La vida y "milagro" del sacerdote Valeriano Miranda
Retrato de Valeriano Miranda propiedad del Ayuntamiento Mierense. (Foto Archivo) |
Antiguo templo parroquial de San Juan Bautista (Mieres), el 24 de junio de 1927, fecha en la que se celebro la última misa en la vieja iglesia. (Foto Archivo). |
Es mucha la letra fina la que se necesita para constatar
ciertos hechos ocurridos en esta nuestra casa. De momento conviene dejar
constancia del personaje principal que a muchos les suena pero no tantos están
al corriente de su personalidad. A Mieres llegó cierto día del siglo XIX un joven sacerdote
llamado Valeriano Miranda, como coadjutor de la antigua iglesia y parroquia de
San Juan, con la nueva tarjeta del reforzamiento de determinados actos
litúrgicos, entre ellos la definición de fiesta con rasgos de acontecimiento,
de la Inmaculada. A ello contribuyeron de forma decisiva las llamadas Hijas de
María. En aquellos tiempos y una vez al año, un coro de señoritas, cantaba con
afinación y gusto, durante toda la celebración, desde la novena a la despedida.
Y fueron unas cuantas las que se educaron en la música para tocar el piano en
el templo. Todo ello bajo el beneplácito de Valeriano Miranda, profesor y
maestro de capilla.