La vida y "milagro" del sacerdote Valeriano Miranda
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Retrato de Valeriano Miranda propiedad del Ayuntamiento Mierense. (Foto Archivo) |
La historia sobre el
traslado de sus restos y las explicaciones ofrecidas por el Ayuntamiento |
Antiguo
templo parroquial de San Juan Bautista (Mieres), el 24 de junio de
1927, fecha en la que se celebro la última misa en la vieja iglesia. (Foto Archivo). |
La Nueva España
Es mucha la letra fina la que se necesita para constatar
ciertos hechos ocurridos en esta nuestra casa. De momento conviene dejar
constancia del personaje principal que a muchos les suena pero no tantos están
al corriente de su personalidad. A Mieres llegó cierto día del siglo XIX un joven sacerdote
llamado Valeriano Miranda, como coadjutor de la antigua iglesia y parroquia de
San Juan, con la nueva tarjeta del reforzamiento de determinados actos
litúrgicos, entre ellos la definición de fiesta con rasgos de acontecimiento,
de la Inmaculada. A ello contribuyeron de forma decisiva las llamadas Hijas de
María. En aquellos tiempos y una vez al año, un coro de señoritas, cantaba con
afinación y gusto, durante toda la celebración, desde la novena a la despedida.
Y fueron unas cuantas las que se educaron en la música para tocar el piano en
el templo. Todo ello bajo el beneplácito de Valeriano Miranda, profesor y
maestro de capilla.
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Imagen antigua de la calle Valeriano Miranda. (Foto Archivo). |
Muy aficionado a las excursiones con visos de religiosidad,
el sacerdote solía organizar la de La Magdalena en el Monsacro de Morcín, a
donde acudía acompañado de romeros para oficiar la misa en la ermita de este
privilegiado lugar. Otro punto escogido era el Carbonero, lugar de celebración
de la festividad de Santa Germana. En 1924 el sacerdote, con su inquietud por bandera, y con
motivo del regreso de los soldados del Regimiento Príncipe que venían de la
penosa campaña de África, organizó una peregrinación a los Mártires de
Valdecuna, como agradecimiento de su feliz regreso, para posteriormente
degustar una comida , servida por la familia del mayordomo del santuario Manuel
Fernández. Allí, los propios soldados declararon a Valeriano Miranda
"general en jefe" de la expedición. También viajaron, posteriormente,
y gracias al sacerdote, a Santa Cristina de Lena. Visto los méritos que iba
acumulando el presbítero, un año más tarde el pleno del Ayuntamiento de Mieres,
que por aquella presidía José Sela y Sela, nombra al veterano cura de San Juan
Hijo Adoptivo del concejo, por sus cuarenta y un años de acción apostólica en
la villa, recibiendo por ello numerosas felicitaciones.
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D. José Sela y Sela, Alcalde de Mieres desde el año 1923 al año 1930 en un retrato de J. Mª. Fernández Peláez, con el fondo del Puerto Pinos en el Ayuntamiento de Mieres. (Foto Archivo). |
Más tarde el cuadro
artístico del Colegio "Santiago Apóstol" puso en su honor, en escena,
la simpática obra "Las grandes fortunas". Con todo ello finalizó un
largo recorrido de agradecimiento y cariño hacia este sacerdote con palabras
del mierense Celso G. Canteli, destacando la actitud del homenajeado quién
"gozaba de manirroto con sus limosnas en un deseo de desprenderse de lo
material con el fin de paliar miserias". Era tal la fama de bondad que había alcanzado que muchas
comisiones de fiestas donaban lo que sobraba después de los gastos para que lo
repartiese entre los pobres. Fue lo que ocurrió con la verbena celebrada en
junio de 1926 con motivo del Corpus Christi, cuyas cuentas resultaron un hecho
elocuente. Figuran como gastos 150 pesetas para la banda de música, 64 con
destino a los organillos, 82,50 invertidas en cohetes y 26,90 en otros pequeños
gastos, lo que hicieron un total de 323,40 pesetas. Como lo recaudado alcanzaba
las 349,80 quedó un sobrante de 26,40 que fueron entregadas al sacerdote. Valeriano Miranda falleció, el 22 de setiembre de 1927,
cuando contaba sesenta y ocho años, sin ver terminado el nuevo templo de San
Juan, su gran ilusión. Lo hizo en su casa de Requejo.
