Armando Palacio Valdés es uno de los escritores más destacables de la Restauración
Junto a los Galdós, Clarín, Pardo Bazán, Pereda,
Valera... y algunas otras figuras, ha sido un autor muy leído y muy reconocido
en su tiempo, ha vivido durante años oscurecido y olvidado, aunque los
estudios sobre su vida y obra en medios especializados no lo hubieran esquinado
del todo
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Don Armando Palacio a los 50 años, cuando maduraba. La aldea perdida.
Imagen extraída de Cervantes Virtual |
Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Armando Palacio Valdés nació en Entralgo, Laviana (Asturias),
en 1853, aunque a los seis meses se traslada con su familia a Avilés,
donde residía su familia y donde su padre, abogado de origen ovetense,
trabajaba como abogado en las obras de dragado de la ría. Estos dos escenarios, el rural y montañoso del interior, y el marítimo
de Avilés, nutrirán sus experiencias infantiles, porque, aunque
la familia vive en la villa costera, se trasladan frecuentemente a Entralgo,
donde tenían diversas posesiones. Posteriormente, cuando el novelista
comience a entretejer sus obras literarias con sus experiencias vitales, mar
y montaña servirán como contrapunto humano y paisajístico
de algunas de sus historias. En 1865 se traslada a Oviedo para estudiar el Bachillerato, permaneciendo
durante los cinco cursos en la casa de su abuelo paterno. En los pasillos del
Instituto conoce y entabla amistad con Leopoldo Alas «Clarín»,
Tomás Tuero y Pío Rubín, con quienes asiste y participa
de los fervores revolucionarios de setiembre de 1868 y con quienes comienza
a interesarse por la literatura, especialmente a través de teatro que
escribía Leopoldo Alas y, en compañía de otros amigos,
representaban en el salón de la casa de uno de ellos.