio. La primera repercusión de alcance nacional que tiene la actitud de Ribera es la construcción de la fábrica de cemento Portland Tudela-Veguín, primera instalada en España, cuyos pilares, forjados y depósitos proyecta y construye el propio Ribera con hormigón armado. Más tarde se instaló en la fábrica de Quinto (Zaragoza) y ya en 1900 la de Añorga-Chiqui, en Guipúzcoa. En 1901 se construyó la fábrica de la Pobla de Lillet, en Castellar d'En Huch (Barcelona) y la de Olazagutia, en Navarra. La frenética actividad de Ribera -"ignoramos de dónde obtiene el tiempo indispensable para acudir a tantas partes con sus talentos e iniciativas y para formular sus numerosos proyectos", dice El Cemento Armado, 1901)- iba a reducir retraso respecto a Europa al mínimo en pocos años. Antes de finalizar el siglo ya está construyendo los forjados de la nueva cárcel de Oviedo, un acueducto para la papelera del Araxes, en Tolosa, el depósito de aguas de Llanes y tres puentes para el Ayuntamiento de Mieres.
Puente acueducto de la “Papelera
del Araxes”, en Tolosa (Guipúzcoa), sobre el río Araxes, de hormigón armado con
5 tramos de 12 metros sobre palizadas. 1903
Ingeniero José Eugenio Ribera.
Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles. http://www.cehopu.cedex.es/hormigon/fichas/img_ficha.php?id_img=32
|
NOMBRE, PUENTE DE LA ZURRIOLA, PUENTE KURSAAL - FECHA DE CONSTRUCCIÓN 1921 (SIGLO XX) - CONSTRUCTOR, JOSÉ EUGENIO RIBERA - UBICACIÓN, RÍO URUMEA, SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA. http://revelarfotos.ru/construccion%20oculto%20espana |
En 1903 Ribera consigue la adjudicación del puente de M.ª Cristina sobre el río Urumea, en San Sebastián, en colaboración con el arquitecto Zapata, primera gran obra que le consagrará a nivel nacional. En las bases del concurso se advierte "que si se adopta para material de construcción el cemento armado, habrá de quedar completamente oculto en los paramentos principales y recubierto con azulejos, mármoles u otros elementos decorativos". En la resolución del concurso "reconociendo el mérito de los puentes de piedra proyectados para el certamen, ha entendido el jurado que el espíritu progresivo característico de los tiempos presentes exigía el empleo del hormigón armado como factor más moderno y adecuado para dar a la obra las condiciones de ligereza y elegancia apetecibles".
Ribera no fue el primer ingeniero de caminos que abandona una carrera segura y brillante en la Administración para dedicarse a la actividad profesional privada. Cerdá fue su primer y más ilustre antecesor cuando, en 1849, decidió abandonar el servicio del Estado para dedicarse exclusivamente al urbanismo. Pero Ribera es el primer ingeniero de caminos que funda una empresa de ámbito nacional (poco después internacional) con el propósito especializado de construir obras públicas con un alto nivel tecnológico. "Por aquel entonces", recuerda Ribera en su última lección en la Escuela, al jubilarse en 1931, "el oficio de contratista merecía escasa estimación, por estar casi vinculado en obreros aventajados, pero indoctos". El intento empresarial de Ribera significaba la reforma y mejora de los proyectos -antes intocables- de la Administración, realizados por sus propios compañeros, a base principalmente de la utilización del hormigón armado así como la introducción de medios auxiliares modernos y procesos constructivos originales con fuertes reducciones en el coste de la mano de obra. Quizá sea la invención de la armadura rígida para las bóvedas de hormigón su aportación más notable en este último campo.
José Eugenio
Ribera, Alfonso XIII y Rafael Gasset (Ministro de Fomento) durante la prueba de
carga del Puente de Gozquez. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Eugenio_Ribera.
La imagen de De José Eugenio Ribera -
Catálogo de las obras de J. Eugenio Ribera y C.ª. Compañia de Construcciones
Hidráulicas y Civiles, pag.40, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=63835376
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Portada de
Puentes de hierros económicos, muelles y faros sobre palizadas y pilotes
mecánicos. https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Eugenio_Ribera.
La imagen de De Eugenio Ribera, José -
Puentes de hierro económicos, muelles y faros sobre palizadas y pilotes
mecánicos. Madrid: Librería Editorial de Bailly-Bailliere e Hijos, Dominio
público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=53662728
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Ribera fue el primer contratista que plantó cara a la Administración exigiendo continuamente la redacción de modernos pliegos de condiciones, la responsabilidad de los ingenieros del Estado en los proyectos defectuosos, el pago puntual de las obras realizadas con los intereses de demora y las revisiones de precios. Fue él quien consiguió de Maura, después de una larga lucha con sucesivos ministros de Fomento, el decreto de Revisiones de Precios "que salvé a todos los contratistas de la ruina inevitable y al país de una suspensión forzosa de todas las obras públicas". Ribera es el primer gran constructor moderno de obras públicas en España y su empresa (en aquellos años en suspensión de pagos) ha sido el modelo que luego han seguido las que después han fundado otros ingenieros de caminos, como Agromán, Entrecanales y Távora y Dragados y Construcciones, entre otras. A partir de Ribera, son innumerables los ingenieros de caminos que han desarrollado su vida profesional en empresas constructoras, un trabajo a veces incomprendido o minimizado incluso entre profesionales, cuando es absolutamente necesario y vital para el desarrollo y avance tecnológico de las obras públicas.
José Eugenio
Ribera, en el centro, y Eduardo Torroja, a la izquierda de la imagen, durante
un Congreso en Viena en los años 30. http://www.cehopu.cedex.es/hormigon/temas/H41.php?id_tema=38
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