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La Pasera hacia 1929, se ve la nueva Iglesia san Juan en construcción. (Foto Archivo). |
Posteriormente en sesión
plenaria de la corporación municipal de Mieres, celebrada durante el mes de
febrero de 1928, se tomó, por unanimidad, el acuerdo, por cierto con pleno
beneplácito del pueblo, bajo el cual "se dio nombre de calle de Valeriano
Miranda", a la que hasta aquel momento se llamaba prolongación de Ernesto
Guilhou, hoy Numa Guilhou. También se le concedió, a perpetuidad y de forma
gratuita, un compartimiento en el cementerio parroquial de la villa, para que
allí descansasen sus restos mortales. Y finalmente la concesión, así mismo, a
perpetuidad, un compartimiento, para la construcción de una especie de
mausoleo, con el fin de perpetuar su memoria. El sepelio del sacerdote tuvo lugar a las cinco de la tarde
del viernes siguiente y constituyó una impresionante manifestación de duelo.
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Imagen antigua del mercado de ganados en la plaza de Requejo en el año 1905, precisamente en el barrio de Requejo es donde residía en aquellos años el sacerdote Valeriano Miranda. (Foto Archivo). |
En
el cementerio católico, a nivel de la parte posterior de la capilla que allí
existía -y que fue demolida en su día como consecuencia de la secularización de
los cementerios de España- se encontraba un terreno reservado para dar
cristiana sepultura a los sacerdotes. En ese lugar fueron depositados los
restos de Valeriano Miranda, con la idea de que reposarían para siempre, dado
que se le había concedido lugar a perpetuidad. En 1929 se formó una comisión en
su memoria como consecuencia de la apatía del Ayuntamiento para quien había
sido declarado hijo adoptivo. Se abrió una suscripción popular para colocar, en
el citado terreno una lápida o panteón sobre sus restos, y que guardase relación
con su sentido de modestia y generosidad. Durante un mes y desde la simple
cantidad de cinco céntimos de peseta, aportaron su dádiva gentes de todos los
barrios y zonas, desde La Peña a Bazuelo, así como en diversos comercios,
logrando la suficiente recaudación para el objetivo que se perseguía.
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Misael Fernández Porrón, ex-alcalde de Mieres. LNE |
Pasan los años y en 1997, siendo alcalde Misael Fernández
Porrón, en el cementerio municipal se procede a la exhumación de los restos de
Valeriano Miranda, siendo depositados en el panteón de la familia Muñiz Prada.
Ante el hecho insólito, hubo algún mierense, en este caso el fallecido Julio
León Costales y el aún afortunadamente vivo, Florentino Romero, quienes se
personaron en el camposanto, "en plan de podemistas o antidesahucios de
cementerios" (en sentido figurado), para averiguar las causas de tal
decisión, que quedaron rápidamente aclaradas. Por lo visto el terreno estaba
fuera de línea por lo que cortaba parte de una de las calles interiores del
cementerio. El Ayuntamiento, con vistas a subsanar el detalle, consultaron con
la parroquia de San Juan, a la sazón bajo la dirección de Nicanor López Brugos,
a quién pidieron autorización con el fin de proceder al traslado de los restos
a donde se les autorizase. Así se hizo y todo quedó en el orden actual.
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Imagen de Nicanor López Brugos visto por el lápiz de Alfonso Zapico. Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del
Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012,
su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada
del Norte. Saber más… WIKIPEDIA. |
FUENTE: AMADEO GANCEDO. Publicado por La Nueva España el 10-07-2016. Ver enlace. ______________________________________________________________________
AUTORES.
Amadeo
Gancedo (Tuña (Tineo) 1935 - Mieres del Camino 2019), ejerció de fedatario del
ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de
los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del
concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política
y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis
Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió en infinidad de ocasiones en
consejero, orientador e incluso confesor de alcaldes, empresarios,
sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el
propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más
tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en
la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también
un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las
iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal
Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su vida
estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia. Se
trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los
“Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro
Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos
inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en
casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes
de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le
recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez
falleció el 27/04/2019. Fuente: https://lne.es. (La Nueva España).
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada
imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se
ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo figurar o para borrarla si es su
deseo, porque es justo reconocer a los autores
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